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Because I still love you (KaiHun) por Sussy

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Notas del capitulo:

 

 

 

 

 

Kris no le gustaba tener a su amigo de esa forma, había notado el gran cambio en su actitud cuando estaban trabajando, ni siquiera era capaz de sonreír, pero estaba buscando en su mente alguna forma de que todo este infierno terminara para él.

Por otro lado, las cosas con Tao se habían arreglado, pero aún le faltaba hablar con Yixing, pedirle las disculpas correspondientes, entendía si no le quería volver a hablar, pero necesitaba decirle todo de frente. Por eso mismo habían acordado juntarse en una cafetería no tan popular y poder cerrar ese pequeño ciclo entre ellos.

Kris llegó puntual a la cafetería tomando asiento en una mesa exclusiva para dos, y para evitar mal entendidos le había avisado a Tao lo que haría, aunque a comienzo no estaba muy de acuerdo, agradecía que haya sido sincero respecto al tema. Yixing llegó unos diez minutos tarde, había estado un poco indeciso en si debía aparecer, pero a la final estaba ahí sentado frente al rubio.

—    Me alegra que hayas venido Yixing.

—    Espero seas breve que no quiero estar mucho tiempo contigo.

—    Perdón Yixing, yo.. —Fue interrumpido por una de las meseras entregándole la carta, pero Kris fue rápido en pedir un milkshake de chocolate y uno también para su acompañante. — Como seguía, te quiero pedir perdón por lo que hice, sé que estás molesto conmigo, y no te culpo. El día que salimos al parque tenía planeado decirte la verdad, que me había reencontrado con mi ex y me había confundido, porque inocentemente creí que lo había superado pero no era así y también estabas tú, no sabía cómo decirlo porque de verdad no quería herirte..

—    ¿Cómo se llama él?

—    Tao.

—    ¿Y hace cuánto habían salido?

—    No lo veía hace un año, habíamos terminado mal y había perdido total contacto con él.

—    Entiendo..

—    Perdón Yixing, lo que pude conocer de ti fue lindo. Sé que er.. —Nuevamente había sido interrumpido por la mesera dejando ambos milshakes en la mesa, Kris la miró mostrando una sonrisa como si la fuera a matar pero luego volvió a retomar el tema. — Bien, eres un chico genial, estoy seguro que encontrarás a alguien mejor, tienes un corazón muy noble.

 

Estuvieron un rato hablando, tratando de por lo menos quedar en buenos términos, aunque el ambiente entre ellos seguían estando algo tenso. Kris pagó por ambos bebestibles para luego cada uno ir por su lado, Yixing seguía dolido aunque trataba de entender la situación no podía perdonar al rubio tan fácil por lo que preferiría no volver a tener contacto con él por un tiempo.

 

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El timbre comenzó a sonar insistentemente, Jongín había visto por el pequeño ojo de la puerta a sus dos progenitores. No quería abrir, no quería verlos, no quería hablar con ellos ¿Tan difícil era de entender? Volvió a su habitación encerrándose en su cuarto para luego de unos minutos su celular comenzara a vibrar, lo tomó viendo que era su madre quien llamaba, tardó unos segundos hasta al fin poder responder.

—    Alo, dime.

—    Jongin estamos fuera de tu departamento, ¿Por qué no abres la puerta?

—    Porque no estoy. —Mintió esperando que le creyeran porque no tenía ganas de verlos.

—    ¿A qué hora llegas?

—    No lo sé.

—    Jongin, necesitamos hablar contigo urgente, tu padre me lo contó todo.

—    ¿Me vienen a dar un sermón de nuevo?

—    Jongin por favor. Ese niño de verdad te tiene mal de la cabeza.

Jongin no soportó eso y finalmente colgó la llamada, tiró su celular lejos y prefirió hacer oídos sordos por si seguían llamando a la puerta. Pero eso solo había logrado enfurecer más a sus padres, el que los estuviera evitando y además siento tan irrespetuoso, su padre quien estaba más molesto con todo la situación no lo aguantó más  y decidió él mismo conseguir una novia para su hijo, y dejara de lado a ese chico que solo entorpecía su vida según él.

 

Habían pasado tres días, y sus padres habían dejado de llamar y preguntar por él, eso le causaba una cierta extrañeza, no creía posible que sus padres hayan dejado el tema de lado tan pronto y menos por lo último que Jongin había hecho. Hasta que habían vuelto, Jongin había vuelto hace unas horas de su trabajo y solo quería dormir pero de pronto el timbre sonó y al mirar por el pequeño ojo había una chica o eso creía. Con algo de confusión el moreno terminó abriendo la puerta mirando a la susodicha sin entender nada.

