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~ Pinky swear (promesa del meñique) ~ por Yukimura_Takano

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Notas del capitulo:

ohayo!

lo prometido es deuda, prometi que iba a sacar nuevo capi, y aqui esta... y uno muy tierno y lindo >w<

les aseguro que les encantara!
de nuevo, los agradecimeintos directos a Ara-cahn, mi diosa beta UvU

Ya pasados varios años, ni siquiera se habían visto desde aquella promesa: El extraño pero sabio destino había evitado que se vieran  un solo momento. Puede  que el destino sea una perra cruel y despiadada, hasta el punto de pensar que todo está en nuestra contra... Pero no es verdad; siempre habrá una razón para tanta tristeza y dolor.

Aoba, por lo menos, no había olvidado a ese chico como copo de nieve, tal cual, recordaba esa infantil figura que se le declaro— “Irónico... Sabía que no podían ser verdad las promesas que los niños hacen”. —En una mañana, mientras degustaba una taza de café caliente, comenzó a recordar todo lo que paso; como lo que al principio podía ser una razón de espera, ahora era un momento de recuerdos lindos—.

Llevaba más de dos años desde que dejo el trabajo de cuidado de niños, y esa fue la única ocasión donde vio a Toue en persona: desapareció como polvo entre el viento. Dejando a un lado eso, dejo su trabajo de niñero y comenzó a trabajar en un pequeño local donde vendían antigüedades tecnológicas; el futuro cada vez era más devastador para todos, la dependencia de la creación del hombre era más que necesario.

—Ren... nos vemos... —Tomó a una bola de pelo azul marino, colocándola en su cabeza. El pequeño canino ladro en respuesta a su muestra de afecto—.

...

Tampoco en el trabajo mismo podía estar en paz con mi mente: muchas formas en que veía a un Clear maduro yendo por mi como una princesa, pero inmediatamente deseché esa idea porque me recordaba al tío friki que juega muchos videojuegos; también estar acostados en una cama, acariciándome el cabello; pero también lo relacioné con mi mejor amigo que es peluquero (el cual sospechaba que entre su sequito de chicas, era secretamente gay); igual encontrarlo en un horizonte en un amanecer, pero igual me recordaba a un tipo grandote con el que choqué mientras caminaba.

Hoy fue un día de perros... Ni bien salí del trabajo y comenzó a lloviznar; mientras más caminaba, más se intensificaba la precipitación en Midorijima. Esto alteraba mi estado de ánimo: de solo estar molesto a que las gotas de lluvia se confundieran con mis lágrimas...el  dolor se agudizaba cuanto el golpeteo leve en mi cabeza seguía sin parar.

— ¡Nii-San! —Un azabache me esperaba en el sillón, pero se levantó al verme empapado—.

—Sei, no te preocupes de mas, solo me moje un poco, iré a bañarme ahora mismo. —No quería discutir con mi hermano, no tenía ganas de hacerlo sufrir con mis asuntos—.

— ¿Aoba? —Apareció ante mi alguien más alto que Sei y yo, con ojos ámbar y cabello un poco más azulado—. ¿De nuevo viniendo sin sombrilla?

—Ren, de verdad... no estoy de humor... —no les dirigí mirada alguna, me fui directo al cuarto de baño sin más—.

Deje que el agua se llevara mis lágrimas... no podía creer que un mocoso como él me afectara tanto, me sentía mal, me sentía triste, solo, sin nada de esperanza en mis expectativas de la vida, me enrollé en mi cuerpo, dejando que el agua de la regadera mojara mi desgraciado cuerpo.

—Al final de todo, si me enamore de él... —Sonreí amargamente—.

Sin ganas, termine por bañarme y vestirme, llego a la sala para disculparme con mis hermanos por ser tan infantil con mi actitud.

—Nii-San... —Sei vino hacia mí, abrazándome—. Ven a comer, tienes que comer algo caliente para que no te de fiebre o gripa—.

