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Mami (Re-editado) por kitsune loli

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Notas del fanfic:

Espero les  guste

Notas del capitulo:

En 20 minutos subo capitulo nuevo de Romantico a Tifecta

Yokozawa hoy se sentía un poco mas cansado de lo normal, lo mejor era regresar a casa el trabajo podía esperar, pensó mientras salía de Libro Marino, tomo la bufanda que llevaba y la quito de su cuello, ciertamente era otoño y estaba helando, pero el sentía calor como si estuviera en verano, a lo cual no encontraba una explicación lógica, aunque no era como si fuera algo que le incomodara recientemente, era malestares que se habían ido sumando conforme pasaban los meses, aunque raramente todos esos malestares comenzaron poco después que se revelo el tipo de relación que mantenía con Zen.

 

Se sonrió divertido, pensar que nadie dijo cosas negativas sobre la relación que tenía, el que fuera hombre y se hubiera metido con un hombre viudo y con una hija, es mas muchos dijeron que ya era hora, y ni recordar a Hiyo salto de alegría feliz porque su oni-chan iba a pasar más tiempo con ella, además que papa se aseguraba de estar siempre feliz, como ella decía.

Siguió caminando cuando paso por una pastelería  en verdad se le antojaba pastel de chocolate, se acercó a una vitrina y se agacho levemente para poder observar los lindos postres, pero un dolor en la columna lo hiso suspirar de angustia, al fin parecía que su cuerpo no daba para más trabajo hoy lo mejor era llegar a casa rápidamente, pidió un taxi y se dirigió a su apartamento. Cuando llego entro rápidamente ignorando a las vecinas, no quería ser mal educado pero no tenía ganas de hacer de vida social, espero impaciente el ascensor, pero tardaba mucho y ya quería estar en casa era algo como debo estar en un lugar seguro y confortable, cuando por fin había decidido subir mejor por las escaleras el pitido del elevador lo detuvo, ya dentro, de repente – una pequeña punzada de dolor que recorrió su espalda hasta su vientre bajo, rápidamente froto el lugar afectado – Ah en verdad esto se pone peor, tres días con este dolor, mañana hare que Zen me lleve al médico, no puedo seguir postergando un malestar así – pensó mientras llegaba a su piso .

 

Entrando al apartamento rápidamente se desvistió y se dirigió a la ducha, un baño de agua caliente siempre relajaba cualquier dolor o angustia, asi podría dormir un poco antes de hacer la cena, porque, Hiyo no estaba en casa hoy, habia ido con sus abuelos de visita y Zen estaba al final del ciclo, asi que vendría un poco mas tarde que de costumbre. Ya en el cuarto de baño no pudo dejar de verse en el espejo, su piel estaba un poco rosa, y su mejillas un poco mas llenas, bueno no solo sus mejillas, también sus piernas, trasero y esa pequeño estomago de borracho, ya no era aquel hombre de contextura delgada pero firme, hace unos 6 meses había empezado a engordar, pero es que bueno no podía resistirse últimamente a todo lo que fuera dulces o postres, y hay dos tallas de ropas después, hizo lo imposible por bajar pero sus ansias de comer un pastel o un pudin, no consiguió nada, además cuando tienes de marido a alguien que te dice – Pero si yo te miro igual de lindo – con cara de bobo – además me gusta, ahora tienes el trasero mas grande  - sonrió con maliciosa Zen

Joder como odiaba y amaba a ese hombre, pero no podía negar que esas simples palabras lo hicieron sentirse seguro y amado. Con una sonrisa entro a la bañera dejo correr el agua caliente decidido a relajarse, pasaron unos cuantos minutos, cuando el malestar del ascensor volvió pero mas intensamente, haciendo que el pelinegro sacara un leve quejido de sus boca, trato de incorporarse, para salir a buscar un analgésico, cuando una punzada de dolor mas fuerte lo hizo gritar – ¡Ahh! – volviendo a sentarse en la tina, respiró profundo y se dispuso a salir de hay, cuando vio como sangre comenzaba a escurrir por sus pálidas piernas, ahora si estaba asustado se dirigio a cama debía pedir ayuda, pero otra punzada lo hizo contraerse sobre la cama, mientras sentía como mas sangre seguía escurriendo por sus piernas.

