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Atracción por lo Prohibido por Akai-chan

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Notas del capitulo:

Buenas tardes a mis lectores:

He tenido los días ocupados con los estudios y los trabajos pero al fin ya estoy de vacaciones y he podido usar mis ratos de ocio para escribir poco a poco. 

En este maravilloso capítulo, hará dudar a Syo de a quien ama verdaderamente, dándole una oportunidad a Natsuki.

Espero que lo disfrutéis y nos vemos al final del capítulo.

 

CAPITULO 10: MOMENTO DE DECISIONES [PARTE 1]

 

Natsuki volvió a dormirse debido a la medicación y mientras tanto, Syo se mantuvo sentado en el sillón de al lado, observando fijamente el rostro durmiente del mayor. Su vista estaba perdida en las delicadas facciones de su rostro, mientras que su mente divagaba recordando todo lo que había pasado.

La discusión con Satsuki, el accidente y también...

 

- Quizá... ¿Le gusto a Natsuki?... - susurró el pequeño a la vez que sus dedos acariciaban sus propios labios, quienes aún recordaban la presión de los ajenos contra los suyos en aquel inaudito beso.-

 

Con cierto cariño, alcanzó el rostro del chico durmiente, y con mimo apartó algunos mechones rebeldes para después acariciar los suaves cabellos rubios del muchacho con sus dedos. Viéndolo de aquella forma tan tranquila e inocente, era difícil de creer que tuviese una personalidad tan nefasta. Pero, en el fondo, esa personalidad que tanto le hostigaba, al mismo tiempo le enloquecía.

Syo tomó asiento en el borde de la cama y cuidadosamente, sus dedos se colaron entre el hueco de las gafas y las apartó despacio retirándolas hacia arriba.

 

- "Un beso después de todo, no lo despertaría ¿verdad?" - pensó al mismo tiempo que se empezó a inclinar hacia adelante, hasta que sus rostros se quedaron a pocos centímetros de distancia.-

 

A pesar de que lo tenía tan cerca y no se despertaría, sentía su respiración agitada, y su corazón desbocado. Hacía tanto que no sentía las caricias y el calor de Satsuki, que pensaba que se estaba volviendo loco.

 

- ¿Siempre.... - escuchó una voz un poco ronca que le regresó los pies en el suelo-

 

Syo se apartó del contrario, manteniendo con él una escasa distancia. Enseguida, su mirada se cruzó con la de Satsuki. Después de tanto tiempo y tantas experiencias juntos, era imposible no darse cuenta de quien se trataba.

 

- ...atacas así a la gente mientras duerme?

 

Syo frunció el ceño al escuchar sus palabras, pero viéndolo en esas condiciones, no podía enfadarse cuando Natsuki le había salvado la vida. 
Por tanto, prefirió ignorar su comentario y cambiar de tema.

 

- ¿Como te encuentras? Recibiste un buen golpe.

 

El mayor que permanecía tumbado en la cama, centró su atención en el menor, quien movía sus manos ciertamente nervioso.

 

- Creo recordar, que te dije que no me volvieras a hablar. - dejó un margen de tiempo que le cambió la cara al menor - ¿Por qué tuviste que ignorar mis amenazas?

 

Syo agachó la cabeza, tratando de evitar contacto visual con el contrario.

 

- Yo solo... No pude evitarlo... - a pesar de que no miraba a Satsuki, sentía como lo atravesaba con la mirada-

 

- ¿Acaso... Estabas preocupado o algo así? - comentó Satsuki con cierta sorna-

 

- ¿Ah? Pues claro que sí. Es obvio ¿n--

 

- ¿O tal vez....- le cortó antes de que siguiera hablando - ...Solo estás así porque crees que esto ha sido culpa tuya?

 

El silencio por parte del contrario, corroboró que todas sus especulaciones eran ciertas.

 

- Así que... Las dos cosas ¿eh?

 

Definitivamente lo había dejado Sin palabras. Era como si Satsuki tuviese la habilidad de leer la mente de los demás, no solo la de Natsuki. Eso le recordó...

 

- ¿Lo recuerdas? Osea... Puedes saber todo lo que hace Natsuki, ¿verdad?

 

- ¿Que te hace pensar eso?

 

- ¿Acaso me equivoco? - frunció ligeramente el ceño-

 

- Más bien, todo lo contrario.

 

Syo observó al mayor con cierta extrañeza en sus palabras. ¿Por una vez estaba siendo honesto?

 

- En realidad, de los dos yo soy el único que recuerda todo.

