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Encuentro Entre Dos Ex Amantes por LiNiS02

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Notas del capitulo:

Hola a todos!

Después de bastante tiempo, finalmente regresé. Han pasado tantas cosas que me han alejado del mundo fanfiction sobretodo esto de hermoso fandom donde comencé a escribir yaoi. En fin hace tanto quería traer una nueva actualización de esta historia que surgió luego de leer algunos roles y de escuchar algunas canciones. Pasará el tiempo y siempre le tendré un fuerte cariño a esta pareja, así no sea canon y no exista.

De todo corazón agradezco a quien les han dado una oportunidad y espero les guste. Con este capitulo regreso a este fandom, pronto sabrán de mi con otro fanfic del mundo sekaiichi hatsukoi y Junjou romantica

Capítulo 2: Sentimientos encontrados

Porque aunque mi deseo y mi sueño eran permanecer a tu lado para siempre, no valieron las muchas veces que estuve dispuesto a perdonar y a seguir. Hoy no estas a mi lado y aunque ha sido difícil, he logrado seguir con mi vida. No puedo culparte de todo y decir que si terminamos fue debido a tu traición, a tu actitud y ese maldito infierno en que convertiste mis últimos días a tu lado. Yo tuve la culpa, no sé si en qué proporción, sólo tengo claro que por miedo o estupidez, busqué refugio en la persona equivocada pensando que tal vez si escapaba de todas esas horribles situaciones en las que me hiciste sentir miserable iba a encontrar la solución y tú y yo volveríamos a ser felices... Pero no fue así, por el contrario terminé por acabar con tu confianza mientras pensabas que no te amaba y que él seguía siendo el centro de mi vida.


La vida a veces es injusta o eso pensaba en ese entonces, jamás pude decirte que… a diferencia de lo que creíste, eres tú a quien he amado con toda mi alma y corazón. Ni Chiaki, ni nadie logró hacerme sentir de la forma en que lo hiciste tú… Mientras suspiro y te recuerdo, sólo puedo desear que ahora te encuentres bien y seas feliz.

/////

 

Justamente terminaba de dibujar la escena en donde una pareja que decía amarse tenía que dejarse. Mis ojos dejaron de enfocar el papel para dirigirse hacia la ventana, eran un día muy agradable, hubiese preferido quedarme en casa dibujando un poco más de no ser porque…

El sonido del celular sobre la mesa me hace sonreír levemente, sin pensarlo me acerco y lo tomo —¿Chiaki? —del otro lado mi amigo comienza a reírse y a preguntarme como estaba, no me sorprende después de todo seguíamos siendo amigos, quizás no como antes… pero aún era una amistad valiosa. Siempre que recuerdo lo sucedido me siento mal, fue una época demasiado oscura y dolorosa, no dejó nada bueno para nadie de los involucrados.

***

Mis ojos abiertos de par en par buscan en los tuyos una maldita explicación a lo que está pasando, pero tú pareces no reaccionar. No tienes idea de lo que daría porque esto fuera un mal sueño.

—Esta es una interesante reunión, ¿no? — susurra Chiaki antes de que Hatori se lo trague con la mirada, Kanede niegue con la cabeza y… esa persona entienda menos lo que sus acciones me están causando.

¿Por qué estaba pasando esto? ¿Por qué de esta forma? ¿Por qué ahora?

Las lágrimas comienzan a resbalar por mi rostro. No deseaba estar ahí, así que doy media vuelta y comienzo a correr.

—¡Yuu!— escucho la voz de Chiaki pero la ignoró —¡oye espera!

—¡Yoshino!— Hatori lo detiene.

Quiero morirme en ese preciso momento, ¿En qué momento todo se volvió así? Aunque en el fondo lo sabía, sólo necesitaba confirmar mi más grande sospecha ¿¡Kanade por qué me traicionaste con esa persona!? ¿Tú que siempre has despreciado a esa persona y no encontraste a alguien más?

***

 

Suspiro ante el recuerdo, no sé bien que me ha dicho Chiaki durante los minutos que estuve perdido en mis pensamientos —Lo siento pero… — antes de poder decirle que lo llamaré después pues esa recuerdo me indispuso, me pregunta si es verdad que saldré con Hana la ayudante de mangaka que siempre estuvo detrás de mí. Él se ríe, me da algunos consejos y me felicita. Yo sin saber que decir igual rio —y por lo mismo es que debo dejarte, es hora de irme —digo, esperando que de esta forma la llamada termine.

No es que desee salir con esa chica, solamente quedé de mostrarle algunos dibujos que estoy haciendo y de paso distraerme. Últimamente no he salido a ningún lado, me concentrado en trabajar y en mejorar mi estilo de dibujo.

Antes de tan siquiera pensarlo más tomo mis cosas y me dirijo a la salida.

***

—¿Tú no hablas mucho verdad?

Hago un gesto de molestia y desvío mi mirada, ni se porque acepté su invitación a beber algo. Mino Kanade un aprendiz de editor de manga, compañero de trabajo de la persona que más odio en la vida Hatori Yokiyuki, a pesar de que parece que no abre mucho los ojos es demasiado observador, pues sin decir nada sabe a la perfección mi situación respecto a Chiaki y a Hatori. El muy estúpido no hace más que burlarse de mí, o bueno eso era al principio ahora su hobby es ser mi psicólogo personal, mi paño de lágrimas, que bajo he caído. Soy patético enserio.

—¿Qué quieres que te diga? — te miro serio cruzándome de brazos.

—Te gusta hacer el papel de masoquista de eso no cabe duda, además de eso, te encanta que Hatori te trate feo — quisiera que se callara, me fastidia la forma como habla, las cosas que dice esta persona son tan… verdaderas y dolorosas.

—De haber sabido que esta salida era para eso, lo hubiera reconsiderado enormemente — te miro fijamente.

