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Sí, amor. Kaisoo. por Azul Olivia

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Notas del fanfic:

Voy a arder en el infierno por esto.

Pero no importa. Buena lectura~

Sí, amor

–Jongin, ¿Si te parto ahora ese hermoso rostro que tienes, Kyungsoo vendrá y me matará, cierto? – Preguntó el chico de ojeras, cruzándose de brazos, uno de sus pies golpeaba insistentemente el suelo. Jongin sólo atinó a reírse.

–Me temo que sí. – le contestó alzándose de hombros, despreocupado.

–Si te golpeo y se entera, me partirá a mí el hermoso rostro que tengo. A veces creo que ese enano tiene pacto con el diablo o algo así, tiene mucha fuerza cuando está molesto. – dijo juntando las cejas y llevando sus dedos al puente de sus nariz, en un gesto de irritación.

Jongin rió de nuevo, enseñando sus dientes perfectos, blancos, arrugando las comisuras de sus ojos, un rostro bastante apacible y casi tierno. Claro, seria tierno si no fuese por su cabello rubio. Ese color lo hacía ver jodidamente sexy… Aunque. Jongin es Jongin.

– ¿Hablando de mí? – pregunto un ser, de baja estatura, que emanaba un aura de negatividad.

–Hola amor. – le saludó el rubio. Kyungsoo se acercó a él corriendo y se tiró a sus brazos. Dándole un ligero besito. Hasta parecía tierno.

–Genial. Lo invoqué. – masculla el pelinegro ligeramente irritado. Kyungsoo se sienta entre las piernas de Jongin, todos están sentados en el suelo, en la sala del edificio.

–Tao. ¿Tienes algún problema conmigo? – pregunta Kyungsoo, con cara de inocencia, Jongin se ríe entre dientes y acerca a su novio, recostándolo en su pecho.

–No sabes cómo te odio. – escupe Tao. –Hace tres días quiero pegarle a tu novio y ¡No puedo!– se queja.

– ¿Por qué quieres pegarle a Nini? – pregunta Kyung. Jongin lo abraza rodeándolo con sus brazos, y apoya su frente en el hombro ajeno.

– ¡Me robó mi crema de chocolate! Yo la deje dentro de mi mochila, solo se la enseñe a él, ¡Y luego desapareció! ¡Qué coincidencia! – explota, poniéndose de pie, un dedo acusador señala a Jongin sin ningún tipo de remordimiento.

– ¿Cuándo pasó eso? – pregunta Kyungsoo. Su voz suena calmada, pero un ligero sonrojo ha esparcido por su cara.

–Ayer. Y la quiero de vuelta. – Dice poniéndose serio. –Conozco muchas maneras de golpear a tu novio. Y se metió con el chocolate que le iba regalar a mi Sehun. ¡Es un ladrón! –

–Jongin. ¿Tú robaste el chocolate de Tao? – pregunta Kyung, su cabeza girada levemente hacia la izquierda, buscando la mirada de su novio. Jongin levanta la cabeza y sonríe de lado, se llame los labios y los muerde. Kyung traga saliva.

–Claro. La usé en ti. – dice, muy tranquilo. –Y ya le dije que le compraría más, pero él insiste en la idea de golpearme. Además, Tao. Sehun prefiere el Bubble tea. No seas idiota y cómprale mucho Bubble tea. Te amará por siempre. – dice. A Tao se le iluminan los ojos.

– ¿Enserio? ¿Por qué no me lo dijiste antes? – pregunta con duda. Recoge sus cosas y acomoda su mochila.

–Me gusta verte sufrir. – dice el rubio. Tao gira los ojos cansado, antes de soltar una sonrisa burlona.

– ¿Tú? ¿Verme sufrir? Por favor. ¿A quién quieres engañar? Si estoy totalmente seguro de que es Kyungsoo el que te parte el culo y no tú. Tú eres más sumiso Jongin. Simplemente, tú eres la presa y Kyungsoo es el cazador. El cazador de baja estatura. El cazador de baja estatura que tiene pactos con el diablo. Pero el cazador al final. ¡Solo mírate! Hablas poco, vives despreocupado, siempre tienes sueño, tú eres el que va abajo. Estoy seguro. –dice Tao. –Es inútil lo sexy que te ves o lo violable que puedes llegar a ser cuando bailas. Estas abajo. –

Jongin tiene una ceja alzada. Busca su celular y lo saca.

