Sunggyu maldijo internamente todo lo maldecible cuando iba por la segunda planta, ¿por qué demonios habían alquilado un cuarto piso sin ascensor? Subir todas esas escaleras cargado de maletas y bolsas sin ayuda de nadie no es que fuese un buen comienzo. Claro, él era el mayor de los cinco y eso se notaba. Optó por deslizarse contra la pared ya que, al tener las manos ocupadas, no podía agarrarse a la barandilla y temía caerse por el peso. Así que dejando a un lado su dignidad y rezando para que sus nuevos compañeros de piso no le viesen en ese deplorable estado, subió lo que le quedaba arrastrándose contra la pared y soltando algún que otro improperio cuando las ruedas de la maleta se quedaba atascada en el borde de la escalera. Cuando llegó al cuarto piso jadeaba como si hubiese corrido un maratón.
-Definitivamente tengo que dejar de fumar o un día de estos pierdo los pulmones subiendo las escaleras.
Como el casero aún no les había entregado la copia de las llaves, llamó al timbre rezando para que alguien le abriese o sino tendría que volver a bajar cargado de cosas. Pero parecía que no las tenía todas en contra, o no del todo, porque el chico que le abrió parecía sacado de un funeral satánico. Su compañero se quedó parado en la puerta, observándole como si fuese un bicho raro, cosa que a Sunggyu incomodaba enormemente.
-¿Tú eres Sunggyu?-habló por fin el chico macabro.
-Sí, soy yo, encantado. Y tú eres…
-L
La cara que se le quedó al mayor fue digna de retratar, ¿qué clase de nombre era ese, le estaba tomando el pelo?
-L... ¿eres extranjero?-estaba incómodo y cargado de bultos, pero el tipo siniestro parecía no tener intención de dejarle pasar.
-Me llamo Myungsoo-dijo con total tranquilidad-pero llámame L.
Y tal y como lo dijo, con esa expresión casi amenazadora, Sunggyu se juró a si mismo que evitaría en todo lo posible a ese rarito.
-¿Me dejas…?
-Sí, claro, ¿te ayudo?-se ofreció el tal L con una ligera sonrisa. Quizás al fin de cuentas no iba a ser tan antipático.
Sunggyu asintió, dándole mil veces las gracias ya que seguía dándole miedo ese tipo.
-L, ¿Quién es?
Una dulce y aniñada voz salió del salón, llamando la atención del mayor.
-Es Sunggyu hyung, nuestro nuevo compañero de piso-informó el chico de aura psicópata.
Un chico bastante lindo salió dando saltitos del salón y abrazó al recién llegado como si fuesen amigos de toda la vida.
-Me llamo Sungjong y vamos a ser buenos amigos.
A Sunggyu no le salía la ecuación de cómo un chico con tanto aegyo podía convivir con el futuro asesino en serie, L.
-Encantado-dijo con una enorme sonrisa en su rostro.
-Woah, cuando sonríes tus ojos desaparecen-exclamó el pequeño, alertando a Myungsoo.
-Eh, no le agobies, aún no ha podido ni ver su habitación y ya le estás acosando.
El mayor agradeció internamente que L parase al niño aegyo, realmente le incomodaba un poco su cálido recibimiento aunque, comparado con su otro compañero, cualquiera era lindo.
-Tu habitación es esa de ahí, esa y la de Hoya tienen balcones, nuestras habitaciones dan a un patio interior-informó Sungjong dando saltitos alrededor del mayor.
Sunggyu supuso que Hoya era otro de sus compañeros, ¿sería tan pintoresco como esos dos?
-Es bonita, y amplia. Además, ese escritorio me va a venir bien para dibujar.
Los ojillos del maknae se iluminaron al escuchar aquello.
-¿Estudias arte? Yo también-dio un pequeño chillido que dejó sordos a los otros dos.
-Estudio en la escuela de arte, segundo curso, ¿y tú?-preguntó Sunggyu algo más cómodo al ver que tendrían tema de conversación.
-No pude hacer la prueba así que tuve que conformarme en darlo en una instituto público, pero el año que viene pienso presentarme y ser admitido-dijo con total decisión.-L también quería entrar en la escuela pero como no pudo se metió en un curso de fotografía.
-¿Eso no debería de decirlo yo?-cuestionó el aludido revolviéndole el pelo.
-Entonces, ¿todos somos artistas?-preguntó el hyung ilusionado, imaginándose un piso lleno de artistas bohemios.
-Hoya trabaja en una tienda de deportes y el otro chico aún no lo conocemos-informó el menor, tirándose en la cama de Sunggyu como si fuese la suya propia- Por cierto, que no te extrañe que te pida de cambiar el cuarto, es un obseso del morado.
El mayor se dio cuenta de que las cortinas y la corcha eran moradas, así como un par de cuadros que había colgados.
-¿Por qué no se quedó él esta habitación? A mí me da igual.