—¿Y que esperar que te diga? Yuu, eres demasiado especial, tu mejor amigo se estaba besando con su amante-editor y tú sólo te quedaste como estúpido viendo tan maravillosa escena para que luego el gentil Hatori te insulte y te pidiera de una forma nada amable que te alejas de Yoshino — comenta riéndose. Me irrita.

—¿No hay forma de que te calles?— ya fue suficiente, así esperando entienda como me siento golpeo la mesa.

El supuesto editor o lo que quieras que sea me sonríes y luego bebe un poco más de cerveza —si la hay, pero dudo que la aceptes…

Levantando una ceja intento entender sus malditas palabras —¿De qué hablas?

Mino-san se levanta y acerca u silla hasta la mía, de verdad no comprendo a esta persona.

—De esto… —sin reparos, me toma de la nuca y se acerca a mis labios besándolo de una forma brusca y algo apasionada. No logro reaccionar ante tal acto hasta un par de segundos cuando sus brazos me estrujan en lo que pienso es un abrazo — necesitas dejas de ser un completo estúpido y ver que alrededor hay gente que quiere verte feliz, que puede darte el lugar que mereces… y el amor que tanto deseas…—y así nada más abre sus ojos y me mira fijamente por unos momentos. Quise reprocharle, golpearlo e insultarlo como nunca, pero no sé si fueron sus palabras, el beso o esos ojos lo que me dejaron sin fuerza — paga la cuenta esta vez, la próxima invito yo —susurró volviéndome a besar para luego levantarse e irse.

***

Suspiró, si hay algo que odio es cuando los recuerdos regresan, es por ello que prefiero mantener mi mente ocupada. Han pasado 4 años y se supone que la vida ha seguido, yo no sé nada de ti, o quizás si lo sé pero no pregunto. Hace unos meses escuché tu nombre mientras trabajaba con una mangaka y se puede decir que desde entonces, tengo algo de curiosidad y temor. Parece que estas más cerca de lo que jamás pensé, ¿Ambos trabajamos en Marukawa?

***

Los rayos del sol comienzan a ser molestos, intento huir de ellos cubriéndome con la sabana y girando por la cama pero choco con el cuerpo de alguien.

Mis ojos se abren de par en par y me levanto enseguida reconociendo al sujeto que plácidamente duerme.

Estaba sorprendido, no era algo que esperara pasara y menos en las circunstancias en las que se dio. Me sobo la cabeza sintiendo los efectos de haber bebido tanto licor la noche anterior, así como de los insultos de los que estuvo acompaña la velada y que dejaron como resultado, que Kanade y yo termináramos en una apasionada batalla de besos y caricias. 

***

Sonrío con algo de tristeza y miro el reloj. Aún queda algo de tiempo hasta mi “cita” así que desvío mí camino. No soy de los que cree que las cosas pasan por casualidad o por un simple azar del destino. Justo a unos cuantos metros de mí pude distinguir a la persona que alguna vez significó mi mundo entero. Tus ojos se abren ante la sorpresa, no sólo yo te he visto. Si ha de ser sincero este encuentro lo esperaba en la editorial o cerca de ella y no aquí en medio de una calle y menos hoy.

Como quisiera describir lo que siento ahora, ¿está bien si me acerco? ¿Está bien si te hablo? La curiosidad me gana así que me aproximo — Kanade, hola. Qué sorpresa, ¿co-cómo estás? —hablo con nerviosismo esperando una respuesta agradable de tu parte. Noto tu sorpresa, no has sido capaz de moverte.

***

—¡Lo tuyo no es ser terco! ¡lo tuyo es estupidez! — aunque si por mi fuera le estampaba un puño en la cara me contengo.

—¿Qué esperas? ¡Trabajo con él Hatori!—te enfrento sintiendo que mi autocontrol se va ir al diablo en cualquier momento.

—¿Tu talento es tan pésimo que aún no consigues otros mangakas con que trabajar?

—¡Cállate! — grito preparándome para darte tu merecido, pero antes de aproximarme la puerta se abre y aparece la última persona que esperaba ver el día de hoy.

—¿Yuu? No esperaba verte aquí — Kanade se me acerca y olvidando que estábamos en la editorial y que así como llegó él podía llegar cualquier otra persona, incluso olvidando que Hatori está ahí, me toma por la cintura y me acerca a su cuerpo — no sabes cuánto te extrañé…— como si no bastara con haberme acostado con él la noche anterior y con todo las confusiones que tengo debido a lo que está pasando… me besa.

¡Maldita sea! Esto ya no es normal, no puedo evitarlo disfruto de sus malditos besos.

—Yuu siento la demo…—Chiaki no termina la frase debido a lo que presencia, aunque su voz me trae de regreso a la realidad, trato inútilmente de alejar al descarado editor, pero este pasa su mano por mi espalda y me acerca a él más.

—Ay Chiaki yo…

—Yoshino — lo llama Hatori, quien ante la escena se limita a negar con la cabeza —, necesito que revisemos el storyboard.

—Hatori, si no nos necesitan más, ¿podemos irnos?

—Has lo que quieras Mino — se soba la sien.

—Gracias —el editor le sonríe con complicidad mientras me agarra la mano —permiso.

¿Qué carajos fue eso? Por un tiempo tuve la duda sobre ciertas actitudes que tenían Mino y Hatori, después comprendí algo, Hatori era de alguna forma su mejor amigo, si Kanade quería ser editor y esperaba ser como él, pues era quien se había encargado de guiarlo por ese mundo.

***

—Hola, Yuu, yo estoy bien, ¿cómo estás tú? ¿Cómo va tu vida?— me hablaste sin usar algún insulto, sin ser sarcástico, sin mostrar ese odio que me quedó claro sentías por mí.

— Todo va muy bien— te digo con algo de alegría. Siendo sincero jamás pensé que pudiera volver a hablarte de esta forma, eso me llena de nostalgia, han pasado años desde que te vi y no puedo evitar sentir cierta inquietud.

