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Cuando Pequeño Hombre de Piedra conoce a Gran Verde por LatexoHPo

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Notas del capitulo:

 

¡Llegamos al final! ^^

Pequeño Verde esperó a que regresaran a la cueva antes de aburrirse de estar dentro de Tony. Tony hubiera estado aburrido desde antes, sentado en la oscuridad, sin nada qué hacer, así que realmente no debería haber estado sorprendido, pero lo estaba. Se había acostumbrado a ser una persona y media y había olvidado -bueno, la mayoría no pensaba deliberadamente en eso- el proceso real de traer a Pequeño Verde al mundo.

 

Fue complicado, y doloroso, y Thor se desmayó, y Bruce se puso todo verde y salió corriendo gritando que iba a traer un regalo para Pequeño Verde. Tony no tenía idea de que esto iba a lograr que todos actuaran como locos. Tasha y Clint decidieron de repente que tenían que cazar y desaparecieron. Steve puso todo su bonito rostro en determinación y dijo que iba a ayudar, pero no sabía qué hacer. Fury y Hill y Bucky no dijeron nada, pero cuando Tony abrió los ojos después de un largo grito, se habían ido también.

 

Tony hizo una mueca y jadeó, y se habría molestado de no ser porque toda su atención estaba en el dolor. Los únicos que se quedaron en la cueva fueron Phil y Jane.

 

“Vamos”, dijo Phil a Tony. “Si no te levantas y caminas tardarás más.”

 

“¿Cómo lo sabes?”, preguntó Tony. Phil no era un hombre-o y Hill nunca había tenido bebés.

 

“Yo fui el más viejo de mi familia. Tenía seis hermanas”, dijo Phil con su tranquila voz, la misma que había usado cuando atragantó a un dientes de sable hasta la muerte al lanzarle una fruta grande por la garganta. Phil podría ser más aterrador que Tasha.

 

“Todo el mundo decía que yo era demasiado delgada, así que no he tenido bebés, pero…”, sonrió Jane y levantó las manos. “Ayudé a muchos bebés a salir, incluso cuando se ponían un poco atascados.” Ella dio unas palmaditas en el hombro de Tony. “Tienes buenas y anchas caderas, no creo que tu bebé se atasque.”

 

Tony tuvo otra oleada de dolor y luego un pensamiento horrible.

 

“¿Qué pasa si Pequeño Verde decide ser GRAN Verde?”

 

Phil y Jane intercambiaron una mirada que decía que no sería sorprendente para ellos.

 

“No creo que eso suceda”, dijo Phil sonriendo con calma.

 

“Oh no, por supuesto que no lo hará”, dijo Jane. Ella no dijo una mentira a medias, tampoco Phil.

 

“Steve”, dijo Phil. “Ayuda a Tony a levantarse y caminar.”

 

Tony se quejó y no quería, pero Steve simplemente lo recogió y puso sus pies en el suelo y comenzó a caminar lentamente, con sus grandes y fuertes brazos apoyando a Tony. Estúpido y Tropezón gimieron y encogieron las patas, y Phil y Jane hicieron cosas fuera de la cueva con pieles y fuego y agua y cuchillos… Tony no sabía qué tenían que ver los cuchillos en esto. Tropezón había tenido dos cachorros hacía unas semanas y no había sido algo como esto. Se fue dormir y no había crías, por la mañana dos pequeños cachorros amarillos yacían junto a Tropezón. Ese realmente parecía ser un mejor sistema.

 

Y ciertamente no hubo cuchillos involucrados. Tony caminó y caminó y no sabía si eso ayudaba, pero podía sentir cosas que sucedían, se movían y… otras cosas que pasaban. Siguió hablando con Pequeño Verde, pidiéndole que se quedara contento y no se hiciera grande, y él prometió que sería una buena mamá y no gritaría a Pequeño Verde nunca, sólo si Pequeño Verde se quedaba pequeño.

