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(EXO FANFIC/BAEKYEOL) Thank you and Goodbye por aeipathy

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Notas del fanfic:

Gracias por leer.

( No sé si les interese, pero escuché esto mientras escribía https://www.youtube.com/watch?v=S00Ej2e2kwQ )

 

Es 4 de mayo del 2014. El Honda de mi padre hace un sonido horroroso al arrancar. Lo único que se ve por las ventanas en asfalto, y cielo gris, y más asfalto. Yura está cantando en el asiento de atrás. Estamos yendo al hospital. Mamá ríe fuerte en el asiento del frente.

 

Es el último día que los escucho reír de ese modo.

 

No vamos al hospital a menudo. Tan solo los días requeridos, por vacunas, por visitas al dentista. Ese día íbamos por pruebas de sangre que le habían pedido a mi padre para ver el nivel de azúcar en su sangre, y mi madre decidió llevarnos a todos.

 

Tomo asiento en la silla de plástico frío. Cuento hasta cinco. Uno… La enfermera ata un elástico alrededor de mi brazo. Sunghee, dice en la placa que lleva en el pecho. Tiene manos bonitas, uñas pintadas de rojo. Me concentro en sus uñas para no ver la aguja. Nunca me han gustado las agujas. Dos… La última vez que pisé un hospital fue cuando mi abuelo falleció. Tampoco le gustaban las agujas. Tres… Sunghee suspira, no logra encontrar mis venas. Trata una vez más, siento otro pinchazo. Suelta el torniquete, lo vuelve a atar. Uno, dos pinchazos más. Cambia de brazo. Cuatro… Mis venas azules se ven transparentes contra la aguja de metal. 10 mililitros de sangre. Cierra el frasquito, le pone una etiqueta, lo deja junto a otras muestras. Me pone esparadrapo en el brazo, luego un curita. Bien hecho, me dice.

 

Tengo diecisiete años. Es la primera vez que me felicitan por haber hecho absolutamente nada.

 

Salgo de la habitación. Tres pares idénticos de ojos se levantan y me miran, sonrientes.

 

¿Cómo fue? Me pregunta Yura. Bien, no dolió.

 

Cinco… Es la primera de las mentiras que digo ese año.

 

Dos horas pasan y estamos de vuelta en el auto, regresando a casa. Todos tenemos esparadrapos en el brazo, fechas memorizadas en la cabeza. Mamá recibirá sus resultados al día siguiente, al igual que Yura. Papá los recibirá un día después. Yo los recibiré en unas horas.

 

El seis de mayo me entero que hay cosas en mi sangre que no deberían estar ahí. No tengo miedo. No siento nada.

 

Despierto antes de las cuatro. Abro los ojos y tomo mi celular a tientas, casi por costumbre. Abro la bandeja de entrada, nada. Entro a Facebook, nada. Ya han pasado trece días y sigo sin recibir un hola, un ¿qué tal? Paso unos minutos revisando las noticias, el clima.

 

Falta poco para las cinco. A esa hora empieza todo.

 

Papá y mamá empiezan a gritar a las 5:15 am. Tomo la laptop y la conecto, y mientras espero que se prenda, me levanto las mangas de la camiseta. Tres moretones que no tenía ayer parecen saludarme desde mis antebrazos. Una palabra pasa por mi cabeza, breve y confusa. Cierro los ojos. No debo pensar en eso.

 

Ese día pasa rápido.

 

En al auto, yendo hacia el hospital, pienso en ti. Llevamos dos semanas sin hablarnos, y pienso si debería contarte algo. Y recuerdo tus palabras, nuestra última conversación y me doy cuenta que es mejor no decirte nada. Porque puede que todo esto sea nada. Que sea alguna enfermedad extraña, una enfermedad con cura.

 

La rutina en el hospital es la misma de siempre.

 

Me pesan, me miden. Me toman la presión. Me pinchan con más agujas que las otras veces. Entro a Radiografías, una, dos, tres veces. Paso quince minutos sentado en una de las sillas en la sala de espera, tan solo cubierto por la bata gris del hospital. No cubre mucho. Puedo ver mis muñecas llenas de moretones, mis antebrazos amarillentos. Bajo la mirada, veo mis rodillas huesudas, mis piernas débiles. Trato de no llorar. Mamá se sienta a mi costado. Si pasa el tiempo, no me doy cuenta.

