Los personajes no son míos, pertenecen al creador de Kuroko no Basket, Tadatoshi Fujimaki.
----------------------------Quiero comerte---------------------
En un día caluroso de verano, las clases de basket habían quedado suspendidas por el calor, pero Himuro se encontraba entrenando en el gimnasio de la escuela, mientras hacía eso era observado por Murasakibara quien a la vez comía papas fritas, después seguía con los pokys y después con caramelos, mientras los saboreaba decidió que le quería compartir unos cuantos a su nuevo compañero de baloncesto, se acercó por detrás y entonces una enorme sombra apareció atrás de Himuro mientras hacía un tiro, eso lo desconcentro y al momento de caer, lo hizo encima de Murasakibara, de modo que el trasero de Himuro quedo encima de la parte donde terminaba el abdomen de Murasakibara, eso le pareció a Himuro bastante incomodo, pero a Murasakibara realmente no le importaba, Himuro pensaba que él era bastante de grande que lo mejor sería disculparse de inmediato:
-Lo siento, Atsushi.
-No te preocupes Muro-chin¿Quieres unos dulces?- dijo acercándole la bolsa.
-ok, gracias, parece que ya fue suficiente practica por hoy, ¿Qué te parece si vamos por unos helados?
-¡Si! Vamos.
Se pararon con algo de dificultad y se dirigieron a los baños, donde Himuro tomo una ducha rápida, después salió a cambiarse a los vestidores con una toalla blanca alrededor de la cintura y otra en el cuello, ahí estaba Murasakibara sentado, comiendo más papitas, pensó que como eran chicos podía cambiarse frente a otro hombre sin preocupaciones, además eso siempre lo hacía en Estados Unidos. Se dio la vuelta y se sacó la toalla de la cintura dejando al descubierto su delgado y blanqueado cuerpo, además de un muy bonito trasero redondo, se colocó unos boxers azules, seguidos de unos pantalones verdes que le llegaban a la rodilla, y finalmente una playera blanca. Metió su collar-anillo dentro de la camisa y le dijo con una sonrisa a Murasakibara:
-Ya estoy listo.
-Bien…
Salieron de la escuela y caminaron un poco por el abrasador sol y llegaron a una pequeña tienda donde Himuro compro un helado y Mursakibara quizás unos 10, en cuanto salieron empezaron a comer sus respectivos helados. Siguieron caminando hasta llegar a un parque donde no había mucha gente, pero si muchos árboles, que eran lo que los protegía del sol.
De pronto sonó el celular de Himuro y cuando lo saco para ver de quien se trataba su rostro dibujo una grata sonrisa, Murasakibara parecía molesto, más cuando Himuro se disculpó y se alejó un poco, cuando contesto apenas si podía escuchar algo Murasakibara, y a lo poco que entendía estaba en inglés:
-¡Hi! Alex.- ¿Quién es Alex, se preguntaba internamente Murasakibara.- No, no, I´m in Japan… Yes…. ¿what?.. Ok, ok...haha… ok… see you latter…
(Lo que dice en español es: “¡Hola! Alex… no, no, estoy en Japón… Si… ¿qué?.. ok,ok… jaja… ok… te veo después…”)
Cuando Himuro volvió a su asiento Murasakibara fue directo a las preguntas:
-¿Quién era?
-Ahh es una amiga de América, pensaba que yo aún estaba ahí, pero le dije que vine a Japón, y al parecer ella también vendrá pronto.
-Mmm ya veo
-Si, ¡vaya Atsushi ya terminaste con todos tus helados!
-Es porque tenía hambre.
-jaja, si, seguro que sí.
-Mmmm parece que lloverá pronto…
-oh es verdad, ¿Qué pasa con el clima? Estamos en pleno verano.
-No lo sé, lo mejor será volver. Ah pero antes quiero ir de nuevo a la tienda.
