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BLOOD BROTHERS por Sodoku-chan

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Notas del fanfic:

Espero les agrade y me lo dejen saber.

de antemano gracias por leer mi fic.

:3

Notas del capitulo:

por ahora no se daran a conocer muchos detalles, sobre de  que trata el fic pero lo continuare y ahi si se dara a conocer mas sobre la trama  en si, asi que espero tengan paciencia.

CAPITULO I

 

Un nuevo legado comienza

 

 

La hermandad, es un tesoro invaluable, algo que no todos tienen, algo que nos hace más: humanos fuertes y decididos. La mayor parte del tiempo; nos motiva,  anima  y nos alegra. A veces,  nos lleva a cometer errores, pero  también nos enseña mucho. Es aquello que  se siente en lo más profundo de nuestro ser porque  es único e irremplazable.

 

…. La sangre nos hiso hermanos, pero solo nosotros, decidimos amarnos como tal.

 

 

 

-¡Aioria, espera! – Aioros no podía darle alcance a su pequeño hermano, pues este corría reusándose a obedecerlo.

-ya deja de escapar de mí. – Aioros logro sujetarlo de una mano mientras hacía que volteara a verle.- deja de correr, puedes hacerte daño y…-

-NO! – le grito mientras lagrimas caían por sus ojos. – no quiero, odio esto, odio mi vida, quiero salir de aquí. No quiero estar más tiempo aquí. – grito furioso. – por esto fue por lo que nuestro padre murió por este reino que no vale nada. –

-no digas eso el…-

- lo mataron, ese maldito lo mato! – grito enojado, mirando a su  Aioros.

Cerró los ojos y hecho un hondo suspiro sencillamente sentía que no podía con todo eso, quería desplomarse y llorar. Todo era tan repentino, si tan solo hace dos  semana el y su hermano vivían felices al cuidado  y cariño infinito de su padre, y ahora, por las ambiciones de un despiadado e inhumano ser su padre había sido asesinado a sangre fría.

Lo que más le dolía es que el  no pudo hacer nada para evitarlo, no sabía cómo, tan solo observo todo impotente a cualquier cosa, el miedo lo invadió y la culpa también le carcomida.

-no lo entiendo, no logro comprender ¡nada! – grito otra vez e intento soltarse de Aioros para  correr.

Solo tenía 16 años, no sabía cómo actuar o que decirle a su pequeño  hermano de 10 años, puesto que él también se sentía frustrado y dolido por lo que paso,  pero él era el hermano mayor y debía de calmar  a su hermano.

. -¡basta! no más. -  Aioros molesto como  nunca antes  lo sujeto de los hombros sacudiéndolo con fuerza.  Aioria le miro sorprendido.  Era la primera vez que lo trataba así, eso le sorprendía y dolía en el fondo.

Aioros bajo la mirada triste, le dolía ser tan brusco  con su pequeño hermano, en esos momentos, pero debía de hacerlo si quería que su hermano madurara y se dispusiera a afrontar la dura y triste realidad. Su padre había muerto y ahora solo se tenían el uno al otro.

-por qué… - Aioria ni siquiera podía ver a los ojos a su hermano pues contenía una lagrimas que amenazaban con salir de sus ojos.

- Aioria…- Aioros  se arrodillo  para quedar a su altura. - sé que tu deseas con todas tus fuerzas que esto no hubiera pasado. – lo sostuvo de los hombros. – que todo esto solo fuera una pesadilla, pero…- sentía como si un   nudo se formara en su garganta.- pero  la realidad es esta, nuestro padre ya no está más con nosotros. – Aioria no podía contenerse más, lagrimas salieron de sus ojos sin cesar. Aioros respiro hondo y con pesar le seco las lágrimas que caían de los ojos de su hermano para luego alzar su rostro y regalarle una sonrisa forzada.

 – escúchame bien, Aioria… ahora nosotros no debemos de decepcionarlo, no, tenemos que salir adelante. Sé que él hubiera querido que nosotros nos mantuviéramos juntos y guiáramos el reino, nuestro reino, como él lo ha estado haciendo, y eso es precisamente lo que vamos a hacer. – lo miro fijamente a los ojos por unos segundos.

