Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

De personas malas. *Kaisoo* por Azul Olivia

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Hola bebés! 
Creo que se me está haciendo costumbre publicar de amanecida, pero, ¿Qué puedo ahcer? La inspiración me agarra dormida c: 

 

Acabo de escribir salvajemente esto, como siempre, no me gusta el final, pero creo que la trama es buena, no sé, jusguen ustedes~ 

Me encantan escribir este tipo de temáticas~ me siento poderosa c: 

 

Cierto: 

Aquí, quién ama a morir el 2min, va a llorar. 

Para quién ama el Kaisoo, ehh... lo importante es que tienen salud. xd

 

Bonito día para todos! Pasen y lean, bebés, quizás les guste~ c: 

 

Notas del capitulo:

No sé si sea buena escribiedo estas cosas, así qué, acepto todo tipo de comentarios~ 
Sean libres de decirme, pedirme, criticarme; lo que quieran~ 

 

Esto es algo cortito c:

 

Sin más que decir~

 

Buena lectura, bebés! 

 

 

Solo te pediré seis cosas, si las cumples, seré feliz, y podré morir en paz.

Hace frío. Está nevando aquí, mi cuerpo tirita con frecuencia, parezco un vibrador. No importa lo bien que cubra mi cabeza con un gorro, ni lo cubierta que estén mis manos con guantes dentro de mis bolsillos; hace mucho frío. 

La bufanda que traigo puesta es de color rojo, casi no se nota por lo alto que está mi saco, chocando a cada paso que doy con mi nariz, lo estoy buscando, sé que él vive por aquí, me he pasado años buscándolo. Sé que en una de estas casas vive, está casado. Vive con su esposo.

Uno: No te metas en su vida.

Camino por el pavimento sin ninguna precaución.

Si muero. Ganamos todos.

Miro las casas al azar, una de estas es, puede ser esa marrón, o esa verde, o esa de color lavanda. Espera un momento. Esa es. Te encontré.

Corro hacia la casa lavanda, debo reconocer que es bastante bonita, toco el timbre y espero a que me atiendan, unos pasos apresurados resuenan dentro de la casa, en cuestión de segundos, un hombre muy alto, de cabello negro azabache me abre la puerta con una sonrisa.

-Hola.- saludo, mi vos suena distorsionada, mi cuerpo tiembla una vez más, el chico alto de ojos grandes me mira preocupado. -¿Vive Lee Taemin aquí?- le pregunto. El me mira curioso.

-¿Eres un amigo? No te conozco. Quizás seas un amigo lejano, él vive aquí, está aquí, pasa por favor, hace mucho frío.- me dice. Su manera tan amable y cortés de ser, me sorprende.

Entro a su casa, el ambiente cambia por completo, se siente un poco de calor, empiezo a desabotonar mi saco, el ofrece su mano y yo le sonrío, le doy mi saco y él lo cuelga gentilmente en un perchero, me guía hacia la sala, hay un chico de cabello rubio sentado ahí.

-¿Quién era, amor?- pregunta. La palabra “Amor” me atraviesa el pecho como una daga.

-Un amigo tuyo, está aquí.- le dice el alto, yo solo espero.

El rubio voltea de golpe, con una sonrisa en los labios, me mira confundido, ladeando la cabeza, no me conoce.

Al fin, nos vemos las caras.

-Uh, perdona, creo que he olvidado tu nombre.- me dice, creo que un sonrojo le empieza a aparecer. Yo le sonrió acomodando mi chalina con disimulo.

Dos: No mientas.

-No me conoces Taemin, y yo tampoco a ti, vine, porque me dijeron que lo hiciera. Estoy buscando información. Creo que podrías ayudarme.- le digo, despacio.

En este momento debería estar retorciéndose en su tumba.

Taemin me observa dudoso, El chico alto, “Su amor” me mira, le sonrío tiernamente, luego agacho la mirada, fingiendo dolor. Doy un suspiro. Si Taemin es como creo que es, no debería resistirse a esto.