– ¿Enserio crees que voy abajo? – le pregunta. Tao asiente sin descaro. –Tengo un par… de docenas de videos, que demuestran lo contrario. ¿Quieres verlos? – pregunta, extendiéndole el celular a Tao. Este último abre los ojos de par en par.

– ¡JONGIN! – grita Kyungsoo, sonrojado. – ¡Guarda ese celular! –

Sí, amor. – dice Jongin y obedece. Su rostro no ha cambiado, la ceja sigue levantada, igual que su mentón, pero obedece. No se siente cohibido en absoluto.

–Tao. Te puedo jurar que siempre me duele el culo. Así que deja de acosar a mi sexy novio. Tú no conoces la temática de nuestra relación. Si aprecias tu vida, te recomiendo que no te expreses mal de mi novio. ¿Entendido? – pregunta Kyungsoo. Otra vez, su rostro amenazador vuelve. Otra vez, da miedo.

Carajo. – susurra Tao.

– Disculpa, no oí bien– masculla Kyung.

–Sí, Kyungsoo. No volveré a molestar a tu novio. – Tao gira los ojos.  –Ahora me voy, compraré Bubble tea. – dice y sonríe.

– ¡Adiós Tao! – se despide Jongin. Este lo mira haciendo un puchero, se da la vuelta y se va.

Los dos se quedan solos, Jongin ha vuelto a colocar su frente sobre el hombro ajeno.

–Nini. – dice Kyung. Un ligero “humm” se escucha. – ¿Es cierto que siempre tienes sueño? – le pregunta ladeando la cabeza.

Jongin le mira a los ojos y le sonríe, se le acerca y le da un beso, uno tierno.

–Sí. – dice suave. –En el tiempo que no estoy follando contigo o bailando, estoy durmiendo. –

–Oh, Nini. – susurra Kyungsoo. –Yo no sabía eso. – dice. – ¿Hay algo que pueda hacer por ti?– pregunta.

–Humm, no lo sé, creo que no. – dice. – ¿Esperamos a alguien? –pregunta.

–No lo sé, Kris me dijo que quería verme, y si estaba contigo mejor, pero, con eso de que ha venido de visita a escondidas, debe estar tirando con Chanyeol por ahí, no lo sé, ellos son como conejos cuando están juntos. – dice.

–Se siente raro el grupo sin Kris y Luhan. – susurra Jongin.

–Sí. – afirma Kyungsoo. –Ya no puedo intimidar a Luhan–Hyung. – dice y se burla.

–Eres un pequeño demonio Soo–Soo. – dice Jongin. –Tengo hambre. – se queja.

– ¿Quieres que te prepare un emparedado? – pregunta Kyung. Jongin sonríe.

–Me encantaría. – dice. Ambos se sonríen, Kyungsoo se para y lleva consigo de la mano a Jongin, se dirigen a la cocina. Encuentran a Chen. Tomando un vaso de leche.

Así no crecerás. – susurra Jongin. Chen lo parte con la mirada.

–Estoy deprimido. – se queja Chen. –Jongin, cuéntame un chiste. Necesito humor negro para animarme… Oh, espera… ¡Ya me siento mejor! – grita. Jongin gira los ojos.

–Chen. – Kyungsoo llama. Cuando Chen voltea a verlo, Kyung tiene un cuchillo en sus manos, está cortando los bordes del pan, Chen retrocede dos pasos antes de pasar saliva.

–Bueno, Suho me espera. Vivo. Iré a pedirle dinero. – dice, Jongin sonríe de medio lado.

–La prostitución es un camino fácil, pero vulgar. – vuelve a susurrar Jongin.

Chen lo mira con odio, lava su vaso y va hacia la puerta. En el marco le susurra:

–Pintarte el cabello de rubio no te hará ver más blanco. Eres tan negro que deberías agradecer que todo lo que tocas no se vuelve negro también. Cuando tengas un hijo con Kyungsoo, quizás mejores tu raza, o por lo menos la equilibres. – dice rápido. Cuando termina vuela hacia el piso de arriba.

