Hale comía mientras miraba por su gran ventana a la luna. Hoy estaba más radiante, más reluciente, quizás la luna llena iba a causar algunos problemas está noche pero a menos que pasara algo cerca de su hogar ni se inmutaría, a menos que lo molestara Scott y su pandilla. Acababa de llegar de una salida con Stiles, aquel chico tan molesto e insoportable sin nombrar su inmadurez, poco a poco intentaba acercarse a él y Derek sabía perfectamente sus razones, mas no pareciera que le desagradara la idea. Hale era alguien solitario que no se involucraba mucho más de un par de veces con alguien porque por lo general siempre resultan heridos sus amores, por lo tanto prefería no involucrarse sentimentalmente con nadie. Con el tiempo prefirió crear una especia de barrera a su alrededor que igual algunas chicas lograron quebrarla un par de veces y después tuvo que construirle de nuevo, pero Stiles hacía algo distinto, en vez de intentar romperla él estaba intentando de desvanecerla, poco a poco iba bajando la defensa de Hale, y éste sin darse cuenta lo dejaba hacerlo. Desde que conoció a Stilinksy le dio risa la forma de ser, tan alegre y tan carismático que le desagradaba. Aunque ahora le estaba encantando. Para Derek Stiles era un idiota cabeza de chorlito, quejumbroso, inmaduro, debilucho, olvidadizo, desesperante, inquieto, payaso, despistado, torpe, poco serio, imbécil, risueño en exceso, carismático, buena persona, alegre, motivado, animador, sensible, tierno, buenmozo, simpático, divertido, extrovertido, radiante, amable, preocupado, interesante y atento, al punto de que le atraía un poco. Igual durante su adolescencia se preguntó cómo era estar con un hombre y ahora no tenía nada que se lo prohibiera o algo, aunque de todas las posibilidades todavía no asimilaba bien que Stiles fuera ese chico. Cuando se enteró de lo que Stilinksy sentía sólo le siguió hablando para reírse pero ahora le agarro ‘‘cariño’’.
Si es que Stiles le llegaba a preguntar éste le diría que sí.
‘‘Quizás al fin se decidió y va a dejar con rodeos, espero que vaya directo al grano. Será chistoso verlo. Todo rojo, nervioso y tímido mientras me habla a mí, porque sólo me quiere a mí…’’ Pensaba Derek mientras se hacía expectativas acerca del tema. Por primera vez en mucho tiempo estaba ansioso. Dio la vuelta haciendo cualquier cosa toda la mañana, esperando que el tiempo pasara más rápido y ver al que se convertiría en su chico.
Eran las cinco de la tarde y Derek ya estaba sentado en una piedra esperando a que apareciese Stiles por alguna parte. Escuchó el ruido de un motor acercándose y supuso que era él. A los minutos desapareció el ruido, pasó un rato y luego sintió el aroma junto con la silueta de Stilinsky asiéndose paso entre los árboles.
-Hola Dereck… Llegaste temprano honestamente no pensé que fueras llegar a la hora. Pensé que te ibas a demorar o algo.
Stiles estaba nervioso pero ya no al punto de quedar en blanco, ahora empezaba a hablar sin dejar espacios en blanco. A Derek le causaba gracia, no sabía cuál forma de nervios le gustaba más.
-Ya entendí que no pensabas que llegaría… Cómo sea ¿Para qué me hiciste malgastar mi tarde y hacerme venir aquí? –Dijo con desagrado.
Se reflejó un poco de dolor en la mueca de Stiles cuando escuchó a Derek e intento disimularlo mirando en otra dirección.
-¡Hey! No seas tan cruel con la gente maltido Sourwolf –Stiles quedó en silencio unos segundos y luego cambio a una actitud completamente seria, lo cual a Derek le hizo bastante gracia pero no se rió para no arruinar el momento.
-Si vas a decir algo dilo rápido por favor que quiero ir a mi casa pronto.
-Si esto no te importa entonces vete, no te voy a pedir que te quedes a escuchar algo que no quieres.
