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Mi ultima sonrisa por Nagii Rokudo

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Notas del fanfic:

Los personajes son entera propiedad de Akira-sensei

Esta es una obra de ficción dedicada a mi fiel seguidora y linda onee-chan Kura-chan ;) Espero que te guste

Aclaración.

- gion - palabras

* asterisco * pensamientos

* asterisco/cursiva * sueños

 

Fondo: https://www.youtube.com/watch?v=QuNhTLVgV2Y

-Tch… maldición – al peliplata le temblaban las manos, la ira y el remordimiento que sentía era incontrolable, volteándose para golpear una de las paredes hasta hacer sangrar sus nudillos

-Tsuna/Vongola – los guardianes de lluvia y niebla veían incrédulos, como si de una mala broma se tratara

- … - el guardián del sol simplemente no podía articular palabra, sus ojos lo engañaban, solo debía tratarse de un mal sueño

Más atrás Reborn tenía oculta su mirada bajo su fedora, su aura asesina era más grande que nunca, la rabia lo invadía por completo

-Tsu… na… - resoplaba el guardián del rayo, a estas alturas ya tenía 15 años y siempre estuvo feliz de poder ser parte de la familia, pero ahora, en este preciso momento solo sentía un dolor intenso. Las lágrimas se escapaban de sus ojos, solo el mostraba abiertamente sus emociones, arrodillado ahí junto a un cuerpo inerte cubierto de sangre, su llanto desgarrador inundaba toda la habitación

Fuera de escena, como si de un fantasma se tratase estaba Hibary, ido, ajeno a la realidad viendo el cuerpo tumbado y ensangrentado del único ser que alguna vez llego a amar.

En efecto, el décimo Vongola, Sawada Tsunayoshi, había muerto, y ninguno de sus guardianes había sido capaz de evitarlo.

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*Hibary-san… - la encantadora voz de Tsuna siempre tan dulce y alegre, mientras más se acercaba, el pequeño cielo iba creciendo, ya está a poco de poder alcanzarlo y cuando lo logra, lo abraza aprisionándolo en sus brazos y otra vez… - Kyoya… - la melodiosa voz del castaño, pero ahora más adulto… - te amo Kyoya… - esa hermosa sonrisa que lo embobaba pero que a la vez era tan terapéutica. Ambos abrazados, para él no había nada mejor. Todo se oscurece,el castaño ya no está entre sus brazos, un grito ahogado y Tsuna es sujetado por un sujeto albino con mirada fría y calculadora, su sádica sonrisa era aterradora y con su mano libre apuntaba un arma a la cien de Tsuna. Hibary se abalanzo a luchar y el albino soltó al castaño… pumm… el cañón del arma se dispara, Hibary protegió a Tsuna envolviéndolo en un abrazo pero… el pecho de Tsuna estaba cubierto de sangre, sus ojos opacos y su respiración muy lenta, con sus pocas fuerzas regresa a ver al mayor y sin poder articular palabra su mirada perdió todo rastro de vida llevando consigo la felicidad del mayor… TSUUUNAAAAAAAAAAAAA – *

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Pov´s Hibary

Han pasado ya tres años… no parece mucho pero cada día siempre es igual, eterno y obscuro, no entiendo por qué, por qué… cómo es posible que te hayas ido, lo odio, odio todos los días que me veo obligado a despertar, ya no quiero me odio por no haber sido yo, pero me odio aún más de que haya sido incapaz de protegerte.

Ja, es chistoso pensar que no pude derramar ni una sola lágrima, parece que en verdad soy insensible, aún más de lo que todos piensan, o de lo que yo mismo creí ser. Bueno que se puede esperar del demonio de namimori…

El despertador suena otra vez, es hora de comenzar con esta ridícula rutina, ya no lo soporto, los días en la oficina, los trabajos, ya que sentido tiene, que mas da, por suerte hoy es viernes, al fin tendré algo de descanso. Lentamente me levanto, el sol quema mis pupilas, me dirijo al armario y tomo otro aburrido traje, siempre dijiste que me hacía lucir bien, no recuerdo desde cuando empecé a arreglarme para ti, solo sé que me encantaban tus halagos, al recordarlo una risilla escapa de mis labios. Salgo del departamento y voy en mi moto al trabajo, la velocidad al menos por este momento me aliviana un poco, la idea de entrar a la misma asquerosa rutina me marea pero qué más puedo hacer…