Cuando todo parecía color de rosa, imaginé una vida completa a tu lado, el amor a veces hace que alucines con un montón de cosas, muchas de ellas ridículas.

***

—¿Qué se supone que hacen dos hombres cuando salen?

—Lo que quieras —te respondo mientras me siento a tu lado recostando mi cabeza en tu hombro — ¿por qué preguntas eso?

Niegas con tu cabeza —soy malo para cosas de amor.

—Yo tampoco soy bueno, pero podemos aprender…— te beso con desesperación.

—Contigo hago lo que sea… no importa si me equivoco.

—Así está bien, un buen comienzo, me gusta… — te abrazo.

***

Kanade era alguien frío y romántico, a veces demasiado cursi, tal vez un poco llorón y demasiado manipulador. Alguna vez me comentó sobre su vida pasada y su fracaso en temas de amor. Era mujeriego, aunque si conocía algún hombre que le gustaba igual termina acostándose con él, cuando lo conocí y empezamos a salir comencé a descubrir sus debilidades,  jamás tuvo una relación duradera porque le daba miedo perder a las personas, creo que por ello no se entregaba del todo, cuando comenzaba a sentir que algo faltaba o que estaba dejando llevar por los sentimientos cortaba con la relación y buscaba en alguien más algo más que sentir, algo nuevo.

Supongo que el que podamos hablar y estar tan cerca uno del otro es un gran avance, hemos madurado y superado lo difícil. Nunca imaginé volver a caminar contigo mientras hablamos de nuestras vidas y menos por el centro comercial al que usualmente veníamos.

Siento alegría al ver que con el tiempo ambos logramos hacer lo que siempre quisimos, supongo que no fue fácil, en aquella época en la que estuvimos juntos, fue un factor que desencadenó muchas de nuestras discusiones, quizás el comienzo de nuestro final.

— ¿Trabajas en Marukawa, entonces?— pregunto lo que ya sé, disculpa… pero no sé qué decir. Lo último que supe por boca de Hatori por supuesto es que renunciaste y ya luego nadie supe de ti. Al parecer la decisión de irte no fue sólo de mi vida sino de Tokio.

— Así es, en la sección shoujo — me respondes aclarando mi mayor duda, ¿regresaste a la empresa que dejaste? ¿Trabajas con Hatori? ¿Eres editor por fin, pero en la sección shoujo? Vaya esto sí que es inesperado, parece que te has superado lo suficiente como para estar en contacto con quien terminaste odiando por mi culpa. No deseo juzgarte pero… ¿no era acaso que no eras bueno para cosas de amor? ¿No te empalagaban esas historias rosas? — ¿sucede algo?

— ¿Eh? No, nada, es sólo que suena un poco extraño que digas que eres editor de esa sección, digo, no es por ser cruel pero no encajas mucho en el perfil de esa sección — ¡Ups! Eso no era lo quería decir ¡Mierda!

—Quizás tengas razón, pero no es desagradable y me siento muy a gusto — quisiera creerte, pero aunque pasen siglos te conozco lo suficientemente bien como para saber que algo te incomoda. Que idiota soy, no debí decirle eso —. Bueno, no llevo tampoco mucho trabajando en Marukawa… duré un par de años viviendo en otro lugar, mejor dicho en varios lugares — mis ojos se posan en ti.

— ¿Eh? —Intento mostrarme extrañado — ¿Regresaste donde tus padres?

— No, no exactamente, sólo digamos que… decidí probar suerte en diferentes ciudades de Japón — al parecer fue la única forma que encontraste para cerrar el ciclo, no es que me moleste pero a diferencia de ti yo continúe en el mismo lugar, recordándote en cada lugar por el que caminé y estuve a tu lado, fue una tortura.

— Entiendo… — miro la mesa pensando bastantes cosas — ¿Cuantos años… estuviste lejos de Tokio? — ¿Cuánto tiempo te tomó superarme? ¿Por qué de repente tengo tantos deseos de reclamarte?

— 4 años — No puedo evitar sentirme incomodo, quizás me estoy precipitando.

— Bueno, eso realmente no interesa, no me dijiste en que editorial trabajas.

Regreso de mis pensamientos, no puedo dejarme llevar por pensamientos estúpidos, no deseo que esto termine en una discusión sin sentido. Después de todo ya ha pasado tiempo y al igual que tu debo superarlo — ¡Oh! Si… no tengo mangaka fijo, soy asistente independiente, trabajo para varias secciones de Marukawa

***

—¿Qué sucede? —me pregunta Chiaki una vez dejo el celular sobre la mesa.

Lo miro con expresión de emoción e incredulidad —era una mangaka… — te sonrío —me estaba diciendo que ha visto mi trabajo y le ha gustado… Ella espera que pueda trabajar con ella.

—¡Qué bien! —me abrazas con efusividad—. Es lo que siempre has querido Yuu.

Ya estaba pensando en darme por vencido, los trabajas en los que he logrado participar no han sido los mejores, además ha sido inestable, es uno de los motivos por  el que volví a trabajar con Chiaki. En medio del caos en el que estaba hundido él seguía contactándome, pidiéndome que volviera, diciéndome que me necesitaba. Yo estaba tan deshecho, así que sin encontrar algo o alguien que me sacara del hueco en el que había caído debido a las malas decisiones que tomé, me vi en la obligación de ceder.

***

— Esto ha de ser aquello que llaman una casualidad, ¿no te parece? — quizás… ¡maldita sea! Odio que me abrumen los recuerdos.

***

La mirada de Hatori no dejó de seguir ni un sólo momento —¿Qué pasa?

—Nada — niega con su cabeza —. De acuerdo a las palabras que le gritaste a Yoshino, nunca volverías a verlo, pues el tenerlo cerca sólo hacía de tu vida un desastre, bueno más de lo que ya era.

Tomo aire y dejo mi bolso y lo demás en la silla.