-Oh, no te pongas triste. Siéntate junto a mí, por favor.- me dice. Sonrío victorioso.

Me siento a su lado en el sillón, Taemin apaga la tele, el chico alto se sienta a su costado y se toman de las manos, observo con dolor el gesto.

-Taemin, sé que no me conoces, pero en serio. En serio, necesito saber de esta persona. Me dijeron que tú la conoces muy bien, y yo, vine desde muy lejos, yo… necesito tu ayuda.- susurro, cabizbajo.

-Si vienes de muy lejos, debe ser muy importante esa persona para ti. Dime quién es, quizás no te engañaron, quizás podría ayudarte. Quizás.- me dice, le observo con los ojos acuosos.

-Kim Jongin.- pronuncio.

Su rostro es un poema. Pasa de la sorpresa a la alegría, de la alegría al dolor y luego a la tristeza, ver su cara es muy triste, te obliga a sentirte mal. Es una suerte que yo no sienta esas cosas.

Mentir es fácil.

Me muerdo el labio. El chico alto carraspea molesto. Junta las cejas y aprieta los labios.

-Los dejaré solos.- dice, Taemin le aprieta la mano, el alto le mira, suspira y le sonríe, asiente con la cabeza, dando a entender que está bien y el rubio le sonríe. –Nos vemos luego.-

El más alto abandona la habitación, la casa.

-¿Qué quieres saber de Jongin?- “Jongin” Le ha llamado Jongin.

-Quiero saber todo de él. Bueno, actualizarme, Oh, perdona, no me he presentado. Me Llamo Do Kyungsoo. Soy un amigo.- me presento. Mentira tras mentira. No importa. Ojalá me esté escuchando. Apenas voy iniciando.

-Un gusto Kyungsoo, Soy Lee Taemin, y el chico guapo que se acaba de ir, es mi esposo, Choi Minho. Perdona su, repentina evacuación.- susurra. Sus ojos se ven tristes, tiene la mirada de cachorro regañado. Enserio, se parece mucho a Jongin. Por algo no son hermanos.

-Igualmente, ¿Podrías… decirme? ¿Por favor?- le pregunto, una lagrima lucha por no salir de mi ojo izquierdo, Taemin toma mis manos. Está cayendo muy bien. Es una víctima demasiado fácil. Esto ya está hecho.

-Jongin es mi hermano, murió hace seis años, era un tipo encantador, inteligente, muy atractivo, muy eficiente, muy talentoso. Era casi perfecto.- un suspiro se le escapa.  Tiene los ojos perdidos en su chimenea, las brasas encienden lentamente la madera. –Éramos muy unidos, muy, muy unidos. Hacíamos todo juntos, éramos inseparables, cuando mamá compraba galletas, nosotros las vendíamos, así juntamos para pagarnos unas clases de baile. Jongin era buen bailarín. Era mucho mejor que yo. Nunca fue malo. No merecía morir.- las lágrimas empiezan a caer de sus ojos, él se las quita rápidamente, sonriendo apenado. –Perdona.-

-¿Cómo murió?- le pregunto, él se muerde el labio antes de responder.

-Fue por mi culpa,  ese día salimos tarde del ensayo,  salimos de la mano, sonriendo, recuerdo que su cabello rojo le hacía ver más guapo, su sonrisa era celestial. Se veía genial con el cabello mojado. Esa noche hacía frio, una farola de la calle estaba descompuesta, unos tipo vinieron y lo golpearon. Lo golpearon mucho. Lo mataron. Y les gritaban cosas… cosas que… no sería adecuado que tu oigas.- susurra, su vos es apenas audible. Debo apresurar las cosas.

-Estoy informado de su relación.- le anuncio.

 El pánico en sus ojos es… placentero.

Tres: No odies personas.

-Sí, bueno, creo que debería ser totalmente sincero.- sentencia.

