“Se acabó, quiero que terminemos”
Esa frase se le repetía una y otra vez en su cabeza y le dolía… pero cada vez menos. Si el imbécil de Aomine creía que el Kagami taiga iba a rogarle, estaba muy equivocado. ¿O quizás era rencor lo que sentía o algo parecido por el hecho de ser pateado?.
Llevaban cuatro meses de relación clandestina, en las cuales el moreno lo había hecho feliz con palabras bonitas, cariños, regalos, pero todo a escondidas, todo en su departamento; lugar que había acogido bien a los amantes.
Cuatro meses en los que se había rebajado a ser domado. Sumiso frente daiki, pero ya no más, el muy idiota podía irse al demonio.
Algo que empezó por una simple tensión sexual. Para el pelirrojo, había terminado afectando a su corazón he involucrándolo por completo, y era por lo mismo que no le había dicho nada a daiki, en el fondo del mismo sabía que el moreno no lo quería de la misma manera, se lo dejo muy claro cuando le había dicho que terminaran la “relación” que tenían, fue como si estuviera cortando algún trámite, algo de rutina.
Ahora suspiraba recostado en el sillón, recordaba el momento y la tristeza pero por sobre todo el coraje lo llenaban por dentro, el muy cara dura lo patea y luego intenta besarlo para despedirse.
–Que se vaya al demonio - dijo en vos alta, se levanta con energías y ganas renovadas. Estaba por salir de su departamento, cuando un torbellino rubio lo deja de espaldas en el suelo.
–Kagami-cchi tienes que ayudarme
–¡¿Quieres matarme kise?! - le grito desde en el suelo, kise se encontraba sentado sobre su cintura, lo pose no era para nada decente por lo que con el pie cerro la puerta de golpe – ¿qué es lo que quieres? Y quítate de encima.
–Dime que me vas ayudar sea lo que sea que te pida – ignoro eso ultimo y no se movió, el pelirrojo alzo una ceja y suspiro
–Está bien ¿de que se trata?
–Necesito que me acompañes a una disco, midorima termino conmigo por no sé qué cosa y quiero demostrarle al idiota que estoy bien sin él, y que se dé cuenta de lo que perdió.
Kagami sintió una leve sensación de deja bu, aunque él en definitiva no haría nada para demostrar nada.
–¿y de verdad estas bien? - le pregunto a su amigo, con el tiempo había aprendido a querer al carismático rubio y le había tomado cariño, ambos se habían hecho muy unidos, a pesar de sus diferencias iniciales.
–Si… solo un poco triste, quizás dolido o no tanto… realmente no lo se –quedo pensativo – pero no le voy a suplicar, hay muchos peces un el agua, tengo un pelirrojo, sexy muy bonito debajo mio –los dos rieron con ese comentario
–ya entonces ¿cuándo se supone que iremos?
–Me entere que hoy midorima va a salir con unos amigos entre ellos ese que anda para sus mandados.
Inflo lo cachetes y Kagami rio, luego de eso kise hizo y deshizo en su habitación buscando su mejor ropa, jens negros, polera roja y un poleron negro azulado abierto.
–Wou si hoy midorima no hace nada creo que comenzare a coquetearte – le dijo kise comiéndose a Kagami con la mirada.
–mmm creo que si lo haces voy a comenzar a responderte – le respondió coqueto y sonriendo, ambos se miraron y el tiempo pereció detenerse, la distancia poco a poco desaparecía y… los dos dispersaron ese raro pero no incomodo ambiente.
Luego de eso seguían conversando con normalidad, reían cada vez que podían. Siempre se habían sentido cómodos con el otro, llegaron a la disco y el ambiente era cálido, a pesar de lo fuerte de la música, el olor a cigarro y licores que se mesclaban en el ambiente, aun asi no dejaba de verse tranquilo, la disco era alternativa, ellos por su altura y pinta de ser pareja no les pusieron ningún obstáculo para entrar.
Se sentaron en la barra y bebieron un momento, querían calentar el cuerpo, Por momentos se les olvidaba la razón por la cual habían ido al lugar.
Un chico de cabello gris y ojos marrones no dejaba de mirar al pelirrojo y el rubio sonrió con maldad por ello.
–¿Te gusta mi novio? – le pregunto poniendo nervioso al chico, más aun cuando la mirada de Kagami choco con el.