-Porque lo echamos a suertes para que fuese más justo.-puntualizó L con solemnidad-el otro compañero se ha llevado la peor habitación: es casi un cubículo, entre el baño y el salón, donde apenas cabe la cama y el armario. Espero que no se lo tome a mal.
-Hablé con él por Kakaotalk y parece simpático-habló Sunggyu, ganándose las curiosas miradas de sus dongsaeng.
-¿Cómo se llama? ¿Cuántos años tiene? ¿Qué estudia?
El mayor juró que Sungjong parecía un cachorrillo juguetón al verle esa expresión curiosa.
-Pues se llama Woohyun, tendrá más o menos nuestra edad, no recuerdo que estudiaba, creo que me dijo algo de hostelería.-el tener esas miradas clavadas en él, siendo tan tímido, le incomodaba un poco, pero como hyung que era debía mostrarse como todo un líder.
-¿Tiene alguna foto suya en Kakaotalk?-preguntó el curioso maknae, recibiendo un suspiro cansado como respuesta de parte de Myungsoo.
-Sí-sacó el móvil del bolsillo y buscó el perfil de su compañero.
-Parece muy alegre-comentó el menor.
-Y un poco narcisista-opinó Myungsoo. Si fuesen un anime, el mayor tendría una gotita en la frente y una expresión del tipo “¿y tú no eres arrogante?” Pero se contuvo y sonrió haciendo desaparecer sus ojillos.
-Omma, ya he llegado a Gwangjin-gu… sí, edificio 10, piso 4ºB… sí, omma, es una zona bien comunicada y llena de comercios… yo también te quiero.-el chico colgó la llamada y sonrió feliz.
Woohyun arrastraba sonriente la maleta por aquella que sería su nueva calle, empapándose de todas las tiendas y edificios que la componían. Adoraba a sus padres, pero ni loco se perdería la experiencia de vivir fuera. Aunque no fuese un universitario ya se imaginaba las fiestas, el alcohol, el sexo sin compromiso… Pero lo que más adoraba era el poder fumar con total tranquilidad en el piso, sin tener que esconderse de sus padres. Se encendió el primer cigarrillo de su recién comprado paquete, y saboreó el denso humo como si fuese el mejor de los pecados. Para él poder fumarse un cigarro por la calle sin miedo a ser descubierto era toda una novedad por lo que se sentía como si fuese libre. Apagó el pitillo, guardándoselo en la “bomber” cuando visualizó el edificio.
(N. del T: Para quienes no lo sepáis, una bomber es un estilo de chaqueta tipo militar como el que usan en el videoclip de Back)
Subió las escaleras corriendo, arrastrando la maleta como si no llevase nada de peso. Estaba ansioso por conocer a sus compañeros, por ver su cuarto y poder decorarlo a gusto, y por supuesto fumarse su primer cigarro en el piso. Llamó al timbre y un chico de aspecto aniñado le abrió, abrazándose a él como un koala. A lo lejos visualizó a un par de chicos riéndose al ver la escena.
-Tú debes ser el quinto. Me llamo Sungjong y vamos a ser buenos amigos.
Woohyun le regaló una despampanante sonrisa, le gustaba la energía positiva que derrochaba aquel pequeño.
-Me llamo Woohyun y por lo visto soy “el quinto”.
-Y te ha tocado la peor habitación-se aventuró el hyung, ganándose una funesta mirada de parte de Myungsoo.
Pero lejos de molestar al nuevo, le encantó.
-Mejor, menos que limpiar-soltó una carcajada al ver las caras de sus compañeros.-Bueno, donde duermo.
L presidía el grupo, siendo seguido por Woohyun, un expectante maknae y un curioso Sunggyu.
-Es esta-dijo encendiendo la luz de aquella habitación en minitura que podría ser perfectamente la mitad de las otras cuatro.
-Es perfecta: una cama, un armario, una mesa y una silla al lado de la ventana para que salga el humo…
-¿Tú también fumas?-preguntó ilusionado el hyung.
-De vez en cuando-dijo con una media sonrisa.
-Yo también fumo-comentó alegremente el maknae como si estuviese hablando de su comida favorita.
-Pero tú ¿Cuántos años tienes?-preguntó Woohyun sorprendido de que ese niño fumase.
-Pronto cumpliré los diecisiete-canturreó sintiéndose muy mayor.
-Ya veremos si te dejo fumar…-le reprochó el recién llegado- Y a ti también te vigilaré, pequeño zorro siberiano, que eres el mayor y debemos de cuidar por tu salud.
Myungsoo esbozó una sonrisa al escuchar el apodo que se había ganado el primer día el hyung.
-No soy un zorro siberiano, soy tu hyung y me debes respeto. Además, a las chicas occidentales les gustan mis ojos rasgados.