Su rostro se vuelve neutral de golpe. Deja mis manos, se sienta correctamente y suspira.

-Creo que sí.- le digo.

-Cuando tenía catorce años descubrí que me gustaban los hombres.- me dice. Parece recordar esas cosas con dolor. –A los quince, me di cuenta de que estaba perdidamente enamorado de mi hermano, Jongin.- un brillo especial le recorre los ojos, una sonrisilla traviesa e infantil se le dibuja en el bonito rostro, que justo ahora, tengo ganas de partir.

Lo odio. Lo detesto. Lo repudio.

-Valla.- susurra. El me sonríe.

-Déjame terminar.- se arregla un mechón de cabello, llevándolo tras la oreja y continua. –Viví lleno de miedo y prejuicios. Estuve con un chico llamado Onew, no funcionó. A los dieciséis, drogue a mi hermano. Use una de esas drogas que new usaba en mí, y técnicamente, lo violé.- una sonrisa traviesa se le escapa de los labios, parece que recordar esto se le hace muy divertido. –Así que, ese día, estuvimos juntos por primera vez, luego de esas, tuvimos más encuentros de ese tipo, sin necesidad de drogas; en mi corazón, crecía el amor que le tenía a Jongin, pero él estaba confundido, es decir, soy su hermano, ¿Dónde quedaba el pudor? Vivimos así por un par de años,  pero, de un día para otro, de la nada, Jongin empezó a ser más afectuoso conmigo, más cariñoso, más emotivo, me repitió que me amaba una y otra vez, ese minúsculo tiempo, fue hermoso, pero, duró tan poco.- un suspiro más, déjame adivinar, ¿Una semana? No me hagas reír Lee. –Exactamente, una semana después, de ser “novios” lo mataron. Alegando que era un enfermo, que se pudriría en el infierno y que esto no se quedaba así.- Lo sé, Lo sé. –Fue horrible verlo morir. Unos tipos me agarraron, y me obligaron a ver cómo lo mataban, murió tan joven, no merecía morir. Hay tanta gente mala.-

Oh, créeme, hay tanta.

Las lágrimas le caen de los ojos como una pequeña catarata. Sus ojos marrones se ven algo rojos y ligeramente maltratados, me encanta verlo así.

En serio. Cada segundo que paso aquí lo odio más. Es hora.

 Cuatro: No tortures personas.

-Por favor, no llores.- suplico, con una voz triste. –Te entiendo, solo quería saber cómo murió.- le digo, el me asiente, lleva sus manos a sus ojos y los cubre de una manera delicada.

-Oh perdona, aún me duele.- susurra, su vos extraña y temblorosa es apenas entendible. ¿Dolor? ¿Te duele solo recordarlo?

Ahora vas a saber qué es dolor.

Me quito la chalina, la dejo sobre el sofá y cierro los ojos. Es hora de la invocación.

-“Choi Minho, ven aquí.”- susurro.

Por la puerta entra Minho. Con los ojos apagados. Se quita el abrigo, y se encamina a Taemin.

-Amor, volviste.- “Amor” Como odio esa palabra.

-“Rómpele los dedos, uno a uno”.- digo.

Los ojos apagados, Minho, me obedecen, Taemin lo mira extraño cuando se acerca a sus manos. Un ligero “Crack” resuena en la habitación.

-¡AAAAAAAAAAAAHH!- El grito desgarrador de Taemin me parte los oídos.

¡Maldición! ¿Tiene que ser tan exagerado?

Taemin se remueve en el sillón, Minho se siente encima de él impidiéndole el movimiento, un nuevo “Crack” junto a un grito desgarrador, se oye.

-¿Qué te pasa? ¡Déjame! ¡Me estás lastimando!- las lágrimas en los ojos saltones y confundidos de Taemin, me dan risa. Es tan cómico verlo padecer.