–No… lo siento – se disculpó y retiró apenado por ser descubierto. Luego de eso el rubio exploto en risas.
–Era lindo, podrías pedirle una cita – le guiño un ojo
–No era mi tipo – le respondió restándole importancia
–¿Y cual se supone que es tu tipo?... peli azul, moreno, metro noventa y tantos – mientras daba las descripciones ni él se daba cuenta pero lo decía con recelos.
–No, para nada ya te dije no era mi tipo, simplemente fue… algo nuevo… nose – contesto confundido consigo mismo.
–Bueno no hablemos de ese idiota ni del otro idiota vamos a bailar
–Oye… oye para
–¿Qué pasa?
–No tengo idea de cómo se baila –le susurró al oído y Kise rio
–Oh vamos taiga~ entre tanta gente no se va a notar si bailas mal, además yo te guiare… ven – De alguna manera se dejó guiar por la gentil mano de Kise, aunque de bailar solo conociera la palabra y su definición lo iba a intentar.
La música era casi afrodisiaca o ¿era el que se sentía así?, Kise se puso enfrente de kagami y desde su chaleco lo atraía hacia él, bailándole sensualmente. Una de sus manos vago pos su cintura y la otra por su hombro, para hacerlo moverse
Los dos se comenzaron a mover aun ritmo lento pero infinitamente sexi, mirándose a los ojos y sonriéndose en el acto, Kise se dio vuelta y se apoyó en el pecho de kagami, las manos de kagami automáticamente se fueron a su cintura, poyando su cabeza en los rubios cabellos de su acompañante.
El espacio y tiempo desapareció para ellos… ¿Por qué motivos estaban ahí?... no lo recordaban.
Kise volvió a boletarse y su mano rodeo el cuello de kagami atrayéndolo hacia él, sus respiraciones se entrelazaban, sus ojos se reflejaban en los contrarios, la oscuridad los embargo y la sensación cálida de otros labios sobre los suyos los embriago.
Una beso lento y tímido, que de apoco fue tomando más confianza, kagami fue quien se atrevió a profanar esa boca, siendo inmediatamente bien recibido y por demás correspondido.
El movimiento se detuvo totalmente para dar paso al exquisito movimiento de sus bocas y la danza de sus lenguas. Ambos ignoraban totalmente dos pares de ojos que entre el enojo y asombro los miraban desde lejos.
Uno no se aguantó y voló para interceptar a la pareja.
Kagami se asustó ante la separación tan abrupta “ven aquí” fue lo único que alcanzaron a escuchar antes de que desapareciera y Kise se quedara viendo el polvo, algo desorientado.
–¿Se puede saber qué haces? –kise se dio vuelta y vio los ojos serios y tranquilos de midorima, …¿Qué hacía?... se besaba con kagami, su pecho estaba acelerado y la sensación cálida de sus labios no desaparecía.
–No… no lo sé – Midorima suspiro
–¿Aún no te das cuenta? – el rubio de ojos dorados levanto la vista y su confusión cada vez se hacía más grande – cuando estábamos juntos no dejabas de hablar de kagami, taiga esto taiga lo otro, en un principio lo deje pasar pero ya luego algo no andaba bien, pasabas más tiempo con el que conmigo, piensa… ¿Qué sientes por mí y que sientes por él?
A kise fue como si le abriera un nuevo mundo, siempre molestaba y le coqueteaba a kagami, pero él pensaba que era natural, su pelirrojo amigo jamás se mostró incómodo y hasta le correspondía en algunas ocasiones, siempre creyó que era un juego divertido entre amigos.
Nunca llego a pensar que aquel cálido y agradable sentimiento que tenía cuando estaba con el, podría ser amor… ¿le gustaba Taiga?
Sonrió bobamente cuando llego a la conclusión.
–Lo siento shintaro –este le sonrió en comprensión, si bien le afecto cuando se dio cuenta con el tiempo llego a la conclusión de que ya no servía de nada seguir juntos sin ninguno de sus sentimientos eran tan fuerte.
Kise se sintió tranquilo ante esa sonrisa, luego se le vino a la mente kagami y el hecho de aomine se lo había llevado.
~*~
Las frías y duras baldosas se estamparon en su espalda, y el dolor llego primero antes de siquiera comprender lo que estaba pasando. Abrió los ojos asustado ante la agresión.