 

Todo había sido tan misterioso... Desde hacía mucho, conocía su condición pero nunca tuvo la valentía de preguntar el por qué eran así las cosas. Hasta ahora, solo se había fijado en Satsuki y jamás había pensado que era una parte más de Natsuki.

 

- ¿Cómo fue?

 

- ¿Hm? - frunció el ceño con extrañeza-

 

- ¿Cómo ocurrió todo?

 

Por primera vez, estaba dispuesto a escuchar la historia entera. Aunque intuía que Satsuki no se lo pondría fácil.

El mayor desvió la vista, dirigiéndola hacia el techo de la habitación del hospital.

 

- No lo recuerdo - mintió. Pero Syo no tardó en darse cuenta-

 

- ¿Es acaso tan grave? - Volvió a insistir, enfrascado en su única motivación en aquellos momentos-

 

El mayor suspiró con pesadez y rotó sobre su cuerpo, dándole la espalda al contrario. Syo se removió indignado en su propio asiento, llegando a ponerse en pie para tocar la espalda del enfermo.

 

- ¡No me ignores!

 

Satsuki permaneció en su misma postura, ignorando por completo los inútiles esfuerzos del menor por captar su atención, hasta que finalmente no le quedó otra que girarse para mirarle frunciendo el ceño.

 

- ¡Las cosas no son tan fáciles como imaginas, enano!

 

- ¡Pero yo quiero saberlo! ¡Me gustaría conocer más acerca de Natsuki! Y también... - miró al contrario fijamente con las cejas arqueadas-

- No vuelvas a llamarme enano.... - susurró esto último en voz baja -

 

El mayor observaba al contrario con el rostro perplejo, conociendo de antemano que se hallaba en una encrucijada. Suspiró con pesadez al notar como el menor lo miraba con ojos de pez, sin apartarlos ni cerrarlos por un mísero instante.

 

- Está bien, está bien. ¿Qué quieres saber?

 

- ¿Desde cuando ocurre esto? - zarandeó la cabeza rápidamente - quiero decir.... Que tú apareciste.

 

- ¿Te refieres al trastorno de Natsuki? - el rubio encogió el único hombro sano que tenía en esos momentos -

 

El menor abrió los ojos ampliamente pero sorprendido por la actitud del contrario más que por la propia respuesta que ya conocía.

 

- Desde la adolescencia de Natsuki. Creo que fuiste uno de los primeros en darte cuenta, ¿no es así?

 

El chico asintió ligeramente con la cabeza, desde luego que hasta ahora no le había dado mucha información.

 

- ¿Por qué fue? - dudó en preguntar pero ya que habían empezado y él estaba por la labor, debía aprovechar el momento-

 

- Hm... - torció la cabeza unos centímetros a un lado - como casi todos los problemas de un hombre... Fue por una mujer.

 

- ¿Una mujer? No sería...

 

- ¿Alguien a quien amó? No te equivocas. - se calló unos instantes casi obligando al contrario a insistirle en seguir - era su profesora. Estaba enamorado de ella. Él... Le dedicó una canción pero ella tan solo la usó para su bien. Se hizo famosa a costa del talento de su alumno. Aquella traición... Fue el desencadenante de todo. Su mente se obligó a olvidar lo que sucedió y en cambio...

 

- En cambio, apareciste tú.

 

Por primera vez en todo el tiempo que se habían conocido, vió una sonrisa amable en Satsuki que jamás había visto hasta ese momento. Sintió que era el reflejo de su verdadera personalidad, aquella donde ambas dos, Natsuki y Satsuki, se unían por una fina línea entre ambas.

 

- Sí que os parecéis... - alcanzó a susurrar el menor sin parar de observar al contrario fijamente -

 

El rostro del mayor varió al suyo casual, casi a la vez que apartaba la mirada.

 

- ¿Por qué... - Satsuki miró al contrario por el filo del ojo - por qué Satsuki y no otro?

 

El rubio más alto, observó las sábanas fijamente aunque en realidad estaba buscando la respuesta en su cabeza.

 

- Porque aquella canción tenía mi nombre. Y no podía ser otro.

 

Aquella respuesta le generó una gran curiosidad. ¿Cómo sería realmente aquella canción que fue capaz de dividir la personalidad de Natsuki en dos partes? 
Tal vez, esa sería una respuesta que jamás alcanzaría a descubrir.

 

 

[...]

 


Tras aquella conversación, no volvieron a hablar sobre el tema. Más bien, parecían tratar de evitarlo. 
Al día siguiente le dieron el alta a Natsuki, quien regresó a la academia con el resto de los integrantes de Starish.