-No te gastes inútilmente, Taemin, él no te escucha.- le digo, un nuevo “Crack” adjunto a un grito, se oye. –Esto es lento. “Rómpele la muñeca. La derecha”.- le digo, Minho, ojos apagados, obedece. Un grito aún más desgarrador suena. Esto es tan entretenido de ver.

Taemin lucha inútilmente, golpea y patea, muerde, araña. Llora.

Es tan divertido verlo sufrir.

-¡Me estás lastimando! ¡Me duele!-  grita. -¡Por favor! ¡Por favor! ¡Para por favor! ¿Qué te ocurre? ¡Yo te amo! ¡Tú me amas a mí! ¡Estamos asados! ¿Qué estás haciendo? ¡Minho! ¡Por favor!- suplica. Su rosto me da asco. Es hora de darle algunos arreglos.

-“Pártele la cara”.- digo, miro al fuego y sonrió. –“No espera”.- el puño en alto de ojos apagado se detiene. –“Mejor quémasela”.- Mino se levanta, el horrorizado Taemin se levanta de golpe, Minho lo devuelve al sillón tomándolo del cabello. –“Pero primero rómpele las piernas”.- 

Minho levanta ambas piernas juntas de Taemin lo hace caer sentado de golpe al suelo y con bastante facilidad, quiebra sus rodillas, doblando sus piernas hacia arriba.

Un grito más, desde más adentro, desde la garganta, lleno de dolor, temor, desesperación y decepción; acaricia mis oídos.

-¿Por qué le obedeces?- pregunta Taemin, su mirada perdida está ahí, sus lágrimas cesaron, porque, ya se ha dado cuenta de que, llorar y suplicar, no sirve de nada. –Pensé que me amabas.- susurra. Minho se dirige a la chimenea, coge una madera casi hecha carbón con total naturalidad, su mano suena al achicharrarse, pero ojos perdidos ni se inmuta. Se agacha hacia Taemin y le coloca la madera encima de la cara. Taemin ahoga un grito. ¿Ya sientes dolor, Taemin? ¿Esto si es doloroso, cierto? Los ojos perdidos de Taemin se conectan con los ojos apagados de Minho. –Tú no eres Minho.- susurra, por un segundo, el cuerpo de Minho se congela, siento un aire frio acariciar mi cuello, Demonios. Mino está luchando por recuperar su cuerpo. –Minho me ama. Y yo amo a Minho.-

-Deja eso. Ya me cansé. Ahora mátalo.- digo. Cansado. Esto se me está escapando de las manos, el amor que se tienen es demasiado fuerte.

Cinco: No mates personas.

-¿Quién eres, Kyungsoo?- me pregunta Taemin. -¿Qué hiciste con mi esposo?-  su vos triste, su vos apagada, su vos muerta. No es ni la sombra de lo que era hace un rato, cuando lo conocí.

-Cuando tenía diecinueve, le declaré mis sentimientos a Kim Jongin. El chico guapo de la universidad.- digo, Minho se levanta y camina hacia la cocina. –Y él me rechazó, me dijo que ya estaba enamorado, y que no podía corresponderme. Lo moleste por una semana más, y jamás accedió.- Doy un respiro molesto. No puede ser que esté mencionando esto. –Una semana antes de que muera, me pidió seis cosas. Y bueno, hoy vine a incumplir todas.- Lo miro, tratando de trasmitir todo mi odio hacia él. -Estuve calculando este día desde hace seis años. Mi papi me ayudó, yo quería a Jongin. Lo quiero. Y lo voy a tener. El será solo mío.-

-Jongin está muerto. ¿Qué ganas haciendo esto?- me pregunta, Minho vuelve de la cocina, tiene un cuchillo en mano.

-No por mucho tiempo.- susurro. Lo miro maliciosamente. –Con esto gano tu alma, Taemin. Tú eres el único amor que Jongin tuvo en este mundo. Y si no estás, yo podría ocupar tu lugar.-

-¿Tú mataste a Jongin?- me pregunta. Su mirada llena de odio me hace guiñarle un ojo.