La mirada fulminante de aomine le hacía sentir intimidado.
–¿Qué? –pregunto desorientado ¿se había perdido de algo?
“Maldición” daiki se sentía molesto y prácticamente su cuerpo había reaccionado solo ante la horrorosa visión de ver a kagami besándose con Kise.
Pero que podía decirle, fue el quien lo dejo ir; sin embargo, a la semana se había arrepentido, no podía aclararse, la idea de atarse a una relación lo asustaba, depender de otra persona no le gustaba, sentirse vulnerable era un asco. Pero por su cobardía ¿lo iba a perder? ¿lo estaba perdiendo?... ¿que era lo que realmente quería?.
Necesitaba saberlo, con sigilo he inseguridad se acercó a kagami posando su mano con delicadeza en la mejilla del pelirrojo, pero una mano en su pecho para impedir más cercanía, le hiso comprender de inmediato lo que temía.
–¿Te gusta kise? – fue directo y kagami se sorprendió “¿Qué si les gustaba kise?”
–No – respondio e inmediatamente sintió como si hubiera dicho una mentira.
–¿y porque te besabas con él?
“¿Se estaba bensando con él?... maldición si se estaba besando con el” fue su respuesta mental, el recuerdo llego de golpe y un calorcito agradable inundo su ser
Su propio dedo delineo sus labios recordando de manera casi viva el reciente beso.
Aomine suspiro frustrado hablar con kagami, mientras este intentaba comprender lo que le pasaba sería un caso perdido.
Kise entro al baño y por su ahora recién descubierto sentimiento no le gustó nada lo que vio. El par de ex-amantes estaban muy juntos.
–¿kagami vámonos? – le pregunto extendiendo su mano. Inseguro de recibir una negativa, si se negaba algo se rompería dentro de el.
Pero los tres se quedaron asombrados ante la repuesta de manera involuntaria y totalmente autómata en la que reacciono kagami.
Ni el mismo se dio cuenta de que se movió solo ante la petición y su mano estrecho la del rubio.
Un silencio incomodo se formó hasta que Kise se despidió de aomine, el rubio no es alguien de mal, pero siempre iba un paso detrás de aomine en varios aspectos y ahora se sentía varios pasos delante del moreno, no pudo evitar sentirse satisfecho por eso.
Ahora los dos caminaban en silencio al departamento del pelirrojo, ninguno decía nada, pero ambos creían que era absolutamente necesario.
Al llegar una temblorosa voz hizo pasar a Kise este cada vez quedaba más atónito, ¿así en realidad era kagami?, se veía totalmente tímido, indefenso y avergonzado, le evitaba la mirada.
El verlo tan frágil le dio confianza para hablar.
–Taiga lo que paso…
–Lo sé no te preocupes fue para darle celos a midorima – todo el camino venia pensando en eso y trataba de convencerse de que era lógico y normal ¿no era ese el propósito de haber ido a esa fiesta?… Pero por más normal que lo creyera, algo lo tenía triste.
–Para nada
–¿Qué?
–Desde que entre a esa disco, en ningún momento tuve presente a midorima, me molesto que el chico de la barra te mirara, cuando nos besamos lo hice porque quise, me gusto cada detalle de ese beso Taiga y me gustaría repetirlo
El pelirrojo se sintió feliz al escucharlo “¿qué significaba?” Entonces si le gustaba Kise. Sus cuestionamientos quedaron inconclusos por una presión adicional en sus labios.
Kise rodeo con sus brazos el cuello de taiga haciendo presión, juntando sus cuerpos, dejando que cada parte de su anatomía se tocara.
El pelirrojo no hizo más que dejarse llevar por aquel casto contacto poniendo sus manos alrededor de su cintura. Kise sonrió antes de abrir su boca incitando a que kagami hiciera lo mismo, y en cuanto sintió su boca abrirse se introdujo en ella de manera voraz.
El movimiento se hizo constante, lamia todo a su paso, se separaban y volvían a juntarse, solo estaban ellos besándose y el exquisito sonido de sus bocas de fondo.
Ambos se separaron y con la mirada y una sonrisa en sus labios se dijeron y comprendieron todo.
“A veces la persona correcta he ideal para ti, la tienes más cerca de lo que esperas. No hay que buscarla, en su momento llegara y solo te darás cuenta de que es el indicado”.