– ¡CHEN! – grita Kyungsoo. – ¡Lo mataré! –dice clavando el cuchillo en la tabla de picar. Jongin lo mira sonriendo.

–No puedes, es inmortal. – dice. Ambos se ríen. –Sólo está jugando un poco, sabes cómo es, además, yo empecé esta vez, ¿No? – una sonrisa deslumbrante cautiva por completo a Kyungsoo, no puede decirle que no jamás a eso.

–Nini, ¿quieres jamón? – pregunta el más bajo.

Sí, amor. – dice Jongin.

– “Sí, imir”– imita una voz al entrar por la cocina. –A veces creo que Tao tiene razón. – Se queja el más joven.

–Hola Sehun. ¿Te compraron Bubble tea? – pregunta Jongin.

–Claro, gracias por cierto. – dice y se sienta a su lado. –Kyungsoo, ¿puedes hacerme de eso a mí también? Tengo hambre. –se queja.

–Claro. – susurra Kyungsoo. Y sigue con su labor.

– ¿Ya le dijiste que sí a Tao? Está haciendo muchos méritos. – pregunta Jongin.

–No, aun no. Oye, besa bien. Pero no. Me estoy haciendo el difícil. – dice y se ríe, la cocina se ilumina.

–Vaya. Ya ríes y todo. – dice Kyungsoo, poniendo los emparedados delante de los chicos.

Estos los devoran en cuestión de segundos, Sehun es el primero en hablar. Con la boca llena.

–Me gusta Tao. – se entiende a pesar de su raro dialecto. –Incluso creo que lo amo. – Ahora es más entendible –Pero no quiero volver a confiar. – susurra. Jongin le da una palmadita en la espalda.

– ¿Todavía duele?– le pregunta, Sehun asiente.

–Sí, ya no lo amo, pero la herida está ahí. –

–Eso paso hace un par de años Sehun, no duró mucho, ya deberías dejarlo correr.– aconsejo Kyungsoo.

–Lo sé, lo sé, ya hemos tenido estas conversaciones…– Sehun baja la cabeza apenado, los otros dos le dan su tiempo.  –Gracias Kyung, estuvo bueno. –

–Los tuyos tenían veneno. – dice. –Ahora corre a decirle a Tao que lo amas antes de que mueras. – Sehun abre los ojos, asustado por la frialdad en como Kyungsoo ha pronunciado las palabras, luego se ríe nervioso.

–Jongin, tu novio es muy bromista. – dice

–A veces. – dice Jongin, y lo mira a los ojos. –Solo a veces bromea. – susurra. La mandíbula de Jongin está tensa, sus ojos duros, de pronto Sehun piensa que algunos demonios de Kyungsoo, han invadido el cuerpo de Jongin.

El KaiSoo se ríe. Sehun libera el aire, que no sabía que tenía acumulado.

–Aprendes bien nini. – dice el más bajo, su voz tierna ha regresado.

Sí, amor. – contesta Jongin. –Tengo un buen maestro. –

Sehun tuerce los ojos.

–“Sí, amor”– masculla. –“Sí, amor”– repite. – ¡Pff! Es lo único que sabes decir Jongin. – se queja.

Jongin sonríe, muestra su perfecta sonrisa de nuevo.

–Quizás sí. – dice. –Así es el amor, supongo. Lo estarías experimentando si te decidieras. – le dijo.

–Bueno. Creo que el día llego. Ya me está empezando a doler la barriga. Creo que iré hablar con Tao antes de que el veneno haga efecto. – todos sonríen. –Gracias chicos. – Sehun baja la cabeza. –No sé qué haría sin ti Jongin. Eres el mejor amigo de todos. Y tu Kyungsoo, si no intentaras matarme cada vez que me vez, serías perfecto. – Kyungsoo ensancha su sonrisa.

–Intentaré dejarlo de hacer, igual, no prometo nada– dice.

Sehun asiente y se va, Jongin mira a Kyungsoo.

Kyungsoo se sonroja.

