POV. SUNGMIN~
Y ahí estaba yo, de nuevo. Sentado en la última banca de todo el salón, era cómodo, me gustaba, no podía nergarlo, más de medio día de clases ya había perdido, ¿motivo? KyuHyun, Cho KyuHyun, un tipo castaño que ingresó mes y medio después de que comenzaramos el último año de preparatoria, era extraño, al instante de visualizarlo; logró que todos mis sentidos encendieron, como si fuese ese empuje para que todo pudiera deshacerse en mi, ¿que pasaba conmigo?, la única respuesta es que estaba... Enamorado, tal vez todo lo que llamó mi atención fue su manera fría y áspera de tratar a las personas, su seriedad y dedicación para el estudio, era sumamente inteligente, estaría de acuerdo con que no me hablara, era de esas personas que pasaban de ser percibidas, un suspiro profundo salió de mis labios cuando de repente un voz aguda me llamaba, iba de más lejos a más cerca, ahí me di cuenta que estaba sumergido en mis ideas.
—SungMin... SungMin hyung... –movía el pequeño del hombro al más grande, por meses.Aunquee su voz era un susurro alcanzó llamar su atención.
—¡Oh, SungJin... —voltee a donde mi compañero de asiento, notando como me observaba, no era la primera vez, siempre que me hundía me miraba así de extraño—
—De nuevo pensando en ese tipo... –él lo sabía,sabía cuánto me gustaba ese tipo, hizo un mohín que le hizo ver como el niño que era.
–Ya te dije que...
—SungJin y SungMin, afuera –ambos volteando a la voz grave que ahora nos llamaba la atención, ambos soltamos un suspiro de resignación, no podíamos rogar para que nos dejara en su clase, ese profesor de verdad era bastante estricto, matemáticas, odio matemáticas.
Sin protesta, nos levantamos de nuestros asientos, yo tomé mis cosas, pero SungJin no, en lo personal no puedo estar sin mis cosas, no es q7e desconfíe del salón, pero me siento inseguro.
—Señor Lee, sin sus pertenecías... –rodee mis ojos con expresión notoria de molestia, por lo que las boté de nuevo a mi lugar. Ganándome la mirada de todos, incluso de de él. Mierda.
—¿Que no tiene modales? Se quedará después de todas sus clases a hacer aseo. –¡¿QUÉ?!, joder, de verdad que este no mi día.
Estaba de cierta manera molesto, pero si lo veo desde el ángulo del profesor tenía razón, sin querer escuchar más sermones matemáticos o más regalos salí del aula, notando que SungJin estaba con uno de sus amigos, al parecer lo habían sacado también, pero no me di cuenta cuando.
Decidí no molestar, mi estómago rugía, en todo el puto día no había comido nada, por lo que en completo silencio me encaminé a la cafetería, pasando por el largo pasillo, encontrándome con la salida, la cual también pasé.
Al llegar al lugar tan esperado por mi estómago, me senté en una de las mesas más amplias, aflojando mi corbata, la cual me molestaba en esos momentos, lograba escuchar los murmullos de muchas chicas, tal vez hablando de mi nuevamente, solían acosarme por tener un "bonito" rostro.
—Vaya, vaya, el conejito... –esa voz me paralizó, era él, ese tipo que me atormentan los días, desde que entré, era mayor que yo, pero había cursado tercer año, unas tres o cuatro veces, ya que desde que ingresé lo recuerdo, era su blanco para molestias. Me quedé callado. Era Kim HeeChul.
Sus manos pasaron por mis brazos acariciando el largo de estos, mi cuerpo estaba paralizado, mi temperatura bajaba, aun que mis manos estuvieran sudando, era del frío que se esos momentos.
—Deberías andar con más cuidado, o al menos acompañado, podría comerte sexualmente... –habló de nuevo, pero esta vez estaban cerca de mi cuello, por el cual su picuda lengua paso a humedecer gran parte de mi piel, baje la cabeza no queriendo que notaran comí estaba de avergonzado. Y de repente, gracias a la vida sonó el timbre, las clases habían terminado, me levanté de golpe, retirando a ese egocéntrico de mi, a paso largo o a paso que mis piernas alcanzaban a dar, alejándome de aquella zona, no había comido nada, moriría ahí mismo si no comía, pero además por mi mala actitud haría el aseo, esperen, ¿de verdad lo haría?
Me moría de hambre, de acuerdo, no lo haré.
Cuando menos lo espere ya estaba frente a el salón, no había nadie, más que SungJin, eso creía, sin voltear a ningún lado más que a mi lugar, me dirigí a este.
—¡Heee, hyung! –este alzó su ceja un par de veces con una sonrisa de oreja a oreja, totalmente pícara, ya llevaba sus cosas– no olvides que tenemos un trabajo en parejas y... Te has quedado sin pareja –alzó su rostro un poco, señalando a... ¿KyuHyun? ¿Estaba ahí?
–"¡Verg*! Eso me pasa por estúpido,aunque... Los viles hijos de put* me dejaron solo", pasó por mi mente aquellos pensamientos, me percaté de que SungJin ya no estaba, de lo poco que mi mente lograba razonar gracias a que mis oídos escucharon solo eso, recuerdo que la profesora anterior había dejado una exposición sobre las carreras que cada uno iba a tomar, no tenía pareja, "RyeoWook y YeSung, EunHyuk y DongHae, SungJin y JongJin, KiBum y Hangeng... ¡¡JODER!!" grité internamente, pensé en hablar, decirle que no tenía pareja, que fuera la mía... Sí, KyuHyun estaba ahí también arreglando sus cosas, pero si le decía podía ser rechazado, suspiré aún más pesado que la vez anterior, mis cosas estaban ya en orden dentro de mi mochila, no pude, no pude dirigirle la palabra, así que una vez más me rendí, en pasos sumamente silenciosos me dirigí a la salida-entrada(?).
Una mano se posó en mi hombro, deteniéndome, creí que era SungJin pero recordé que este se había ido ya y el único que quedaba era ese joven astuto–.
—Hyung...
–Esa voz, me hizo estremecer por completo haciendo que mi cuerpo temblara como gelatina, era él, esto parecía novela– Dime KyuHyun... –respondí antes de que mi cuerpo se girara, y visualizara ese rostro perfecto, su mirada penetrante... Me encantaba...
—Verás sobre el trabajo que nos dejaron... No tengo pareja, y me preguntaba si te gustaría serlo.
–Ese chico estaba siendo amable conmigo, solo conmigo, me gustaba, me agradaba, me fascinaba, de inmediato mis movimientos me traicionaron haciendo que mi cabeza se moviera un par de veces, asintiendo. Esta era mi oportunidad– claro... –fue lo único que me permití decir, saben... Tenía unas tremendas ganas de comérmelo justo en ese instante–.
—Entonces si no te molesta nos vemos en mi casa, a las dos... Sé puntual, por favor –y sin más palabras se fue, dejándome ahí, emocionado, con ganas de comenzar a gritar brincar, correr y demás, pero no, autocontrol, SungMin, autocontrol.
Me fui feliz a mi casa, era el día no tan perfecto, pero después de eso era pasable, había olvidado el hambre que sentía, Kyu... ¿Kyu? ¿Estaría bien llamarle de esa manera? Bien... Kyu me mandaría su dirección a mi correo, mi pregunta es cómo lo habrá obtenido...