Jake Morrison, rubio, ojos color miel, más bajo que alto, piel blanca, delgado. 16 años.
-¿Te gusta leer? -
- Si y mucho-
-¿Videojuegos?-
-Me gustan pero soy pésimo en ellos-
-¿Amigos? -
-Soy malo hablando con la gente, por lo tanto; no-
-¿Miedos?-
-Hemofobia-
-¿Tienes algún problema? -
-No, espera, si, Andrew Wells-
-¿Qué pasa con él? -
-Es un idiota, que me ha agarrado como saco de boxeo-
- ¿Desde cuándo?-
- No sé, creo que hace un año-
-¿Alguien más sabe?-
-Solo tú-
-¿Quieres qué alguien más sepa?-
-No es necesario-
-¿Por qué te golpea?-
-No lo sé-
-……..
-……..
-¿Te ha gustado el libro que te compre?-
-¡Si! Gracias Joe-
-Es un placer-sonrió tiernamente, un chico de cabello azul oscuro y lacio, ojos negros, su fleco cubría uno de sus ojos, blanco y delgado. Si, él es Joe, el novio de mi tío, que por cierto es estudiante de psicología, y está practicando conmigo, como pueden ver le tengo confianza ya que le he contado sobre Andrew Wells, la persona a la que más detesto en este mundo, algún día le hare sufrir lo mismo que me hizo sufrir a mí. No soy alto como el, ni musculoso, ni tan “atractivo” como dicen algunas chicas de mi colegio, pero le hare pagar, no sé cómo, pero de eso estoy seguro- Oh, creo que ya deberías irte o llegaras tarde al colegio- su voz es dulce y suave- creo que tu madre te está esperando afuera-
-Sí, adiós Joe- me despedí, Salí y me subí al auto de mi madre en el asiento del copiloto, ella no me dijo nada, lo cual me pareció extraño ya que normalmente siempre me regaña diciendo que vamos tarde, pero lo ignore, me puse el cinturón de seguridad y los auriculares y mi mama arrancó el auto. La canción que estaba escuchando era “Going Under” de Evanescence. Me quede viendo a mi mamá que miraba hacia adelante, tiene el cabello negro y largo y los ojos grises y durante todo el camino no dijo nada. Cuando termino la canción que estaba escuchando, seguida de otra llegamos al colegio, me quite los audífonos, y cuando me iba a quitar el cinturón de seguridad, mi mamá se dignó a hablar:
-¿Sabes qué día es hoy?-
-¿Lunes?
-¿No sabes qué día es hoy?- me pregunto algo asustada, ok ahora tiene toda mi atención
-No mamá, por favor, dime-ella agacho la cabeza exhausta, luego me miro seria, por lo que me preocupe un poco.
-Antes de eso, quiero que sepas que te amo mucho y que no importa quien seas o que hagas yo siempre te amare- me asuste un poco. Dead end- y no sé porque siempre llegas a casa lastimado, y si es que alguien abusa de ti, quiero que evites que hoy te lastime, sé que no me has dicho quién es, porque no quieres que haga un escándalo, así que yo confió en ti, pero aun así me preocupo-
-Mamá ve al grano-
-Hoy viene tu padre- me atragante con mi propia saliva, se me heló la sangre, me puse pálido y la mire con miedo, ¡por eso estaba tan callada! De haberlo dicho antes yo mismo me hubiese tirado del carro y correría hasta llegar a casa
-¡Mama! Pero por- el semblante de mi mamá cambio y puso una sonrisa de fotografía, me empujo del auto e hizo que me bajara, y antes de que pudiera regresar cerro todas las puertas con seguro y subió las ventanas del carro
-¡¡Mama déjame entrar!!- le grite desesperado, si era cierto que mi padre venia hoy, definitivamente no tenía que ir al colegio, ella bajo un poquito una de las ventanas y dijo:
