Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Tamer. por JHS_LCFR

[Reviews - 130]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Capítulo 17

 

El ascensor era considerablemente pequeño; apenas entraban los cinco: Yifan se sacó el abrigo y empezó a torcer la boca, sintiendo las entrañas revolverse, crujir…reacomodarse. Apoyado contra la pared, dejó que la línea de su cuerpo se desestabilizase, las palmas aferradas al espejo de la parte superior, mientras bajaba la cabeza y suspiraba.

-¿Te has mareado?—preguntó Junmyun, que estaba del lado de la puerta, mirando de reojo. Yixing tardó en reaccionar y girarse desde el extremo derecho: Baekhyun y Jongdae los separaban, era imposible acercarse—. Tú eres el que posee la cola y las alas…me sorprende que puedas ocultarlas tan bien.

-No tienes…no tienes idea de lo que cuesta—fue todo lo que pudo articular, la cola atada alrededor de su cintura, las escamas pinchando y rasguñando por salir mientras la columna se le torcía: mostrando los dientes, Yifan gruñó por lo bajo y se dejó caer al suelo, Baekhyun dando un respingo y retomando la calma en su tarea a pesar de que los zapatos del rubio le pinchaban en los talones—¿Cuánto…cuánto falta?

-Recién vamos por el quinto piso—se lamentó Junmyun, lamiéndose los labios mientras miraba a Yixing con nerviosismo—¿Puedes aguantar? Deberíamos hacer esto lo más silencioso posible, pero si no puedes…

-¡No! No…estoy bien—Yifan tomó del pantalón al primero que tuvo enfrente. Baekhyun lo miró desde arriba con tristeza—, suban despacio, esto…esto es común—suspirando, se tomó de la frente y volvió a gemir, dolorido—. Sólo…sólo déjenme sacar…

Los crujidos se intensificaron, y Yifan tembló antes de que su espalda se abriera con dos enormes surcos, la tela siendo rasgada brutalmente mientras las alas cubiertas de sudor y sangre chocaban contra la pared, buscando salir y expandirse.

-Maldi…ción—Junmyun se pegó a la puerta, manos en alto mientras Yixing se abría paso a los empujones, agachándose a su lado: Suho carraspeó—. Lo siento, es sólo que…no me imaginaba que fueran tan largas… ¿En serio puedes soportar?

 Yifan asintió, Lay a su lado, acariciándole la frente y quitando las manos para besarlas y posarlas sobre su pecho.

 

 

En cuanto llegaron Junmyun, Jongdae y Baekhyun examinaron el pasillo: si bien el piso diecisiete le correspondía enteramente a ellos, nunca faltaba la vecina que se quedaba sin azúcar o el que había escuchado un ruido raro: abriendo la puerta con lentitud, Junmyun entró y se quitó los zapatos, rápidamente desapareciendo tras cruzar un pequeño pasillo que terminaba en una arcada, lo que parecía ser el living asomando hasta la otra esquina, donde las puertas con vidrios y la terraza indicaban que el viento corría suavemente afuera, meciendo las plantas de las macetas.

-Pasen y sígannos—sonrió Baekhyun, girándose y tomando la mano de Yixing, que se sonrojó, confundido—.Quítense los zapatos y acomódense en el sillón de la sala con Jongdae, yo me encargaré de corroborar que los dos que faltan están en camino.

-¿Los dos que faltan?—preguntó Lay, apretando con su mano libre la cintura de Yifan, que luchaba por no caerse de boca a la hora de sacarse el calzado.

-Tengo entendido que se llaman Sehun y Luhan, ellos aún no han llegado de Topacio, se les hace difícil con las rondas de guardias en los trenes.

-Dímelo a mí—bufó Yifan, tanteando la pared con los dedos derechos y la figura de Lay con los izquierdos, aferrándose a cualquier pedazo de ropa o piel que identificase como la perteneciente al curador—. Yixing, creo que me hace mal estar tan alto.