—¿Yanase, quien tuvo la genial idea de terminar? ¿Mino o tú?

—¿Ahora te gusta ser chismoso o qué?—que persona más despreciable.

—No se trata de eso, pero… Mino renunció hace casi un mes, cambió de residencia y nadie sabe de él — se cruza de brazos —, siempre le dije que involucrarse contigo no era lo mejor, tú terminaste en una relación con él por mero despecho — Hatori eres un imbécil.

—De ti he recibido cualquier clase de insulto y humillaciones, pero esto ya es demasiado… No eres nadie para hablar de mí,  ni de mi relación con Kanade. Lo que haya pasado entre nosotros no es tu problema, así que mejor ¡Cállate!

La ruptura con Kanade sigue doliendo con nadie imagina, ¿Cómo puedes dejar ir a la persona que más amas sin sentir que la vida se te cae a pedazos? No quería escuchar más así que camino hasta la puerta, sintiendo que la opresión aumenta, no sé cuánto tiempo me lleve superarlo. Mis ojos se llenan de lágrimas, la desesperación me va a matar, ¿Cuánto más piensas demorarte? Aun me niego a decirte adiós.

***

Hay recuerdos que desearía no traer a mi mente. Tomo aire y sin deseos me llevo un pedazo de pastel a la boca, mi corazón se empieza a sentir pesado y ¿qué diablos? no sé si soy un tonto, pero siento que las heridas se abren — ¿Sucede algo? — con el paso del tiempo, puedo ver que no soy el único aquí que se siente incómodo. Quizás sea mejor que dejemos esto hasta aquí.

— Nada, sólo… recordé algo, algo sin importancia —lo siento no deseaba entrometerme, aunque no eres el único que ha recordado sucesos sin importancia —¿Tienes algo que hacer ahora?

Si. A veces quiero huir como niño pequeño, no sirve de nada que finja. Este reencuentro no es lo que esperaba, a pesar de que pensé que sería peor — ¿Eh? ¿A qué viene la pregunta?— mira Kanade, no creí que habláramos de nuestras vidas por separado, irónicamente  eso no me hace bien. Si antes tenía curiosidad por saber de ti ahora tengo una extraña necesidad, pero es estúpido siento que al hacerlo, lo que creí que había olvidado regresa. No debo, pero… quiero saber de ti, del pasado y del presente. Quiero saber todo de ti.

— Nada en específico, sólo estoy en mi día libre y no tengo mucho que hacer — quiero escucharte, ya que en aquel entonces nuestra comunicación era nula y por eso dije lo que dije.

***

Cuando salía de casa y trabajaba con Chiaki, me sentía más tranquilo, era una forma de olvidar lo difícil que se estaba volviendo vivir contigo, entendía que era por tu trabajo pero te extrañaba, además que en ocasiones llegabas de mal humor y no sabía manejar mis sentimientos

Chiaki siempre fue especial para mí, ya no lo amaba eso lo tenía claro, gracias a ti y a tu amor pude olvidarme de él, pero eso no significaba que lo hubiera dejado de lado. Sabía que nunca llegaría a agradarte y que debido a una serie de malos entendidos deseaba que me alejara de él, pero así te molestara y sintieras celos esos no eran mis planes. No sólo porque tuviera trabajo sino porque al sentir que ambos vivimos una situación parecida, nos hemos acercado. Así es más fácil sobrellevar las largas horas de soledad.

—Bueno parece que terminé —anuncio emocionado dejando el bloc sobre la mesa mientras que tú ingresaba con bolsa llena de cerveza y algo de comida.

—Deja de dibujar y ven aquí —sugieres sentándose en el sofá —, no quiero saber nada de dibujar, aprovechemos que estamos solos— sonríes mientras tomas una cerveza —, creo que ya olvidé la ultimo que bebimos.

—La culpa es del neurótico de Hatori — digo mientras me acerco.

—No es neurótico… es sólo… — niegas con la cabeza y sonríe al no encontrar como defenderlo.

No puedo evitar reír, me siento en el suelo y bebo la cerveza con algo de rapidez dejándote sorprendido.

—¿Cuántos años de amigos llevamos?— pregunto de repente.

—¿Eh? — Sonríes —no lo sé… pero son bastantes, ¿no crees?

Antes de darme cuenta las inquietudes y dudas me han empezado a ganar. Hace mucho no estoy bien, ¿Acaso es debido a lo precipitado que siento que se han venido dando las cosas? ¿Al maldito egoísmo de querer acapararte? ¿O acaso siento que el amor entre nosotros no es suficiente?

—Oye Yuu… tú…

—¿Yo qué? —levanto la mirada terminando la 2da o 3ra cerveza no lo sé bien. Es tanto lo que guardo que no me interesa  lo que hago.

—Nada, es sólo que…

Comienzo a sonreír completamente desubicado, con una tristeza que poco a poco comienza a materializarse en ansiedad. Yo sé que amo a Kanade, yo lo sé pero tanta soledad y esa maldita desconfianza me están acabando.

Me levanto y camino hasta ti—¿puedo preguntar algo?

Asientes con la cabeza y mandas tu cabeza hacia atrás.

—¿Nunca te interesé? — quizás si me lo dices me siento mejor y puedo pensar en mi pareja, en quien se supone amo.

—¿Qué? —levantas la cabeza y abres tus ojos como platos —Ay Yuu… mira creo que debes dejar de beber de esa forma, estás diciendo tonterías amigo —noto tu nerviosismo, nunca has sido capaz de decirme en la cara que no te gusto—,anda… lo mejor es que vayas a casa Mino-san debe estar por…

Bajo la mirada y aprieto los puños—¿por qué no me rechazas como se supone debes hacerlo? ¿Qué esperas para decirme que sólo puedes verme como tu amigo? ¡Habla Chiaki! ¡Dime!

