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Tamer. por JHS_LCFR

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Capítulo 21

 

-Claramente no sirves para nada, ni siquiera nos fuiste de ayuda—sentenció Luhan, asqueado  y con la sangre seca agrietándosele en el rostro: las arrugas en su frente se acentuaban así como las arañas en las comisuras de sus ojos, parecía que había envejecido de pronto y sólo entonces Sehun, que permanecía a un costado y contemplaba la batalla en silencio, entendió cuánto consumía el poder de su Hyung, comiéndose poco a poco la juventud de lo que alguna vez había admirado en silencio, allá por la época del circo, un mes exacto antes de que comenzara la nueva huida.

-Lo siento—musitó Minseok, cansado y dolido: exhalaba con fuerza, su cuerpo ya no resistía las prácticas. Habían comenzado a correr del Norte de nuevo, sin tiendas ni espectáculos. Los únicos que corrían eran ellos, y Xiumin jamás se había sentido tan abandonado, tan a la deriva…por su culpa.

Sólo y exclusivamente por su culpa.

-Tuve que haber entrado a tu estúpido remolque cuando terminó la pelea, tuve que haberte decapitado  haber llevado tu mugrosa cabeza cargada de linaje al Rey para que nos dejara en paz.

-Luhan—argumentó Jongin, serio—, no nos hubiesen dejado en paz, te hubiesen asesinado en ese mismo instante—dando un paso hacia adelante, buscó intervenir tomando al joven híbrido de los hombros—, ahora, basta. No más disputas.

-¡No me digas lo que tengo que hacer! ¡Este idiota—señaló, acusadoramente y con la furia brotando de los poros de su piel—, este imbécil pudo haber ayudado a que no cayéramos tan fácilmente! ¡Pudo haber potenciado nuestros poderes, pudo haber terminado con todos los otros sin haber perdido medio bosque! ¡Ahora estamos vagando solos por quién sabe dónde y ni siquiera tenemos una meta o idea a la cual acudir, todo por culpa de…!

-¡¡Silencio!!—Junmyun hizo acto de presencia saliendo desde atrás de un árbol delgado e inclinado, la estepa lo estaba matando y los harapos del joven maestro todavía colgaban de él,que se rehusaba andar desvestido por la selva y la llanura como un salvaje: los puños de la camisa colgaban pobremente sobre sus nudillos, había perdido peso. Pero eso no le quitaba fuerza a su voz—, no más peleas. Tenemos que encontrar una solución a esta porquería de situación, y tiene que ser ahora. Los quiero a todos en el abrevadero en cinco minutos, sin golpes, sin insultos. Y los quiero a todos, dispuestos a hacer caso, ¿Entendido?

Tras varios segundos de silencio, Chanyeol asintió primero y el resto le siguió: Baekhyun ya no sentía los agarres de seguridad en su cuerpo o en sus ropas, Chanyeol había aprendido a dejar de temer pero sabía que todavía le temía a él, quien había matado a puño limpio a un joven híbrido nuevo. Sin poderes, sin ventajas sobrenaturales.

El cansancio en su mirada se hizo evidente en su respiración, Chanyeol pareció escucharlo y le miró rápidamente de reojo: su ceño permanecía fruncido y todo su cuerpo quemaba queda pero insistentemente por dentro. El Sol le daba todos los días de lleno, y su batería interna se cargaba de aquel calor.

Tenía miedo de tocar a alguien o de enojarse y dejarlo salir todo. Por lo que mentalmente se aplacaba para auto-controlarse y olvidarse de toda misericordia o cariño. Aunque Baekhyun no tiene la culpa, pensó, afligido. Quizás…quizás si le tomo solamente de la mano, quizás…

-Recuerden—saltó Kyungsoo, mirando a todos y a cada uno a la cara, asegurándose de que lo estuviesen escuchando tal y como hacía un obediente y consternado Jongin—, ya hablamos esto, ¿Sí? Pero por las dudas, no olviden que tomaremos tres puñados de agua cada uno, sólo para acompañar la comida que encontremos. Aún podemos bañarnos, pero de a grupo y sin desperdiciar mucho tiempo. Suho necesita esa agua, y limpiarla de nuestra mugre le cuesta mucho trabajo. ¿Entendido?