 

Cuando el caminar fue demasiado y el dolor hizo que sus piernas no funcionaran, Steve ayudó a Tony a echarse en el lugar que Phil y Jane habían preparado, alineado con las pieles más suaves, con los pelos de la piel hacía arriba, por lo que la piel hacia un cojín contra la tierra. Todo olía a las cosas aromáticas que Tony había hecho, las que había encontrado que funcionaban muy bien para la limpieza y hacían sanar las heridas más rápido. Phil y Jane se habían quitado sus capas y fregado sus brazos con tanta fuerza que estaban pálidos. Tony se preguntó si se trataba de algún tipo de ritual mágico. No le gustaba la magia. Era todo sobre gente gritando y creando olores y luego diciéndote que si las cosas no van bien era tu culpa. Si la magia fuera algo bueno funcionaría todo el tiempo y Tony podría conseguir siempre un arma con cualquier cosa.

 

Y en algún lugar a lo largo del camino, el dolor se hizo más fuerte y tenía uno entre unos cada vez más pequeños, y Tony dejó de pensar en que no le gustaba la magia y sólo intentaba respirar cuando podía y “empujar” cuando Phil o Jane le decían. Phil sostenía una de las manos de Tony y Jane estaba haciendo cosas en la parte trasera de Tony, algo a lo que normalmente habría dicho que no, porque a Gran Verde no le gustaba que nadie tocara el trasero de Tony, pero él sólo quería terminar con esto  y si Jane ayudaba haciendo eso, entonces bien Jane.

 

Eso dolió de verdad. Y Tony gritó y tal vez intentó aplastar la mano de Phil y luego… había otra persona gritando. Alto y fuerte y… Phil ayudó a Tony a yacer sobre su espalda. Jane estaba ocupada con… una cosita inquieta y roja. Tony tenía que admitir que los cachorros se veían mejor.

 

Jane sonrió.

 

“¡Ella es perfecta!”

 

Tony se apoyó en un codo para tener una mejor visión. La bebé era sin duda lo suficientemente activa. Y no era grande y verde.

 

“¿Es una O?”

 

Jane se encogió de hombros.

 

“No lo sé. ¿Tú qué dices?”

 

Eso dejó perplejo a Tony. Su madre le había dicho de todas las maneras en que los hombres-o eran diferentes y especiales, pero no había mencionado  a las mujeres-o.

 

“Uh. Tal vez Bruce lo sabrá.”

 

Entonces Tony se tumbó y dejó que Phil y Jane cuidaran de él y de la bebé. Estúpido y Tropezón se acercaron a mirarla y menearon la cola, por lo que Tony pensó que era una niña muy buena, también. Steve trajó a Tony una taza de agua caliente con hojas que Bruce había inventado, y luego se fue con su lanza para hacer guarda ya que olía mucho a sangre y podría atraer a los depredadores. Jane envolvió a la bebé con una piel de cordero y se la dio a Tony para que la cargara.

 

Tony estaba dormitando cuando Gran Verde regresó. Traía… bueno… eso era muy impresionante. Tenía un león con rayas azules sobre su hombro. Eso haría una bonita alfombra para la bebé. Gran Verde sonrió ampliamente y Tony podía ver todos sus dientes. Dejó al león en el suelo y se contrajo de nuevo en Bruce.

 

“Wow. Lo hiciste”, dijo intentando tocar a la bebé, pero Jane le cogió la mano y le hizo lavarse primero.

 

“Es una niña”, dijo Tony. “No sé si ella es una O ó  no.”

 

Bruce rió.

 

“Las niñas no son O, Tony.”

 

“¿Nunca?” Tony parecía un poco decepcionado.

 

“No que yo haya escuchado.” Bruce pasó un dedo por el brazo de la bebé. Las pequeñas manos se abrían y cerraban como las flores, o como…

 

“Helecho”, dijo Tony. “Ese es su nombre.”

 

“Helecho”, sonrió Bruce tan ampliamente como Gran Verde. “Te traje un regalo, Helecho.”

 

La curiosidad de Tony se despertó.

 

“Nunca vi un león azul antes.”

 

“Se metió en algo que es de ese color, supongo.” Bruce tocó las manitas de la bebé, sonriendo cuando ella le agarró un dedo con fuerza.

 

Steve se acercó con una taza de agua y hojas de Bruce.