Yoshino Chiaki mi primer amor, mi mejor amigo y el mangaka con el que trabajo niega con la cabeza y mira a diferentes punto de la sala sin saber que decir o que hacer.

úMe acerco más a ti y tomo tus mejillas decidido a hacer una estupidez —Yuu, tu no quieres esto… estoy seguro porque… —susurras y para suerte de ambos mi celular comienza a sonar —¡Ah! Mira…— te sueltas de mi agarre y tomas el aparato que estaba en el suelo— mira quien es…—me acercas la pantalla mientras intento enfocar la mirada, entonces contestas y pones el alta voz.

—[Yuu, ¿mi amor dónde estás?] — mis ojos se llenan de lágrimas, ¿sabes lo que se siente estar solo y abrumado con todo? ¿El sentir que no puedo hablar sobre aquello que me inquieta.

—Yo esto… estoy en casa de Chiaki —digo intentando ocultar mi verdadero estado.

—[Ah… ¿te demoras?] — hace más de dos días que no te veo.

—No… en un rato estoy en casa —no me siento bien, quizás tengo miedo. Te quito el teléfono mientras me miras sin comprender que me pasa, yo simplemente me quedo viendo un punto en el suelo y ni siquiera me pongo en la tarea de despedirme de Kanade o de colga,r ¿Y que si es verdad que estoy contigo para apaciguar lo sucedido con Chiaki?

—¿Yuu? —escucho como me llamas y te acercas —¿estás bien?

—Sabes Chiaki…yo de verdad te quiero, que digo siempre te he amado… ¡te amo tanto!

—Ay Yuu pero cosas dices tú de verdad estas…

—[¡Imbécil! ¡Maldito bastardo!]

El sonido de la llamada colgándose y los insultos de Kanade me trajeron un poco a la realidad y antes que pudiera reaccionar, la puerta del departamento de Chiaki se abre y aparecen dos personas con cara de pocos amigos.

—¡Tori!—te apresuras y te levantas como si supieras lo que estaba por suceder.

Estaba tan perdido en mis pensamientos que no entiendo bien el intercambio de palabras o más bien gritos entre los editores, sólo puedo ver como Kanade carga mis cosas y sin siquiera decirme algo me toma de a mano y me saca casi que arrastrando. El camino más largo, el más doloroso hasta tomar un taxi en el que me haces entrar. No hay palabras, sólo una mirada fría que me que me hace darme cuenta de lo mucho que te falle.

***

Para ese entonces no era un mocoso pero el no tenerte a mi lado como hubiera deseado, el no poder hablar de aquello que me preocupaba y sobretodo me molestaba, me llevó  a cometer uno de los errores más grandes. Desde ese día perdí tu confianza por completo.

Te miro dudoso, sintiéndome completamente desesperado — ¿Quieres que nos quedemos aquí? Si gustas podemos ir a otro lado.

— Vamos a caminar — si es lo mejor, así puedo despejar mi mente. Trato de pagar la cuenta pero haces lo de siempre, pagas y eso me molesta  — ¿Quieres ir a algún lugar en específico?

No sé qué espero de todo esto, soy un estúpido masoquista y por si no bastara mi celular comienza a sonar —¡Ah! Dame un momento, Kanade —¡ Maldición! Ya lo había olvidado. Me alejo y cuelgo la llamada, pero simulo que hablo mientras intento serenarme. Quisiera verte como un amigo y lo que más deseo es dejar de recordar lo malo que vivimos.

***

El sonido de la alarma me despierta, siento tu firme agarre mi cintura —Kanade… “lobito”—susurro tratando de escapar de tus brazos —mi amor, hay que despertar ya, aún hay mucho que organizar.

—Sólo 15 minutos… —susurra volviendo a atraparme.

—Eso dijiste hace media hora, Kanade tenemos que organizar todo, sabes que entre semana es muy difícil el poder sacar todo de las cajas. De hecho dijimos que lo haríamos ayer, pero terminamos bebiendo y haciendo otras cosas…

De repente siento tu cuerpo sobre el mío —¿te molesta? — tus labios comienzan a besarme y sin evitarlo te permito que me toques, me beses y hagas lo que quieras conmigo —te amo Yuu… te amo más de lo que crees… y ahora que oficialmente estamos viviendo juntos no voy a dejarte escapar.

—¡Aaahhh! K-Kanade ve con calma… ¡mmmhh! —te miro a los ojos deseoso, así trate de negarlo yo también me muero por sentirte. Tus caricias… me estoy volviendo adicto a ti.

—Como dices eso, cuando tu cuerpo e incluso tu mirada me dice algo diferente — besas y muerdes mi cuello mientras siento tu mano sobre mi entrepierna.

—Entonces hazlo… —jadeo abrazándote por el cuello —yo también te amo… te amo más que a mi vida…

***

Ciertamente aquellos casi dos años juntos fueron una mezcla de amor, pasión y dolor. Mientras fijo que hablo te miro de re ojos tratando de entender por qué hice tantas cosas por ti.

***

—¿Qué es lo que tanto me miras?— te pregunto mientras termino de alistar la cena.

Suspiras y te recuestas en la barra que divide la cocina del comedor —nada… memorizo cada uno de tus gestos, eres demasiado lindo.

Me sonrojo—no digas tonterías —desvío la mirada sin saber qué hacer. Amo y odio lo que haces.

—Deberías ser más expresivo.

—¡Ja! Lo dices tú, ¿señor sonrisas eternas?— dejando de preparar la comida me aproximo a ti y te doy una beso.

—¿Tienes algún problema con ello?— me agarras de la mano — yo sólo deseo que seas tú quien sepa como realmente soy.

Es tan fácil enamorarse de ti, tus palabras, tus gestos y hasta tu voz todo en ti me encanta. Ay Kanade eres la persona con la que deseo estar por el resto de mi vida.

—Sabes que te amo, ¿no? — susurro pasando mis brazos por tu cuello —te debo mi felicidad y mi tranquilidad. 

