Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Despertar IV por K BL

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Narrado por JongDae, espero que lo disfruten. 

Veía una película en la sala de estar de mi casa, mi compañero de alquiler se encontraba en su habitación jugueteando con algunos de sus amigos. Desde que le conozco, tengo un concepto muy claro de lo que representa Kim JongIn. No es más que un niño que pretende ser un hombre.

Pareciera como si viviera con un niño de 4 o 5 años más que con un veinteañero. Aunque en ocasiones era preferible, quizás el pequeño se calmaría si le compraba helado y le dejaba ver caricaturas, sin embargo, el JongIn real no hacía más que fastidiarme. Utilizando mis cosas y haciendo desorden.

JongIn suele reír como idiota mientras ve ese estúpido programa para niños de prescolar. Era tan molesto.

Cambie de canal un par de veces, en busca de algo bueno para ver. Oí pasos, seguidos de risas y murmullos, los amigos de JongIn estaban por irse. Tan ruidosos.

Ignoré el sonido que hace la puerta al abrirse y al cerrarse. Y también trate duro de ignorar el hecho de que mi compañero de alquiler había tomado el control y le había cambiado a su estúpido programa animado. Me paré, yendo a la cocina con pereza. Rebusque en la despensa, tratando de encontrar mis golosinas favoritas.

No encontré más que un paquete vació a pesar de que estaba seguro acaba de comprar el día anterior. Una vena pulsaba en mi sien, estaba furioso. JongIn lo había hecho de nuevo, se había comido mi comida. Frustrado y cansado de ese hecho, me acerque a donde la televisión y la apague.

Él me volteo a ver, curiosidad bailando en su mirada. Se encogió de hombros y volvió a prender el televisor, molesto se lo desconecte. Parece que eso le hizo enojar, pues se puso en pie con el ceño fruncido y camino hacia donde estaba, dispuesto a conectar el aparato de nueva cuenta.

—Te comiste mis Jolly Rancher, no habrá más televisión para ti hasta que vayas a comprarme otras— dije con veneno destilando de mi voz, sus ojos se obscurecieron y apretó los dientes.

—Me rehusó a ir a comprarte nada, conecta el televisor que estaba viendo mi programa. Niño— graznó él, arrebatándome el cable y conectando de nueva cuenta el televisor.

— ¿Niño? Basura, el chiquillo en esta casa eres tú… Siempre viendo esos programas estúpidos, haciendo desorden. No eres más que un malcriado— grite, la ira acrecentándose en mi ser.

Cerré los ojos de golpe cuando me empujo contra la pared, estampándome con un golpe sordo. Sujeto mis manos contra la pared a los costados de mi cabeza. Aún en shock me negué a abrir los ojos y ver aquellos ojos obscuros que posee. Pude sentir el momento en que pego su cuerpo al mío, acorralándome contra la pared.

Su aliento muy cerca de mis labios, haciéndome temblar y justo cuando decidido abrí los ojos, él estampo sus labios con los míos. Con hambre y furia mordisqueo mi piel, a tal punto que pude sentir sangre brotar de entre las marcar de sus dientes. Pelee con él, pero era muy insistente y se empujó contra mí, sus labios se movían con veracidad sobre los míos y llego un punto en que comencé a disfrutarlo.

Cerré los ojos y le seguí el beso. Era un roce brusco y necesitado, como si buscara demostrarme algo. Coloco mis manos sobre mi cabeza y las sostuvo con una de las suyas. Rozo sus dedos por mi brazo, haciéndome cosquillas… No la clase de cosquillas que pensáis, sino de aquellas que te hacen suspirar.

Deslizo su mano dentro de mi playera, acariciando mi piel con sensual suavidad. Acaricio el tatuaje que tengo en el costado derecho, provocándome cosquillas en el vientre bajo e incitándome a gemir. Estaba a punto de lloriquear para el momento en que lamia y mordisqueaba mi cuello, succiono a la par que empujaba su cuerpo contra el mío. Rosándonos.

Dejo ir mis manos para despojarme de mi playera. Expuso mi torso y pecho, me mantuvo con la espalda contra la pared. Sus ojos estaban llenos de fogosa lujuria y deseo.

Volvimos a besarnos, sus dientes en algún punto chocando con los míos debido a la brusquedad del momento. Lleve mis manos a su espalda y comencé a arañar camisa, él jugando con el borde de mis bóxer que sobre salían de mis jeans de cintura baja.