–Sabes Kyungsoo. – empieza, a Kyungsoo se le pone la piel de gallina, ese tonito que usa Jongin, ese tonito es el mismo tonito que hace cuando Kai hace acto de presencia. –Dicen que soy callado, que soy tu perro y que siempre estoy esperando que me lances el hueso para jugar. Dicen que yo voy abajo. Dicen que soy sumiso. – Jongin se pone de pie y acorrala a Kyungsoo, el más bajito está apoyado en una encimera, con ambos brazos de Jongin cerca de su cara. –Y eso no es todo. – su voz es más ronca, sus pupilas están dilatadas, su nariz choca provocativamente con la de Kyungsoo, y que Jongin haya decidido ser rubio no ayuda a que Kyungsoo no tengas tantas ganas de tirársele encima, este último está más ojón que de costumbre, mordiéndose el labio inferior. –Dicen que soy la presa y que tú eres el cazador. Tú me dijiste que te encargarías de todos, Kyungsoo, ¿Por qué me siguen molestando?– le pregunta, ladeando la cabeza.

–Yo me encargaré de todos ellos, Kai. Te lo prometo. –  susurra Kyungsoo. Kai le roza los labios con los de el sin profundizar, Kyungsoo entre abre los labios buscando más contacto.

–Siempre dices eso y nunca lo cumples, Kyungsoo. Nunca. – le susurra directo en la boca, Kai.

Kyungsoo tiene los ojos vidriosos y muy abiertos. La respiración irregular y el corazón a punto de salírsele por la boca. Sus manos tiemblan ligeramente como sus labios, su hombría crece cada vez más rápido, esta excitado. Y porque no decirlo, asustado también.

–Y–yo– tartamudea Kyungsoo, Kai sonríe de lado. –Y–yo me encar–cargare–ré. – dice. Su voz suena temblorosa e implorante.

–Mírate Kyungsoo. ¿Sientes esto? – Kai sujeta a Kyungsoo por las caderas y lo estrella contra su cuerpo, su entrepierna impacta con la suya y trata de ahogar un gemido al sentirla completamente dura e impaciente por recibir atención. –Es por ti. – dice. – ¿Quién es la presa ahora?– pregunta. Los labios de Jongin recorren el cuello de Kyungsoo, el más bajo lucha por acallar sus gemiditos, pero los suspiros no los puede evitar.

–Y–yo soy la pre–presa– Kai. – dice, Kai lo toma por los hombros, lo leja y lo mira directamente a los ojos, esa mirada hace que las piernas de Kyungsoo tiemblen.

–Qué bueno que lo sepas, amor. – susurra. –Ahora quítate esos pantalones antes de que los parta. – Kai le desabotona los botones de la camisa que trae puesta Kyung, este se sonroja más.

–Pe–pero ¡Jongin! ¡Estamos en la–la cocina!– grita, tratando, inútilmente de tapar su cuerpo. – ¿Qué–Que pa–pasa si alguien entra?– le dice

Hacemos un trio. Quítate eso. – le dice.

–Mierda, ¡no! ¡Alguien va a entrar! ¡Aquí siempre tienen hambre!– Grita Kyungsoo. Kai levanta una ceja.

– ¿Te estas negando, Do Kyungsoo?– pregunta. Kyung pasa saliva de golpe.

–No–no. –

–Perfecto. Entonces, quítate esos pantalones. Ahora. – su voz es tan profunda, grave, autoritaria, hace que Kyungsoo se estremezca. Teniendo pequeños espasmos.

–S–ssí. – susurra.

–Sí, ¿Qué?– le pregunta.

Sí, amor. – le susurra.

Kai lo toma por la nuca  lo estampa contra sus labios, lo besa con pasión desmesurada. Mordiendo, lamiendo, chupando todo a su paso, atrás quedaron los besos tiernos con Jongin. Kai se separa de Kyungsoo lo suficiente como para seguir manteniendo su labio, corrección. Como para seguir mordiendo su labio con algo de rudeza. Le quita de golpe la camisa. Le baja los pantalones y los pisa. Se saca el polo con una mano muy ágilmente y con la otra mano se baja los pantalones al tiro. Eleva a Kyungsoo tomándolo por las caderas, Kyung se apoya en los hombros fuertes, anchos y bien desarrollados de Jongin. Ahora, Kyungsoo está completamente desnudo. Y violable.