Hum que día más monótono, igual a todos los otros desde que el cielo dejo de brillar, solo quiero irme de aquí pronto, los herbívoros, la familia, él bebe, que importancia tienen, pero aun así, me pregunto ¿por qué sigo en la familia?, ¿por qué no la abandone?, y principalmente ¿por qué me uní?…. Cierro los ojos y a mi mente vienen todos los recuerdos de preparatoria, los inútiles y bulliciosos herbívoros, las herbívoras, los bebes y siempre en medio de todo, tú y tu estúpida sonrisa, tan brillante y cálida, fue eso, fue esa sonrisa la que me atrajo y simplemente luego no podía dejar de verte, me ponías nervioso y tonto, tsk… que joven era en ese entonces.

La puerta suena, me saca de mis pensamientos, es más trabajo, ahora todo es trabajo, me da asco, yo doy asco solo quiero irme pronto, cuándo fue que deje de disfrutar lo que hacía, ja parece que ya ni Kusakabe me aguanta, bueno como culparlos, desde que te fuiste me volví peor de lo era.

Por fin es de noche, y es viernes, salgo pronto de la oficina, tomo mi abrigo y me encamino por las frías y lúgubres calles de Namimori hasta un barrio llamativo, sin pensármelo entro a un prostíbulo, las damas me sonríen, ya me conocen después de todo, ya soy cliente frecuente, te apuesto a que es difícil imaginarlo ¿verdad?. Prendo un cigarrillo y me siento en uno de los grandes sofás rojos y dos chicas se acercan a mí y me ofrecen cerveza, vino y saque. Como odiaba que alguien tuviera estos vicios, pero mírame ahora, si estuvieras aquí me verías con mucha desaprobación verdad… como es ilógica la vida, tú te fuiste y yo aquí acabándome poco a poco, que acto tan ridículo de cobardía, de debilidad.

Las damas me llevan a una habitación privada, la misma de siempre, el sexo igual, sin emociones sin alegría, sin éxtasis. Al terminar me visto rápido y me voy, es cerca de media noche, me encamino a casa mientras prendo un cigarrillo, el frio es tajante, se cala por los huesos, me encantaban esos días, cuando te pegabas a mí porque te hacia mucho frio, ¿te acuerdas? levanto mi cabeza al cielo, pronto lloverá.

Por fin en casa, paso por la cocina y saco una cerveza, era realmente malo bebiendo, me voy al sillón y caigo como peso muerto. Desde cuando soy así, mis manos tiemblan por el frio, pero es curioso que no sienta el malestar, parece que hasta eso prefirió irse contigo. Desde que te fuiste, todo se fue contigo, mi voz, mi ira, mi alegría, mi fuerza, mi vida, te extraño tanto, tanto… supongo que ahora solo soy un herbívoro más, tsk… soy penoso.

Regreso a mi cama, como siempre me pongo la pijama, esa azul que tanto te gustaba, me acuesto y trato de dormir pero es imposible, las almohadas, aun después de tanto tiempo, guardan tu aroma, las sabanas y la cama parece que quisieran guardar tu figura, es inútil, dormir se hace inútil, me levanto de la cama y me acerco al velador que tiene una jarra de agua y un frasco de pastillas, si, es verdad, yo el gran Hibary Kyoya necesita pastillas para dormir, y como siempre tomo más de la dosis, esperando no volver a despertar, pero es inútil siempre despierto, ¿cuantas veces van ya?… ¿cuantas veces he tenido al suicidio como cabecera en el repertorio, pero jamás resulta?…¿cuantas veces más la vida piensa jugar en contra mía?…