 

Cuento hasta cien, luego hasta mil.

 

Una enfermera entra en la habitación, me recuerda a ti. Si inclino la cabeza a un lado, la forma de la nariz es similar a la tuya. Sus ojos son un poquito más oscuros que los tuyos. Ese lunar encima de su boca es exactamente igual al tuyo. Y ese es el problema, todo me recuerda a ti. Y antes de poder preguntarme si tú también piensas en mí, una voz interrumpe el hilo de mis pensamientos.

 

Me llaman por mi nombre y mi apellido, y es gracioso, porque no hay nadie más aquí.

 

Entramos a otra habitación de hospital. Todas son iguales. Hay una camilla de metal en medio de la habitación, un armario en una esquina, un doctor sentado detrás de un escritorio. Me da miedo lo familiar que se ha vuelto para mí estar en un hospital. Mamá y el doctor hablan por un largo rato, tal vez media hora, logro aislarme de la conversación.

 

Desde que empezó todo esto, no he tenido que hablar mucho. Parece ser un problema que resolver entre mis padres y los doctores.

 

Parece como si ni siquiera la enfermedad me perteneciese.

 

Pasa más tiempo.

 

Por momentos el tono de voz de mamá se vuelve más agudo, por momentos el doctor susurra, mencionan mi nombre varias veces. Llego a la conclusión de que no saben lo que tengo. Si mamá está llorando, no llego a enterarme. Ella es quien me enseñó a ocultar mis lágrimas, a contar hasta diez antes de estallar en llanto, a aguantar la respiración para que las lágrimas no caigan. Mamá es fuerte, pero yo no.

 

La conversación termina, se levantan de las sillas. Dicen que tienen que hablar en privado. Me dejan solo en la habitación y me visto metódicamente. Camiseta, pantalones, casaca.

Soy bueno en hacer cualquier cosa que no requiera pensar mucho.

 

Cuando salgo de la habitación no hay nadie esperándome, y no dudo mucho antes de salir corriendo del hospital.

Las calles alrededor del hospital no me son familiares, y no pasan mucho tiempo hasta que me doy cuenta que me he perdido. Deambulo por la acera, la gente pasa a alrededor de mí, me fijo en sus rostros. Cada uno tiene una vida de la cual preocuparse. Cada uno tiene una familia, gente a la que ama, gente a la que odia. Tomo asiento en una banca en un parque y descanso los ojos por un momento. Pensar me da dolor de cabeza. Cuando los abro, ya empezó a atardecer. Por momentos, la gente me mira, algunos fijamente, otros no. Y se siente extraño, porque ellos no saben, pero siento que llevo una señal en la frente que dice enfermedad. Pero las personas no lo saben, y es un alivio, porque no quiero que nadie lo sepa. No quiero que nadie sepa que estoy enfermo. No quiero lástima, no quiero más lágrimas. Es entonces cuando decido no contarte lo que me está pasando.

 

Desde niño, siempre se me ha hecho más fácil expresarme por escrito. Al hablar, las palabras se me atoran en la garganta, tiemblo, tartamudeo.  Cuando hablo, las palabras no me alcanzan.

 

No sé si recuerdas, Baekhyun, el día que nos conocimos. Estaba llorando oculto en uno de los cubículos del baño de niños. No recuerdo si me habían golpeado, probablemente sí. No era como tú. Llamaba la atención, sí, pero el tipo de atención incorrecta. Sacaba  buenas notas, respondía en clase cuando me preguntaban, todos los profesores me usaban como ejemplo. A ti, en cambio, te adoraban todos. ¿Y cómo no iban a quererte? Todos lo hacían, sobre todo yo. Ese día  me habían arrinconado en el baño, y me habían pateado hasta que vieron sangre. No recuerdo el motivo, probablemente no había ninguno. Simplemente no me querían. Yo tampoco los quería. Y llegaste tú, Baekhyun, y me ayudaste tanto como un niño de diez años puede ayudar a otro.

 

Y ese día dos cosas cambiaron para mí. Conseguí un amigo y me enamoré de ti.

 

7 de mayo, 2014, 4:12 am

No debí haberte mandado ese mensaje.

No lo leas. No lo leas. No lo leas. No lo leas. No lo leas. No lo leas. No lo leas. No lo leas. No lo leas. No lo leas. No lo leas. No lo leas. No lo leas. No lo leas. No lo leas. No lo leas. No lo leas. No lo leas. No lo leas. No lo leas. No lo leas. No lo leas. No lo leas. No lo leas. No lo leas. No lo leas. No lo leas. No lo leas. No lo leas. No lo leas.