-Lástima que no estemos en Europa, hyung-dijo con sorna este, ganándose una fulminante mirada del mayor del grupo. Woohyun le revolvió el pelo como si de un niño pequeño se tratase-No te enfades, ¿amigos? Si no somos amigos no probarás mis deliciosas comidas…-le tentó con expresión sugerente, sacándole un suspiro al mayor.
-Amigos, pero no me llames así-se quejó, farfullando por lo bajo cosas ininteligibles.
-¿Eres cocinero?-preguntó con un brillo en los ojos el maknae.
-Para eso estoy estudiando-respondió con frescura.
-Ten cuidado que ese pequeño diablillo te esposa en el fogón y te utiliza como esclavo para que le hagas la comida-le advirtió Myungsoo, haciendo pensar al hyung si sería capaz aquel chiquillo adorable de hacer algo así.
-Por cierto, ¿por qué soy el 5º si aún falta uno?-preguntó Woohyun cayendo en la cuenta de que aún faltaba un compañero.
-Porque Hoya ya lleva viviendo aquí un mes, pero ahora mismo está trabajando y hasta la noche no lo veréis-informó Sungjong, que parecía estar enterado de todo.
-Entonces somos dos artistas, un fotógrafo, un cocinero y un amante del deporte…espero que no me obligue a hacer ejercicio, lo odio-se quejó Sunggyu con una mueca de desagrado.
-Tranquilo, hyung, que siendo un cuarto piso sin ascensor se nos van a poner unos glúteos duros al final de curso-dijo Woohyun con una encandilante sonrisa.
La cabeza paranoide del hyung funcionaba a gran velocidad ¿Por qué hacía esa clase de comentarios? ¿Sería un pervertido, un maniaco sexual? ¿Quizás tenía fetiches caníbales y en verdad estudiaba cocina para luego comérselos a todos? Miró al chico sonriente sentado en la cama: sinceramente no parecía un maniaco, más bien L parecía una especie de psicópata en potencia.
-Está bien, ¿por qué no nos hacemos preguntas o jugamos a algo para ir conociéndonos?-propuso Sunggyu, dispuesto a sacarle información a esos dos sospechosos de ser unos desequilibrados.
-Bieeeeeeeeeeen, a la habitación del líder-chilló el menor corriendo hasta la habitación del que acababa de hablar.
-¿Tú eres el líder?-preguntó divertido Woohyun.
-Debería, para algo soy el mayor.
-El líder zorro-Myungsoo salió de la habitación del cocinero antes de que esos dos se empezasen a pelear.
-Yah! Te he dicho que no me llames así, ¿siempre eres así de molesto?
-Sólo contigo, eres muy tierno cuando te cabreas-reconoció el dongsaeng, haciendo que el mayor se sonrojase y saliese de la habitación balbuceando algo.
Una vez que se colocaron todos en la habitación del mayor (L en la silla del escritorio, el dueño de la habitación y el maknae en la cama, y Woohyun en el suelo sentado tipo indio) comenzaron la ronda de preguntas, hablando sobre sus estudios, su música favorita, por dónde le gustaba salir… El menor corrió hacia su habitación y volvió con un cartel donde rezaba “Don’t worry, don’t cry, drink vodka and fly.”
-Es para ponerlo en la puerta del salón-anunció entusiasmado.
-¿Es así de hiperactivo siempre?-preguntó Woohyun a los otros dos, recibiendo un asentimiento por parte de L, que ya lo conocía desde hacía un par de años.
-Me gusta, será nuestro lema del piso-declaró el mayor.
-¿Por qué no vamos a comprar algo de cerveza y celebramos nuestro primer día de piso?-preguntó entusiasmado el maknae, que ya quería celebrar su independencia por todo lo alto.
-Echémoslo a piedra, papel o tijera-propuso el de aura oscura, siendo aprobado por todos.
Al final a quién le tocó ir a Sunggyu, que se quejó porque él no conocía esa zona y se iba a perder, así que, por no escucharlo, Myungsoo se ofreció para acompañarlo. Woohyun se encendió ese deseado “primer cigarro de la libertad”, como lo había llamado él.
-Eh, no fumes en mi cuarto-se quejó el mayor.
-¿Qué pasa, tú sólo sabes refunfuñar? Qué más te da si tú también fumas.
El hyung, sin saber que rebatir a eso, se inventó una patética escusa.
-Quiero ser el primero en fumar en esta habitación-y dicho esto le arrebató de los dedos el cigarro de la libertad y comenzó a fumar, bajo la atónita mirada del otro.
-Deja que te vea fumando, ya me vengaré, líder hámster…-le amenazó con una sonrisa diabólica.
-¿Pero no era un zorro siberiano? Agh, para que preguntaré. L, ¿vamos a por la cerveza?
Sin decir una palabra, se levantó de la silla y siguió a Sunggyu, que volvía a sentirse incómodo por quedarse sólo con aquel chico tan extraño.
CONTINUARÁ ^_^