—Sei tiene razón. —En la cocina, Ren ayudaba a la abuela a hacer la cena, pero detuvo lo que hacía para tomarme de las muñecas— Vamos Aoba, sé que te encanta la comida de la abuela... hicimos el postre que tanto te gusta. —él siempre quería mi estabilidad emocional, más que la de él—.

—Está bien... —sonreí levemente, me sentí mal pero tenía hambre, y no quería preocupar más a mis hermanos de lo que ya estaban—.

El hecho de que tenga que sonreír falsamente me amargaba bastante, mucho me dirían que tratara de olvidar su presencia de mi vida, pero era imposible... ya varios años he tratado de hacerlo sin éxito, no puede haber una cosa que más me ponga triste que recordar su sonrisa, o su declaración infantil pero tan inocente; me llegue a enamorar de esas dulces pero simples palabras de un pequeño.

“tengo una suerte de mierda...”

No quiero nada más, solo caminar y despejarme. Después de la comida, me levante de allí sin ser escandaloso, dirigiéndome hacia la puerta.

—Nii-san, ¿A dónde vas?

—Voy a caminar un rato... No te preocupes.

—... Vale, pero llega a la casa, si quieres podemos platicar un rato para que te dejes de sentir así. —Sei sabe muy bien porque mi estado, sabía que Clear era lo que me afectaba tanto—.

—Te lo prometo... —le di una media sonrisa, caminando sin ganas—.

—Aoba se ve mal.

—Si... —No tomo mucho tiempo en que el que salí que comenzó a lloviznar con más intensidad—. ¡Nii-san no lleva sombrilla! ... Bueno, creo que un poco de agua fría le vendrá bien... Supongo...

Mi caminata sobre el pavimento mojado de Midorijima era desalentador, el clima hacia que todo se viera más deprimido en mi mente: tanta gente caminando, y yo en la mísera soledad. Yo aún no tenía idea de cómo esto podía afectarme... Procure a mí mismo no hacerme dependiente de alguien, pero esto llegaba a lo escabroso... ¡Esta mierda tiene que parar ya!

Se van, se van, meciendo ya, entre las olas.

Una cálida voz resonaba por alguna razón entre el sonido de gotas de lluvia cayendo, destacando ante el fuerte sonido de la naturaleza.

Con un, con un, gran resplandor, las voces que a lo lejos se escucharán.

Vi entre las figuras de colores variopintos una figura blanca, con un paraguas trasparente, caminando a lo lejos: el dueño de esa hermosa y melodiosa voz. Corrí, corrí como no había hecho en años: quería alcanzarlo, necesitaba alcanzarlo en este instante.

Y las medusas al soñar entonan su canción. En el gentil y suave mar dormirán.

Jadeante, logre tomar de esa bata al individuo que cantaba, lo cual cuando estaba recuperando mi respiración, volteo a verme, haciendo un sonido de asombro.

— ¡Aoba-san!

En el instante que lo vi, no podía distinguir entre las gotas que caían en mi rostro o mis lágrimas... no me importo nada, lo abracé... abracé a él ya tan grande Clear que me correspondió.

—Aoba-san... Hace años que te busco... No pensé encontrarte así... —Con el tono con el que me hablaba parecía que estaba a punto de llorar, así como lo estaba haciendo yo—.

—Clear, Clear... —Las undulaciones de mi voz se quebraban por el llanto que ni hice esfuerzo en ocultarlas—.

Lloramos un rato juntos, la lluvia no dejaba de caer sobre nosotros, que estábamos seguros en la sombrilla, mientras la gente se iba haciendo menos. Mire sus ojos amatistas, tan hermosos... estaba intactos; la miradas mutuas nos indicaban hacer una acción que era inevitable, poco a poco nuestros labios se acercaban hasta hacer un pulcro primer beso... pude recibir sus emociones en su boca... él nunca ha dejado de amarme, así como yo tampoco lo deje de hacer, mi corazón no paraba de latir, pronto recobro la alegría que solo Clear podía darme, que sus labios me estaban dando ahora: no había un momento más perfecto que este en mis recuerdos, no... Si había uno: cuando él se me declaro por primera vez, cuando lo conocí...


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