Sus pulgares deslizándose por mi pelvis, mira que el niño sabía provocarme.

Haciendo uso de toda mi fuerza le empuje de los hombros, alejándolo de mí. Su mirada cuestionándome y yo sólo me encogí de hombros, una sonrisa bailando en mis maltratados labios. Me acerque a él y le empuje por el pecho, tumbándolo en el sofá. Una suave risilla gorgoreo de entre sus abultados labios y fui a por él, me senté a horcadas sobre JongIn.

Le bese de una forma más suave mientras mis dedos se deshacían de sus botones, desabotonándolos uno a uno. Mordisque un camino por su mentón y mandíbula rumbo a la sensible piel detrás de su oreja.

Acaricie su pecho a la par que el masajeaba mis muslos, sus caderas se empujaban contra mis nalgas. Haciéndonos gemir.

Exquisitos gruñidos nacían en la base de su garganta cuando fui a succionar la piel de su cuello. Me tomo del cuello y atrajo hacia sus labios, besándome con exigencia. Abrí mi boca en invitación, rápidamente tenía su lengua acariciando hasta el más recóndito lugar dentro de mi cavidad.

Nos besamos un par de veces más, antes de que él me levantara de su regazo y tomara mi mano, corriendo hacia la puerta de mi habitación. Empujo la puerta con él pie y me llevo dentro, se dirigió directo a la cama y me lanzo a ella. Mordisqueo su propio labio inferior mientras acariciaba su pecho, en el costado de su cuello podía apreciar la tinta marcando majestuosamente su cuerpo.

Deslizo la camisa por sus hombros y brazos, dejándola caer antes de juguetear con sus dedos en un camino hacia el botón de su jeans. Lo desabrocho lentamente, sus caderas balanceándose con la inexistente música. Me dio la espalda, mostrándome unas perfectas alas tatuadas en su piel… En aquella definida y bien tonificada espalda.

Me deshice de mi pantalón en el momento en que él lo hizo. Él iba de comando, mientras que yo tuve que quitarme el bóxer. Acaricie mi carne, viéndole ahí parado, tan perfecto y majestuoso. No parecía un niño más para mí. Ahora podía verle como el hombre que era.

Su cuerpo se balanceo hacia donde me encontraba, su mano sujetando su pene a la vez que lo acariciaba. Coloco su mano libre sobre mi hombro y me llevo consigo hasta dejarme acostado en la cama. Busco mis labios, besándome lenta y pasionalmente.

Sus piernas se enredaron con las mías, su mano pronto sustituyo a la mía y viceversa. Acaricie con las yemas de mis dedos desde la base hasta la punta, prestando mayor atención a la cabeza con forma de melocotón. Ahogamos nuestros gemidos en los labios del otro.

JongIn chupo un camino hasta mis clavículas, donde succiono y mordisque mi piel. Tomo mis manos y las llevo hasta las sabanas a los costados de mi cuerpo, entrelazo nuestros dedos y continúo su camino hacia mi pecho.

Lamió y mordisqueo mis pezones, haciéndome suspirar. Más no paro mucho tiempo ahí, continuo descendiendo hasta llegar a mi ombligo y después seguir descendiendo, raspo con sus dientes en el hueso de mi pelvis, succiono y acaricio con su nariz al punto de hacerme gemir fuertemente. Para el momento en que llego a mi pene, tomándolo en su boca profundamente hasta su garganta, yo estaba lloriqueando por más.

Succiono mi carne con gula, haciéndome gritar por más y más, mis uñas clavándose en el dorso de sus manos, más él no paro ni un segundo haciéndome delirar. Raspo sus dientes contra la cabeza y tuve que cerrar los ojos para no ver más luces centellar en mis ojos. Contorneo el glande con su húmeda lengua y no pude más, me viene sin aviso alguno.

Escuche una rica risa proveniente de JongIn, él me observaba mientras yo sufría los espasmos posteriores al orgasmo.

—Eres fácil de complacer, no serás más que un montón de músculos adoloridos por sobre estimulación para cuando acabe contigo. Cuenta con que esta noche tengas el mejor orgasmo de toda tu vida y sí, te lo habrá dado aquel hombre a quien te atreviste a llamar niño malcriado— dijo sin más, antes de ir a por mis labios.

Separe mis piernas y le permití acomodarse entre ellas, continuo besándome mientras que dejo ir mis manos. Abrí los ojos con sorpresa cuando sentí algo circular el rededor de mi agujero. Él había introducido la punta de su digito sin ninguna especie de lubricante, provocándome ardor y molestia.