Me recuesto, lentamente mis parpados se cierran, estoy cansado, agobiado, el peso se vuelve insoportable y poco a poco me quedo dormido… y otra vez la misma pesadilla, tan vivida, tan presente, tan real, maldición… no de nuevo,  ¡ya no más! Me despierto sudando y con la respiración agitada, miro el reloj, son las tres de la madrugada, regreso a ver por la ventana, las cortinas no están del todo cerradas, se puede ver a la luna, tan grande y blanca que alumbra muy bien una parte de la cama, me volteo hasta tu lado, y me pregunto otra vez ¿por qué… por qué no puedo morir? Me volteo de nuevo al frente y miro el techo de la habitación, de la nada me llegan tus recuerdos, esa sonrisa tuya tan cálida, tus ojos dulces y tu mano extendida hacia mi… eras mi mundo… mi alegría… mi razón de vivir y aun así… aun sin ti sigo vivo… me abrazo y suelto un suspiro, me levanto y tomo más pastillas para dormir, después de todo mañana es un día importante verdad…

El despertador suena, son las 7, solo por hoy me levanto sin pereza y me pongo mi mejor traje junto con la camisa morada que me regalaste ya hace tiempo, me peino y me arreglo bien y solo por hoy me pongo ese perfume que compre para ti, miro el reloj, son 7:30, como una tostada y tomo mi abrigo negro para guardar un paquete en uno de los bolsillos.

Son las ocho en punto, acabo de llegar a la mansión y entro al vestíbulo, al entrar me percato de que ya están la mayoría sentados en los enormes sillones que mandaste a hacer personalmente, solo faltan las piñas, me encamino hasta una de las paredes y me apoyo ahí, todo está en silencio, es natural, nadie quiere hablar… ¿qué decir en esta situación? Después de todo hoy estarías cumpliendo tus 28 años… El bebé entra por la puerta de la cocina, nos mira a todos y se sienta en el sillón central, pero en uno de los costados, nadie se atrevería a sentarse en tu lugar, ese es solo tuyo…

Como es costumbre, el noveno llega desde Italia, es el único día que viene, viene a verte, llega junto con las piñas, también están los demás arcobaleno junto con tus padres; nos dirigimos al comedor principal, comemos rápido y regresamos a la sala, y de nuevo el silencio nadie jamás quiere hablar. Bajo tu retrato hay una pequeña mesita con una vela junto a tu caja arma, el noveno es el primero, se levanta y va hasta allá, repite algo en voz baja y deja un regalo en la mesita, le sigue el bebé, tus padres, luego los arcobaleno y los demás herbívoros, yo pienso dártelo al final… que ridículo… saber que no los abrirás y aun así… aun… así…

Todos seguimos en silencio, ya es mi turno y me acerco lentamente, me paro y me quedo observando tu retrato, solo me quedo ahí estático sin saber el por qué… lamentándome.

De la nada una gran explosión se oye, es en el ala izquierda de la mansión, el noveno se queda junto a tus padres y los arcobaleno mientras nosotros nos dirigimos a inspeccionar, vamos con cuidado, estamos cerca, casi llegamos y se desata una balacera, como pueden cada uno busca refugio y comienza la batalla, los soldados son fáciles de vencer, lo difícil son los que utilizan llamas de la última voluntad, nos separamos y empezamos a pelear, cada vez hay más… no se acaba…

Las piñas se dirigen a la entrada, van a bloquearla para evitar más intrusos… no es difícil acabar con los llamados capitanes, son fáciles de vencer, pero a este paso todos terminaremos agotados, son muchos soldados, innumerables… ¿un misil? Ha… era obvio no sería tan fácil, son los gola mosca… asquerosos muñecos… al principio es un poco difícil destruirlos pero no imposible… pero… cada vez… es cansado… son fuertes… demonios… son más fuertes de lo que esperaba… a este paso… yo… pronto…

Estoy cansado, ya he perdido la cuenta de con cuantos voy peleando, parece que la falta de sueño me está pasando factura, gracioso ¿no lo crees? Mis piernas tiemblan y mis manos están entumecidas, la batalla ha sido extenuante pero falta poco para derrotar a todos los intrusos aunque el ala izquierda está casi destruida por completo… que pura basura, maldición… inútiles herbívoros…