***

¿Qué hubiera sido de nosotros si hubiéramos sabido tomar buenas decisiones y hubiéramos salvado nuestra relación? —Perdona la demora, era una llamada importante — regreso buscando tus ojos.

—No tienes por qué disculparte, es más, si tienes que trabajar lo entenderé — me dices y por una razón que desconozco veo en tus ojos algo de tristeza  —. Supongo que tú al igual que yo anda cerca a la mitad del ciclo, así que es normal que el trabajo comience a acumularse, más en tu lugar que trabajas con varias mangakas a la vez.

—Bueno, eso es cierto, aunque en realidad la llamada no era sobre trabajo —no sé en qué pensaba, no sé porque lo dije

—Entiendo… — lo dudo.

— ¿Kanade? ¿Estás bien?

— Claro que sí — me mientes y eso me molesta, pero no puedo decir o hace algo al respecto y eso es frustrante, ¿qué es aquello que te tiene así? ¿Acaso soy yo? ¿Acaso no soy el único con problemas en el control de sentimientos? ¿O es que ya te aburriste de mí?

— Ah… —esperaba que este reencuentro tuviera un poco de emoción, quizás un poco de insultos, quizás esperaba encontrar al Kanade del que me enamoré perdidamente — Y por cierto, ahora que hablas de trabajo, ¿no se supone que esta es una etapa donde ustedes como editores tienen trabajo acumulado?— sonrío mientras intento por todos los medios continuar con mi postura madura, aquella en la que se supone tu no me interesas.

— Sí, eso es cierto — me sonríes —pero mi mangaka hizo su trabajo bien y a tiempo así que no tuve que torturarla, por el contrario ella ha quedado muy feliz porque puede descansar de mí y yo puedo pasear tranquilamente por la ciudad contigo —antes tus palabras un sonrojo aparece delatándome un poco.

— ¡Oh! Esto… ¿A qué te refieres con torturarla?

— A nada en especial. Yo sólo hago mi trabajo— ¿espera que? 

***

—Quisiera terminar pronto el storyboard—dice la mangaka mirándome.

—¿Ah?—la miro completamente confundido.

—¡Ay! ¿Yanase-san usted no sabe de aquel editor que es algo psicópata?— Mis ojos se fijan en mi compañera esperando que hable —. Uno de los editores de Emerald parece que usa una técnica algo sádica para presionar a su mangakas… según dicen él se mete a la casa de las mangakas en la madrugada y mientras juega con un estilete repite algunas palabras, según él para  motivar.

No puedo evitar comenzar a reír —eso es imposible, eso no es verdad.

***

— No es cierto… — te miro completamente incrédulo —Ya veo. Entonces eres tú el editor del que tanto se comenta — me rio, ante lo que dices. Alguna vez recuerdo que en medio de tu desespero porque nada mejoraba en la editorial, me dijiste que te daban ganas de aplicar alguna técnica para hacer trabajar aquellas mangakas que parecían no tomarse enserio su trabajo, inclusive me dijiste que algo así debía hacer Hatori con Chiaki.

—¿Cómo? 

—Eres famoso, Kanade, jajaja, no puedo creer que fueras tú, aunque si lo pienso bien, tendría sentido… después de todo tu personalidad siempre fue retorcida — la risa aumenta. No puedo controlar lo que siento y de alguna forma estoy provocándote. Ya basta de esta pantomima, tú y yo necesitamos ser sinceros, bueno quizás exageré así que me callo al instante—. Lo siento, no debí…. Lo siento, Kanade. El ambiente cada vez es más pesado y esto se vuelve insoportable, esto no va a terminar bien lo presiento.

— No, nada — miéntele a cualquiera pero no a mí. Tú estás indispuesto y quizás algo enojado y yo estoy… mis ojos parecen no entender lo que pasa alrededor y mi corazón se agita, tengo ganas de llorar.

***

Estaba de regreso temprano en casa, no me sentía nada bien, hacía un par de días que había dejado de trabajar con Chiaki pensando que así me sentiría mejor y mi vida retornaría  la paz de hace tiempo. De alguna forma te había escogido a ti por sobre lo demás y al parecer la situación no cambiaba sino que por el contrario se estaba tornando insoportable, la prueba era la discusión de la noche anterior en la que ninguno pensó si quiera en lo dolorosas y destructivas que podían llegar a ser las palabras.

Me detengo a buscar las llaves, quería darme un baño, preparar algo de comer e intentar descansar, me dolía la cabeza, bueno en realidad creo que todo el cuerpo. En el trascurso del día no recibí ni una sola llamada o mensaje tuyo, era de esperarse, aunque mi ingenuidad o la maldita esperanza que tengo me hicieron pensar que te manifestarías.

Al ingresar al que se suponía era mi hogar, lanzo todo sobre el sofá y me dirijo a la habitación, la soledad duele… duele ver como nuestra vida se viene abajo y no somos capaces de poner un alto. Me recuesto y siento que las lágrimas vuelven a parecer, estaba completamente deshecho, había llorado hasta el cansancio la noche anterior y al parecer algo parecido iba a pasar ahora — ¡Ayúdame Kanade! —grité con angustia, sintiendo que moriría en cualquier momento. No quería sentir más esto, te quería conmigo, te necesitaba como jamás pensé necesitar a una persona, porque pesar de todo me negaba a perderte. Hacía casi un día que no escuchaba tu voz y me estaba volviendo loco.

Las lágrimas y esa opresión en mi pecho me impedían hablar o actuar de forma racional, los sollozos y gemidos de dolor me estaban matando, pero entonces cuando la desesperanza me estaba destruyendo… más, el sonido de mi celular me hizo levantarme y correr en su búsqueda. Al llegar hasta donde estaba mi bolso lo busqué con desespero, quería escucharte, necesitaba decir que te amaba; para mí desgracia sólo era un mensaje tuyo.