Todos le dieron la bienvenida al regresar, y le propusieron que se tomara su tiempo para recuperarse del hombro totalmente.

 

Syo le acompañó a la habitación que compartían y cerró la puerta tras de sí cuando ambos entraron.

Se mantuvo un largo silencio entre ellos hasta que finalmente Natsuki se dignó a abrir la boca.

 

- Si... - captó la atención del contrario, quien se giró rápidamente para mirarle - ...te vas a sentir incómodo por lo que pasó, es mejor que lo olvides.

 

Estaba sentado sobre su cama, mirando al menor con una amable sonrisa, típica en él.

Sus orbes se mantuvieron fijas en el hombro herido, haciéndole recordar todo lo ocurrido nuevamente tal y como las pesadillas le corrompían cada noche.

Ambos cruzaron miradas y Syo automáticamente sintió sus mejillas húmedas cuando unas cálidas lágrimas escurrieron por ellas.

 

- ¿Syo-chan?

 

Por inercia, desvió el rostro mientras se tapaba los ojos con la manga de la chaqueta. Se apresuró a moverse por la habitación dirigiéndose hacia el baño, donde rápidamente se encerró para evitar romper a llorar allí mismo. Eso era algo que no podía permitir, ya que pensaba que acabaría por terminar de dañar su ingente orgullo.

Se mantuvo sentado unos minutos en el suelo del baño, con la espalda apoyada contra la puerta. "Cómo si pudiera pasar de todos modos".

 

Decidió hacer el paripé de ducharse mientras que se desahogaba y tranquilizaba, bajo los continuos chorros de la ducha.

Cuando acabó, se miró fijamente frente al espejo. Tenía los ojos ligeramente hinchados, pero eso lo podía achacar al calor del vapor o cualquier otra historia que inventase. Era Natsuki después de todo, y era probable que se lo acabase creyendo.

Salió de la habitación con el albornoz puesto y atado a su pequeña cintura, y una toalla que estaba usando para secar sus cabellos. Con cautela, se asomó al exterior del baño, viendo que Natsuki permanecía en el mismo lugar que estaba cuando se había ido corriendo.

Nada más aparecer frente al mayor, fingió con una sonrisa como si no pasara nada mientras pasaba por delante de él.

 

- ¡Vaya! Hace demasiado calor y una ducha viene de miedo, ¿no crees? - terminó de secarse el pelo y dejó la toalla colgada en el cabecero de la cama mientras que iba a buscar algo de ropa para cambiarse-

 

- Syo-chan... - el triste tono de su timbre le hizo girarse, ignorando la acción que estaba haciendo en esos momentos - Está todo bien. No pasa nada.

 

Tenía suerte de haberse hinchado a llorar hacía tan sólo unos minutos. El pequeño, dejó lo que estaba haciendo, y se acercó hasta la cama de Natsuki para tomar asiento en el borde, justo a su lado. Se miraba sus pies descalzos, tratando de evitar contacto visual con el mayor, quien lo miraba sonriente.

 

- Lo que pasó... fue culpa mía. No puedo dejar de pensarlo.

 

A pesar de que se estaba sincerando, Natsuki estiró el brazo saludable, rodeando la cabeza del pequeño con su mano mientras tiraba de él en su dirección, hasta que la cabeza contraria quedó pegada contra su pecho.

 

- Syo-chan es demasiado amable. Me encanta esa parte de ti~ - su tono elocuente no podía herirlo más en esos momentos-

 

El menor sintió como si el fino hilo de la cordura se hubiese roto, y sin pensar, apartó la mano que con tanta gentileza acariciaba su cabeza. El mayor en cambio, se quedó sorprendido por el repentino cambio de actitud del contrario y trató de mantener algo de distancia.

 

- ¡No lo entiendes, Natsuki! - llegó casi a gritar Syo sin poder mirar al contrario a la cara – ¡Todo!¡Absolutamente todo este lío, es culpa mía! ¡¿Por qué tuviste que meterte en mitad de la carretera?! ¡Todo esto no habría pasado si yo-...!

 

Sus ojos se encontraron con la tristeza del otro, quien solo esperaba respuestas. Hasta ese momento, le había ocultado muchas cosas. Sus sentimientos, el conocimiento de su otra personalidad, las veces que había visto en él, el reflejo de Satsuki... eran tantas cosas que no se atrevía a decir que sentiría que se rompería. El mayor, tocó el vendaje del hombro por encima de la ropa con las yemas de sus dedos, captando la atención del chico.