Termine, me siento aliviado, no resistiría mucho más, con lentitud me encamino al salón principal, ahí nos reuniríamos después de acabar con los intrusos. Llego y de nuevo solo faltan las piñas… llegan al rato un poco lastimados, todos estamos cansados, lo único de que se habla son los resultados del ataque o de los intrusos nadie habla más, pero a todos nos fastidia que haya sido justo hoy cuando atacan, sabiendo que hoy es un día donde la guardia es baja… espera… será que… *un traidor* expone él bebe, es lo que todos nos temíamos, a ninguno sorprende, solo queremos encontrar al infeliz que se atrevió a interrumpir tu cumpleaños manchándolo de sangre… no es difícil identificarlo, después de todo él bebe y yo ya teníamos nuestras sospechas.

El noveno dispone capturarlo, mañana empezaremos el rastreo, a estas alturas debe saber bien que le llegó la hora… nadie pone atención a los alrededores… todos estamos ensimismados en nuestros pensamientos hasta que… *Tsu…na…* tu madre murmulla, pero es desgarrador, lo oímos a la perfección… tu retrato… tiene manchas de sangre, tu madre llora, de nuevo es desgarrador, tu padre la abraza junto con los demás niños… nadie alza la mirada… a todos nos pesa… nos recuerda… cuando… tu… tu…

Mierda... un soldado entre los escombros… tsk seguía vivo… tiene un arma y amenaza con disparar… apunta a tu madre… todos estamos quietos, su cara cubierta de sangre y con un ojo serrado… maldito herbívoro… esboza una sonrisa maniaca… sus palabras *muerte a vongola* se dispone a disparar pero él bebe es más rápido y lo mata, se desploma en el piso… nos acercamos y de su pecho se enciende una luz parpadeante roja… *una bomba* maldición todos corremos pero el niño vaca no logra salir… tsk ¿Cuándo me volví tan blando? Regreso para salvarlo y salimos con las justas… aunque la explosión nos alcanzó, el parece no estar lastimado. Tu madre corre a abrazarlo y me da las gracias con una tierna sonrisa… juraría que por un instante eras tú… que maldita manía la mía, de verte en todo lado… maldición…

Fondo: https://www.youtube.com/watch?v=rfOrplg80MM

Todos se reúne cerca del niño vaca y se alegran que no esté herido, de la multitud me alejo despacio… me encamino por un sendero hacia la parte de atrás de la mansión… maldición… sí que me he vuelto débil… con mi mano derecha aprieto mi costado izquierdo… tsk es un vidrio… debió haberse incrustado cuando la explosión nos alcanzó… tsk…

Sigo caminando aunque cada vez se me hace más difícil, el camino parece ser más largo de lo habitual, me siento mareado y me cuesta mantenerme en pie… el frio se empieza a apoderar de mi cuerpo… pronto… ya casi llegó… un poco más…

¡Al fin! El fin del sendero… un hermoso jardín adornado con flores que parecen arder con el hermoso color del atardecer… sigo recto por el camino del jardín que me lleva directo hasta ti… y en la cima del jardín una lápida… tu lapida… me hinco frente a ti y apoyo mi cabeza en la parte frontal de la lápida… una ráfaga de viento me golpea… está helando… tiemblo y mi vista se hace borrosa, me cuesta respirar… intento darme calor y siento un paquete en el bolsillo… es verdad aun no te doy tu regalo…

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-Sangre?! – él bebe esconde su mirada bajo su fedora, acción que no pasa inadvertida por Mukuro y Yamamoto, que notan enseguida el camino de sangre… y sin previo aviso salen en dirección del rastro de sangre siendo seguidos por Fon, quien antes de irse le da una rápida mirada a su compañera Lal para que se haga cargo de todo….