-No con mis manos, pero sí.- le digo, divertido. –Éramos amigos.- susurro. –Por eso quería que no fuera una mala persona, pero, uh. Si eres el hijo del diablo, eso se pone un poco difícil.-

Minho lo coge del cabello, se arrodilla junto a él, le levanta la cabeza, enseñando su cuello, y coloca el cuchillo sobre este.

Taemin trata de tocarlo, y casi sin éxito lo logra, sus dedos quebrados acarician su piel. Una vez más, un frío acaricia mi cuello. ¡Maldición!

¡Solo mátalo! ¡No es muy difícil!

Sus ojos se conectan.  Ojos perdidos y ojos  apagados se conectan.

Los ojos apagado de Minho empiezan a llorar. Esto se está saliendo de control.

-“¡Mátalo! Y luego, ¡Matate!”- exijo, estoy exasperándome. Esto no debe salir mal.

El cuchillo se desliza por el cuello de Taemin. Una línea directa, no hubo llanto ni manos temblorosas. Los ojos de Taemin se apagan también.

Taemin está muerto. Lo conseguí.

Minho levanta en alto el puñal y lo clava sobre su corazón con gran velocidad. No muere.

Pero sí recupera su cuerpo.

-¡TAEEEEEEEEEMIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIN!- se oye, en lamento. Su respiración defectuosa le impide volver a llenar sus pulmones de aire para gritar otra vez, las lágrimas le caen más fuertes de los ojos, su llanto se vuelve agonía en cuestión de segundos. Minho me mira, su cuerpo tiembla, está luchando por mantenerse vivo. –Eres una mala persona.- me dice, cada palabra entrecortada, cada palabra incomprensible.

-Oh, solo muere ya.- demando con fastidio. Cojo mi chalina y la envuelvo sobre el cuello de Taemin, Minho cae sobre las rodillas rotas de Taemin. Es cómico.

Minho yace en el suelo, con un puñal en el pecho, con la cabeza sobre las piernas de Taemin.

Taemin yace en el suelo, con la espalda recargada en el sofá, la cabeza hacia atrás, el cuello degollado y muchos huesos rotos.

Lo logré. He matado el amor.

Seis: No intentes resucitarme.

Dos demonios encapuchados se levantan del suelo, seguro a llevar las almas, tomo mi chalina entre mis manos, me paro en frente de los cadáveres y les sonrío.

-Kyungsoo, ser el hijo de papi no te ayudará esta vez.- me dice uno, yo sonrío con sorna.

-No. Lo sé, esta vez estoy preparado.- le digo, los miro y les sonrío. –Tengo la sangre del amor. Exijo el alma y cuerpo de Jongin.- demando.

Ellos toman cada uno un alma, cogen mi chalina y me observan.

-Tendrás lo que exiges.- me contestan. Luego se desvanecen en el suelo.

Sonrío satisfecho, corro hacia la puerta, cojo mi saco y me lo coloco, abro la puerta y la cierro de golpe. Doy un chasquido, para eliminar todo el rastro que mí que puse haber dejado, y me alejo.

Hace frío, está nevando. Y ahora que no tengo mi chalina, siento más río aún.

El camino a casa me resulta tortuoso.

Por eso me alegro cuando llego a casa, entro y corro hacia mi habitación.

Me tiro boca abajo contra mi cama. Un olor putrefacto y quemado invade mi habitación.

Sonrío.

Ya está aquí.

-Hola, nini~- mi vos infantil y cariñosa resulta ser empalagosa hasta para mí.

-Te odio. Hoy te propusiste hacer todo lo que te dije que no hagas. Simplemente, no te importó. Hoy fue bastante malo ver a tu padre, todo el puto día, hincándome las bolas, diciéndome que iba a volver junto a los humanos.- su vos dura, suena ronca, muy ronca.