- ¡Cuídate Jake! No dejes que nadie te lastime- y ella arranco el auto con una velocidad que hizo que me cayera al suelo, y que por poco me deja sin pies. ¡No! No me puede dejar aquí, pensé en escaparme y no asistir hoy a clases, pero recordé que tengo examen de historia, y esa vieja no acepta excusas, ¡maldición! Me jale el cabello frustrado aun tirado en el asfalto Y ¿ahora qué hago? En absoluto como todos los días Andrew me golpeara hoy y evitar eso es técnicamente imposible. Me puse de pie al notar que unas chicas me miraron como si estuviera loco al pasar junto a mí. Bien tengo que idear un plan, Andrew siempre me golpea a la hora de la salida, eso es una ventaja, (el saber cuándo te va llevar la que te trajo) y…. ¿si me quedo hasta que se canse de esperar? No si mi padre ve que llego tarde, me preguntara el por qué y a ese hombre no se le puede mentir, ya que posee la habilidad de detectar una mentira a kilómetros de distancia. Y ¿si salgo acompañado? No ya lo intente una vez, cuando el recién empezaba a golpearme y no funcionó ya que no solo me golpeo a mi sino también al chico que venía conmigo. Y ¿si lo halago? No también ya lo intente una vez, le dije que su mami era linda a lo que el respondió “gracias por el cumplido, se lo diré por ti” y ese día llegue con el labio reventado y un ojo morado a casa, por supuesto Joe y mi Mamá se preocuparon y como siempre me quede callado. Y ¿si corro? No me alcanzaría…... ¡Un profesor! ¡Si! Si salía con uno y llegaba hasta la salida podía correr hasta llegar a casa y posponer la paliza para mañana seguramente en la mañana, si eso haría.
Y con el sonar del timbre de entrada me dirigí hacia el aula corriendo, con solo una cosa en mente: espero que mi mal plan funcione.
Ya en clase me senté tranquilo, Andrew es un año mayor que yo por lo que aquí estoy a salvo. Estoy seguro que se preguntaran por qué tanto alboroto por la llegada de mi padre, bueno pues déjenme contarles que mi padre es General de brigadier y él siempre me ha dicho “Un hombre que no sabe defenderse no es un hombre, no vale la pena y es escoria humana” y a pesar de que él me había enseñado a defenderme aun así enfrentarme a Andrew es física y mentalmente imposible. Y si mi padre se daba cuenta de las golpizas que me daba Wells todos los días, no lo enviaría a él al hospital, si no a mí por ser incapaz de defenderme y según el escoria humana. Mi mamá ha sido injusta conmigo, debió haberme dicho antes, así no estaría aquí muriéndome de los nervios y con un dolor de estómago gracias a estos……no... Ha sido culpa mía por no acordarme de tal fecha importante.
Faltaban 5 min para que finalizara la última clase. La de literatura, con el profesor Gray tiene la fisonomía de un joven adulto es más alto que bajo sus cabellos como la seda negra y sus ojos como dos pozos oscuros, piel blanca y una hermosa sonrisa, sin duda un hombre amable y muy atractivo. Si estoy interesado en el Prof. Gray, pero hasta allí interesado y nada más, no puedo decir que me gusta. Bueno en fin durante el recreo no salí a almorzar, los de tercero como Andrew no pueden entrar a las aulas de segundo es por eso que este lugar es una especie de refugio. El timbre de salida sonó haciendo que mi estómago se hiciera más pequeño y mi corazón saltara, no de la emoción, sino del miedo. Todos agarraron sus cosas y se retiraron del aula, el Prof. Gray agarro sus cosas y una de pila de libros que por el esfuerzo que hizo se notaba que eran pesados, me levante y me tropecé con mis propios pies, haciendo que el profesor me viera.
-uhm Prof. Gray…. Puedo ayudarle con esos li-libros- pregunte nervioso era la primera vez que le hablaba fuera de clases.
- Oh, gracias Jake pero yo puedo con ellos-
- Por favor…. Tan……tan siquiera la mitad- dije muy bajito
-¿No te iras a menos que te deje ayudarme cierto?-negué con la cabeza, él suspiro- está bien- me entrego la mitad de los libros. ¡Si! Mi plan estaba funcionando- Eres un buen chico Jake
-Eh?- el profesor me despeino, revolviendo mis cabellos como si fuera un cachorro, me sonroje, el Prof. Gray es más alto que yo y su contacto me hace sentir seguro.