-Tranquilo, Fan, tranquilo—poniéndose en puntas de pie, Lay depositó un casto beso sobre su nariz y le acarició el rostro, dejando pequeños toques sanadores para evitar que las escamas desgarrasen su cara—. Vamos a la sala y les pedimos que te dejen sentar en el piso o la pared…tienes que sacar las alas después de haberlas encerrado durante tanto tiempo.

-La cola me está matando—agregó, la extensión cortando la tela de la camisa blanca mientras se desenrollaba de su cintura y pegaba como látigo—Rayos, ¿Dónde quedó mi abrigo?

-Lo tengo yo—oyeron desde la arcada: Jongdae asomó e hizo un gesto desanimado con la cabeza—. Vengan, vamos.

Caminando despacio, tantearon y midieron cada uno de sus pasos: encontraron un pequeño grupo de gente desparramado sobre el alfombrado marrón claro; incluso algunos rostros le resultaron conocidos. Sobre todo a Lay.

-¿Yixing?—el moreno abrió los ojos y se paró de un salto, corriendo a acercársele.

-¡Jongin!—el abrazo fue estremecedor, desde el sillón, un par más se levantó y el curador comenzó a gritar nombres—¡Kyungsoo-ssi, Chanyeollie!—mientras tanto, Yifan apretaba los labios y se miraba los pies descalzos, la angustia picando en sus ojos.

Jamás se había sentido tan solo, y poco a poco comenzaba a entender que él era el único con anomalías claramente visibles, además de probablemente haber sido el único encerrado en una jaula desde que tenía memoria, partiendo huesos y devorando aves y gallinas dentro de su asquerosa habitación de prácticas.

Se le antojaba demasiado un conejo en esos momentos: lamiéndose los labios, buscó la cocina con los ojos. Entonces una enorme mano con dedos largos le apresó el hombro, y un joven extremadamente sonriente le dedicó la más sincera risilla de ojos, ambos empequeñecidos al punto de perderse.

-¡Ey, yo te conozco! ¡Eres San-Alado, el gran Wu Yifan!—éste último echó la cabeza hacie adelante, arqueando una ceja y buscando las palabras para responder—. Me llamo Chanyeol, y  controlo el fuego—tendiéndole la mano libre, dejó entrever las cicatrices. Hinchadas, latentes, con capas de costras que no terminaban de curarse—. Tranquilo, no voy a quemarte…aunque esa es mi mano mala, soy mejor con la derecha. En fin—sonrió, ensanchando la fila de dientes que cruzaba su cara—, te recuerdo de la época de prácticas…los doctores te tiraban conejos y gallinas todas las noches. Cuando se iban, yo jugaba a entrar mientras dormías y quemaba las plumas.

-¿Eras tú?

-Exacto—asintió, ensimismado en exagerar todas y cada una de sus acciones—. Ah, quizás ellos no te suenen…el morocho alto con cara de deprimido es Tao, está algo cansado porque debe reunir fuerzas para usar su poder…él detiene el tiempo, es fantástico. Y ése que está ahí de boca grande es Kai, aunque el otro con boca grande se llama Kyungsoo. Kai se tele trasporta y Kyungsoo mueve la tierra, ¿No es genial? Hasta el momento, no hemos repetido poderes.

-¿…Repetir poderes?—Yifan buscaba a Lay con la mirada para pedirle que le ayude a liberarse, pero el alto de orejas pronunciadas tenía otros planes, tomándolo de las manos y llevándolo lentamente a descansar al sillón.

-¡Tao, permiso! Gracias—colocando al alado de un suave empujón, se sentó frente a él en el piso, voz grave y juguetona—. Hemos apostado con Baekhyun a que todos tendríamos poderes diferentes. Si gano, él debe hacer todo lo que yo diga por una tarde, ¿No es fantástico?

-Eh…emh… ¿Supongo?

-Ya sabes, como no hay muchas formas de las que nos podamos entretener… ¡Ah, esperen!—gritando y girando salvajemente, el joven abrió la boca como un sapo y habló—¡Kyungsoo! ¿Nos quedan patas de pollo en la heladera?