-de acuerdo? – pregunto, Aioria asintió levemente.

-tú me tienes a mí y yo  a la vez te tengo a ti…eso él lo único que importa ahora. – Aioria  sin lograr contenerse más se lanzó a los brazos de su hermano, y dejo salir todo el dolor que sentía a través de las lágrimas que caían por sus ojos, este le correspondió y junto a su hermano se permitió derramar un par de lágrimas, mientras lo sostenía fuertemente.

-no dejare que nada malo te pase, jamás, yo cuidare de ti de ahora en adelante. - le abrazo con mayor fuerza. – lo prometo. -

 

(1)

 

5 Años DESPUES…

 

-ven, Aioros! – grito Aioria feliz mientras le lanzaba un poco de agua para incitarlo a que entrase al lago con él.

-no, Aioria. – respondió en tono serio.

-dijiste que hoy solo te limitarías a gozar y a disfrutar; luego de atender  tantos problemas y de tener tantas responsabilidades, además, hace cuanto que no jugamos y nos divertimos juntos. – lo miro sonriente. - el hecho de que seas el rey no quiere decir que no puedas divertirte con tu hermano un momento. – Aioros lo miro y negó con la cabeza.

-vamos, ven. – Aioria volvió a echarle agua, pero esta vez se le paso la mano, pues tanto el rostro como la ropa de Aioros estaban mojadas.

-Aioros yo…- al ver el rostro molesto de su hermano Aioria se sintió algo avergonzado. –no…

-ahora si te pasaste. –Aioros se abalanzó sobre Aioria metiéndolo de lleno al lago. – creíste que no me metería  con todo y ropa al lago pues estás muy equivocado, jajaja.-dijo sosteniéndolo de ambas manos.

-no Aioros… de jajaja deja eso jajaja –Aioros conocía los puntos débiles de su hermano así que comenzó a propinarle cosquillas sin parar, ante tal acción, Aioria no podía dejar de echar sonoras carcajadas.

-no es justo jajaja Haces trampa jajaja tu eres más grande y fuerte que yo…jajaja. – Aioria no podía dejar de reír. Mientras Aioros se aproximaba a su rostro y le sonreía.

- también soy tu rey. – Aioros  volvió a sonreírle.

 Así, Comenzaron un juego entre ambos donde se  perseguían mutuamente para meterse al agua derribándose una y otra vez.   Ambos, se divertían  y jugaban como hace años no lo hacían; eso los hacia inmensamente felices.

-mi rey.- ambos, voltearon a ver a milo quien parecía mirarlos algo entretenido.

-ya empieza a anochecer. Sería bueno que regresáramos al palacio. - dijo entregándole algo de ropa para que se cambiase al ver la suya mojada.

-gracias, ustedes, ya pueden retirarse. Yo los alcanzo en un momento. – se dirigió a uno de sus custodios, el más fiel y familiarizado con ellos, Shura.

-pero mi señor, usted no pude estar sin…- Aioros le sonrió.

-el palacio no esta tan alejado, además, ya es hora de montar la guardia a los alrededores del palacio. – dijo Aioros posando ambas manos en su cintura y mirándolo detenidamente. – Tú sabes perfectamente que  los aldeanos los necesitan más que yo, así que les pido se dirijan ahora mismo al palacio;  yo los alcanzo en unos momentos.-

-pero, usted…-

-no lo voy a discutir, tienes el deber de velar por la seguridad de mis súbditos. Sabes que hay muchos delincuentes muy peligrosos y despiadados aun sueltos  haciendo de las suyas. Yo  no quiero que haya más muertes ni desgracias, así que vayan todos que yo ya los alcanzo. – Shura se quedó callado y bajo la mirada.

-Shura…- hablo para recibir una respuesta por parte Shura.

-sí, mi rey, como usted ordene.  – Shura asintió algo  disconforme con las órdenes de Aioros.

Mientras se alejaba, dirigió su vista una vez más hacia ambos hermanos. No podía dejar de preocuparse por Aioros y por Aioria. Él era el jefe en la tropa y, por lo tanto, él era el encargado de velar  por el bienestar y protección de ambos hermanos.