Salimos del colegio en dirección al estacionamiento, en el camino puede ver a Andrew en la entrada con sus amigos
No hagas contacto visual
No hagas contacto visual
¡No hagas contacto visual!
Hice contacto visual…. En cuanto sus ojos se encontraron con los míos sonrió perversamente. Andrew tiene 17 años es mucho más alto que yo, su cabello es lacio, castaño claro, más abajo de los hombros y sus ojos son verdes, tiene la piel blanca y tiene músculos sin exagerar, pero formados, es delgado tiene un piercing en su labio inferior y dos en la oreja derecha. Lleva unos jeans ajustados, una sudadera negra y debajo de esta una camiseta blanca, con una S hecha de espinas y unos Nike negros. Este tipo, si, este tipo según las chicas es el más guapo del colegio, yo no sé qué le ven, pero claro cómo puedes ver con esos ojos a alguien que te ha quebrado 2 costillas. Bueno me vio y se lamio el labio inferior jugando un poco con el piercing que había allí, me escondí detrás del profesor. Llegamos al estacionamiento y yo quería salir corriendo, el profesor estaba buscando sus llaves para poder guardar los libros, y esas malditas llaves parecían haber desaparecido de la faz de la tierra, estaba impacientándome y al parecer el profesor lo noto
-Ah, lo siento, si quieres puedes dejar los libros encima del coche
-No, no se preocupe, tómese su tiempo, yo esperare- ¡no quiero esperar! apúrese ¿Qué tan difícil es encontrar unas llaves? Si no fuera porque me atrajera ya hubiera tirado los libros y echado acorrer, mientras me moría de la impaciencia escuche una voz que hizo que sudara frio.
-Buenas tardes Sr. Gray
- Buenas tardes Sr. Wells, ¿se le ofrece algo?
- No, solo vine a ver como estaba mi lindo primo-¿primo? No somos primos. Andrew se acercó a mi puso sus manos en mis hombros y apoyo su mentón en mi cabeza. Conocen ese miedo que le da a uno cuando siente que lo persiguen a medianoche o cuando estas solo y ese miedo te dice que no lo estas o incluso cuando te apuntan con una arma, ese miedo que nace del instinto. Bueno ese es el miedo que siento, trague saliva, mis piernas me están temblando, y me puedo jurar que me he puesto pálido. Está de más decir que esta es la primera vez que Andrew me toca así, y estoy en todo mi derecho en decir que me da más miedo.
-¿Primos?-
-Sí, ¿que no ve el parecido?- ¡¡no nos parecemos en nada!!
- Pero sus apellid-
-De parte de madre- Andrew sonrió y el profesor me miro a mí preguntándome con los ojos. Por supuesto que no somos primos, no lo somos, ¡no lo somos! Iba a decirle que no, que yo y este mal nacido no somos nada, pero Andrew hizo más fuerza en su agarre sobre mis hombros, lastimándome, eso dejara marca.
-Sí, somos primos- dije en un susurro y bajando la cabeza, haciendo que el fleco tapara mis ojos, me mordí los labios, me sentía frustrado, abatido e impotente, definitivamente me vengare de este hijo de puta. Estaba sumergido en mis pensamientos vengativos, cuando el sonido de unas llaves me devolvió a la tierra.
-¡Oh! Aquí están, Jake ¿quieres que te lleve a casa?- ¡SI! Oh mi Prof. Gray lo amo, usted es mi salvador, le estaré eternamente agradecido.
- No es necesario, profesor yo le llevare a casa- dijo Andrew abrazándome de la cintura. Recuerdan que les dije antes que tenía mucho miedo, eso no se compara a lo que siento ahora, el corazón se me subió por la garganta, ¿te puede explotar el estómago a causa del miedo? Si tu respuesta es sí, eso es lo que le ha pasado al mío. No puede ser ahora este puto ¿me violara? Porque si es así prefiero suicidarme.