~*~
Cuatro meses han pasado en los que llevaban una linda relación formal, todos sabían que eran novios totalmente consolidados.
Era de noche y la oscuridad inundaba aquella habitación, solo la luz de la luna lograba filtrarse por entre medio de las cortinas.
–Nhg~… ki… kise más despacio – le pido jadeando de deseo.
Ninguno tenía un rol definido en la relación, ambos eran pasivos en sus antiguas relaciones por lo que cuando hablaron del tema lo decidieron de la manera mas madura posible… al cachipum.
Con kagami como perdedor la mayoría de las veces, Kise adoraba someterle era como un lado recién descubierto de el mismo y ni hablar de la otra faceta que conocía en kagami. El pelirrojo era totalmente entregado y pasional en el sexo, se sonrojaba y avergonzaba con facilidad.
Cosas que encendían a mil al rubio.
Ahora Kise había metido un segundo día sin haber dejado que se acostumbrara al primero, apenas había llegado a la casa después de clases había literalmente atacado al pelirrojo, violando la boca en un beso sofocante que les robo el aliento y los prendió a ambos deseando más.
La ropa desaparición en los rincones de la habitación.
Ahora los labios y lamidas de kise era lo único que intentaba cubrir el cuerpo esculpido por los dioses de kagami.
El pelirrojo se encontraba de espaldas en la cama dejándose besar y acariciar por el rubio quien estaba cómodamente entremedio de las piernas de kagami mientras su mano seguía haciendo el trabajo previo, sus dedos más que lubricados salían y entraban de su cavidad, sintiéndolos resbalosos, con su boca besaba, mordía y lamia sus tetillas mientras se deleitaba con sus jadeos y gemidos, una mano de taiga acariciaban su espalda y la otra lo despeinaba de manera desesperada.
Por dios! Su miembro le dolia ante las expectativa de estar dentro de la caliente entrada de kagami.
–Taiga quiero meterlo – le dijo en una súplica, no habría tiempo para un tercero tomo su pene y puso la punta en la entrada de taiga está a la expectativa de lo vendría se cerró –relájate amor – sonrió ante sus gestos inconscientes.
Taiga asintió y relajo sus piernas y una estocada lo hizo gemir fuerte sus manos se aferraron a la sabana, eso le había dolido.
–¡Lo hiciste apropósito! –le reclamo
–Claro que no – se defendió riéndose, claro que lo había hecho apropósito –ahh~ –gimió al sentir su miembro apresado, kagami apretaba y soltaba su entrada, causando estragos en kise.
Abrio los ojos y vio el rostro sonriente de su novio, le correspondió y se acercó a besarlo mientras comenzaba con un ritmo lento y condenadamente sensual.
Entrando y saliendo, la penetración se hizo contaste y cuento encontró el punto exacto intensifico las embestidas.
Kise estaba al máximo, sus labios los llevo al cuello de taiga mordiéndolo y sacando gemidos de dolor, con una de sus manos comenzó a bombear aquel miembro que estaba punto de explotar. Segundos más tarde ambos llegaron a la liberación
Kise respiraba agitadamente sobre el cuerpo de kagami, con una embestida golpeado fuerte hasta el fondo, se salio derramando su esencia en las sabanas.
–¿Estas bien? –le pregunto al verlo con el ceño fruncido y los ojos cerrados.
–s… si solo que me dolio~ –jadeo, kise llevo una mano a su entrada nuevamente para acariciar la zona maltratada como muchas veces hacia a él le encantaba y sabía que a kagami le producía cosas en su cuerpo sobre todo después del reciente orgasmo.
–No… no me refería a esa zona si no mi cuello! –le dijo muerto de la vergüenza, kise miro su cuello y efectivamente tenía una marca rojiza aparte de los notorios chupones. Tenía una marca muy roja en donde al rededor tenia marcados sus dientes.
Se apresuro en lamer la zona enrojecida.
Kagami cerro los ojos para sentir esas lamidas con todo su cuerpo, sentía como todo su ser volvía a calentarse y su miembro palpitaba nuevamente, sus manos fueron al rostro de kise y lo guio a su labios para besarlo, introducir su lengua y moverse alrededor de ella.
–ryouta, hagámoslo de nuevo.
Una sonrisa radiante le dio por respuesta antes de que volviera fundirse entregandose todo el amor que se tenían
Fin.