Un beso más, la lengua de Jongin lucha contra la lengua de Kyungsoo, buscando un solo vencedor, aunque en este juego, cada jugador queda satisfecho siempre. Ambos se devoran, Kyungsoo aprovecha por llenar de aire sus pulmones cada vez que puede, mientras inconscientemente se roza con Jongin, una vez más, Kyungsoo es elevado, ahora sus brazos están alrededor del cuello de Jongin, Jongin coge su miembro con una mano, roza la punta por la entrada de Kyungsoo y siente como este emite ligeros suspiros, su cuerpo tiembla, su miembro quiere y necesita atención, y lo hace notar porque, está empezando a gotear.

– ¡AAAHHHH! ¡MIERDA!– se escucha en la cocina, cuando Jongin entra de golpe sin previa preparación en Kyungsoo. Este último se estira hacia atrás, y gracias a Kai, su cabello solo acaricia la pared. El más bajito tiene los ojos cerrados, ha empezado a destilar, pequeñas gotitas de sudor que hacen resplandecer su cuerpo entero, parece que brilla. Jongin besa el cuello de Kyungsoo para relajarlo un poco, su lengua  recorre con experiencia su cuello, su clavícula, desciende por su pecho, puede sentir el tamborileo del corazón ajeno, sonríe, baja un poco más, su lengua ha empezado a juguetear con los botones rosas de Kyungsoo. Este mencionado coloca su mano sobre su boca callando sus gemidos.

–No te tapes la boca, amor. Me encanta oír esos gemidos que haces, con la voz tan orgásmica que tienes. – Jongin abraza a Kyung con ambos brazos, está quieto, esperando, disfrutando la estreches de Kyungsoo, este último sigue estirado hacia atrás, embriagado de dolor, placer, excitación y terror. Una mescla muy sofocante, pero adictiva.

Kyungsoo se eleva y Jongin lo atrae de nuevo hacia él, los ojos de Kyungsoo han cambiado, están dilatados, como perdidos pero a la vez muy concentrados en los ojos de Jongin.

DeseoPlacer. Lujuria. Tentación.

Kyungsoo se levanta, haciendo que el miembro de Jongin se salga un poco, sus manos están enredadas en los cabellos de Jongin, sobre todo en los cabellos de la nunca. Sus labios se rozan,  ambos pueden respirar el mismo aire, ambos tienen los labios mordidos.

–Ouhg. – susurra/gime Kyungsoo, con una voz tan orgásmica que hasta Jongin casi se corre con oírla. Lo desea, ¡maldita sea! Lo desea. – Jongin. – esa voz. Es la alarma.

Un beso más.

Kyungsoo besa a Jongin, inclinando la cabeza, le muerde los labios, lo saborea y lo disfruta.

Sus bocas suenan al unirse y al separarse.

Kyungsoo es elevado una vez más. Casi hasta el tope de la hombría de Jongin, y luego cae.

– ¡AHHHH!–

– ¡OHH!–

Jongin ondea su cuerpo, como solo él sabe hacerlo, como lo hace en la pista de baile, y como lo hace para Kyungsoo.

Kyungsoo se acostumbra con una gran velocidad, a la conocida brutalidad y rudeza de Jongin, el solo gime. El solo se aferra de Jongin y gime. De vez en cuando se estira y le da un torpe beso a Jongin y gime. Cada vez que abre la boca gime. Cuando siente que lo levantan gime. Cuando siente que es dejado caer gime. Cuando su cabello sudado empieza a rebotar con más fuerza y rapidez sobre su frente el, gime. Observa como Jongin lo penetra hasta con la mirada y gime. Kyungsoo solo gime. Porque eso es lo único que le está permitido hacer, porque es una manera de expresar todo lo que siente y porque Jongin es jodidamente bueno.

Jongin disfruta con la estreches de Kyungsoo, no importa cuántas veces lo hagan, cómo, ni donde, Kyungsoo siempre está así, y siempre es muy placentero disfrutarlo. No solo esa parte de él. Oh no. Es TODO él. Simplemente es perfecto. Su cabello negro rebotando contra su frente, sus ojos soñolientos, sus mejillas sonrojadas, sus labios húmedos, morados, su piel tan blanca, llena de marcas rojizas, moradas, su cuerpo, el. Él es perfecto.

Mierda. Esto se siente tan bien.