 

8 de mayo, 2014, 3:45 am

Llevo tres horas frente a la laptop, Baekhyun. Trato de entender. Estoy leyendo, hay tantos términos, palabras que no entiendo. Hablan de probabilidades. De síntomas, de tratamientos. Tan solo me estoy distrayendo. Cuando llegué a casa ayer, mamá estaba furiosa. No me gritó, porque ella no es así. Se sentó frente a mí en la mesa de la cocina, y me miró masticar veinte veces cada bocado de comida. Cuando terminé, los ojos de mamá estaban hinchados  y sentía el estómago pesado. Hubiese preferido que me hubiese gritado. Lavé los platos, limpié la cocina. Si seguía haciendo las cosas que hacía usualmente, podía engañar a mi cerebro y hacerlo pensar que este era un día como cualquier otro. Que nunca había ido al hospital en primer lugar, que no había recibido los resultados de mi examen de sangre, que estaba sano. Cuando terminé, mamá no se había movido de su asiento. Se veía tan frágil, Baekhyun, como si ya no fuese la misma mujer que me ha cuidado por los últimos diecisiete años, que ha estado conmigo desde que tengo conciencia. Y es mi culpa que esté así, pero a pesar de todo, es un alivio. Que sea yo quien está enfermo y no ella. Y cuando quise abrazarla, no pude. No recuerdo la última vez que abracé a alguien, de mi familia o no. Así que me incliné y besé una de sus mejillas apergaminadas, y traté de no llorar al percibir el familiar olor de su perfume

 

8 de mayo, 6:18 am

Baekhyun, no he visto a papá en dos días.

 

8 de mayo, 2014, 11:12 pm

Que no recibas el mensaje fue lo que pedí a las 11:11 pm. No fue necesario. He hablado con Jongin. Dice que viajaste, que fue una sorpresa de tus padres, que no tuviste tiempo ni para tomar tu celular. Entonces no has leído mi mensaje, ni los quince que te mandé el día anterior, todos pidiéndote disculpas. Cuando abrí este blog, no estaba pensando correctamente. De hecho, no estaba pensando. Tan solo necesitaba a mi amigo. Solo sabía que quería hablarte, que quería contarte. Pero no quería querer contarte. ¿Lo entiendes? Por eso me tomó cinco minutos entrar a mi vieja cuenta de blogger y crear un blog con tu nombre. Y luego me tomó cinco minutos más tomar mi celular, marcar tu número, y escribirte un mensaje con el link de mi blog. Fue estúpido de mi parte.

Espero que te estés divirtiendo en Nueva York.

 

15 de junio, 2014. 6:21 am.

Mamá recibió la llamada a las seis. Yo abrí la laptop a las 6:15. Leucemia, dijeron. Miles de resultados en 15 segundos. No siento nada. Mamá lleva quince minutos encerrada en el baño. Yura todavía no despierta. No sé cuál es el protocolo que se debe seguir cuando te acabas de enterar que tienes leucemia. Llevo la laptop hasta mi cama, y me cubro con las mantas hasta la cabeza. Hundo la cabeza en la almohada y trato de no gritar.

 

20 de junio, 2014 5:04 am

Si tan solo escribo en las mañanas es porque es a esa hora que no puedo dormir. A las 4 am mamá deja de llorar, duerme dos horas, a las 6 se levanta Yura. A mamá no le gusta verme cerca de cualquier artefacto electrónico. Siempre dijo que daban cáncer. Esta, como muchas otras veces, tenía razón. Pero es el único modo en el que puedo hablarte, Baekhyun. Aunque ni siquiera tenga la certeza de que estés leyendo esto.  ¿Cómo están las cosas en Nueva York? ¿Es bonito, como en las fotos? Discúlpame por no decirte nada. Lo siento tanto.

 

23 de junio, 2014 3:18 am

No le he contado a nadie, Baekhyun. Mi celular lleva tres días apagado. He hecho un diagrama de venn detrás de una servilleta. Gente a la que debería decirle, gente a la que no quiero decirle. En el centro, gente a la que quiero decirle. Hay mucha gente que encaja en la primera categoría. Jongin, Kyungsoo, Jongdae. También hay mucha gente que encaja en la segunda categoría. Y tú, Baekhyun, ¿dónde estás?