Derek quedo sorprendido con la respuesta de Stiles, definitivamente el chico iba enserio esta vez. El mayor se acercó al otro para poder escucharlo mejor. Stilinsky se enrojeció de la emoción y los nervios, al fin le diría todo lo que se había guardado por tanto tiempo.
-Bueno… E-emms… Derek… Por favor no te vayas a reír de esto, si es que en algún momento te molesta algo intenta no ser tan rudo conmigo.
-Bueno, sigue.
-Antes no me había dado cuenta, digo, todo había sido normal todo el tiempo, cuando empezaste a estar presente en mi vida, cuando tenía que pasar tiempo contigo para salvar Scott, ayudar a los demás y salvar al pueblo. Pensé que todo era normal pero recién hace un par de semanas que me di cuenta de que en verdad… T-tú me gustas, mucho –Susurro lo último mirando el suelo ya que Stiles estaba evitando el contacto visual a toda costa- Sólo me acostumbre a ti, a la rutina de diaria, no me di cuenta cuando ya te agarre cariño pero no era el tipo de cariño de amigos, era un cariño mucho más grande que eso. Me gustaste, me gustaba verte, pasar tiempo contigo e incluso discutir, cualquier cosa con tal de acercarme a ti. Tu sonrisa, tus ojos, tus otros de color, tus facciones, tu barba e incluso esa cara que pones cuando te enojas y empiezas a gruñir. Todo eso me gusta de ti Derek. Sólo quiero a ti. A ti y nadie más… ¿Te gu-gustaría ser mi pareja?...-Le preguntó con su rostro rojo a más no poder. De seguro está por explotar por todas las emociones del momento.
Por otra parte, Hale no sabía que cara poner ante todo lo que le estaban diciendo. Hace mucho tiempo que alguien no le decía algo tan lindo, nunca alguien le dijo que le encantaba tanto como Stiles. Desde su primer amor que no pasaba por algo así, hace tanto tiempo que ya no tenía idea de que debía responder. De que quería estar con él no había duda pero no estaba muy seguro si es que él quería tanto Stiles como éste lo quería a él. Sin duda alguna no deseaba hacerle daño, todo lo contrario. Quería sacar muchas sonrisas para el ex zorro, las cuales quedaran marcadas en su memoria por el resto de su vida. Deseaba ser la razón de cada una de sus risas y buenos momentos. Anhelaba que Stiles se volviera lo por él y por eso mismo quería pensar bien las cosas antes de dar una respuesta.
-Woow… Stiles… Siendo sincero, me dejas sin palabras. Primera vez que me dicen algo tan… ¿Lindo? –En realidad iba a decir cursi pero pensó en que iba a hacer sentir mal al otro.- Gracias…
Derek se acercó a Stiles, lo tomó de los hombros y unió con delicadeza sus labios con los del más joven. Un tierno y suave beso de amor tímido. No era deseo, era más un cariño inocente y sincero.
-Mañana te daré mi respuesta… Aquí a las seis –Susurro Derek en la oreja de Stiles para después poder perderse en lo más oscuro del bosque.
Stiles quedó sorprendido y cayó al suelo rendido. No entendía muy bien nada de lo que acababa de pasar, sólo estaba pensando en que acababa de darle un beso a su lobo amargado.
Derek llegó a su desolada casa y se sentó en el sofá a ver la luna en su hermoso escenario rodeada de estrellas. Esta noche tendría muchas cosas que pensar con respecto a Stiles, no quería cometer ningún error así que tenía que analizar bastante las cosas antes de darle una respuesta definitiva al enamorado muchacho.
A la tarde siguiente despertó alrededor de las cuatro, hubiera pasado de largo si no hubiera sido porque Peter hizo que se levantara.
-Cuando llegué todavía estabas despierto ¿cierto?
-Sí.
-¿Por qué estabas despierto a las seis de la mañana?
-Estaba pensando algunas cosas, además no soy un niño como para que tenga que seguir un horario de dormir.