 Lentamente, Monto su caballo, llamando  al resto de su tropa para que lo secundaran.

 Milo se acercó a Aioros e hiso una reverencia ante él, a modo de despedida, antes de ir con los demás. Aioria, aprovecho el tenerlo cerca del lago, para echarle un poco de agua al rostro.

-serás aprovechado. – milo se secaba el rostro con su capa mientras lo miraba enfadado.

-creí que necesitabas una pequeña refrescada, milo, pues  te veías muy demacrado y agotado jejeje. – dijo guiñándole un ojo.

-ya verás cuando regreses al palacio. Un tinaco de agua fría te estará esperando. -  advirtió comenzando a retirarse.

-jajaja  no lo creo, Camus ya no te permite hacer nada inapropiado jaja. – le grito, ante su comentario milo volteo a verle. Ambos se miraron por unos segundos para luego sonreírse, cómplices. Se conocían, para ellos siempre era todo en broma y a modo de juego. 

Desde niños, eran buenos amigos a pesar de solo ser un custodio y el príncipe siempre se trataban como buenos amigos y cómplices. A Aioros esto no le molestaba, pues él y su hermano fueron instruidos por su padre a no hacer ningún tipo de distinción entre ellos y sus súbditos y eso era lo que hacían; siguiendo con el ejemplo que su padre les dio y las buenas enseñanzas que les inculco desde pequeños.

-vamos! – Shura, encabezando la tropa real, avanzo en dirección al palacio. Ante la mirada atenta de Aioros.

- bien. – dijo, mientras salía del lago y comenzaba a cambiarse de ropaje. Mientras, Aioria lo miraba algo decepcionado.

-ven, Aioria, tú también sécate y  vístete, o me vas a decir que piensas llegar al palacio todo choreando y semidesnudo para el deleite de nuestros súbditos. – Aioria desganado obedeció a su hermano, saliendo del lago. Aioros le tendía su ropa, este comenzó a vestirla con algo de fastidio y desagrado, realmente quería pasar más tiempo con su hermano. Pero qué más da, si se supone que al ser el rey no puedes, pues no dispones de tanto tiempo libre.

Aioros pretendía montar su  caballo, pero su detuvo al ver a     Aioria recortado  en el suelo;   contemplando las estrellas.

-aiori…-

-se acerca. –hablo en tono melancólico. Aioros lo miro con pesar mientras se acercaba a él para luego acomodarse a su lado.

- ya…ya serán 5 años desde la perdida de nuestro padre. – hablo aun manteniendo la mirada fija en el cielo, Aioros, tan solo bajo la mirada.

- no…no deberías de pensar en eso. No te hace bien. – dijo, echando un hondo suspiro. Aioria volteo a verle.

– Aioros…nunca me has  comentado que paso con el asesino de nuestro padre….que fue de ese maldito  y de su…--.

-Aioria, juramos no tocar el tema nunca, dejarlo en el olvido, recuerdas? – Aioros hablo en tono serio mientras dirigía su mirada hacia el cielo.

Aioria, respiro resignado, eso pasaba cada que él quería saber más sobre la muerte de su padre y su asesino,  Aioros siempre evitaba el hablar de eso y  repentinamente cambiaba de semblante a uno de completa seriedad y disgusto; que lo obligaba a dejar el tema por el bien de ambos.

El silencio entre ambos se izó presente,  tan solo se limitaron a mirar el cielo.

- lo extraño, mucho. – hablo melancólico y limpiándose rápidamente un par de lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos.

- yo también. – dijo Aioros, mientras estiraba su mano para tomar la de su hermano. Sorprendiendo a Aioria por tal contacto.

-sabes. – Aioros hablo, dirigiendo su vista hacia Aioria. – el estaría muy orgulloso de ti, al ver el muchacho tan bueno, amable  y responsable en el que te has convertido. – Aioria sonrió ante tal comentario.