Un bajito de ojos miedosos se separó del abrazo cariñoso de Yixing y asintió, levantando sólo dos dedos mientras dejaba que el sanador pasase un brazo por sus hombros, Kai marcando territorio por la zona de la cintura, atrayéndolo hacia él.

-Eso significa que sólo puedo darte dos o tres…ya vengo—y levantándose, Chanyeol desapareció por el pasillo de la entrada, doblando a la izquierda y corriendo una puerta de madera blanca.

Yifan miró a su alrededor, echándole un ojo al morocho que se llamaba Tao: el joven resoplaba y se frotaba el puente de la nariz, sus delgados pero pomposos labios temblando a medida que bufaba.

-¿Te sientes mal?—susurró, intentando establecer algún vínculo, algún contacto: Yixing no dejaba de hablar y caminar alrededor del piso, y él había sido abandonado allí con la espalda sangrando y las alas chocándoselo todo—, si quieres…puedo pedirle al piroquinético que te traiga algo de agua.

Tao abrió los ojos de golpe y rió, tomándose del estómago: Junmyun apareció entonces con una bandeja repleta de vasos llenos y pastillas, además de rodajas de pan. Su cara de confusión dejó entrever un poco de tristeza: nunca había hecho reír a su Tao así.

-¿Cómo le has dicho? ¡Eso es muy cínico y cómico!—Yifan, en respuesta, se sonrojó y asintió, riendo por lo bajo.

-¡Ehem! Lo siento… ¿Quisieras algo para el dolor de cabeza, Tao? Y tú, Yifan, si necesitas gasas o algo por el estilo, llama a Jongdae y te las traerá, dile que yo te dije.

Kris observó perplejo la escena: la casa funcionaba como con una serie de engranajes, siempre había movimiento y siempre había algo para hacer. En cuanto notó que Junmyun acariciaba a Tao del mentón para abrirle sutilmente la boca, la incomodidad le anudó el estómago y la garganta, pero no dejó de mirar.

Los dedos de Junmyun exploraban la piel con vergüenza pero con precisión, como si no fuese la primera vez que lo hacía, pero como si siempre le costara mantenerse al margen de los actos que debía cometer: introduciendo la pastilla en la punta de la lengua, buscó con la mano libre el vaso y lo posó contra los labios de Tao, éste cerrando los ojos con brazos muertos mientras Suho inclinaba el vaso y le sostenía de la mandíbula con temor, con cuidado.

En cuanto el morocho tragó, le dedicó a su cuidador una tímida y quebrada sonrisa: Junmyun, sonrosado, simplemente unió las frentes y le susurró, apenas rozando los labios.

-Pronto terminará, amor…te lo prometo.

-¡¡Yifan-ssi!!—se oyó de pronto, y Chanyeol pisoteó todo su camino al lugar que había estado ocupando, un plato hondo en sus manos con una rodaja de pan y dos patas fritas de pollo, una naranja perdida rodando por el espacio libre—, mira, sólo puedo darte esto, espero que te guste y te haga sentir mejor.

De la nada, Jongdae dobló con un pequeño baúl y corrió el sillón cargado de dos personas de un empujón, colocándose entonces entre la pared y las alas.

-No te asustes—susurró al rubio, inmóvil—. Escuché lo que te dijo Junmyun…si te quedas quieto, podremos hacer esto rápido.

-¡Kyungsoo!—se escuchó a lo lejos—¿Yo también puedo comer patitas de pollo?

-…De acuerdo…pero sólo cinco.

-Jonginnie, ¿Te sigue gustando tanto el pollo?

-Por supuesto, Yixing. Sólo que ahora como cinco patas y me lleno, porque hemos estado comiendo poco.

-¿Chanyeol? ¡Ayúdame a preparar las camas!

-¡¡Voy!!

-¡Yah, no griten que a Tao le duele la cabeza!

-Lo siento, Suho.

-Sorry, Pa.

-Lo lamento.