 

- Si de esta manera he conseguido que Syo-chan pueda mirarme, habrá merecido la pena. - emitió una suave risita despreocupada que emocionó al menor-

 

¿Cómo podía sonreír a pesar de la situación? Después de lo que había pasado, de cómo le había tratado, y todavía aún... era capaz de sonreírle como si nada de eso hubiese importado. Definitivamente volvía a sentir sus emociones desbordándose por doquier.

 

- Natsuki... es el único que se ha preocupado siempre por mí y aun así... no he sido capaz de corresponderte debidamente.

 

Se había dignado al fin, a sincerarse con él. Pensaba... que llegados a esas alturas, habían tomado un último tren sin retorno, donde la verdad adquiría más peso que su miedo por salir herido.

 

- Syo-chan, ¿es posible... que ya haya alguien a quien ames?

 

Aquellas palabras resonaron en sus tímpanos con el mismo eco que se escucharía el interior de una iglesia. Ante su sorpresa, sus honestos ojos demostraron a Natsuki, que esa respuesta no era del todo errónea.

Desde luego, que no podía negarlo y el chico que lo observaba tan atento, poco tardó en caer en la cuenta.

 

- ¿Tal vez... Syo-chan esté molesto por lo que hice el otro día?

 

- ¿Eh? - los recuerdos lograron que sus mejillas tomasen un color ligeramente rojizo al recordar la escena del beso - n-no no... ¿Cómo podría molestarme solo por eso?

 

Natsuki ladeó ligeramente la cabeza a un lado, inclinándose casi al mismo tiempo en dirección a Syo.

 

- ¿Entonces Syo-chan no se molesta por esas cosas a pesar de que ya le gusta alguien?

 

- ¿Cuándo he dicho que me guste alguien? - aquel chico, siempre había conseguido desconcertarle, pero ese día se estaba llevando la palma-

 

- ¿Acaso no es así? - manteniendo una corta distancia con el menor, éste observaba con detenimiento cada una de sus expresiones, como si las analizase instintivamente-

 

- Eso... es cierto... - acabó por confesar al verse entre la espada y la pared.-

 

- Hm déjame adivinar... Es Haruka-chan, ¿verdad?

 

Aquella respuesta dejó a Syo perplejo, sin saber si realmente debía dar explicaciones al tener en cuenta que aunque dijese la verdad, era imposible que le creyese.

 

- ¿Ah? ¿Haruka? - A decir verdad hacía mucho tiempo ella llegó a gustarle, pero no se estaba dando esa posibilidad en esos momentos - No exactamente... Ella es importante pero no es lo que piensas...

 

- Ah... ¿Entonces me equivoqué? - el mayor se llevó una mano hasta la boca, tapándosela a modo de sorpresa--

 

- Puede que un poco si.... Un poco bastante...

 

- ¿Es alguien que conozco?

 

- ¿A qué viene este interrogatorio? - el mayor lo miraba ansioso por una respuesta. No le quedó otra que suspirar y contestar - puede que sí.

 

No se le ocurría una respuesta más cercana a la realidad.

Ambos se callaron por unos momentos, sintiendo como el ambiente se había relajado un poco. Natsuki, a pesar de aquello, le sonrió al menor mientras se acariciaba uno de los mechones de su rubio cabello.

 

- Pero me gustaría que Syo-chan me tenga en cuenta a mí también. Que pueda verme también de esa forma.

 

- ¿De esa forma? - su tono y su rostro se mostraban aún confusos -

 

- Sí... has estado un poco triste estos días pero... antes me gustaba la sonrisa de Syo-chan. - se mantuvo callado unos breves instantes. Ciertamente estaba nervioso pero lo ocultaba tras una sonrisa - Me gustaría que puedas sonreír como lo hacías antes.

 

No podía admitir que todos sus estados de ánimo, sucedieron debido a su otra personalidad. Eso era un secreto que prefería mantener oculto en lo más profundo de su conciencia.

A pesar de ello, esa actitud de Natsuki donde continuamente se preocupa por su bienestar, era algo que le daba un estado de tranquilidad, felicidad y desasosiego. Nada que ver a cuando estaba con Satsuki o cuando eran pequeños y se la pasaba persiguiéndole. 
El menor dejó escapar una suave risita ante todos los recuerdos que inundaban su mente.

 

- Gracias Nat-chan. De verdad que siempre sabes como animarme.