Jongin miraba con añoro al joven de cabellos despeinados: había perdido su inocencia y todo su dolor hacía rato, en cuanto le había visto casi morir aplastado a manos de los pequeños híbridos nuevos. Podía decirse que Jongin anhelaba al viejo y pequeño Kyungsoo, pero no tenía el valor de hacerlo: tenía que admirar el crecimiento de su amado, pero al tomar el cargo de Lay se había endurecido demasiado…ya casi no pasaban tiempo juntos.

-¿Dónde están Jongdae y Yixing?—preguntó Yifan, que se levantaba a duras penas del tronco desde el cual Junmyun había aparecido, y que se había retirado raudo y en silencio para que nadie notase sus heridas—, ¿Encontraron algo?—el agotamiento en el rubio era devastador. Era el más gravemente herido, y además de vivir durmiendo por el cansancio, sus cicatrices, por algún maldito motivo, había vuelto a abrirse.

Más allá de que Kris ya no tuviese alas, el chico podía sentir cómo los huesos que sobraban de la rotura luchaban e insistían por querer regenerarse y sanar. Y aquello era un grave problema, porque más lucharan contra la realidad de haber sido mutiladas, más dolerían.

-Siguen cazando, dicen que vieron a un par de pájaros y no sé qué más merodeando hoy a la mañana por los arbustos—explicó Sehun, con un Luhan molesto y refunfuñando a su lado mientras escrutaba la estepa.

-¿A esto le llamas arbustos?—rió el telequinético, pateando la tierra suelta—. En esta mierda no hay nada para comer, menos habrá lugar donde esconderse. Muchas gracias, domadorcito—gruñó, mirando al joven humano con odio—, gracias a tu incompetencia, estamos varados en el medio del desierto.

-Hey, ¡No le hables así!—gritó Baekhyun, ofuscado—, me tienes harto con tus berrinches, admite que estamos aquí por culpa de todos, como los demás lo hemos estado haciendo! No es culpa de Minseok, es culpa nuestra por haber confiado en los de mantenimiento y por haber trazado un mapa de dirección con ellos, es culpa nuestra por habernos delatado de pueblo en pueblo, ¡Es culpa nuestra por haber escapado del Capitolio en primer lugar!

-¡¡Ni se te ocurra volver a decir eso!!—bramó Chanyeol, sorprendido por la súbita rabia y girando sobre sus pies para enfrentarle—¡No te salvé en vano, maldita sea, no quemé media sala de prácticas en vano por ti!

-Prefiero estar muerto como Taemin y los otros antes que permanecer en este nido de ratas con un incompetente como Junmyun, que nos trajo a todos a la ruina!

-¡Tú mismo dijiste que no culpemos a nadie!—gritó Jongin, empujándolo de repente y con Kyungsoo agarrotándose a sus hombros para detenerlo.

-Jongin, no te metas.

-¡No le empujes así!—respondió Chanyeol entonces, atacando a diestra y siniestra—¡Hyung, discúlpate con Junmyun, él ha hecho todo lo posible para salvarnos!

-¡Es un estúpido líder y no quería que me salvaras en primer lugar, Chanyeol! ¡Pude haber sido un buen soldado, o pude haber tenido algún puto poder para defenderme a mí mismo allá en el bosque!

-¡Dejen de discutir, eh!—Kyungsoo se abría paso mientras Jongin y Chanyeol discutían y Baekhyun sollozaba molesto, solo—¡¡Basta de tonterías y de llanto, ya oyeron a Suho, todos al abrevadero!

En silencio rotundo, Sehun y Luhan caminaron uno al lado del otro, seguido del resto: en el medio de la calma y con el calor golpeando duro, Luhan echó un vistazo a Sehun, notándolo empequeñecido, descuidado. Suspiró.

-¿Sabes que te quiero más que a nada en el mundo, no?—murmuró, llamando su atención, y carraspeó para interrumpirlo antes de que se le aguaran los ojos—, si quieres irte de aquí, sólo tienes que decírmelo e iremos a Topacio. Tendremos que dejar de usar nuestros poderes, cambiarnos los nombres y vivir escondidos, pero conozco gente allí, podemos trabajar en algunos lugares normales y vivir cómodamente, ya sabes…solos, como lo hicimos alguna vez.

-Hyung…

-Ya sé que no pudiste ir nunca a la escuela, pero eso no importa. Una panadería, construcciones, algo, lo que sea…puedes pasear perros de señoras gordas y ricas, todo con tal de ganar algunas monedas de plata.