-no, su mayor orgullo serias tú, siempre lo fuiste y lo demuestras día con día. Luchado para mantener el reino como lo mantenía y dirigía el.-dijo mirándolo a los ojos también.

-no seas tonto, nuestro padre nos quería y  valoraba por igual; además, este es nuestro reino y ambos lo dirigimos y manejamos, así que no me des todo el crédito a mí, hermano.  – Aioros le sonrió.

-claro que no, tú haces todo aquí,  tienes todo el peso y las responsabilidades las cargas tu solo. Yo…yo apenas logro entender algo de lo que haces. –hablo en tono afligido.

-pero tú me ayudas, no tienes idea de cuánto. – Aioria lo miro intrigado, mientras Aioros sostenía su mano y la entrelazaba. - el solo hecho de tenerte a mi lado; apoyándome y brindándome tu presencia, amor y alegría me han ayudado siempre. Tú eres mi soporte, el pilar que sostiene mi vida y por el cual yo encuentro el valor y la fuerza necesaria para seguir adelante y creer que puedo hacerlo todo.  -  

-no me sobre valores tanto que me lo voy a creer. – dijo Aioria algo sonrojado y agachado la vista.

- solo digo la verdad. – dijo, soltándose de Aioria y poniéndose en pie destensando su cuerpo. –además, sin tu dinamismo y alegría el reino y mi vida serían muy aburridos y monótonos. – Aioros le sonrió, Aioria también lo hiso, mientras Aioros, le tendía la mano para ayudarlo a ponerse en pie.

-bien. – dijo aceptando su ayuda y poniéndose en pie rápidamente. - luego no te quejes jeje. –

Ambos se sonrieron.

-mejor ya vámonos, que Shura debe de estar muy preocupado.  – hablo Aioros mientras ambos se dirigían hacia sus caballos.

-sí y luego se pone histérico. – hablo Aioria algo divertido, el tan solo imaginarse a Shura preguntado porque se habían tardado tanto.

-debes de comprenderlo, Shura solo quiere protegernos.  –

-tal vez.-  montó  su caballo. - pero a veces siento que él nos sobreprotege. –Aioros volteo a verle intrigado mientras montaba su caballo. -  entiendo que sea su deber, pero a veces se excede.- hablo sonriendo y acomodándose. -  mira que dirigir la tropa hasta aquí tan solo para vigilarnos mientras nos refrescábamos un rato, me parece algo exagerado e innecesario. No es que me moleste, es solo que me parece muy raro. – hablo volteando a ver a su hermano, este, permanecía con la mirada baja.

- mejor de monos prisa. – Aioros comenzó  a cabalgar rumbo al palacio seguido de Aioria.

( 2 )

 

-Espérame Aioros, vas muy rápido! – grito Aioria al notar la enorme distancia que los separaba a ambos.

-si no te quedaras a recoger una hoja por árbol, no irías muy atrás. – hablo Aioros mientras volteaba a ver a su hermano sonriente.

-sí, si…- rápidamente, Aioria,  apresuro el paso para alcanzar a su hermano. – pero te aclaro que no son hojas son flores y creo que son muy bonitas, como… -Aioria repentinamente se sonrojo y volteo a ver en otra dirección, ante la mirada atenta de su hermano.

- bonitas como quién? – pregunto Aioros interesado, aunque ya sabía en quien estaba pensando su hermano.

-como…-se puso algo nervioso al tener los ojos de su hermano mirándolo. – como…como las que tenemos en nuestro jardín, si, esas  son muy bellas. – mintió, mostrándole su mejor sonrisa.

-no tienes remedio. – negó con la cabeza lentamente mientras volteaba su vista hacia el frente.

- mejor date prisa que…- Aioros no termino de hablar pues una flecha se incrusto en su hombro haciéndolo caer bruscamente del caballo.

Aioria vio horrorizado como Aioros  caía de su caballo. -AIOROS!- -grito deteniendo su caballo y desmontándose para acercarse rápidamente hacia su hermano.