 

26 de junio, 2014 6:09 pm

Tomé una ducha y vi los moretones. Están en todos lados, en mi espalda, entre mis costillas, a lo largo de mi espalda. Cuando me veo al espejo, apenas puedo reconocerme. Tengo los ojos hundidos, los labios pálidos. Puedo contar mis vértebras. Nunca me ha gustado mi reflejo. Esto es aun peor.

 

28 de junio, 2014 10:45 am

Llevo dos semanas sin ir al colegio. Tres semanas sin comer nada que incluya pan, papas, sal, lácteos o azúcar. Un mes sin ver a mamá y a papá en la misma habitación. Dos meses sin ver a Baekhyun.

 

31 de junio, 2014 11:22 pm

El cáncer no es como en las películas, Baekhyun. Y, créeme, las he visto todas. Cuando no vas al colegio y apenas puedes moverte de la cama, no hay mucho que puedas hacer. A veces leo, pero los ojos se me cansan muy rápido. Quisiera tocar la guitarra, pero nunca fue mía, era de papá. Mamá me ha prohibido ver películas en cuyo título aparezca la palabra cáncer, enfermedad, recuperación, vida.

Mamá me ha prohibido estar triste.

Yura esconde las películas y las vemos juntos cuando tiene tiempo después de la universidad. Yura es fuerte, se parece a mamá. No le dan escalofríos verme, no duda antes de empujarme a un lado y echarse en mi cama para contarme sobre su día, no me trata diferente. Yura no necesita que la cuiden, pero si alguna vez me pasa algo, ¿podrías asegurarte que no olvide comer tres veces al día?

 

1 de julio, 2014 3:22 am

Hoy llamaste. Estaba durmiendo, disculpa.

 

3 de julio, 2014 1:31 am

Hoy llamaste. No estaba durmiendo, disculpa.

 

12 de julio, 2014 2:33 am

Extraño cuando era feliz y no lo sabía.

 

16 de julio, 2014 4:36 am

Hoy salió el nuevo álbum de Beenzino. Y sé que es tonto, y que no te importa, pero pensé que no llegaría hasta este día.

 

25 de julio, 2014 6:03 am

En unas horas me van a internar. Nunca he estado en el hospital por más de dos horas seguidas. Yura y mamá han empacado mis cosas en una mochila. Ropa, mayormente. El cuaderno en el que te escribo cuando no puedo tipear. Tres libros. Mi vida entera cabe en una maleta que pesa dos kilos.

 

31 de julio, 2014 8:15 am

A veces me arrepiento de haber empezado esto, Baekhyun. Este blog. Es mejor si no lees esto. Me gustaría que no leas esto. Si estás leyendo esto, deja de hacerlo ahora mismo. Siento que no se va a poner más bonito de lo que está. Hey, hazme caso. Deja de leer. No sigas avanzando. Si sigues leyendo esto, es porque no me has hecho caso y has seguido avanzando. No esperaba que me escuchases. Nunca lo has hecho.

 

13 de agosto, 2014 7:15 am

Empecé con la quimio hace una semana. Están tratando de erradicar las cosas malas que hay en mi cuerpo, Baekhyun. Tengo miedo de que se lleven todo lo bueno que hay en mí, también.

 

21 de agosto, 2014 11:13 am

Hoy regresé a casa, por el cumpleaños de Yura. Quería pasarlo con ella. Miré en el calendario, no he pasado ni un mes en el hospital. A veces siento que vivo en años de perro. He pasado 26 días encerrado en el hospital, siento que han sido 26 años. Mi habitación está igual, pero no realmente.  Los libros están ahí, los pósters están ahí, el suelo sigue manchado. Apenas llegué a casa, dejé mi mochila en el suelo, hundí el rostro entre mis almohadas. Han limpiado mi cuarto con químicos industriales. Han sacado todas mis cosas de su lugar, las han limpiado, y han hecho su mejor esfuerzo para hacer parecer que no ha sucedido nada. Han tenido que hacerlo. No tienen la certeza de si mi sistema inmunológico podrá soportar un ambiente que no sea del hospital. Pero sí, mi habitación, mi casa, no han cambiado mucho. El único que ha cambiado soy yo. Hace unos días se me empezó a caer el cabello, por montones, al igual que se le caía el pelo a tus cachorros cada cierto tiempo. Y tú, Baekhyun. Tú también has cambiado. Porque cuando llegué a casa, tenía la pequeña y estúpida ilusión de que estuvieses ahí. Y no estabas.

