Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La Estafa por Fullbuster

[Reviews - 175]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Itachi Uchiha


 


No pegué ojo en toda la noche, el remordimiento por lo que había hecho no me dejaba dormir y sabía que acababa de tirar por la borda mi única posibilidad de estar con Deidara, de conquistarle y demostrarle que no era el cretino que él creía que era, que en realidad sí era. Llevaba tanto tiempo fingiendo ser tantas personas, nuevas identidades… una estafa nueva en cada ciudad… ya ni siquiera podía reconocerme, de hecho… ni siquiera sabía quién era yo o lo que me gustaba en verdad, todo en mí era falso.


Esa mañana muy temprano había ido junto a mi tío a poner la denuncia contra Deidara, me había ocultado a mi hija tanto tiempo y el tribunal dictaminaría qué correspondía como indemnización, seguramente sería una gran cantidad y mi tío al escuchar la suculenta noticia de que tenía una hija de doce años, se había dado prisa en mover todos los hilos para conseguir el pago. Deidara iba a matarme cuando se enterase de esto, de hecho… hasta me despedí del trabajo por no verle, me dolería demasiado verle destrozado por mi culpa.


Habría sido mejor quedarme callado, pero tenía que sacar a Sasuke de todo este lío, quería meter a Obito en la cárcel y para ello necesitaba a Deidara, iba a hundir a ese chico inocente por salvar a mi hermano, sabía que yo jamás podría perdonarme esto, jugar con la vida de Deidara y de mi hija por mi hermano. Era un ser miserable que jamás se mereció a ese chico.


La noticia de la denuncia corrió como la pólvora, tanto… que llegó a oídos de la alta esfera social que Deidara me había conocido hace trece años en el instituto cuando él sólo era un pobre chico huérfano.


Miré el periódico donde venía y lo arrugué en mis manos sabiendo perfectamente lo que había hecho, le había destruido hasta los cimientos y no sé si se recuperaría de algo así. Él me lo había dejado muy claro, si la familia de Hidan se enteraba de eso le convencerían para que dejase esa idea del matrimonio, no querían escándalos sociales y yo le había metido en la primera página del periódico, todas las revistas del cotilleo le tenían a él en la mira, todas las mujeres por la calle comentaban semejante suceso.


Pocos días después se anunciaba la anulación del matrimonio entre Hidan y Deidara, de hecho se rumoreaba que Deidara había vuelto a la casa de su padre y aunque los periodistas estaban por allí intentando llevarse la exclusiva, él no se dejaba ver. Lo lamentaba sobre todo por mi hija, porque tampoco había ido al colegio, se mantenía en casa encerrada siendo acosada para que contase las cosas.


- Todo está saliendo perfecto, en unos días el juez te dará la custodia de la pequeña y una gran indemnización – decía mi tío.


- Le estoy hundiendo – le dije susurrando.


- ¿Y qué esperabas?


- No quería meter a mi hija en esto y sale en todas las portadas. Le estoy complicando la vida a ella a la vez que a Deidara.


- Es joven, lo superará.


- No, ya te dejé muy claro que quería dejar a mi hija al margen.


- No puedes hacer eso, es la noticia del día. Por cierto… no te quedarás la custodia de la niña.


- ¿Por qué no? – pregunté enfadado.


Ya había perdido a Deidara y sé que la relación con mi hija iba a ser un desastre por cómo le había arrebatado del lado de su padre de esta forma en que lo había hecho, me odiaría por lo que le había hecho a Deidara y ganármela ahora iba a ser complicado, pero quería intentar explicarle las cosas, quería intentar recuperarla.


- Porque una niña nos estorba para las estafas, se la devolverás a su padre de inmediato, sólo queremos el dinero.


- No puedo ir al juez y decirle simplemente que no quiero la custodia de la niña después de haber hecho esto porque se supone… que me siento indignado por no haberla tenido todos estos años.


- A mí eso me da igual, la niña es un estorbo…


- Es mi hija y no es un estorbo, pero sí tienes razón en una cosa, yo tampoco quiero tenerla cerca de ti – le grité.


- ¿Qué quieres decir con eso jovencito?


- Que no eres digno de tenerla cerca, no me fío de ti y de que quieras embaucarla para alguno de tus negocios sucios. Bastante tenemos ya Sasuke y yo con aguantarte.


- A mí no me hables en ese tono jovencito y haz lo que te he dicho, no quiero a la niña por aquí ¿Me has oído? Que se la quede su padre.


Era fantástico… después de quitársela a Deidara y de destrozar su matrimonio ahora iba y le decía “Toma a la niña, no la quiero” para destrozarle el doble, para romperle el corazón a mi hija haciéndole ver lo poco que su padre la quería cuando no era cierto. Esto se iba de las manos pero no se podía hacer mucho.


