Narrador:
Casi son las 6 de la tarde, un joven se encuentra sentado fuera de un edificio, muy grande, conocido por todo el pueblo, es de costumbre verlo ahí todas las semanas, los martes por la tarde, esperando pacientemente una llamada.
Su nombre es Guillermo Díaz y solamente tiene de edad 16 años, un joven con una vida normal, llena de emociones y diversiones, es como todos los demás a su edad, enamorado perdidamente de alguien, que por suerte para él era correspondido
Su vida es normal, tiene sus deberes en la escuela, un trabajo de medio tiempo en una tienda deportiva y su familia completa con sus padres y una hermana pequeña que tiene
Hace un espacio en su agenda todas las semanas, los martes en específico de las 6 en adelante, metiendo a sus padres que va a casa de un compañero a hacer tarea, o si no diciendo que va al cine con unos amigos, siempre es de creerle
Y se preguntaran por el joven Guillermo se encuentra en un edificio que es conocido por toda la ciudad…
- Dónde estás?- su celular había sonado y él había contestado rápidamente
- Donde siempre- respondió tranquilamente pero un brillo especial se había formado en su mirar
- Llego en cinco minutos- respondió desde el otro lado del parlante- recuerda… el cuarto 22- diciendo esto último colgando
No hubo respuesta por parte de Guillermo, solo en cambio se metió al edificio antes mencionado que era sin duda un gran hotel, camino lentamente por el recibidor, los empleados ahí lo conocían ya, le apodaban el chico suertudo, por dos motivos, uno era porque le tocaba todos los martes estar en la habitación 22 de aquel lugar y dos por estar en esa habitación con cierta persona que era envidia y deseo de otras
Llegando al recibidor no era cuestión de decir nada más, solamente su presencia ahí era motivo de saber, el encargado solamente lo observaba con una sonrisa entregándole una llave, la misma llave que siempre desde hace un año entraba en la cerradura de la habitación, donde se hacía presente varias cosas
Guillermo por su parte solamente y con una sonrisa en sus labios la tomaba de la mano del encargado y caminaba rumbo al ascensor, aquel ascensor que fue escena de placeres y desgracias, peleas y reconciliaciones
Llego al piso 3ro del edificio aquel donde se encontraba la dichosa habitación, sus emociones no eran tales para esconderlas, estaba feliz y deseoso de que volviera a pasar, el siempre y con todo su ser esperaban con ganas los martes solamente para que esto sucediera
Introdujo la llave lentamente en la cerradura, el conocía el interior como la palma de su mano, así que no tenía prisa para abrirla, lo cual lo ha hecho lentamente, al fin ya abierta la puerta se dispuso solamente a emparejarla, dejando el acceso a la persona dichosa
Camino lentamente observando como todos las semanas el lugar, como se había dicho él ya lo conocía como la palma de su mano pero eso no quitaba que aun así le sorprendía cada semana, como esa habitación había sido el nido de todos esos encuentros y más con el amor de su vida
- Que pasa?- una vos detrás de él lo saco de sus pensamientos haciendo que una sonrisa se formara en los labios del chico y girara hacia donde provenía la voz
- Nada…- sonrió de nuevo para la persona enfrente de él- porque preguntas eso Samuel?