Levanto la cabeza, lo miro y me sorprendo.

Oh, Valla, ha cambiado.

Su piel se ha puesto más oscura, sus ojos chocolate han dejado de existir, ahora han sido reemplazados por un par de ojos rojos, como su cabello.

-¿Qué te sucedió?- le pregunto. Sentándome en la cama, él se me acerca, su olor putrefacto me resulta más asqueroso aún. –Deberías ducharte.- señalo. El ríe.

Oh, mierda, su perfecta sonrisa.

-Eres una mala persona, Kyungsoo.- me dice. Yo le sonrío tiernamente, -He estado quemándome en el inferno, y mi cuerpo ha estado pudriéndose dentro de una caja por seis años. Tú me pediste, ahora me aceptas así. Te jodes Kyungsoo, te jodes.- el bota un suspiro. Cierra los ojos y yo solo puedo quedar maravillado por lo hermoso y perfecto que es. –Mataste a mi hermano, Kyungsoo. Lo mataste y te burlaste de él mientras lo hacías. ¿Por qué?-

-Porque te amo, Jongin.- una sonrisa sínica se le escapa de los labios, agacho la mirada. –Eres el único mortal de quién me he enamorado. Nunca he sabido que tengo corazón hasta que lo sentí latiendo a mil por hora por ti. No soy tan malo, solo quería tenerte de nuevo junto a mí.-

-Nunca te he amado.- me escupe. Lo miro a los ojos dolido.

-Pero yo sí.- mascullo. Me acerco a él, le miro a los ojos y le enfrento. –Ahora elige, te regresas al infierno, o te quedas a vivir una eternidad junto a mí.-

-Me regresaría al infierno, si no fuera porque tu padre es idéntico a ti. Tienes la belleza el diablo. Y créeme, lo sé, los mismos ojos, la misma piel blanca. Y es irónico, ¿Sabes? Porque se supone que nos estamos quemando. Sé que algún día bajaremos al infierno. A donde pertenecemos. Pero, por ahora, quiero estar aquí.-

-¿Me estás eligiendo?- le pregunto, entusiasmado.

-Entre tú y tu padre, sí.- me dice, le acaricio las mejillas, su piel caliente me queman los dedos ligeramente, sin importarme nada, le beso. En los labios. Y él me corresponde.

Sus labios son tan… ¡uf! El paraíso, para los cristianos, Jongin, para mí.

Cando me separo de él, mis labios duelen, él me mira sonriendo con malicia.

-Aún me estoy quemando, Kyungsoo. Sí, tu padre dijo que tendría estos efectos en mi cuerpo hasta que se acostumbren al cambio.- su mano me toca el culo sin descaro. –Hace tiempo que no tengo acción, ¿Qué me dices? ¿Me das permiso de marcar tu piel?- me pregunta, mi pantalón empieza a derretirse bajo su mano.

Mierda, esto será doloroso.

Me llamo los labios, siento un sabor metálico que describo como sobre, me está hiriendo.

Sonrío victorioso. Le doy un beso más, me siento sobre su pelvis y le guiño un ojo.

-Me curo rápido. Dolerá mucho, pero valdrá la pena.- sería como follar, con una jodida plancha. Pero no importa. Lo que sea por el amor. –Te amo, Jongin.- le susurro.

El me mira, me hace una mueca y me gira los ojos.

-Sí, como sea. Quítate la ropa o te la derrito.- me dice.

No importa.

Tengo toda una eternidad para enamorarlo. Por el momento, Jongin es mío.

No importa lo que pase a partir de ahora. Ni las veces que me repita que soy una mala persona, Jongin es mío, yo lo traje de nuevo al mundo, él me pertenece. Y así no me ame ahora, en algún momento me amará.

Es una promesa.

 

 

Pau – Pau.

 

Notas finales:

Qué tal? 
Me dan amor, o me lo quitan? D:

 

Nos leemos luego! 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).