Jongin encuentra ese punto en Kyungsoo. Ese punto que lo hace retorcerse de placer y empezar a pedir por más, más fuerte, más rápido, más, más, más, más, más.

Las uñas de Kyungsoo se entierran en los hombros de Jongin. Este último gime, y si no fuera porque mañana se sacará el polo en una presentación, le importaría mierda que Kyungsoo siga haciendo eso. Por eso, le da una palmada en el culo, Kyungsoo salta, gime con más fuerza, sus hombros se caen y pone una cara más cachonda aún. Jongin para.

Kyungsoo violable de mierda.

–Quiero que te des la vuelta y te apoyes ahí– señala la encimera. Kyungsoo obedece.

–Sí, amor. – dice. Su voz. Esa jodida voz que tiene. Hace que por la venas de Jongin corra fuego.

Kyungsoo torpemente trata de darse la vuelta, es ayudado por Jongin para lograrlo, cuando sus pies tocan el suelo, sus piernas tiemblan y se aferra con fuerza a la encimera. Jongin empieza a penetrarlo de nuevo, de nuevo dando en su punto exacto. Desde un mejor ángulo y en una mejor posición. Todo es mejor. Aunque con Jongin, siempre, todo es mejor. Siempre.

Las estocadas y los gemidos van a mismo ritmo. Sus cuerpos al chocar acompañan la sinfonía. Pero lo que le da “el toque” aquí, son los personajes, ambos, unidos, corporal, sentimental y psicológicamente, ambos disfrutando del otro, absorbiéndose mutuamente, todo es tan, sexualmente amoroso.

El estómago de Kyungsoo se contrae primero. La sensación se dirige hacia su miembro y empieza a temblar, y con si lo supiera, Jongin empieza a penetrarlo incluso más rápido que antes, con más fuerza, sujetándolo por las caderas, que seguro, en un par de horas más, tendrán unas para nada, bonitas marcas.

Se corren juntos, luego de bastante tiempo, han vuelto a hacerlo. Kyungsoo libera su esencia sobre el encimero, esta chorrea hasta llegar a suelo, Jongin se libera dentro de Kyungsoo. Dando un suspiro largo apoya su frente en la espalda de pálido. También está sudado. Con la respiración irregular y volviendo en sí, luego de ese orgasmo arrasador.

Jongin le da un ligero besito en el hombro de Kyungsoo antes de salir de él y dejarse caer hasta el suelo. Kyungsoo le imita, solo que se tira encima de Jongin, este lo mira, aunque ambos tienen la mirada perdida, cuando se encuentran, se conectan, una chispa de corriente pasa de un cuerpo al otro, se acercan y se besan.

Sus labios están tan acostumbrados que, ya saben cómo hacerlo, desde cualquier posición. Por eso, no importa que Jongin este inclinado hacia adelante y que Kyungsoo este encima de él, doblando el cuello. Eso no importa. Lo que importa es que, sus labios se conocen, se disfrutan.

Cuando se separan, Kyungsoo abre los ojos primero. Se acomoda entre las piernas de Jongin y el otro lo abraza, el calor de Jongin es distinto al calor que sentía hace un rato. Este es más reconfortante, más sincero y para nada sexual.

– ¿Te amo?– pregunta Kyungsoo. Jongin sonríe.

–Te amo. – le contesta.

–Jongin. –

– ¿Sí, amor?–

–Quiero que me pongas mi ropa y me lleves cargando al cuarto. –

Sí, amor. –

Pau. Pau.

 

 

Extra:

Chen: ¡Maldita sea! He visto la fusión del yin yang en vivo. ¡Qué asco!

Suho: Te dije que esos ruidos no eran ratones.

Sehun: Ahora todo tiene sentido. ¿Cómo no lo pensé antes?

Tao: Cariño, soy tan feliz.

Lay: ¿Me perdí algo? Creo que me quede dormido.

Kris: ¿Han visto al ojón? Necesito hablar con él.

Chen: Está tirando con Jongin en la cocinaLos muy malditos. Tengo hambre.

Chanyeol: Entonces podemos aprovechar, ¿Cierto?

Kris: Por supuesto. Vamos a coger.

Sehun: Tao-Tao. Yo también quiero coger.

Chen: Sí, Suho-Hyung. Yo también quiero coger.


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