 

“No tengo ningún buen color azul. Algunas bayas se ven azules, pero dan rojo o púrpura. ¿Crees que puedes encontrar lo que pintó al león de ese color?”

 

“Sí, el otro sujeto es genial buscando”. Bruce no estaba realmente prestando atención a Steve.

 

 

 

***

 

 

 

Fue hasta más de una semana después que Bruce dejó a Tony y a la bebé el tiempo suficiente para localizar el azul para Steve. Resultó que el león había hecho sus cosas en un banco de arcilla azul. Steve sacó algo de la arcilla azul limpia y la trajo de vuelta al campamento para secarla y refinar en algo que podría pintar en las paredes de la cueva.

 

“Hay un montón de piedras duras en esto”, se quejó, tamizando los dedos a través de la masa.

 

“¿Duras?”, preguntó Tony, mirándolo desde donde estaba sentado sosteniendo a Helecho contra su pecho para amamantarla. Eso se sentía extraño y  a él lo ponía hambriento, pero también se sentía bien. Y Helecho estaba creciendo mucho así que no le importaba en absoluto. “¿Qué tan duras?”

 

“Realmente duras”. Steve sacó una roca del tamaño de un pulgar, de color blanquecino pero no el blanco de la tiza sino como el blanco del hielo. Le entregó a Tony la piedra.

 

“Oh, bonita”. La roca tenía lados lisos duros, algunos eran incluso finos. Corrió la piedra en la roca en la que estaba apoyado y se mostró satisfecho por la línea limpia que cortó. “¡Yo podría hacer herramientas geniales y armas con estas piedras de hielo!”

 

“Puedes tenerlas todas”, dijo Steve. “Son basura para mí.”

 

“Muy bonitas para un collar”, dijo Jane. “Son brillantes, como estrellas.”

 

Tony lo consideró.

 

“Me gustan más las piedras rojas, pero estas podrían hacer de espaciadores.”

 

Jane asintió y continuó haciendo la cosa con dos palos largos y lana de oveja retorcida que había inventado. Ella lo llamó ‘nudos’. Tony estaba contento de que Thor la hubiera traído a la tribu. Estaría feliz de compartir las piedras de hielo con ella. Se verían bonitas en su pelo oscuro.

 

Helecho se quejó porque Tony no le estaba poniendo atención.

 

“Voy a hacerte algo bonito con las piedras de hielo, Helecho.”

 

Tal vez un móvil de estrellas, como el que Jane dibujó en la tierra, sólo tendría que ponerle tendones y colgarlos con palos para que Helecho pudiera mirarlas  mientras yacía en su piel de león azul. Eso estaría bien. Tony acarició la parte superior de la cabeza de Helecho. Se le estaba poniendo el pelo rizado igual que Bruce. Ella resopló un poco y se retorció. Se soltó del pezón y gimió. Probablemente era el tiempo para cambiar al otro.

 

Se retorció un poco más y arrugó la cara. Tony amaba lo mucho que se parecía a Bruce cuando hacía eso, por lo que no la movió de inmediato. Ella parpadeó y se retorció y luego hizo un pequeño ruido gruñendo. Tony la miró con sorpresa. Sus ojos azules se habían vuelto verdes y su rubor rosa fue desplazado por el color de las hojas. A toda prisa, Tony la sacó de su pecho.

 

¡Sí! Helecho era Pequeña Verde. Tony sonrió y palmeó su espalda hasta que ella dejó escapar un gran eructo. No podía esperar para darle a Bruce la buena noticia. Nadie sería capaz de maltratar a su niña nunca.

 

 

Notas finales:

¡Hola, hola!


Debo confesar que el asunto del Omegaverse y su "embarazosa" consecuencia sigue pareciéndome... extraña, al menos.


PERO... ¡Amé este fic! Porque pocas veces podemos leer un buen crackfic y éste definitivamente lo es.

Así que espero que también les haya gustado y mil gracias por acompañarme con la traducción. Mil gracias por sus comentarios.

Contestaré en cuanto duerma, ¿vale? Sip, ¡no duermo! xD

Besotes a tod@s.

Látex.


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