-C-Calamardo…Q-que…
No lo dejo terminar, se acerco cual depredador a su presa y tomo sus labios, en un gesto demandante, mordiendo sus labios y pasando la lengua por estos, para después introducirla de manera brusca a su dulce cavidad, aquella de la cual, seguro y se haría adicto…
-¡Q-q-que…!
Sonrió arrogante al ver como el pequeño se sonrojaba aun más, aquel acto le encanto, verlo tan asustado y nervioso. Pero todo se arruino cuando apareció el pequeño intruso.
-¡No toques a Bob, no toques a Bob!
-Tsk
Chasqueo la lengua molesto y tomo al peluche, arrojándolo lejos de ellos, ahora si nada lo interrumpiría…
-¡Calamardito!
Bob intento ir por él, más Calamardo se lo impidió al tomarlo de ambas muñecas y recostarlo en el sofá, posicionándose arriba de él, con ambas piernas a los costados, impidiéndole huir.
-¡C-Calamardo!
Volvió a callarlo con un beso, pero esta vez más delicado, más… tierno… Abrió un poco sus ojos entre el beso, solo para quedar maravillado con la imagen del rubio sonrojado, mientras apretaba sus ojos con fuerza, se notaba nervioso… lo sabía porque temblaba. Se separo, dejándolo respirar, observo cómo sus orbes celestes se abrieron, parpadeando inocentes, sus labios habían quedado más rosados e hinchados.
Iba a continuar, más las pequeñas manos que sujetaron su cuello se lo impidieron. Bob se acerco un poco, siendo ahora él quien comenzaba el beso. Calamardo sonrió con ternura por aquel tímido gesto.
Volvió a separarse pero esta vez para desajustar la corbata roja del chico, quitar su camiseta blanca y suéter café, al igual que sus pantaloncillos marrones, su ropa interior y zapatos negros, dejándolo solo con sus calcetines, aquellos que más bien parecían medias por lo largo, resaltando más aquellas pequeñas pero esbeltas piernas.
-N-no me veas…
-¿Por qué?
-M-me…me da vergüenza…
Sonrió y se acerco peligrosamente a su cuello, mordiéndolo y pasando la lengua después, escuchando como su querido vecino comenzaba a soltar leves gemidos. Continúo el recorrido con su lengua por aquella tersa piel tan nívea.
-N-no hagas eso… m-me siento raro…ah…
No soportaba demasiado, fue directo a preparar al chico, quería sentirlo… marcarlo completamente como suyo…
Fue hasta sus pequeños pezones y pasó su lengua, sonriendo satisfecho al escucharlo gemir aun más alto su nombre tras cada lengüetazo proporcionado.
-C-Calamardo…Ahh…es r-raro…
Continúo bajando hasta toparse con el miembro de su pequeño vecino. Le dio una mirada lujuriosa para después comenzar a lamer aquello.
Lamia, mordía y succionaba, tras cada acción el pequeño enloquecía y el mayor se encendía.
-Ahh…ah…C-Calamard-do…¡Ah!
Si el pequeño ya estaba que moría del placer, ahora no sabía cómo se encontraba en aquellos momentos.
Sintió un ligero cosquilleo, y después, libero todo, sintiéndose un poco más tranquilo ahora.
El mayor paso la lengua por sus labios, todo bajo la atenta y lujuriosa mirada celeste.
-¿Listo para lo mejor?
-¿Q-que?
Se asusto un poco al ver la sonrisa traviesa del mayor, y se sonrojo aun más al sentir como un dedo se introducía por aquel lugar que para él era tan…vergonzoso…
Comenzó a jadear y gemir aun más, sintiendo el segundo y tercer dedo dentro de sí, aquellos que entraban y salían, abrían y cerraban cual tijeras… todo era tan delicioso y nuevo para él… Se sintió un poco patético al estar en aquel estado, porque, el mayor estaba vestido, bueno… medio vestido, solo le faltaba su camiseta. Y él, él estaba completamente desnudo y a su merced, sintiendo aquellas placenteras corrientes eléctricas recorrerlo de pies a cabeza. Era algo vergonzoso pero excitante y maravilloso.