Empujo su lengua profundo en mi boca, llevándome de nuevo al nirvana y la próxima vez que sentí algo invadir mi cuerpo, estaba tan húmedo que creí que me había mojado cual señorita con un poco de estimulación.

Arañe su espalda en el momento en que se empujó fuertemente dentro de mí, no hubo nada de preparación previa para mi dolorido anillo de músculos. Él se mantuvo firme, quieto mientras sus labios devoraban a los míos.

Una fina capa de sudor cubría nuestros cuerpos, llevo sus labios hasta mi garganta y succiono mi manzana de Adán justo cuando comenzó a moverse en mi interior.

Mis uñas clavándose en sus hombros mientras él se clava profundamente en mi interior, un vaivén lento al principio. El sonido de sus caderas chocar y mis gritos de placer.

Gaste su nombre en mis labios, aclamándole entre gritos y gemidos. Mis ojos fuertemente cerrados, sintiendo la cabeza de su pene golpear un punto en mi interior que me hacía lloriquear por más.

—Más… Más fuerte— le exigí, mordisqueando mis labios en un burdo intento por acallar mis extravagantes gritos.

Escuche un gruñido gutural en mi oído, muy cerca de mi oreja podía sentir su aliento chocar contra mi piel. Él me dio justo lo que deseaba. Empujo con fuerza sus caderas contra mis nalgas, penetrándome salvajemente.

Tomo mis piernas y las llevo hasta sus hombros, empujándose más profundo en mi interior, estábamos tan profundamente conectados que nadie sabría donde terminaba él y comenzaba yo.

Mis gemidos se escuchaban fuertes, mientras que sus gruñidos no eran más que guturales sonidos casi susurrados en mi oído.

Nos besamos, él empujándose en mi interior por minutos, quizás horas. Perdí la noción del tiempo en el preciso instante en que me volteo sobre mi pecho y alzo mis caderas a su gusto, estocadas más certeras debido a la nueva posición.

Estimulo aquel punto en mi interior que me hizo delirar, llevándome casi a la locura debido al placer que inundaba mi cuerpo. Apoyo su pecho contra mi espalda y clavo sus dientes justo al tiempo en que brillantes luces nublaron mi mirada, no era capaz de ver más que lucecitas centellantes. Una corriente eléctrica recorrió mi columna vertebral y todas mis articulaciones nerviosas, apreté y mordí las sabanas, siendo presa del orgasmo más aparatoso y perfecto de mi vida.

Justo como había dicho, acababa de darme el orgasmo más caliente e intenso en mi vida. Quizás nunca vuelva a experimentar algo igual.

Él continuo empujándose en mi interior hasta que estaba cerca de correrse, pero para hacerlo me coloco sobre mi espalda y salió de mi interior. Coloque un brazo sobre mis ojos, tratando de regularizar mi respiración cuando escuche el sonido más erótico del que jamás había sido testigo, seguido de un caliente y cremoso líquido salpicando mi abdomen.

Se dejó caer a mi lado y me atrajo para un beso. Después, me quede profundamente dormido.

 

♠♠♠

La mañana siguiente al despertar, me sentía extremadamente perezoso. Separe mis parpados con dificultad, trate de levantarme y sentí una oleada de punzadas recorrer mi cuerpo, doliéndome justo en los lugares correcto.

Voltee a mi lado con una sonrisa deslizándose en mis labios, JongIn estaba recostado a mi lado viéndome fijamente con aquella sonrisa infantil tan característica de él.

Llevo su mano a mi cuello y me jalo hacia sí, estampando sus labios contra los míos en un beso de buenos días. Sus labios lentamente se movían sobre los míos, casi con pereza. Estaba sonriendo en el momento en que nos separamos.

—Buenos días, tigre— dijo con voz ronca antes de perderse bajo las sabanas, sabía lo que venía a continuación. Otra ronda de caliente sexo.

Y sí, ni más ni menos que con el mocoso e infantil que comparte departamento conmigo. Sí, del mismo que hasta ayer no paraba de llamar malcriado e inmaduro. Hoy por hoy, él era todo un hombre. 

Notas finales:

Hasta pronto, espero que les haya gustado y que me manden muchos besitos, reviews y amor. 

Mi primer lemón en meses ;3; 
Hay me dicen que les parecio, me estoy haciendo vieja y siento que ya no tengo el toque. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).