-Hyung—repitió el otro, atónito mientras arrastraba los pies con cansancio: lloraba en silencio, y Luhan, paseando las pupilas de un ojo ajeno a otro, lo frenó en seco, dejando que el resto siga—¿Por qué te preocupas tanto por mí? Siento que nunca sirvo, que nunca puedo ayudarte.

-Sehun…ya te lo dije, te quiero más que a nada en el mundo. Y quiero protegerte, quiero verte feliz y quiero mimarte—sonrió de lado, medio avergonzado y medio agotado por el calor; fundiendo al chico en su abrazo, le escuchó hipa y le besó el hombro y el cuello, riendo por la diferencia de altura—, hubo una época en la que podía besarte el pelo, ¿Recuerdas? Tú no sabías mi nombre, y yo no sabía el tuyo porque apenas nos conocíamos y teníamos entendido de que tendríamos que pelear pronto entre nosotros para aprobar las pruebas y poder pasar… ¿Te acuerdas? Era en la sala de prácticas, y yo tenía el cabello estúpidamente rosado y lacio, en forma de casco, aún no sé por qué.

Sehun buscó sonreír, y entre lágrimas mostró sus dientes al tiempo que las manos buscaban la cintura de su Hyung.

-Me parecía que te conocía de alguna parte… ¿Tú eras el que me besaba antes de ir a dormir?

-Llorabas porque extrañabas a tu madre, luego te enojabas porque decías que no recordabas su rostro.

-Entonces tú bajabas de un salto de tu cama y corrías hasta la mía—rió, agradecido—, recuerdo que me pellizcabas las mejillas y me besabas, diciendo que no te agradeciera porque me tenías lástima…

-“Y que te tengas lástima siendo un híbrido, es lo peor”—dijeron al unísono, riendo incómodamente y con Luhan volviendo a acomodar el flequillo del pequeño, mirándolo eternamente a los ojos.

-Te necesito más de lo que pienso—suspiró, enamorado y tomándole de la mano libre para retomar la caminata. Sehun asintió.

-Creo que dependeré de ti hasta el último de mis días.

Y, colocándose de puntas de pie, Luhan le besó en la frente, sobre el flequillo.

Luego Sehun se inclinó e hizo lo mismo.

 

 

Minseok caminaba solo, podía percibirlo en su cuerpo: iba cabizbajo y hablaba poco, respondía a los insultos de Luhan sólo lo justo y necesario para no iniciar una pelea pero también para dejarse aplastar. Aunque el resto de los chicos caminaba formando una especie de círculo alrededor de él, Minseok bien sabía que aquella circunferencia no era de protección, sino de resentimiento: no había salido a ayudar en la batalla, y cuando todos cayeron heridos al remolque para que Lay pudiese enfocarse mejor y en paz, en el momento en que Jongdae cruzó su visión, agotado y empapado en lodo, lo único que supo hacer fue levantarse e irse.

Sólo la tolerancia y agotamiento batido con rabia de Junmyun surcando el espacio y apresándole brutalmente la muñeca le detuvo, presa del susto y del temor: jamás había visto a Junmyun tan desaliñado y con el aura a punto de explotar. Rogando por no terminar dentro de una burbuja líquida que le inundara los pulmones, tragó saliva y se disculpó.

Un mes después de aquello, seguían vagando.

Y un mes después de aquel momento, la historia seguía sin cuadrar en su cabeza: según le habían dicho, Minseok era un príncipe. Según le habían relatado, el joven estaba destinado a reinar todos los pueblos con nombres de piedras preciosas y más, estaba destinado a continuar con la creación de nuevos híbridos, más poderosos y salvajes. Como supuestamente lo dictaba su sangre, debía casarse con alguna estúpida y perdida princesa que tuviese el coraje, la autoestima o la suficiente estupidez como para presentarse en el palacio así él podría elegir, pasar el dedo por sobre miles y millones de mujeres hasta encontrarla que le plazca, aquella que le daría hijos fieles y expectantes a ocupar el trono, el trono que MinGook estaba reservando para él.

Minseok no entendía y se negaba a entender.

No podía creer que su verdadero paradero hubiese sido esa especie de futuro en vez de su propio ‘hoy’, que era nada más y nada menos que un irremediable e inalcanzable pasado.