Una sonrisa iluminó mi rostro, eras tú diciéndome que me extrañabas, que terminarías pronto el trabajo y vendrías a casa para estar junto a mí. Esas palabras, esa necesidad de saber que no todo estaba perdido como pensaba me llenaron de paz, leer el “te amo” del final me hizo encontrar las fuerzas que minutos atrás pensé que había perdido.

Quizás si estaba loco y era un maldito masoquista, pero cuando uno ama tanto a alguien como te amo a ti, no importa. No estamos en nuestra mejor época, lo sé perfectamente pero así es la vida, no puedo pretender que siempre vivamos felices, hay muchas dificultades, no somos perfectos, tu personalidad es algo que me irrita como no imaginas, pero aun así eres de la persona que me enamoré, con la que he vivido todo tipo de cosas. Sé que no soy la persona que muchas veces necesitas, pero trato de esforzarme y de darte lo mejor de mí.

—También te amo y mucho, no lo olvides… — pronuncio esas palabras mientras respondo tu mensaje.

Ahora que me siento más tranquilo me dirijo a la cocina, quería sorprenderte preparando alguno de tus platillos favoritos. Sin poder controlarlo las lágrimas no habían desaparecido del todo, definitivamente me estoy aferrando a cualquier cosa por pequeña que fuera, tan sólo para pensar que aún podemos salvarnos de este desastre en el que se convirtió nuestro amor.

Después de un buen rato salgo en dirección al baño, ya que había dejado lista la cena, creo que es conveniente que me bañe y cambie. Estoy tan agotado y ni siquiera estamos en mitad de ciclo, siento que en cualquier momento terminaré por quedarme dormido. En seguida del baño voy a la cama, miro el reloj, aún era temprano, dormir un rato me haría bien, así cuando llegues puedo atenderte y mimarte como tanto te gusta.

***

No importa el tiempo, no importa lo que ha pasado, hay cosas y sentimientos que no son fáciles de olvidar. El camino, las calles, las casas… ¿Esto es un deja vu acaso? 

***

Era tanto el cansancio que antes de notarlo me había quedado dormido, fue el sonido de las llaves y la puerta abriéndose lo que me hizo despertar. Confundido miro el reloj, era más de la media noche, me froto los ojos y me levanto en busca de tu presencia.

Al llegar a la sala me encuentro con una escena que me duele, el olor a alcohol es impresionante. Bajo la mirada sintiendo que la ansiedad regresa ¡Maldita sea! Limpio mis ojos y respiro profundo conteniéndome, mientras te observo sentado en el suelo abrazando tus piernas con tu rostro hundido en ellas. No soy sólo yo quien sufre, tú estás igual que yo, ¿Cómo te ayudo? ¿Qué debo hacer?

Con las pocas fuerzas que tengo me acerco y me siento a tu lado, eres como un pequeño niño, frágil e indefenso —Ka-Kanade… —susurro tu nombre intentando sonar calmado. Tengo tanto miedo —levántate… hace frío…— coloco mi mano temblorosa sobre tu hombro —mi amor… — te llamo con la voz quebrada.

Con firmeza tomas mi mano y la apartas tanto como puedes —déjame solo…

¿Hasta dónde se puede romper un corazón?

—Kanade… p-por favor…

Levantas tu cabeza pero no me miras, enseguida te levantas trastabillando un poco —déjame… no quiero hablar…— te sientas en el sofá, tienes la mirada perdida.

Me dejas sin alma, me quitas la vida, esta tortura no tiene fin. Como puedo me levanto y con la angustia a flor de piel me aproximo a ti —amor… es mejor que vayas a descansar, yo me encargaré de…

—¡Maldición Yuu! ¡Cállate!— gritas golpeando con tu puño la mesa haciendo que el vidrio se quiebre y tu mano se lastime —¿En qué idioma quieres que te haga entender que no quiero escucharte?

Aprieto mis puños dejando que las lágrimas resbalen mi rostro, no tiene sentido que me esfuerce así que me giro disponiéndome a irme. Soy un estúpido, me pasa y me pasa y no aprendo. Dio unos cuantos pasos pero tus brazos me impiden continuar.

—Sólo un poco más… —dices en un hilo de voz antes de que me abraces por la espalda. Puedo escuchar tus latidos iguales de acelerados que los míos, tus manos tiemblan y una de ellas sangra debido a los vidrios que seguramente te lastimaron y tus lágrimas quedan impregnadas en mi ropa — sólo unos minutos más Yuu…

Aprieto mis ojos y me muerdo los labios, ¿Quién diría que todas nuestras sonrisas y risas se reducirían a dolorosas lágrimas?

—Kanade… d-de… déjame por favor a…ayu…

—¡No! —exclamas antes de soltarme con algo de brusquedad —¡Ya es suficiente!

Abro mis ojos y te volteo a mirar, intento entenderte.

—Eso es una maldita estupidez… — te limpias las lágrimas y me miras.

—¿Qué es lo que te pasa?

—Mañana me voy…— dices con una sonrisa llena de resignación.

Algo dentro de mi termina por romperse, ese vacío parece que no tiene límites y continua creciendo quitándome las fuerzas que no tengo, acabando con mis ilusiones y mis sueños —¡Q-Que! ¿A dónde?

Niega con la cabeza y me miras a los ojos —Yuu… ¡terminamos! A partir de mañana no me volverás a ver… —dices de una forma tan… fría.