- Te veo muy concentrado- respondió aquella persona que correspondía al nombre de Samuel- pasa algo?-
- Te dije que nada- empezó a caminar lentamente hacia donde estaba parado, cerca de la puerta
Ya estando a escasos milímetros de él solo se dispuso a alzar sus brazos para así poder entrelazar sus dedos por detrás de la nuca de este
Samuel tenía la edad de 32 años, muy juvenil, atlético del cuerpo, cabello y barba castaña, muy varonil en su forma de ser, la envidia de muchos y deseo también, tenía todo lo que alguien pudiera pedir, era y como decía Guillermo, un monumento en vida, una belleza viviente
La altura era más que evidente en Samuel, para poder juntar sus labios Guillermo tenía que ponerse en puntas, y así y con ayuda de que también este se tenía que agachar poco para lograrlo
Al momento de hacerlo, sus labios hacían movimientos lentos pero delicados, fusionándolos así en algo maravilloso para los dos, lo único que podía oírse era como sus latidos estaban sincronizados para así hacerlo a la misma vez
Por su parte Samuel siendo más grande y fuerte que Guillermo lo tomo de la cintura y lo pego más a su cuerpo haciendo que el menor captara la idea y cuando sentía su cuerpo lejos del suelo podía entrelazar sus piernas con sus caderas así haciendo que hubiera más contacto por parte de los dos
Teniendo a él menor con sus piernas en su cintura no lo dudo ni dos veces empezando a caminar hacia dirección de la gran cama que se encontraba en aquellos aposentos que eran dignos de recibir aquel espectáculo que se realizaba cada martes por la tarde-noche
Al estar ya justo al lado de la gran cama, depositaba el cuerpo del menor en esta en medio de besos y caricias por parte de los dos
Ya dejándolo en la cama solamente se separaba para verlo como todos los martes tierno y sensual para su vista, era magnifico poder estar con él, era algo que no podía expresar, se sentía realmente feliz y emocionado
Por parte de Guillermo, también era único esos momentos, no importara que cada martes se repitiera todo, siempre era algo nuevo y sensaciones nuevas, le encantaba estar con él, no solo por el sexo si no porque lo amaba
Después de miradas y observaciones que se hacían mutuamente se volvía a acercar de nuevo a la cama donde estaba el menor, colocando su cuerpo sobre este pero delicadamente
Por parte de los dos se delineaba una sonría en sus rostros, eso era el momento que más esperaban en toda la semana, por parte de los dos
Samuel aunque tuviera una vida ajetreada siempre se disponía a estar con el menor que consideraba el amor de su vida… por el momento
Tenía una empresa donde se especializaba en accesorios deportivos, él era el encargado de llevar cosas a negocios, y de ahí fue donde conoció a Guillermo… pero eso ya es punto y aparte en la vida de ellos, lo que más les importaba ahora era entregar su amor mutuamente
Los besos se hacía presentes ante todo, con caricias, palabras, suspiros y gemidos que salían de por algún que otro toque que se daban, era todo perfecto para los dos, conocían el cuerpo del otro a la perfección pero no había nada que con nueva semana no aprendieran
Las prendas se fueron despojando de los cuerpos de los enamorados, poco a poco se hacían presentes en el suelo, dejando a dos seres al descubierto en cuerpo y alma
Las caricias aumentaban y los besos por igual, provocando placeres conocidos y por conocer, a Samuel le gustaba degustar todos los rincones del cuerpo del menor y por su parte Guillermo era igual, ninguna sección del cuerpo del mayor sin poder tocar o lamer
El momento era ahora, sus cuerpos pedían estar unidos por una conexión diferente, unidos en carne y alma, se necesitaban
Al pasar de minutos solamente se podía observar a dos seres, teniendo un tipo de baile seductor, las manos del menor recorrían cada sección del pecho de mayor, rozando con las yemas de sus dedos los pezones de este provocando suspiros y gemidos, y por su parte el mayor solamente podía llevar un ritmo de envestidas con sus manos en las caderas de este, las presionaba con algo de delicadeza pero que se le hiciera delicioso al menor
Varias posturas se hicieron presentes en esa noche, cada una entregando más placer que la anterior, haciendo que los cuerpos de ellos se satisficieran al terminar de varios minutos
Los dos estaban satisfechos, extasiados y emocionados por lo que acababa de ocurrir, se había entregado en alma, cuerpo y amor
Al terminar de las acciones realizadas siendo ya las 10 de la noche, el mayor como siempre y cada semana se iba dejándolo en la habitación y despidiéndose e un beso