-Hey—le llamó Chanyeol, rompiendo su parte del círculo y entrando para tomarle con cuidado del hombro—¿Estás bien? Lamento no haberte defendido antes, es que estaba cansado y temía llegar a quemar a alguien…ando medio sensible—murmuró apenado, más sonriente y encogido de hombros, parpadeó con dulzura—, si Luhan te vuelve a molestar, avísame. Puedo hacer que se transpire todo, y mandarlo al abrevadero para que se bañe—Minseok apretó los labios para no reír, Chanyeol siguió—, y cuando quiera bañarse, Kyungsoo lo retará porque será su segunda vez en el día, y lo dejará todo sudado y molesto al rayo del Sol, verás que es divertido.

-El bullying no es divertido, tonto—sonrió Kyungsoo, adelantándose dos pasos para acompañar a los chicos, y codeando a Minseok en el brazo—, y tú, estaría bueno que salgas a cazar con los chicos y no volver hasta que encuentres algo, como muestra de disculpa y gratitud. Digo, la imagen tuya con un pajarillo en las manos, todo lleno de tierra y sangre seca me haría olvidar de tu incompetencia en el bosque, sólo para que lo sepas.

Minseok asintió, agradecido, e inspiró hondo, preocupado mientras sus ojos seguían la marcha de sus pies adoloridos.

-Lo haré, saldré hoy a la noche y les conseguiré lo que sea. Desde un ave hasta un caracol, o un ciervo, no sé…no sé qué fauna se maneja en estos tiempos por aquí.

-¿Cómo que no sabes?—rió Chanyeol, y Minseok levantó una ceja.

-Corea solía estar bañada en calles, los únicos animales vistos eran perros, gatos…y otras cosas más exóticas, dentro de los zoológicos…ahora no sé por qué hay estepa aquí, y tampoco sé cómo es que hay tanto verde yendo para el Norte.

-¿Calentamiento global?

-¿El paso de los años?

-¿Explotación de la tierra?—se sumó Jongin, demostrando que él tampoco estaba enojado, al menos no para ese punto.

-No lo sé—Minseok se encogió de hombros, mirando alrededor—, en mis tiempos, todo es muy diferente.

-Minseok—recalcó Kyungsoo con cuidado—, tú tiempo es éste, tú perteneces aquí—y el nombrado sacudió la cabeza.

-Habré nacido aquí, pero mi rutina y mis conocimientos provienen de otra era, y ése es mi presente y mi tiempo para mí—antes de que pudiera seguir, el estanque de agua se notó en el horizonte y todos apuraron el paso: Tao ya se encontraba allí, Junmyun descansando la cabeza sobre su hombro mientras hundía una mano en el agua y respiraba hondamente.

-¿Quieres que busque otra fuente de agua para ti?—le preguntó Tao al maestro del agua antes de que los jóvenes llegaran, pero el otro negó con cansancio, dientes expuestos mientras bufaba con la boca abierta por el calor.

-Estoy bien, podré aguantar mientras esta mierda no se seque.

-Hoy a la noche empezaré a caminar hacia el este, y buscaré agua para ti—insistió el otro, acariciándole la mandíbula con ternura mientras se controlaba para no besarle delante de los demás, que se iban acomodando a orillas del charco gigante, cruzaos de piernas y atentos a cualquier orden—. El mar debe estar cerca, sólo debo cuidarme de no encontrar guardias en el camino, nada más.

-No irás solo—replicó el de cabello caoba, molesto—, te conozco, y eres capaz de huir mientras duermo hacia quién sabe dónde. Así que no, no irás hacia ninguna parte a menos que yo lo diga.

-Propongo que enviemos al domador a buscar agua para Suho—dictaminó Kris, mostrando sin tapujos su enojo: Minseok tragó saliva, al parecer, Kris tenía poco tanto y su tiempo encerrado le habían enseñado a desconfiar rápidamente de cualquiera. Mala suerte que él hubiera caído bajo la etiqueta de ‘traidor’—, después de todo, debería pasarla mal como nosotros, ¿O no?

-Yo, en cambio—defendió Kyungsoo, serio y levantando la voz—, propongo que Minseok salga a cazar cuando Yixing y Jongdae no puedan o no quieran. Debe mostrar que se encuentra arrepentido y que está de nuestro lado, ¿Qué mejor oportunidad que consiguiéndonos algo para comer?

-Eso es fácil—saltó Baekhyun, molesto por el calor, por el agotamiento, por todo—, sólo debe agarrar una estúpida babosa que se cruce, probar su sangre y matarla, no debería esforzarse en absoluto.