Se detuvieron en la tienda y Murasakibara fue directo al departamento de dulces, todo iba bien, mientras Himuro se preguntaba cómo era posible que comiera tantos dulces y de pronto empezó a llover, como estaban en la tienda optaron por comprar una sombrilla, salieron y la lluvia era tan fuerte que el paraguas no servía de mucho, ambos terminaron mojados apenas terminaron la calle, decidieron que sería mejor ir a la casa de Himuro, que era la más cercana.
-ya llegamos a mi casa.- el departamento de Himuro era bastante amplio para vivir solo, entonces Murasakibara se preguntó por sus padres. Se quitaron los zapatos.- Puedes usar alguna ropa de mi padre Atsushi, pero será mejor que te apresures si no quieres pescar un resfriado y si quieres puedes quedarte a dormir, ya es muy tarde y parece que no dejara de llover.
-Si, Si…- dijo murasakibara quitándose la camisa, y observando a un Himuro algo sonrojado.- Entonces, ¿Qué hay de tus padres?
-Ahora mismo están en un viaje de negocios en América, iré por la ropa, puedes esperar en la sala.- y salió casi corriendo a una habitación, volvió enseguida y trajo una camisa grande de color rojo junto con unos boxers negros y un pantalón de mezclilla.
-Gracias Muro-chin, pero tú también deberías quitarte esas ropas mojadas…- y de pronto tomo la playera blanca de Himuro, que por cierto se transparentaba mostrando sus rosados pezones, y jaló de ella hacia arriba hasta quitarla del cuerpo de Himuro.
-¿Qué haces Atsushi?- dijo un algo enojado y sonrojado Himuro.
-Sólo te ayudo con tu ropa, es algo difícil quitarla cuando esta mojada, ¿verdad?
-No tienes que hacerlo… puedo hacerlo yo mismo.
-Bieeeenn…- dijo alejándose un poco murasakibara- entonces… ¿puedo tomar una ducha?
-Si, te prepararé el baño.
-Ok.
Rápidamente Himuro fue al cuarto de baño y puso la tina a llenar, se incó sobre la tina y pusóuna mano dentro para corroborar que no estuviera demasiado caliente, no se había percatado que Murasakibara estaba parado en la puerta del baño mirándolo, pensando en lo delicioso que sería tener el cuerpo de Himuro para él solo. El más alto se fue acercando más y más a Himuro, se agacho detrás de él y lo abrazó, rodeándolo con sus enormes brazos, cubriendo toda su espalda y cuerpo.
-¿Qué haces Atsushi? Ya deja de jugar.
-No estoy jugando… es solo que quiero probarte, Himu-chin.
-¡¿Qué?!- dijo alterado y con sus mejillas llenas de rubor.
-¿Qué parte no entendiste? Creí que eras más listo, además estoy seguro de que sabías que esto pasaría… no podría contenerme mucho más cuando muestras tu cuerpo así como si nada frente a mí.
-¿De qué hablas? Tú fuiste quien me quito la camisa…
-¿De qué hablo? De que me gustas ¿De qué más podría hablar? Además ¿ya olvidaste las duchas? Te cambiaste frente a mí… compre todos esos helados para poder calmarme y no poseerte en cualquier momento, pero ya que estamos aquí… solos, no planeo dejar esta oportunidad.
-Atsushi… tú… ¿dices que te gusto?.. ¿Porqué?...
-Si, me gustas, tu olor… algo es dulce dentro de ti, aun cuando sudas hueles muy bien… además… el esfuerzo que pones en todo, eres como un súper héroe…- dijo Murasakibara mostrando un leve sonrojo en sus mejillas.
-Yo no soy un súper héroe… si aquí hay alguien que fuera uno, serías tú, eres increíble… y… también siento algo por ti Atsushi… pero yo nunca pensé que pudieras sentir lo mismo.- dijo sin ocultar nada de su roja cara, volteo y miró directamente a los ojos de Murasakibara.- Me gustas…
-Vaya… esas palabras en verdad hacen que quiera comerte.- y le dio un beso a Himuro, luego de unos segundos se separó y le dio pequeños besitos en los labios al pelinegro. Luego paso su lengua por el largo cuello de Himuro, depositando cada cierto espacio recorrido un pequeño beso.