 

El teléfono comenzó a sonar, a como pudo alcanzo el aparato y contesto

 

Precioso, estoy bajando del tren quieres que pase comprando algo por la tienda- dijo feliz Kirishima

Yokozawa sentía como una parte de su ser se tranquilizaba a escuchar al hombre que amaba – respiro profundo – Corre a casa me duele mucho – su voz salió lastimera y sollozante.  Zen no necesito mas, Takafumi estaba llorando y estaba asustado, no era típico de el, algo malo habia pasado. Sentía miedo, sentía miedo de perder a la persona que amaba con todo el corazón

En lo que llego al apartamento comenzó a buscar al pelinegro, en eso oyó un grito de dolor proveniente del cuarto, corrió, Yokozawa esta en la cama, llorando y retorciéndose del  dolor, una gran mancha de sangre bajo el cuerpo del pelinegro, no sabia que hacer, estaba petrificado, definitivamente nunca había sentido tanto miedo en sus vida.

 

Yokozawa vio a Zen en la puerta del cuarto, y el idiota esta como bobo viéndolo, acaso no pensaba moverse y ayudarlo - Maldito idiota que haces hay de pie llama a una ambulancia a alguien pero YA- dijo gritado lo último sacando de trance al mayor el cual corrió a su lado.

 

Saco rápidamente su celular y marco al hospital mas cercano, mientras tomaba la mano temblorosa y sudada de Takafumi – Alo es una emergencia mi esposo esta sangrando no se qué pasa por favor necesito una ambulancia de inmediato…

Yokozawa estaba aterrado pero no por el dolor si no por el sentimiento de poder perder todo lo que tenia dejar a ese hombre que tanto amaba y a la pequeña niña que le habia robado su corazón, lagrimas comenzaron a caer mas fuertemente, escucho a Zen cortar la llamada- Calma cariño estarán aquí pronto

Zen – dijo el menor- no se que pasa pero quiero que sepas que te amo a ti y a Hiyori- con lagrimas en los ojos

No, no digas eso cálmate ya viene la ambulancia- dijo con la voz quebrada y entre sollozos, colocando un beso en los labios de su amado- Yo también te amo lo sabes verdad- el moreno asintió triste, pero rápidamente su rostro paso a uno de dolor, otra fuerte punzada lo hizo gritar - ¡Ahh Duele! – mientras trataba de empujarse al respaldo de la cama

Yokozawa que haces, acuéstate – dijo preocupado Zen

No. Ayúdame a sentarme, siento que debo estar sentado- frustrado, mientras era ayudado por el mayor,  ya arre costado al respaldar, otro grito salio de la boca del pelinegro, Kirishima lo miraba expectante, parecía como si estuviera dando a luz, pero no podía ser los hombres no tenia bebes, por lo menos no todos, pero Yokozawa se lo hubiera dicho no es asi, hizo bueno, no es que no lo hubiera hecho antes, pero tomo las piernas de Yokozawa y Oh maldición si eso era un bebe coronando, la ambulancia no llegaría a tiempo

Que jodido haces hay abajo pendejo – rechisto el adolorido moreno

Oh.. yo.. Takafumi confía en mi y la próxima vez que sientas el dolor intenso puja – dijo serio lo ultimo

“Que pujar”, no le tomo tiempo para reflexionar, pues el dolor se volvió intenso otra vez, como si algo lo estuviera desgarrando por dentro y sin pensar solo por instinto hizo lo que Zen habia dicho, pujo con todas su fuerzas y ahh - ¡QUE!- pensó

Un llanto fuerte y sonoro se escuchó – Un bebe amor tuviste a nuestro bebe

Yokozawa volvió a llorar- Co..Como es posible no soy fértil, mis padres ellos nunca – mientras estiraba los brazos para conocer a su pequeño hijo.

 

Y asi fue Kirishima se levantó llevando al bebe en brazos, revisándolo y confirmando que estuviera bien para acercarlo a su madre, Yokozawa que no salía de su asombro, el tenia un hijo, uno del hombre que amaba- Es hermoso- dijo con  lagrimas

Lo se, te amo y también a ti bebe- decía Kirishima envolviendo en su cuerpo a su amante e hijo- espera que mañana conozcas a tu hermana.

Si es verdad jamás crei que esto se fuera  a suceder- dijo Yokozawa sin apartar la vista de su hijo

Lo sep ahora si eres la mami mas sexy de este edificio- dijo entre risas Kirishima

Eres un idiota, ni porque tu hijo acaba de nacer te comportas- dijo de mala gana- Pero eres mío y tu pequeño bebe tendrás que aprender a soportarlo – dejando ver una suave y satisfactoria sonrisa, el rubio tomo el rostro del menor y lo vio a aquellos ojos grises que amaba, acerco su rostro y beso suavemente aquellos labios que le daban felicidad con cada respiro.

Notas finales:

Espero les guste enserio deen sus reviws


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