Se corrió por segunda vez, sintiéndose exhausto. Observo como Calamardo le sonreía con arrogancia. Frunció el ceño y atrapo sus labios, estaba avergonzado sí, pero no quería ser el único en ese estado. Como pudo giro al mayor, quedando el abajo, recostado en el sofá.
-¿Quieres jugar, Bob?
-C-Cállate…
Se sonrojo aun más si era posible y lo beso de nuevo, recostándose un poco en su pecho y pasando sus delicados brazos por su cuello, tocando un poco su espalda con sus dedos.
Calamardo sonreía divertido entre el beso, el rubio se estaba esforzando pese a que su cuerpo estaba temblando de los nervios. Paso ambas manos por su cadera, bajando lentamente hacia sus glúteos, apretujándolos y acariciándolos y deleitándose con los gemidos que soltó Bob.
Uno de sus dedos viajo nuevamente hacia aquella húmeda cavidad, penetrándolo y escuchando como el chico comenzaba a jadear de nuevo, encendiéndose al instante.
Pese que le divertía aquella faceta del chico, lo giro de nuevo, quedando arriba otra vez y siendo él ahora el que devoraba sus labios, sintiendo como el rubio acariciaba su espalda, acercándose lo más posible a él.
Cortó el beso y dirigió sus manos a sus pantalones, desabrochándolos y dejando a la vista aquel erecto miembro que estaba en su límite.
-C-Calamardo no creo que eso vaya a…
-Shh, tu tranquilo. Seré gentil, ¿De acuerdo?
Observo maravillado aquella sonrisa del mayor, jamás la había visto, y se sentía afortunado al ser el causante de tan hermoso gesto. Sonrió de igual manera y asintió, abrazándolo con amor.
Su ceño se frunció al sentir aquella enorme intromisión dentro de sí, le dolía claro, pero… lo soportaba… Solo arqueaba la espalda y gemía, sintiendo como Calamardo lo abrazaba con toda la delicadeza posible.
-¿Me detengo?
-N-no ahh… S-sigue…
Pudo sentirlo todo completo después. Aquella sensación era extraña y un poco dolorosa, aunque después de unos pocos minutos sentía la necesidad de moverse, y así lo hizo. Comenzó a mover sus caderas mientras sus dedos acariciaban la sedosa y algo larga cabellera de Calamardo.
Las envestidas eran certeras y profundas, los segundos eran gloria y el dolor fue completamente remplazado por deseo…
-Ahh…e-es…r-raro…
-Pero no quieres que me detenga, ¿Cierto?-pregunto burlón, soltando una risilla-.
-N-no…ahh…
Hubo una envestida que había llegado justo al punto exacto en que lo hacía delirar, tras darse cuenta de esto, el mayor continuo con igual o mayor intensidad. Y tras unos cuantos segundos, el pequeño eyaculo por tercera vez, sintiéndose más exhausto que antes. Dejo salir un ligero grito al sentir como el mayor se venía dentro suyo, provocándole una sensación inexplicable… era caliente y excitante…
-Desde este momento tú eres completamente mío…
-¿¡Q-que!?
Lo tomo de la cintura y cambio posiciones, quedando el rubio arriba del mayor, sonrojándose al sentir como este lo abrazaba y acercaba sus labios para robarle de nuevo un beso, delicado y tierno.
-Me refiero a que, no quiero verte con aquella imitación barata de mí
-¿Calamardito?-pregunto inocente, parpadeando curioso al ver como Calamardo fruncía el ceño y desviaba la mirada-.
-Deshazte de él
-¿¡Ehh!?-hizo un leve puchero y apretó los hombros del mayor- ¡Pero Calamardo, entonces como voy a…!
No termino cuando el mencionado tomo sus labios de nuevo, adentrando su lengua, sacándole un ligero gemido, sonrojándolo al instante.
-No lo necesitas, cada que necesites algo yo estaré para ti, no un pedazo de trapo
-Eh…que cruel eres, Calamardo
-Solo defiendo lo que me pertenece por derecho
Paso ambos brazos tras su cabeza, cerrando los ojos para descansar un rato. Bob no pudo evitar soltar una risilla tras los celos del mayor. Lo vio cerrar los ojos y acaricio su mejilla, para después darle un ligero beso.
-También te quiero Calamardo~♥
Fin~♥