-Uno, no creo que haya babosas aquí con el calor—explicó Kyungsoo, mirando hacia un costado y rehusándose a empezar otra pelea—, dos, Minseok sabrá desde el principio que traernos un pájaro no será suficiente y se esforzará por compensarnos como se debe.

-Eso no tiene sentido, lo que se supone es que trabaje. Con su poder, traernos la cena le llevará cinco minutos.

-Primero debe encontrar algo que valga la pena matar, y ya te dije que se esforzaría en traernos algo jugoso y grande.

-¡Deja de defenderlo si tienes hambre, ve a buscare un estúpido bucéfalo tú solo!

-¡¡Deténganse!!—Junmyun tosió luego de levantar la voz, el estanque tembló fructuosamente –. Nadie va a amenazar a nadie, y Minseok puede decidir lo que quiera hacer. Si alguno de ustedes tiene problemas con él, háblenlo y dejen de romper las pelotas, ya son adultos y no puedo creer que todavía no sepan limpiarse el culo solos, carajo—prácticamente rugía, y Minseok palideció del mal humor y la cantidad de blasfemias que brotaron de lo que alguna vez fue el hombre más calmo y bien hablado que había conocido jamás—. Ahora déjense de joder y piensen en algo, en lo que sea, que haga que podamos comer y no temamos por nuestra cabeza.

-Pensé que tú eras el líder, Hyung—musitó Jongin, preocupado.

-Lay está cazando y yo no tengo fuerzas. Decidan un tercer jefe para casos como este, y si deciden no tenerlo, más les vale traerme soluciones posibles y normales sin cagarse a trompadas entre ustedes—bufó, amargo—¿Entendido?—acto seguido, gateó hasta hundir los dos antebrazos y los codos en el agua, mirando su reflejo y cerrando los ojos, enfundado en recoger sus últimas fuerzas antes de desmayarse, y con el agua entrando por sus poros inhaló profundamente y contó hasta tres, pidiéndole ayuda a Tao para que lo sacase y secase, los movimientos meticulosamente medidos y las caricias precisas, justas y silenciosas—Tienen tiempo hasta mañana en la mañana.

 

 

Los muchachos permanecieron en semicírculo, sentados frente al agua y lamiéndose cada tanto los labios en deseo por poder tomar algo de líquido. Automáticamente la imagen de Suho surcaba sus cabezas y todos los pares de ojos terminaban bajando con culpa hacia el suelo, salvo Minseok, que nunca había contemplado al lago por debatirse mentalmente entre pararse y empezar a buscar por agua o encarar para el lado opuesto y buscar comida.

Cinco segundos duró su batalla interna: Lay y Chen habían arribado dejando caer fuerte y secamente en la tierra amarillenta bultos y bultos de animales, delgados y larguiruchos, como si fuese una familia de zarigüeyas, topos o Dios sabía qué cosa: la cara de asco mezclada con hambre surcó los rostros de los híbridos, Kris admiraba sin vergüenza alguna: hacía rato que no probaba comida decente y los animalejos ya se habían vuelto parte de su dieta.

-No tengo idea de qué son—empezó Chen, desempolvándose las manos sonoramente mientras Lay se agachaba y sacaba un cuchillo—, pero estaban en grupo y tenían huecos y pozos debajo de la tierra, nos llevó toda la puta tarde sacarlos.

-Lo bueno es que sacamos entre doce y quince. Significa que habrá por lo menos una pieza para cada uno—sonrió Lay, transpirado y cortando la capa de pelos para poder acceder a la carne: limpiándose la mugre de la frente con el dorso de la mano, cada tanto se manchaba de sangre, pero nadie dijo nada. Lay sólo sonreía o carcajeaba sonoramente, como si fuese feliz, y cortaba y rasgaba y hundía y quebraba.

Lay jamás había mostrado un lado tan salvaje. Y aún así, se le notaba prácticamente contento.

-Me río porque Jongdae salió a correr a una madre que se escapaba con sus bebés—explicó—, fue muy gracioso.

-Tuve que correr como quince metros antes de atinarle con un pequeño relámpago—sonrió Jongdae, torciendo la boca mientras Chanyeol y Baekhyun le ayudaban a separar las presas por tamaños—, esa maldita nutria era rápida, maldición—arremangándose hasta los codos, se sonó los dedos y luego los estiró, dedicándose a arrancar el cuero a mano desnuda, hurgando con sus uñas sin cortar y quemando determinados lugares con pequeños rayos, precisos y violáceos.