- Oh está bien, bueno, adiós chicos- mi salvador subió a su coche y se perdió en el anaranjado horizonte. Andrew se separó bruscamente de mí dejándome caer de rodillas y me miro con una expresión que mi cerebro no supo descifrar.
- Así que…… buscando protección en el Prof. Gray- ¡oh mierda! Me va moler a golpes. Ven les dije que contra Andrew no se puede ganar de ninguna forma. ¡No tengo que evitar que me toque o mi padre me matara! Sin embargo lo que salió de mi boca, no es exactamente algo que haría que Andrew se calmara.
- Púdrete- ok Andrew ¿me harías el favor de matarme rápidamente?
- Tsk- Andrew me levanto agarrándome del cuello de la camisa y me estrello violentamente contra la pared, yo gemí por el dolor- ¿listo para besar mis puños hoy?- pregunto con esos ojitos de loco que son capaces de matar a cualquiera
-No, espera, ¡Andrew!- este alzo su mano, preparado para dejarme sin dientes. No tengo que dejar que me golpee, tengo que hacer algo, lo que sea, me estaba desesperado, no sabía qué hacer y empecé a llorar…. Espera... mi cabeza se ilumino…. acabo de recordar aquella vez en que estaba pelando con mi madre esta estaba furiosa ya había quebrado dos jarrones intentando darme, no recuerdo muy bien porque estaba sí, pero si recuerdo algo mi madre estaba insultándome y mire Joe, que estaba detrás de mi madre, sus labios se movieron, leí lo que había escrito en ellos “dile que la quieres” ¿Qué estás loco? Eso no funcionara _mami te quiero_ el rosto de mi madre se dulcifico, bajo el jarrón y sonrió y adiós al enojo _yo también te quiero cariño, es solo que a veces haces cosas que me sacan de quicio y yo estoy tan estresada, te amo ¿sí? recuérdalo_ Joe eres el puto amo…. No sé porque pensé en eso pero ya no sé qué hacer y pues….- ¡¡ME GUSTAS!!- le grite a Andrew, sin saber muy bien lo que dije, solo me queda esperar el golpe, pero este nunca llego, abrí los ojos con miedo y mire su rostro, tan cerca del mio, sus ojos tan abiertos como platos y su puño estaba a un centímetro de mi cara, Andrew lo alejo de mi pero aún me tenía agarrado del cuello de la camisa, trague saliva, esperando alguna burla pero no fue así
- ¿Te gusto?- me pregunto entre confuso y sorprendido, mirándome a los ojos, mi corazón empezó a palpitar tan rápido que me dolía, no sé por qué. ¿Que si me gustas? En absoluto, yo te odio maldito bastardo y algún día te hare pagar, por lo que me has hecho, solo dije eso porque ya no sabía qué hacer.
- S-si – conteste nervioso
- ¿Es una broma?-pregunto con el ceño fruncido, claro que si imbécil, jamás me fijaría en alguien como tu
- No, de verdad me gustas-
-¿Eres un masoquista?-
- ¡por supuesto que no!-
- ¿Entonces? ¿Solo te toco un poco, y ya te gusto así porque si?
- No, no es por eso-
- ¿Entonces? ¿Qué es lo que te gusta de mí?- ¡Nada! Eres una bestia, te odio, por romperme 2 costillas y por lo que le hiciste a él y espero que te pudras en el infierno
- ¿Tus ojos?- Andrew se sonrojo levemente, a lo que mi corazón salto, no sé de qué, me sorprendió, ¿Andrew sonrojado? Esto valía oro, la bestia se percató de mi mirada atónita y me soltó
-vete…- susurro
-¿disculpa?- ¿podrías hablar más fuerte imbécil? no te escuche
- ¡¡QUE TE VAYAS, MALDITO ENANO!!- dijo golpeando la pared, yo salí de allí, como alma que lleva el diablo, tropezándome con mis propios pies, y en un momento del camino me permití llorar, mi corazón palpitaba tan fuerte, que parecía que se me iba a salir, estaba asustado, pero al mismo tiempo aliviado, al parecer si viviría un día más.