Él estaba claro de que el menor se encontraba molesto, siempre lo veía con el ceño fruncido por lo que un día más no era problema para Kaneki Ken. Lo miro concentrado en el respaldo de la azotea del edificio que el árbol aogiri había escogido como base temporal mientras observaba a un punto fijo, pudo oírle murmurar algo como "estas jodidas basuras, realmente los mataría a todos". Kaneki sin preguntarle e impredecible se acerco tras la espalda del menor abrazándolo mientras apoyaba su mentón en el hombro del Ghoul más joven.
—Ayato, debes deja de fruncir el ceño de esa manera o terminar arrugándose —dijo con tranquilidad a lo que el contrario respondió al instante con un gruñido de fastidió.
—Ahora no, parche. No estoy de ánimos para aguantar tus idioteces —dijo tratando de aflojar el agarre del albino—.Suéltame maldita sea —pero el medio Ghoul no aflojo en ningún momento el agarre en la pequeña cintura del menor.
—No deseo hacerlo Ayato-kun, me gusta tenerte de esta manera —susurro en el oído del de cabellos azul oscuro — ¿puedo saber por que no se encuentra de humor?
—No es tu problema parche, solo déjame en paz —dijo relajándose, bien sabía desde hace algún tiempo que el mayor no iba a rendirse cuando se ponía de aquella manera tan incómoda para el más joven.
—cuando se trata de ti, es mi problema Ayato-kun, todo lo que sucede contigo me preocupa. Si tú estas mal no puedo solo abandonarte —dijo con un tono ligero y amable, aquello siempre hacía que Ayato se sintiera confundido, un sentimiento extraño lo hacía sentir dolor cuando el mayor se comportaba de aquella manera con él.
—¿por qué debería preocuparte lo que me suceda? —se atrevió a soltar mientras sentía las manos del mayor tomar una de las suyas logrando que el Ghoul más joven se sintiera nervioso ruborizándose por la cercanía del rostro del contrario.
Ayato no sabia como es que Kaneki podía lograr acelerar su corazón con tal facilidad, desde que comenzó aquel juego, desde que el albino había robado su primer beso, la primera vez que conectaron sus cuerpos, las veces en que este lo atormentaba cada vez que tenía oportunidad con sus acciones, Kaneki siendo pervertido, Kaneki siendo un idiota, Kaneki abrazándole, Kaneki siempre preocupado, cuando lo hacia enfadar por su actitud infantil, Kaneki siempre era Kaneki, todo desde que se unió a la organización y le obligaron a ser su socio. Desde entonces su vida solo rondaba al mayor y eso le asustaba, el hecho de saber que este era como su padre y se comportaba como tal, Kaneki le asustaba por que hacia que lo que él deseaba enterrar en lo profundo de su corazón saliera nuevamente.
—Ayato-kun —dijo acariciando con sus manos la suya—. Haz luchado tanto, tus manos están bastante magulladas, tu cuerpo también esta maltratado —el menor sabia esas cosas, las cicatrices por batallas, su mal carácter, todo en él era desagradable por lo que simplemente no pudo decir nada por lo que hablaba el mayor— pero sabes, tú no dejas de ser tan hermoso Ayato.
Aquellas palabras tomaron por sorpresa al menor, quien miro su mano junto a las de Kaneki que le tomaban con delicadeza como si tuviera miedo a dañarlo.
—realmente eres tan molesto —dijo en un tono bajo mientras acercaba una de las manos del medio ghoul hacia sus labios tendiéndola presionada en ellos— No entiendo que consigues siendo así maldición... Yo desde el principio no necesito ser cuidado ni por ti ni por nadie.
El mayor le dio la vuelta levemente dándose cuenta de que el chico de cabellos azules tenia los ojos algo humedecidos, seguramente se estaba conteniendo.
—quiero que confíes en mi, Ayato-kun —dijo acercando su nudillo para poder secar las lágrimas de sus ojos— por que aunque me pidas que te deje, eso resulta imposible por que tu eres especial para mi. —se acerco lentamente a los labios del menor para darle un leve beso en los labios.
Ayato sabia que Kaneki le asustaba, pero incluso si odiaba el hecho de que él fuera tan parecido a su padre y a toda la organización, era un hecho de que ya no podía solo estar alejado del mayor.
—puede que no desee que todos se mueran después de todo —admitió antes de darle un leve beso en los labios al mayor— tenemos una misión, es mejor que muevas el culo o Tatara nos mata —dijo el de ojos azules mientras comenzaba a adelantarse— después de todo tal vez también eres especial para mi— murmuro inaudible antes de desaparecer por las puerta de regreso al edificio.
El mayor no pudo evitar sonreír, aunque fue bastante bajo logro oír lo que el menor dijo antes de desaparecer por la puerta. Ayato no era alguien fácil de entender la mayor parte del tiempo, no solía ir diciendo las cosas que sentía pese a ser impulsivo era reservado y siempre estaba ocultando a los demás lo que sentía, pero, habían cosas que lo hacían amarlo tal como era. Cada momento que compartieron, al principio solo se preocupaba por él ya que era el único familiar de Touka. Pero todo comenzó a cambiar, poco a poco descubrió lo hermoso que podía llegar a ser el Ghoul mas joven. Era irritable, se avergonzaba con facilidad, solía reírse por comedias aburridas en la televisión, una vez le pidió que leyera un libro para él y Ayato termino llorando por su final aunque no evito soltar "si le dices esto a alguien, te mato parche" mientras secaba sus lágrimas, le gustaban los conejos tanto que aveces cuando salían a dar una vuelta este se emociono al ver uno en la tienda de animales. Solía decir cosas tiernas de vez en cuando, y era ridículamente tímido cuando se trataba de hacer cosas de amantes como besar o hacer el amor tanto que podrías pensar quien es este chico desconocido, pero kaneki conocía a ayato, solo el sabia aquel lado que el menor escondía, sus expresiones, sus inseguridades, su dolor, kaneki había logrado atravesar esos muros. Ayato era hermoso en todo su ser, por eso y por más Kaneki se había enamorado de él.