 

El mayor de los dos se avergonzó por aquellas palabras, pero nada podía alcanzar el nivel del esfuerzo que tuvo que poner de su parte para confesarse.

Inconscientemente echó un rápido al chico justo antes de tomar una bocanada de aire.

 

- Aunque a Syo-chan ya le guste alguien.... ¿Es posible que aun así te puedas fijar en mi aunque sea un poco?

 

El menor miró al contrario sorprendido. Su rostro fue cambiando a una gran variedad de colores hasta acabar en un rojo intenso. ¿Cómo admitir que la persona de quien él estaba celoso y de la que estaba enamorado, eran la misma?

Syo titubeó entre que su mirada permanecía baja, observando el aburrido suelo por la vergüenza.

 

- Hm.... L-lo.... Lo tendré en cuenta.

 

La expresión del rubio cambió a una amplia sonrisa casi al tiempo que estrujó al contrario con fuerza entre sus brazos. 
Su pequeño corazón, latía desbocado al volver a reconocer aquel aroma y aquellas sensaciones que lo cautivaban. Sentía como si se asfixiase.

 

- Natsuki... - llamó la atención del contrario - creo que necesitas también una ducha...

 

Rápidamente el mayor le liberó del abrazo, colocando entre ellos una cierta distancia de seguridad.

 

- Ah... Perdón. No he tenido tiempo de hacerlo en días.

 

Syo permaneció con la mirada fija en el hombro del contrario hasta que se atrevió a sugerir que le ayudaría a bañarse.

 

- ¿Ehhhh? ¡No hace falta! - se apresuró a decir Natsuki ligeramente avergonzado - Sería vergonzoso que Syo-chan me viese...

 

-"Como si ya no te hubiera visto" - pensó Kurusu casi a la misma vez que se ponía en pie -

 

- Vamos, no seas tonto. No puedes hacerlo tu solo de todas formas.

 

Acabó poniéndose en pie no muy decidido, y seguirle los pasos en dirección al baño al no ver otra opción.

Nada más llegar, el mayor se quedó mirando los alrededores del baño, como si todo aquello fuese nuevo para él.

 

Syo se acercó al contrario y tomó las solapas de la camisa para comenzar a desabrochar los botones uno a uno, hasta que la duda comenzó a evadirlo. Fueron unos escasos momentos hasta que sus manos se empezaron a sentir sudorosas y temblorosas. Ni él mismo entendía a que se debía.

Todo aquello no pasó desapercibido para Natsuki, quien miraba fijamente cada uno de sus gestos con una atención impropia en él.

 

- Syo-chan... ¿por qué estás temblando?

 

- ¿Eh? ¿Qué dices? Yo no estoy temblando - mintió sin dejar su hazaña hasta que desabrochó todos los botones y dejó el torso contrario a la vista-

 

Éste tragó saliva, viéndose completamente embelesado por las vistas.

Para el mayor, esa imagen que estaba siendo grabada en su retina del chico tan absorto y distraído, inconscientemente le producía el pequeño deseo de aprovecharse de la situación a su favor. Por una vez, toda la atención del menor estaba puesta en él y en nadie más.

 

- Syo-chan, ¿puedo besarte? - al contrario que la otra vez, en esta ocasión quería tener en cuenta los deseos del menor-

 

Lentamente, la mano diestra de Natsuki rozó el rostro contrario, captando más aun su atención hasta que su mirada cautivadora se encontró con la embelesada de Syo.

Aun a pesar de la duda, su cabecita emitió una suave cabezada ante aquella pregunta que sólo tenía una única respuesta.

Con un sólo gesto, el mayor besó los labios contrarios con un casto beso y sin poder evitarlo, el menor se dejó atrapar por el ambiente, dejándose llevar por completo ante su insistente deseo de volver a ser abrazado por la persona que en realidad amaba.

 

CONTINUARÁ~~

 

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Notas finales:

¿Os ha gustado?

 

Quería que este fuese el último capítulo pero lo he tenido que dividir en dos partes debido a mi poco tiempo.

 

Tengo pensado en la proxima parte ya acabar esta parejita. 

 

Me gustaría saber si os gustaría que continuase con la historia volviendo a retomar a otra pareja o si es mejor sacar un capitulo especial donde aparezcan todos y finalizar este fanfic.

 

Espero vuestros review que siempre me animan a seguir escribiendo. 

 

Un besito a todos y ya sabeis que podéis seguirme en facebook y en wattpad con el nombre:

 

Lauriel Byrne

 

 

 

Un saludito y os quiero mucho a todos!

 

 


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