De repente, Chen se llevaba bien con el grupo: quizás sería porque voluntariamente se había ofrecido para cazar. Quizás se trataba por su papel en la batalla del bosque. Aún así, Minseok miraba con callado asombro cómo los demás se iban colocando detrás del y ofreciendo su ayuda, mientras los diferentes tipos de sangre se alejaban y se alejaban más, cada vez más de él.

Como si ya nadie los quisiese.

-¿Quieres?—escuchó de pronto, y un serio pero calmo Jongdae le tendió una bola de vísceras poco apetitosa—, te dejé la parte más tiernita primero. Sé que comes poco y que tu estómago no lo aguanta, pero si tienes hambre…puedes pedirme más.

-Yo…yo—mirando alrededor, observó al resto, echando una mirada de reojo cada tanto y atento a su reacción: hacía un mes que su cuerpo no toleraba carne cruda o pobremente asada a manos de Chanyeol; hacía casi treinta días que terminaba al borde del vómito en el abrevadero, pensando con lástima en Suho, pues el pobre no querría beber más de esa agua, que servía también para ingerir en las comidas y bañarse. Su rostro palideció, y en sus fuerzas tiró la necesidad de levantarse del piso y alejarse del grupo—, iré a buscar algo.

-¿Qué, qué vas a buscar?—Jongdae no dudó en levantarse y seguirlo. La simple sensación de saber que le seguían le pesaba demasiado a Minseok, que ya no podía cargar con la culpa y con la molestia por haber sido abandonado en todo sentido—, ya buscamos por los alrededores, a eso de cinco kilómetros. No hay nada Minseok—se había adelantado para ir un paso más vivazmente lejos que él, y cada tanto giraba el cuerpo para poder mirarlo—, no hay agua, no hay animales más allá.

-Entonces buscaré una civilización—respondió, viendo cómo el cielo se iba tiñendo de naranja a medida que bordeaba una pequeña colina que hacía las veces de montaña en comparación a toda aquella estepa. Una ínfima cueva podía verse al pie de la montañita,  Minseok retiró de aquella guarida de pertenencias el viejo mapa con el que cargaba Suho y lo desplegó, ignorando los trazos con rojo que marcaban la vieja dirección del circo—, ¿Dónde estamos? Necesito guiarme para saber hacia dónde ir.

Chen suspiró al principio, mas su dedo descansó luego en una amplia zona amarillenta y desierta, bien al sur del bosque donde habían estado alguna vez.

-Estamos aproximadamente aquí, como verás, el mar está a kilómetros de distancia y no podemos recorrer toda esta ruta en pocos días, tenemos que ir despacio por el cansancio y por Suho, porque no sabemos dónde encontraremos un río o algo parecido.

-Pero, ¿Y éste que está aquí? Está relativamente cerca, hacia el noreste.

-No volveremos al norte y no pasaremos por ese río—dictaminó el otro, negando efusivamente—, no, no, allí se encuentra Purpúrea, que está bajo los dominios del Palacio Real. No hay forma.

-Iré yo solo, nadie me conoce. Compraré un par de baldes de agua, o barriles…no sé, algo. Traeré pan también.

-Minseok, pueden matarte si te reconocen. ¿Crees que no tienen carteles con tu cara pegados por ahí? Todos somos buscados ahora—farfulló, conteniendo la rabia—, no nos van a dejar en paz.

-No tengo nada que perder—retrucó Minseok, enrollando el mapa y metiéndoselo en el bolsillo del jean—, mi vida no vale nada si dejo que me sigan detestando todos ustedes, si vuelvo al Palacio, no sé qué será de mí y si voy a Purpúrea…lo mejor que me puede pasar es que me maten.

Dando dos pasos, sintió la mano de Jongdae hundiéndose en su piel.

-Iré contigo.

-Ni lo sueñes—le replicó, zafándose rápidamente.

-No pienso dejarte ir solo—y con el nuevo agarre y la decisión grabada a fuego en sus ojos, Jongdae le dio a entender al joven domador que iría no sólo para acompañarlo y protegerlo, sino también para aclarar algunas cosas.

 

 

Notas finales:

...un mes justito...qué horror.


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