 

22 de agosto, 2014 3:21 pm

Ayer fue un buen día. Pasé dos horas con Yura, sentados en la sala, viendo una película con mamá. Estoy tan cansado de ver películas, pero no presté atención a lo que pasaba en la pantalla. Me bastó con tener a mamá y a Yura sentadas junto a mí, en el mismo sofá. Sé que fue el cumpleaños de Yura, pero sentí como si me hubiesen hecho un regalo a mí.

Dicen que si las cosas siguen así, podré quedarme en casa más a menudo. La quimioterapia me cansa, sí, pero todavía puedo hacer ciertas cosas. Puedo caminar, puedo moverme, aunque hace que me sangre la nariz. No puedo correr, no sería seguro ni aunque no estuviese enfermo. Puedo ducharme solo, aunque mamá insiste en que no lo haga. No quiero desnudarme frente a ella. Ni siquiera yo puedo soportar verme por mucho tiempo. Mi piel está enrojecida por los moretones. Soy más huesos que piel. Es bueno que no estés aquí. No quiero que me veas así. Si puedes, Baekhyun, piensa es el recuerdo más bonito que tengas de mí. Y recuérdame así. Por favor.

 

23 de agosto, 2014 4:38 am

No recuerdo cuando desperté, pero al abrir los ojos ya estaba de vuelta en el hospital. Tenía tubos conectados a mi cuerpo, y una mascarilla de oxígeno sobre la nariz. Veo los cables que tengo atados a los brazos, y no sé si me están sacando sangre o introduciéndola. Fui demasiado optimista. O tal vez no recé lo suficiente.

 

1 de setiembre, 2014 3:46 am

Si has leído hasta aquí, te habrás dado cuenta que nunca menciono los tratamientos. La gente a la que conozco en el hospital. Las enfermeras. A veces creo que si no lo menciono, tal vez se sienta menos real. Sunghee también tiene moretones en los brazos al igual que yo, pero no son por cáncer. Sunghee no está enferma. Tan solo vive con alguien quien no la ama.

 

12 de setiembre, 2014 7:05 am

Hoy pensé que me moría. Me levanté, sentía que me habían aplastado los huesos, me dolían los músculos, me dolía pestañear, me dolía absolutamente todo. Sentía como las lágrimas caían de mis ojos y mojaban mi almohada, las frazadas del hospital. Pero no podía moverme. Mamá no estaba, Yura no estaba, Sunghee no estaba. Por un momento tuve la certeza de que me iba morir en ese mismo instante y fue horrible, porque todavía hay tantas cosas que no te he dicho. Logré dormirme, y cuando me levanté, tenía una enfermera inyectando más drogas en mis venas.

Y pensé, n el colegio no te enseñan este tipo de cosas. Te enseñan fórmulas matemáticas y fechas, no cómo se siente morirse. No te enseñan qué expresión poner cuando te lo dicen, cómo consolar a tu madre mientras se ahoga sollozando, cómo morderte la lengua para no decir ¿por qué lloras, cuando quien va a morir soy yo?

 

14 de setiembre, 2014 4:45 am

Hay fundaciones que conceden deseos, lo encontré buscando en internet. Make a Wish es una de ellas. Si pudieran concederme un deseo, quisiera poder llegar hasta el próximo año. Que todo esto pase. Ser una de esas personas que sobrevivieron, que cuentan su historia en talkshows en la televisión, que instan al resto a que se hagan chequeos anuales. Mamá y Yura se han chequeado. Ojalá tú también lo hayas hecho.

Hoy doné todo lo que quedaba en mi cuenta a Make a Wish. Es muy tarde para mí, pero tal vez no para el resto.

 

21 de setiembre, 2014 1:36 am

Quiero perdonar, Baekhyun.