-…Yo no estaba gritando…

Kris parpadeó, sorprendido: Junmyun se agachó de espaldas a Tao y lo cargó hasta una puerta de algarrobo corrediza; apenas se alcanzó a divisar una cama grande, quizás de dos plazas. Entonces, ambos desaparecieron como todos los demás, quedando sólo Jongdae con sus dedos fines y ágiles, emitiendo pequeños choques eléctricos inconscientemente y pidiendo disculpas.

-Lo siento, suelen salir cuando me pongo nervioso.

-¿Así que tú dominas el rayo?

-Básicamente, sí. Rayo, electricidad, trueno…puedo hacer que se venga una tormenta si quiero, pero Suho me dijo que la gente sospecharía, que mejor dejar de andar exponiéndome y respetar a la mujer del clima.

Yifan rió suavemente, sintió el silencio de una sonrisa detrás de sí.

-¿Y bien, tú sabes qué piensa hacer el chico bajo con todos nosotros?

-¿Suho? Se llama Junmyun, pero nosotros le hemos puesto así porque es como un padre para nosotros. Sobre el plan…a mí no me gusta nada, pero hasta ahora, van ganando por mayoría en la votación, así que lo más probable es que algunos de nosotros viajen al pasado.

-¿…Al pasado?

-Sí, al pasado. Kai propuso raptar al hijo del Rey y llevarlo al Norte a cambio de que se declare la tregua entre las Naciones Divididas—Yifan dejó de respirar, el dolor de las alas desapareciendo para ser reemplazado por una pesadez súbita en el pecho—. Suena escalofriante, ¿No? Resulta que Jongin lo llevó hace unos años, junto con Tao…dijeron que, si se lo proponen, pueden volver, e incluso llevar a alguien más…hasta ahora, se dictaminó que iría Suho para golpearlo de forma que el príncipe quede inconsciente la mayoría del viaje.

-¿…Y cómo saben dónde está el chico?

-Tao lo ha estado espiando estos días. Por eso está tan cansado…necesita dar un empujón más, traerlo, y según Suho, estará de vacaciones cuando tiempo lo desee, sin necesidad de usar sus capacidades en absoluto.

-¿Y luego?

-Lo de después es gracioso—rió Jongdae, aún con su deje de lástima en la voz—. Suho dice que entrenemos al príncipe y que recorramos el Sur formando un…circo—otra risilla, las pequeñas descargas empezaron a desaparecer—. Hace unos días aparecieron unos animadores de circo del Norte que alegaban que no tenían trabajo y que se ofrecían a colaborar…Junmyun expresó su deseo de enmendar su voluntad de Resultado Fallido e Híbrido, como nosotros, y recorres los pueblos alegrando a las familias de los soldados…como para que vean que no todo está perdido.

-¿Entonces…armas del Estado haciendo piruetas delante de ellos?

-Exacto, para que entiendan que aún tenemos un porcentaje humano en nosotros. Ante cualquier desviación o descontrol posible, el príncipe nos corregirá…está bien pensado.

-…No entiendo qué parte no te gusta de todo esto.

Jongdae dejó de moverse alrededor de las alas de Yifan, quien giró el rostro hacia la derecha lo suficiente como para ver sus ojos oscuros apagados: separando los labios, Chen suspiró, relajando la línea de los hombros.

-El chico no tiene la culpa de ser quien es…probablemente ni sepa quién es… ¿No crees que es mejor así? Quiero decir…si lo dejamos allí, probablemente siga el curso de cualquier chico común y corriente y se pierda entre la multitud…

“Lo último que necesitamos ahora, es tener a un miembro de la Familia Real con nosotros”.

 

 

* * *

 

 

-¿Yifan? Yifan—Yixing trepaba el árbol saltando y aferrándose a las ramas con agilidad: entre los bultos de hojas, el rubio sin alas descansaba sereno y agotado, su pecho acompasado inflándose hasta llenarse por completo para luego vaciarse en un sonoro y extenso suspiro. Yixing sonrió tímidamente—, debes estar cansado de tanto dolor. –y agarrándose de la rama que tenía arriba de la cabeza, estiró el cuello para besarle la mejilla y luego sentarse en la rama de abajo, atento a cualquier movimiento, pero dejando caer poco a poco sus párpados, ignorando el olor a putrefacción y a sangre seca.