- Nos vemos para la próxima semana- besos sus labios tiernamente del menor
- Nos vemos cariño- lo miro a los ojos y así dieron por terminada esa noche de la semana esperando con ansias la siguiente aunque acabaran de terminar esta
El sexo y el amor es circo y en tu voz no se interpone nada
En la guerra y el dolor tan fácil ser tú y yo, yo creo en tu mirada
-------5 años después-------
La misma historia una y otra vez, todas las semanas se volvía a repetir lo mismo, la hora variaba cada vez que pasaban los años en el mismo lugar, el cuarto 22 donde los dos se encontraban y vivían lo que deseaban… o bueno eso era por parte de uno
Esa noche era martes, Guillermo por su parte se encontraba en la habitación esperando a la llegada de Samuel
Él ahora tenía 21 años, seguía enamorado de la misma persona de siempre, Samuel el dueño de su corazón desde el principio
Ya eran las 9:32 y justo en eso llego Samuel, su cuerpo y su aspecto seguían siendo los de hace 5 años, atlético, fornido y juvenil
Pero al pasar de todo, ya no era lo de antes, solamente se disponían o bueno por parte de Samuel llegar a hacer todo rápido
Los besos se hacían presentes cuando Samuel estaba en la habitación más cerca de Guillermo, pero esta vez eran diferentes, más fuertes y menos apasionados
Sus manos tanto del mayor y del menor solo buscaban deshacerse de las prendas del otro con rapidez
Estando los dos desnudos ya solo se disponían a llevarse por el momento, sintiendo como el mayor solamente y sin algún cuidado lo posicionaba para el sexo y búsqueda de placer
Las envestidas se hacían presentes con intensidad en aquella habitación donde algún día se habían hecho pero con amor y cariño
- Te amo- gimió el menor al oído del mayor que estaba dándole embestidas fuertes y certeras
- Si- solamente recibía esa respuesta de los labios del mayor que seguía envistiéndolo
El menor que por su parte al escuchar esa respuesta sentía una opresión en su pecho, se sienta vacío pero no al total ya que tan solo sentir como su cuerpo se fusionaba con la del mayor le alegraba
Por la fuerza y rapidez el menor siempre encajaba sus uñas en la espalda del mayor dejando una marca que sería imposible borrar con el tiempo, a el mayor no le importaba en nada, solamente buscaba su placer
Los minutos y las envestidas pasaban, cada vez con más intensidad asta así poder correrse por completo en el interior del menor, antes como era de esperarse cuando pasaba esto solamente se disponía a quedarse un momento en el interior de este y platicar y recostarse juntos
Pero ahora era todo diferente, al momento de correrse solamente se disponía a salir del interior del menor y tomar sus prendas, cambiarse e irse
Todos los martes llegaba de las 9:30 a 9:40 y siempre sin ninguna explicación ni motivo se disponía a irse después de un encuentro “Amoroso” a las 10 sin rechistar
El menor no sabía que pasaba solamente se sentía vacío por la forma de ser del mayor, no sabía desde cuando había cambiado pero él seguía creyendo en el amor que había entre ellos
- Que paso?- susurro a sí mismo y no pudo evitar que una lagrima saliera de su ojo
El sexo y el amor es circo y en tu voz no se interpone nada
En la guerra y el dolor tan fácil ser tú y yo, yo creo en tu mirada
Esa noche siendo martes antes de que Guillermo pudiera irse de su casa hacia la habitación de siempre, recibió un mensaje, algo en su corazón se aceleró por el motivo de ver que el destinatario era la persona que él amaba
No dudo ni dos veces, desbloqueo el celular y abrió el mensaje con entusiasmo y felicidad
Al terminar de leerlo no pudo evitar soltar una lagrima, su corazón se había destrozado por lo dicho en este, era algo que para Guillermo en su joven vida destrozaba
“lo siento mucho, ya no siento nada por ti, será mejor que dejemos estos juegos que eran para mí, eres solo un pañuelo que pude usar, un juguete para satisfacerme, olvida todo es mejor así y una cosa, todos esos te amo que alguna vez salieron de mis labios eran Falsos”
Un escalofrío pasaba por la espalda de Guillermo, cada vez que volvía a repetir ese mensaje sentía una apuñalada en su corazón y alma
Esa noche fue la última de Guillermo, tras el mensaje recibido no dijo nada, solamente se dispuso a entrar de nuevo a su casa encerrarse en su cuarto y desde ahí fue el final para su vida, su alma y su todo
Un amor no se olvida de la noche a la mañana, te enamoras y tu corazón es feliz, pero si ocurre que solamente fuiste un juguete es más imposible superarlo y sobre todo seguir adelante con ese dolor
Un dos amalo ya no puedes dejarlo no
Tan frágil marioneta ya es tarde