Siempre me pregunté qué sentiría cuando termináramos. Cada discusión me aterraba, cada vez que te sentía más distante me sentía desesperado, pensé que luego de que me fueras infiel y de que me vieras a mi besar a Chiaki y decirle que lo quería no existía un dolor peor, pero estaba equivocado. Esto es horrible, mi peor pesadilla se acaba de volver realidad —N-No… me digas eso ¡por favor!—con el paso de los minutos intento asimilar lo que dices, intento comprenderlo, pero a medida que lo hago, voy perdiendo el control —por favor no me hagas esto, no me destruyas… —me dejo caer al suelo y comienza un llanto sin fin —¡Kanade! ¡No quiero que dices cosas porque estas ebrio! —levanto la mirada y la enfoco en ti —has dicho tantas estupideces… me hasta tratado de todas las malditas formas… me has haz dañado… pero… — golpeo el suelo en repetidas ocasiones —esto no lo puedo dejar pasar… ¡Maldita sea Kanade! ¡Estas son palabras mayores! ¿No lo ves?  ¿Eres imbécil?

Tus ojos se fijan en algún lugar de la pared —Sólo lo estás haciendo más complicado y patético —puedo escuchar como hablas y te ríes.

Sin pensarlo más me levantó y te agarro de la camisa —¿¡Qué mierdas estás pensando!? — te acerco a mi mientras apretó la quijada. Definitivamente estaba fuera de sí, y como no estarlo, ¿me llamaste patético? Bien… si lo soy y eso no es en si lo que me duele, sino la forma como lo dijiste. Incluso ahora que te tengo tan cerca puedo ver tus malditas expresiones y me sacan de quicio.

—¿Me vas a pegar?— me empujas y me miras desafiante.

Niego con la cabeza —Acaso…  ¿tanto deseas que te odie?

—¿Lo conseguí?

No comprendo cómo puedes cambiar de ánimo tan rápido, ni cómo puedes estar tan calmado, con lo que acabas de decir — has lo que te dé la gana, no vale la pena que continúe desgastándome contigo… — creo que ya no puedo con esto, ¿eres un cobarde o un valiente? no sé, ya no importa. Tarde o temprano iba a suceder.

—No, me respondiste… —hablas mientras desordenas tu pelo y te recargas en una pared, eres un completo desastre.

No te respondo porque no deseo nada, tengo destrozado el alma y el corazón. Ya vi que no tienes el deseo de retractarte, bebiste con ese fin, aunque… ¿por qué me escribiste un mensaje? ¿Para que un te amo si llegas a casa y lo primero que haces eso poner un punto final a nuestra relación? —si tienes hambre dejé la comida en la cocina… permiso.

—Yuu… oye Yuu… —te me acercas.

Me detengo y te miro con los ojos llenos de lágrimas — más que odiarte… me siento liberado… — un par de lágrimas resbalan. Ya basta, déjame hundirme en mi miseria.

—Yuu…

—Estoy cansado Mino-san —me giro y continúe mi camino hasta mi habitación, azoto la puerta, esta iba a ser una larga noche.

***

¿Qué clase mala broma es esta? ¿Por qué caminamos en dirección a aquel lugar que fue nuestro hogar?— Kanade… — te llamo molesto —¿por qué haces esto? — te pregunto y me pongo enfrente tuyo, no te entiendo, ¿por qué tratas de abrir una herida de ese tamaño? — Mira, si no fuera porque ya no veo las cosas como antes y porque me alegra este reencuentro, te dejaría aquí — ya me estoy contradiciendo, pero tú no sabes lo que significa esto para mí, así que haciendo como todo esta modernamente bien me cruzo de brazos —. ¿Qué es lo que sucede? ¿Por qué estás así? Si tienes algo que decir o preguntar, este es el momento de hacerlo— Si Kanade… habla tú, quizás si lo haces yo puedo hacerlo y pueda entender lo que pasa. Me siento muy raro, un montón de pensamiento comienzan a amontonarse. Ahora que la vida te trae de regreso… ¿Cuál es el motivo? 

***

Hubiese querido dormir quizás para siempre, así no hubiera tenido que presenciar lo que definitivamente era el final de nuestra historia. Con el dolor de mi alma me quedé en la puerta de mi habitación, tenía la puerta ligeramente abierta, lo suficiente como para ver lo que sucedía fuera. El sonido de los cajones y puertas siendo abiertas, el sonido de la ganchos caer al suelo, y unos murmullos inentendibles producto de la cantidad de alcohol que continuaste ingiriendo una vez te dejé, y tu entrando y saliendo de la habitación. No sé cuándo tiempo transcurrió, el cansancio se hacía presente, mi cuerpo me exigía descanso pronto.

Entonces nuestra casa se sume en un silencio y tú sales de tu habitación con maletas y unas cajas. No sé cómo logras hacer todo esto, en esas condiciones. Mis ojos se abren de par en par —¿tú ya lo tenías listo? —susurro al recordar las cajas que había encontrado hacia unos días, pero de las que me dijiste era material de trabajo. No lo creo ¡no quiero! Me cubro los ojos, conteniendo el llanto. Ya lo habías pensado y yo no lo sospechaba.

Antes de salir de casa te detienes frente a mi habitación, yo te veo y no lo puedo entender, hacía tres días  me hacías el amor y me profesabas amor eterno,  hacia dos días en medio de insultos y gritos me decías que me odiabas, ayer me escribías un “te amo”, en la madrugada me terminaba y hoy simplemente te ibas.

Regresas por tus pertenecías en dirección a la puerta. Si fuera otro tiempo, quizás unas semanas atrás hubiera salido en tu búsqueda, pero ya no tenía sentido. Escucho la puerta siendo azotada y por mera inercia salgo de mi habitación y camino hasta la tuya. Nada… no hay nada…

Después de prolongar y prolongar lo inevitable, aquí termina todo.

***

Creo que hay amores y sentimientos que por más que quieras desaparecen, no importa el tiempo ni la distancia ¿Y que sí aun te amo? ¿Qué es lo que queda entre nosotros?

 

Continuará...

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Bueno creo que eso es todo por ahora, por cierto aún no sé que clase de final darle a este fanfic. Como se habrán dado cuenta la historia de ellos está cargada muchas cosas, pero ya veremos que se me ocurre.

Hasta la próxima.

Bye


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