 

 

* * *

 

 

Yixing esperaba junto al trono, manos cruzadas y rostro temeroso: tendría que correr hacia los nuevos híbridos ni bien regresaran de su primer gran misión, pero las gotas de sudor que le pegaban el pelo a la frente le distraían, y la vista se le emborronaba.

De pronto, explotó la contaminación sonora en la habitación y una especie de burbuja se formó frente al trono: parecía concentrar un remolino dentro que se iba devorando a sí mismo. La burbuja entonces se deshizo y una supernova comenzó a succionar el aire.

Una fuerte explosión y un corte profundo en el aire dejaron ver rastros de sombras y polvillo: materializándose, dos niños cayeron al suelo: estaban agotados, debilitados. Agotadísimos.

Dejando caer su pequeño cuerpo en el suelo, uno de piel oscura y cabellos revueltos lloró pensando que así huirían de su cuerpo los dolores y los espasmos. El otro, de ojos pesados y con pinta de no dormir, a su lado, no se movía: había caído como pesa muerto ni bien había vuelto a pisar el Palacio.

Ambos habían llevado sus poderes al límite.

De los oídos del tumbado, Tao, caían gotas rojas y brillantes. Kai, el otro, no quiso ni atisbar para saber cómo estaba su propio pecho: las manos ardían en carne viva y podía sentir la sangre correr entre los dedos de sus pies.

El Rey se levantó del trono con el agitar grueso y pesado de la carpa: Yixing dio un respingo y buscó alrededor a los doctores que iban llegando. ¿Debía ir? ¿Debía actuar ya?

-¿Han podido? ¿La han llevado?—preguntó MinGook. Kai jadeaba y temblaba y las lágrimas le impedían ver: las enormes manos del Rey adulto lo levantaron del suelo, fijas al cuello de su camisa—¡¡Respóndeme cuando te hablo, miserable niño!!

-¡Señor, no los fuerce demasiado!—de detrás de Yixing, surgió un muchacho de cabellos largos y color caramelo que corrió hacia el Rey; Kai sonrió al identificar los colores y los sonidos como Taemin, su Taemin Hyung, que le había prestado sus zapatos favoritos para realizar su primera y verdadera misión.

Kai y Tao habían logrado, en conjunto, viajar en el tiempo para proteger a la Familia Real de “los malos esos…los malos del Sur”.

-¡No los lastime—seguía el chico: Jongin quería abrazarlo y llevárselo lejos, porque mientras su vista enfocaba de vuelta, los moretones y la palidez amarillenta en la piel de su Hyung dejaban en vista que era débil…o que, tal vez, las super humanizaciones que le tocaba eran demasiado fuertes—, es sólo un niño…y semejante viaje…!

Un golpe secó desplomó al joven de cabellos largos y color caramelo, al instante: el rostro, golpeando contra el inmaculado piso blanquecino, permaneció inmutable y con los ojos bien abiertos.

Los Doctores (Los Futuros Responsables) corrieron horrorizados y lo arrastraron fuera de la escena: y en algún momento, alguna doctora en particular sintió pena por ellos…ya que, mientras escuchaba balbuceos y patéticas excusas, lo arrancaron de las manos del Rey y lo llevaron de vuelta a las cápsulas, pero sólo a dormir…

…ya tendría tiempo, junto con Tao, de súper humanizarse.

Aquella fue la primera vez que Yixing se sintió verdaderamente inútil: presa del miedo, no había podido evitar nada. No había puesto el cuerpo como Taemin, no había protegido a lo que luego serían sus camaradas en el campo de batalla.

 

 

Aquella noche, Taemin recibió el doble de inyecciones a modo de castigo.

…Jongin no recordó haber llorado tanto como lo hizo aquella noche.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).