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El frio es cada vez más insoportable, siento mi cuerpo entumecido, todo es cada vez más borroso y me siento cansado… mis ojos empiezan a cerrarse… una voz… alguien me llama… ¿Quién es?... ¿Quién eres?... con dificultad alzo mi cabeza y… no puede ser… acaso… esto… tu… simplemente tu estas parado ahí… enfrente mío, tu mirada es melancólica… ¿por qué?... ¿por qué estás tan triste? Te incas al lado mío y pones tu mano en mi herida, tu mirada sigue siendo melancólica… no por favor… *no… estés… triste…* es lo único que atino a decir, hasta hablar me duele, me miras y me sonríes tan dulce como en antaño lo hacías y de repente algo hace click dentro de mí y por primera vez en mucho… mucho tiempo… yo puedo sonreír…. Tu mirada dulce me llena y tu sonrisa me reconforta y sin darme cuenta comienzo a llorar… como si algo hubiera quitado el tapón que había en mi interior y las lágrimas fluyeron… como si de un rio se tratase.

Me vez con asombro pero pronto sonríes de nuevo y acercas tu mano hasta mi mejilla, se siente cálida… me sonríes y te paras… no… por favor… aun no te vayas…. Grande es mi sorpresa cuando me extiendes tu mano y me sonríes amable, no tardó mucho en aceptarla y ponerme de pie, es extraño… simplemente ya no hay dolor, ni frio, ni cansancio, aun no salgo de mi asombro… con cuidado me paro enfrente de ti, me sigues sonriendo y me miras tiernamente, pensar que solo puedo verte me mata… y como si por inercia se tratase te abrazo… *no te vayas por favor… no me dejes* vuelvo a llorar, ja que ridículo, ¿qué tan débil soy? Correspondes mi abrazo y me dejas sorprendido *aquí estoy… no iré a ninguna parte* me respondes y te alejas un poco de mi para ver mi cara *te amo Kyoya* me sonríes y me dices eso con una dulzura que pensé jamás volver a escuchar y de nueva cuenta mi cuerpo se mueve por inercia y te beso, es tan cálido y lleno de sentimientos que no quiero detenerme y si Dios existe… solo me queda agradecer por entregármelo de nuevo… porque con el… y solo con el… siento que de nuevo estoy vivo… y aunque eso no importe ya, para mí es como si mi corazón hubiera vuelto a latir desde aquel día donde el tiempo no solo se congelo para él sino también para mí.

Nos separamos y me sonríe, yo le devuelvo la sonrisa, me toma de mano y me guía hasta el horizonte y por fin… después de aquel fatídico día… por fin puedo sonreír… y mientras este junto a él, jamás dejare de hacerlo

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-Y pensar que hasta aquí llegarías – Reborn tiene oculta su mirada

-Hibary -  un susurro por parte del guardián de la lluvia mientras agacha la cabeza

-Que ridícula manera de irse – el guardián de la niebla cierra los ojos dejándose refrescar por la brisa pasajera

Mas es Fon que con una triste sonrisa se acerca al cuerpo inerte frente a la lápida y le susurra – que bueno que por fin eres feliz… Kyoya… -

Y en efecto, ahí frente a la lápida del Decimo Vongola se encuentra el cuerpo inerte de su guardián más poderoso y también su amante, quien jamás supero su muerte y que lo siguió amando locamente hasta el final de sus días, clara prueba de ello es que por vez primera después de tres largos y tortuosas años, él sonreía tiernamente igual que cuando lo veía sonreírle, mientras unas pequeñas lagrimas se escapaban por las comisuras de sus ojos y con su mano izquierda sostiene un pequeño regalo envuelto con una cinta amarilla

Los cuatro se disponían a partir, cuando una ráfaga de viento los golpeo de nuevo llamando la atención de Reborn que por instinto se volteó hasta alcanzar a ver la cima de la colina y grande fue su impresión que por unas milésimas de segundo logro ver a su querido estudiante sonriéndole mientras estaba agarrado de la mano del guardián de la niebla, despidiéndose.

-Estas bien? – preguntó Fon al Hitman que solo asintió y siguió con la caminata de regreso, no sin antes susurrar al viento *espero que ahora si sean felices* ocultando su mirada mientras una traicionera lagrima se desplazaba por su mejilla.

Notas finales:

Gracias por leer, espero les haya gustado y me dejen sus recomendasiones

Nos leemos pronto

Matta nee~


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