Siempre te envidié, de algún modo. Siempre estabas tan tranquilo, tan calmado. No te preocupaba nada, tenías todo bajo control. Lo podía ver hasta en tu modo de caminar, no llevabas ningún peso sobre tus hombros. En cambio, a veces siento que cargo el mundo entero sobre una columna vertebral a punto de romperse. Cargo con mis muertos, con mi abuelo, con mi abuela, con mis ataques de pánico, con las palabras de mi padre grabadas en mis oídos, con la imagen de mi madre enseñándome a contener las lágrimas del mismo modo que lo hace ella. Quiero dejar ir. No quiero temblar al ver a mi padre, si es que lo vuelvo a ver. No quiero sentir que me estoy muriendo cada minuto que pase. Pero esa es la verdad. Tengo miedo de morirme, Baekhyun.

Tengo mucho miedo.

 

1 de octubre, 2014 3:17 pm

Si te hubieran dicho que te quedan, con suerte, seis meses más de vida, ¿qué hubieras hecho, Baekhyunnie? He pasado los últimos tres meses encerrado en un cuarto azul pastel, con manchas blancas que simulan ser nubes. Si hay algo que quiero hacer, es ver el cielo una vez más. Vivir un día normal de nuevo. Despertar a las seis, ir al colegio a las siete. Encontrarme contigo en alguna clase, quejarnos de los profesores. Tan solo ver a la gente pasar sería suficiente para mí. Dibujar en las carpetas, hacer la tarea. Perder el tiempo. Regresar a casa. Pasar horas juntos, tan solo viendo el techo. O hablando. Cualquier cosa, Baekhyunnie. Me dijeron seis meses más de vida, con suerte. Pero yo nunca he tenido buena suerte.

 

14 de octubre, 2014 1:15 pm

Antes, incluso antes de que me internen, pensaba en morir. En las posibilidades. En lo que pasaría si decidía saltar por la ventana, o si cruzaba la pista en mal momento. Pensé en suicidarme, pero no solo en eso, pensé en cómo, cuándo y dónde hacerlo. Lo hacía muy a menudo, pensé que era normal, que todos hacían lo mismo.

Hasta que te conocí. Nunca te llegué a contar cuánto te agradezco por haber estado en mi vida. El mundo da vueltas, la gente viene y se va, pero yo te tuve a ti. Le agradezco tanto al universo por haberte puesto en mi vida, aunque fuera por tan solo unos años.

 

17 de octubre, 2014 7:14 pm

Me hubiese gustado conocerte  más. Haberte contado más cosas. Haber ido a más lugares contigo. El problema fue, pensé que tenía tiempo. Ese día, hace meses, donde discutimos por algo que probablemente ya olvidaste, pensé que podría arreglar las cosas. Que era cuestión de que pasasen unos días, tal vez una o dos semanas. Que si no lo solucionábamos, el tiempo arreglaría todo. Me estoy quedando sin tiempo, Baekhyun.

 

4 de noviembre, 2014 5:33pm

Escuché que hace una semana regresaste a Corea. ¿Dónde estás?

 

11 de noviembre, 2014 11:09 am

No has cambiado mucho, Baekhyun. No te reconocí cuando llegaste, pero fueron los medicamentos. Tomo pastillas para dormir, pastillas para comer, pastillas para estar despierto. Pero eso no es importante. Estás exactamente igual. Todavía tienes manos bonitas, ojos que se arrugan cuando sonríes, un lunar junto a la boca. Si me esfuerzo, puedo fingir que estos meses nunca pasaron, que nunca dejamos de hablar. Entonces, ¿podemos fingir que todavía somos amigos?

 

13 de noviembre, 2014 2:23 am

No tengo mucho tiempo para escribirte, porque siempre estás aquí. Ayer no te moviste del sofá al lado de mi cama. No hablamos mucho. Nos sentamos uno junto al otro frente al televisor. Ayer conté, Baekhyun. Vimos tres películas enteras, no recuerdo el título de ninguna de ellas. Tengo tanto que decirte, tanto que escribirte. A veces siento que he olvidado cómo hablar. Que he pasado tanto tiempo escribiendo las palabras que quería decirte que mis cuerdas vocales ya no funcionan bien. Pero cuando estás aquí, no sé cómo hacerlo. Quiero preguntarte tantas cosas. Quiero saber qué has hecho estoy últimos meses. Qué has visto en Estados Unidos. Quiero preguntarte qué significan las iniciales grabadas en el collar que llevas en el cuello. Y me doy cuenta cómo me miras, y me duele más de lo que me duelen los tubos conectados a mis muñecas. Cada vez que vienes, siento que es a despedirte. ¿Te conté sobre el día que falleció mi abuelo? Fuimos a visitarlo, ese día. Fue un 27 de noviembre. Fue el peor cumpleaños de mi vida. Papá nos hizo entrar a la habitación y despedirnos de una persona viva como si estuviera muerta. Cuando te veo, recuerdo ese día. Irradias miedo cada vez que entras a la habitación, Baekhyun, literalmente. Veo lo difícil que es para ti hacer algo tan simple como tomarme la mano. En otra ocasión, tal vez si fuera el año pasado, te diría que no soy de porcelana, que no me voy a romper. Pero ahora mismo, no lo sé.