-¡Oye! Cálmate, sólo decía. Se nota que alguien no durmió bien… ¿Y se puede saber que pensabas?
Derek lo miró con ira al escuchar el tonó burlón con que su tío le preguntaba sobre las cosas.
-¿Para qué? Según lo que parece ya estás al tanto de un par de cosas.
-Sólo me preocupo de que las cosas no salgan como con Paige… O Jennifer o cualquier otra chica con la que hayas salido. No querrías que Stiles muriera, después de todo él te quiere mucho, además, más te vale que no le pase eso, si no Scott te mata con sus propias manos
Siguieron charlando hasta que Derke se aburrió y se fue. Sin embargo las palabras de su tío quedaron rondando en su mente por el resto del día. Después de todo era verdad, cualquier persona que se involucrara con el sale herido tarde o temprano.
La tarde pasó y Derek llegó a las seis en punto al lugar acordado para poder esperar a su futuro novio y luego ir a una posible cita. El lobo estaba muy emocionado, estaba con una sonrisa de oreja a oreja mientras que no llegaba Stiles, ya que cuando lo hiciera la ocultaría para no quedar como un ‘‘idiota’’ según él, cosa que era bastante inmadura porque si es que se sentía feliz sólo tenía que demostrarlos, ni que le fuera molestar a Stiles, al contrario, estaría mucho más feliz. Pasaban los minutos y Derek se extrañaba. ‘‘¿Dónde estará? ¿Por qué se demora?’’ Se preguntaba Hale al no sentir ni la más mínima señal de que su Stilinsky viniera, él no era alguien de demorarse, lo más probable es que hubiera llegado antes. Algo raro sucedía, Derek sentía un miedo extraño pero más que asustarlo, sólo lo inquietaba. No podía conservar la calma por alguna extraña razón. Daba vueltas y vueltas alrededor del árbol en el que estaba sentado, esperando a que llegara alguien.
Finalmente cayó la noche sobre la turbia ciudad de Beacon Hills, las casas empezaban a prender sus luces, algunos animales (en su mayoría insectos) rondaban el bosque y Derek se emputeció al ver que Stiles no llegó. Estaba molesto, enrabiado, irritado, Hale pensaba que le habían visto la cara de imbécil y se habían reído en su cara, sólo quería encontrar a Stiles y partirle la cara a puñetazos. Se levantó del árbol para luego irse camino a casa. Los semáforos cambiaban de colores, la gente caminaba rápido y Derek estaba devastado. A pesar de que estaba corroído por la ira, en el fondo, le dolió que el supuesto muchacho enamorado de él le haya hecho eso, ni siquiera el rudo lobo Derek Hale era tan fuerte como para que no le importara que la persona que le atraída, e inclusive, quizás le gustase, lo dejará plantado sin haber dicho nada al respecto.
Derek iba sumergido en lo más hondo de sus pensamientos cuando de la nada escucho los sollozos de Lydia en la calle de al frente. Alzó la vista y vio a la pelirroja junto a Malia. La mujer coyote abrazaba a la Banshee como si intentara calmarla. De inmediato Hale cruzó la calle dándole la más mínima importancia si él semáforo estaba en rojo o no y se hizo camino hasta las chicas.
-Lydia ¿Qué pasó?
Ambas chicas se asustaron al escuchar esa grave voz de la nada y lo miraron un tanto preocupadas. Las dos lucían tristes, como si hubiera recibido una muy mala noticia, sea lo que sea que hubiera pasado, sin duda era importante. Malia dirigió la mirada en otra dirección mientras Lydia parecía que le quería decir algo pero no encontraba las palabras.
-Lydia... ¡Me estás asustando! ¡Dime qué pasó!... ¿Por qué tienes los ojos llorosos?
-Stiles chocó en su auto mientras iba camino al bosque, ahora está grave en el hospital.
A Derek lo estremeció un aire helado que lo recorrió de pies a cabeza, con una oración basto para dejar su mente en blanco.