Murasakibara cerró la llave de la tina y le quito los pantalones a Himuro mientras el deseo del pequeño por el más alto crecía cada vez más y más, cuando sus pantalones salieron por completo, de sus boxers azules se levantaba su erección, Murasakibara jalo de sus boxers, Himuro se levantó un poco para que pudiera sacarlos mejor, también salieron por completo, quedando arrojados en el suelo del baño, de inmediato Murasakibara dio un paseo con su lengua por el pene de Himuro. Después lo fue introduciendo dentro de su boca y a la vez rodeándolo con su lengua, sacándolo y metiéndolo de vez en vez.
-Nghh… Atsushi… ahhh… no… ahí… ¡ahhhhhh!..ya-no… puedo…- Himuro apenas si podía hablar, se sentía tan bien que se corrió casi de inmediato. Murasakibara se comió todo el delirante sabor de Himuro, pero el pequeño se sentía demasiado avergonzado como para mirarlo.
-Te corriste muy rápido, pero como sospechaba, cada parte de ti es una delicia… Muro-chin. Mírame, no tienes por qué ser tímido ahora. En poco tiempo te haré sentir tan bien que no querrás dar tu delicioso sabor a nadie más.
-B-bien… pero antes tengo que preguntar… ¿Quién será el seme?- y de pronto Murasakibara separo las piernas de Himuro y con sus dedos empezó a dilatar la entrada del pelinegro.- ¡Nghhhh! No… tenías que… ser tan directo…
-Jaja, tan divertido como siempre, mmm… parece que ya estás listo, Hi-mu-chin.- y Murasakibara se quitó los pantalones, junto con sus boxers morados, dejando al descubierto un gran pene circuncidado.- bien, ya lo pondré adentro.
-O-ok… sólo no seas tan rudo... en verdad esta es mi primera vez…
-¿Quieres decir que nunca lo hiciste con Kagami? ¿Ese ex compañero del que tanto hablas?
-No, él y yo solo somos amigos… es verdad que cuando éramos jóvenes nos besamos una vez, pero solo fue para experimentar… nada serio, además acordamos no hablar de ello… pero ¿en verdad quieres escuchar esto ahora?
-Realmente no me importa, ahora solo quiero escuchar tu voz, ya hablaremos de eso después… aunque soy un poco celoso, ¿sabes?- y de pronto introdujo la punta de su pene en la entrada Himuro, haciendo que soltara un gran gemido y haciendo que el pequeño maldijera por dentro su falta de suavidad. Lo fue metiendo cada vez más y lentamente.
-¡Mmnngh!.. Atsushi... duele…
-Tranquilo, el dolor se irá pronto, relájate.- dijo dándole besitos en toda su cara, bajando su lengua alrededor de su cara, cuello, hombros, hasta llegar a sus pezones, donde se detuvo para lamerlos, chuparlos e incluso mordisquearlos, mientras hacía eso, puso una mano en el pene de Himuro, otra vez erecto para masturbarlo.
-Mmm… sabes muy bien Muro-chin… ya voy a empezar a moverme.
El calor de sus cuerpos chocaba una y otra vez, ambos disfrutaban de un placer inigualable, que pocos llegan a sentir, que es además del placer dado por el cuerpo, el amor, que reinaba en el aire, los dos habían declarado sus sentimientos y estaban consumiendo ese amor que se profesaban.
Los dos terminaron al mismo tiempo, gritando el nombre uno del otro, en un último abrazo en el que para finalizar se escuchaba el susurro de la palabra: te amo.
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-¡Achu!
-jaja, ad final lod dos nods redfriamods.
-Si, pero dime… ¿Por qué nod estamos duchando juntods?
-¿Eh?... eds porque quiero estar a tu lado por siempre Muro-chin.
-… Pero la tina es muy pequeña… ¿Por qué tengo que edstar entre tus piernas?
-¿Prefieres que sea al revés?
-…No…- dijo el pequeño en un susurro apenas audible, y con la cara roja como un tomate.- Estamos perfectos así…
-Te amo Hiiimuroo---chin.
-También te amo…Atsuhi.
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-Fin-