 

15 de noviembre, 2014 2:21 am

¿Crees que llegue a cumplir 18?

 

17 de noviembre, 2014 5:34 am

Hemos hablado mucho estos días. He recordado cosas que pensé que ya habían desaparecido de mi mente. Tú también recuerdas. Cuando me falla la voz, cuando olvido una fecha, o un nombre, tú completas mis oraciones. Recuerdas tardes enteras, las estupideces que hacíamos juntos, las películas que veíamos. Yo también, estoy tratando de no olvidar. De no olvidarte.

 

19 de noviembre, 2014 5:21 pm

Una vez te pregunté cómo querías morir, y me respondiste que durmiendo. No he dormido más de dos horas seguidas los últimos meses, Baekhyunnie. Me da miedo cerrar los ojos y no volverlos a abrir. Debí haberte preguntado cosas más importantes mientras todavía estabas conmigo. Qué querías hacer dentro de cinco años. Que era lo primero que pensabas en la mañana. Por quién rezabas en las noches. Pero no estás ahora. Le dije a mamá que no quería ver a nadie hoy, y probablemente te dijo lo mismo.  Quería que regreses a tu casa, Baekhyun. Que duermas en una cama, y no en sillas del hospital. Que comas una cena caliente, no algo comprado de una máquina expendedora. Si te estoy alejando de mí, es porque te quiero, aunque sea difícil de entender. No quiero lastimarte más, Baekhyun.

 

25 de noviembre, 2014 2:20 am

Estoy bien. Estoy bien. Estoy bien. Estoy bien. Estoy bien. Estoy bien. Estoy bien. Estoy bien. Estoy bien. Estoy bien. Estoy bien. Estoy bien. Estoy bien. Estoy bien. Estoy bien. Estoy bien. Estoy bien. Estoy bien. Estoy bien.

Por eso voy a dejar de escribirte, Baekhyunnie. Porque quiero decirte todo lo que no te he dicho, y porque siento que el tiempo se me está acabando. Pero esto no es un adiós, al menos todavía no. Dame un día más, por favor. Solo necesito un día más.

 

26 de noviembre, 2014 6:15 am

He rezado, Baekhyun. He pedido un día más. Pero estoy mintiendo, porque no quiero tan solo un día más. Quiero cumplir dieciocho, y luego diecinueve. Quiero salir de Corea del Sur. Quiero morir cuando tenga más de sesenta años. Quiero ver si algún día Jongin y Kyungsoo llegan a casarse. Quiero ver si algún día consigo ser bueno en algo. Quiero contártelo todo. Antes de irme, quisiera contarte cuánto significas para mí. Quisiera enseñarte todo lo que he escrito que no está aquí, quiero mostrarte los cuadernos que he escrito los últimos siete años.  Quiero que leas lo que pensó Chanyeol de diez años cuando conoció a Baekhyun de diez años. La primera vez que Chanyeol de doce años casi se confiesa ante Baekhyun de doce años. La primera que Baekhyun de catorce años rompió el corazón de Chanyeol de trece años. No tengo suficientes palabras, ni suficientes minutos. Tan solo necesito más tiempo, Baekhyun, para poder contarte cuánto te amo. Voy a escribir la fecha de mañana, y voy a rezar para que cuando abra los ojos, si es que los vuelvo a abrir, te tenga frente a mí.

 

27 de noviembre, 2014

 

 

 

(Si lees esto es porque es 6 de mayo del 2015 y no estoy ahí. Lo siento tanto, Baekhyun. Si alguna vez lees esto, significa que no llegué a escribir de nuevo. Siempre te ha gustado leer lo que escribo, pero esta es una historia triste, y sé cuánto odias llorar. Discúlpame por escribirte una historia con final triste. Espero que tu historia tenga un final feliz. Te amo, Baekhyun. Gracias y adiós.)


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