Tal y como dijo mi tío, nos convocaron pronto para el juicio y nuestro abogado destrozó al de Deidara. Estos últimos días había estado de muy mal humor y aunque Sasuke me contaba lo bien que le iba con Naruto y que pensaba que podía tener algo de verdad con él, yo no prestaba atención. Me alegraba por mi hermano, pero mi vida se hundía, me sentía el ser más despreciable del mundo. No dejé de mirar a Deidara en todo el juicio y él ni siquiera se dignó a mirarme.


Allí sólo estaba su familia, su padre y Naruto. No vino su hija y supongo que porque quería evitarle el mal trago de pasar por la prensa, tampoco vino Hidan, supongo que no tenía nada que hacer aquí después de haber roto su relación con ese chico rubio de mirada triste. Estaba fatal, tenía ojeras y supuse que no había dormido bien, pedía perdón a su padre cada cierto tiempo y podía sentir lo decepcionado que estaba consigo mismo por todo lo sucedido. Él nunca quiso darle problemas a la familia que le acogió y ahora se los estaba dando.


Acabó el juicio y la suma que tuvo que darme ascendía demasiado, quizá él no tendría problemas en pagarla, su familia tenía dinero pero yo sentía cómo me desgarraba el corazón tener que hacerle algo así, más cuando pedí al juez que la custodia de Ino se la quedase Deidara.


Le miré a los ojos en aquel momento, Deidara no entendía qué estaba ocurriendo. Alegué que era complicado que la niña pudiera estar cómoda conmigo debido a la ausencia en tantos años y a la forma de proceder que había tenido, apartarla de su padre sería peor así que me adjudicaron días de visita en lugar de la custodia. Mi tío sonreía alegre por habernos salido con la nuestra y yo en lo único que podía pensar ahora mismo es que al menos… de todo esto había algo bueno, tenía los documentos para incriminar a mi tío, así que mandé la copia a la policía. En cuanto comprobasen lo que ocurría vendrían a detenerle, aún podía tardar algún tiempo hasta que reunieran la información. Por correos también tardaría unos días en llegar pero no quería ir en persona y que me descubrieran a mí. Al menos les había adjuntado toda la información incluida cómo nos obligaba a ejercer por él.


Tras el juicio traté de hablar con Deidara pero su abogado no me dejó y él no quiso ni mirarme. Salió andando con rapidez por el pasillo y le seguí.


- Deidara, por favor, déjame explicarme.


- ¿Explicarte? ¿Eres idiota? Déjame en paz y aléjate de mi vida, sólo sabes destruir todo lo que tocas.


- Te quiero.


- Pues es un amor destructivo que no me interesa – me dijo llorando – lárgate de mi vista, no quiero volver a verte – me gritó saliendo de allí.


- Ya le has oído – me comentó su abogado.


- Quiero hablar con él, tengo cosas que contarle.


- Usted ya no tiene nada más que hablar con mi cliente. Aléjese de él, se lo ha dejado muy claro.


- Ya le he dicho que tengo que negociar los términos con él.


- Está todo explicado en el documento que yo mismo le remitiré.


- Quiero que me lo diga él mismo.


- No será así, usted ya le ha hecho demasiado daño a mi cliente y él prefiere que sea yo quien acuerde las condiciones. Estas son las condiciones, he acordado con mi cliente que usted puede los fines de semana acudir al domicilio de la familia Namikaze y recoger a su hija para pasar con ella el fin de semana, el domingo la devolverá a su padre, si algún fin de semana no puede acudir a su cita informará de ello al servicio de la familia.


- ¿Por qué no a Deidara?


- Porque él no quiere saber nada de usted. En cuanto a la indemnización mañana mismo tendrá el dinero en su cuenta en cuanto acabe algunos trámites.


- ¿Trámites?


- ¿Cree usted que el dinero cae de los árboles? Sí… unos trámites. No se preocupe, su dinero llegará mañana mismo. Ahora que pase un buen día.


No me dejaron hablar con Deidara y me tocó resignado irme a casa o en este caso a la habitación de mi hotel. Obito entró contento sabiendo que mañana tendría una gran cantidad de dinero para gastar pero yo estaba destrozado, me marché a mi habitación sin hablar con él, en este momento le odiaba y me odiaba a mí mismo. No podía caer más bajo.


Le dije a mi tío que me dejase solo y aunque no se lo tomó bien me dio igual. El que sí entró a verme fue mi hermano cuando llegó y se tumbó en la cama conmigo abrazándome por la espalda intentando consolarme, pero no podría, agradecía que lo intentase pero no había forma en que yo pudiera sentirme mejor en este momento.


 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).