-¡no! –grito Aioros. -  vete!– se miró la herida y noto que la flecha estaba muy profunda. – huye…

-¡estás loco! – grito exasperado mientras lo sostenía y le quitaba la flecha que se hallaba en su hombro. – Que rayos fue lo que paso, quien lanzo esa flecha...-miro a su alrededor en busca del agresor de su hermano, pero no se distinguía nada.

-es…es una emboscada.- dijo mientras lo veía a los ojos. –vete, yo…

-calla! No voy a dejarte, me quedare contigo y te ayudare a salir de aquí. –

-Aioria tu…tienes que... –

-no voy a dejarte. – Aioria rápidamente paso al mano de su hermano por sobre sus hombros y con algo de resistencia de este lo levanto del suelo.

-no voy a  dejarte así que hazte a la idea…-

Aioros miro su hermano preocupado, ya había tenido informes sobre una banda de ladones que rondaban por los alrededores del palacio  y que no solo asaltaban a los aldeanos sino que también mataban a la mayoría de sus víctimas a sangre fría, era muy violentos y despiadados. Ya le Había ordenado a Shura su captura, pero era obvio que ellos eran muy astutos  y hábiles. Parecían conocer  todo el palacio y los alrededores a la perfección, por eso habían podido rehuir de la justicia por tanto tiempo,  lo sabía que podían ser ellos,  y le preocupaba que le pudieran hacer daño a su hermano.

-Aioria...-hablo bajo. Eso no podía estar pasándoles a ellos, se maldijo por dentro.

-vaya, vaya…- ambos giraron  su vista hacia dónde provenía esa voz,  vieron una sombra que se hacía más visible al tiempo en el que se acercaba a ellos.

-tu...no…no puede ser…tu no.- Aioros y Aioria lo miraban detenidamente el primero lo miraba asombrado y el segundo furioso.

Saga…-

-nos volvemos a ver luego de tanto tiempo, Aioros. – dijo saga, acercándose sosteniendo en su mano derecha un arco. Que denotaba  que él fue quien lanzo la flecha.

-no…- Aioros negaba con la cabeza,  aterrado. Lo conocía y sabía que nada bueno podría venir de él. Miro a su hermano y se soltó de él,  manteniéndose en pie por sí solo, para luego resguardar a su hermano detrás de él.

-no he olvidado el pasado, sabes. – dijo saga mirándolos con rencor mientras se acercaba a ellos tirando su arco al suelo y desempuñaba su espada. – creo que ya es hora de que pagues por lo que  hiciste.-

Presentía que algo muy malo podría pasarle a él y a su hermano, cerró los ojos, hecho un suspiro. Para luego desempuñar su espada también. Su hermano lo miraba preocupado y desconcertado, era obvio que con esa hería en su hombro tenía desventaja.

-Aioros, que piensas…-

-escúchame bien, Aioria. –hablo serio como nunca antes. – yo voy a detenerlo, mientras tu…

-olvídalo. – Aioria  también saco su espada. – no voy a dejarte solo con este maldito malnacido, no mi querido hermano.  Yo te ayudare. -

-no entiendes, tú tienes que…-

-si tengo que morir a tu lado, lo hare, pero no  me pidas que te abandone, pues eso no va a pasar. –

- AIORIA! – grito enfadado y mirándolo a los ojos.

-no puedo dejarte y salir corriendo como un maldito cobarde, no, eso nunca. – sonrió de lado mirándolo de reojo.

-si el par de hermanos terminaron de discutir.- ambos voltearon a ver a saga furiosos. -  yo quiero decir algo. – les sonrió al momento en el que alzaba su espada apuntándoles con ella. - ninguno de los dos va a hacer nada que yo no les ordene. – les sonrió mientras se acercaba, Aioria lo miro furioso; Aioros  no sabía que hacer, tenía que proteger a su hermano de ese hombre pues sabia de lo que era capaz.

-creo que me voy a divertir mucho. – hablo sonriente mirando a Aioros  y relamiéndose los labios, Aioros no podía dejar de mirarlo tenia sentimientos encontrados al tenerlo frente a frente nuevamente.

-Saga…-

 

….

 

Notas finales:

gracias por leer y por tomar encuanta mi fic,

 espero lean el SIGUIENTE.

ADIOS!

:3


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