—    Disculpa.. ¿Quién eres?

—    Hola, mi nombre es Krystal, ¿Tú eres Jongin? —El mencionado asintió con su cabeza. — ¿Puedo pasar?

—    Eh.. —Jongin sin decir mucho se hizo a un lado para que la chica entrara. — ¿Cómo sabes mi nombre y dónde vivo?

—    Tu padre me dio la dirección ¿No te dijo que vendría? —Así que todo era obra de su padre, Jongin suspiró con pesadez, sabía lo que su papá estaba tramando con esto, muy astuto.

—    No, no tenía idea.

—    ¿Estoy interrumpiendo algo? Perdón, creí que sabrías que vendría, no quiero estar molestando.

—    No, no, está bien. —Aunque en el fondo Jongin quería que se fuera, no sería un irrespetuoso con la chica.

—    Traje algunos dulces para que podamos comer y conocernos mejor. —Krystal alzo su mano en la cual sostenía una bolsa con dichos alimentos, los dejó sobre la mesa comenzando a sacarlos de su envoltorio. — ¿Puedo ocupar tu cocina?

—    Eh si, adelante.

 

La chica sacó dos platos pequeños para repartir los dulces, la verdad estaba bastante nerviosa porque no creía que aquel muchacho sería tan guapo. Sonrió algo emocionada esperando poder conocerse mejor, al comienzo no estaba de acuerdo con casarse con un desconocido, pero ahora que lo tenía frente a ella quería de verdad poder conquistarlo.

Jongin por su parte estaba bastante incómodo, no tenía idea de que hablar, se preguntaba si la chica sabía el plan de su padre, el de casarse. De solo pensarlo le dolía el estómago, porque no quería hacerlo, y no soportaba seguir lejos del menor. Con cuidado tomó un dulce llevándolo a su boca, estaba bastante sabroso, dejando que el manjar inundara su paladar, le hacía falta comer este tipo de cosas, por lo que solo se dedicó a seguir comiendo, sintiendo la mirada de la chica.

—    Hay leche, o café si quieres. —Murmuró cubriéndose la boca con su mano, pues tenía esta llena por los dulces que había traído Krystal.

—    Iré a buscar. —Después de tragar caminó a la cocina y decidió ayudarla, de todos modos era su hogar y debía ser un buen anfitrión.

—    No te preocupes yo lo hago, ¿Qué quieres?

—    Eh…Café. —Respondió sorprendida sonriendo para luego volver a la mesa, y tomar uno de los pastelitos y llevarlos a su boca.

 

Al rato Jongin volvió con dos tazas, una para la chica y otra para él. Se sentó frente a ella y siguió comiendo, no tenía interés en hablar de nada así que solo continuaría bebiendo su café con leche sin entablar ninguna conversación por su parte.

—    ¿Y en qué trabajas?

—    Soy mesero en un restaurante japonés.

—    Que divertido, ¿te gusta?

—    Si, aunque me gustaría hacer otras cosas.

—    ¿Qué cosas?

—    Estar con mi Sehun. —Pensó Jongin pero luego negó un par de veces. — La verdad no lo sé, pero ya llevo tiempo ahí.

—    Mis padres son dueños de una cadena de hoteles, quieren que yo me haga cargo pero no sé si pueda hacerlo todo yo sola.

—    Suena complicado. — Finalmente tomó el último sorbo de su taza, mirando a la chica un poco incómodo.

—    Si.. —Respondió nerviosa mientras seguía comiendo muy tímidamente los dulces que ella misma había traído, no sabía qué hacer para que el ambiente no fuera tan incómodo. — ¿Te gustaría salir mañana?

—    Mhh.. ¿Por qué te envió mi padre? —Jongin ignoró la pregunta anterior de la chica, siendo directo con el tema porque no iba a seguirle el jueguito a su padre.

—    Ehm.. Me dijo que has estado mucho tiempo solo y eso..

—    ¿Nada más?

—    No, solo eso. —Obviamente no le iba a decir la verdad, tenía que aparentar como si no supiera nada y solo acercarse cada vez más al chico, solo esperaba poder disimular mejor porque ahora que lo había conocido no quería dejarlo ir tan fácil.

 

Krystal aún no estaba enterada que a Jongin le gustaban los hombres, tampoco tenía conocimiento de Sehun y de la historia que existía entre ambos, ahora mismo solo estaba interesada en poder conquistar el corazón de aquel chico de piel canela.

Finalmente se había retirado del departamento con un sabor amargo en su boca ya que no había conseguido ningún avance, claro era la primera vez que se veían pero quería ver algún tipo de sonrisa o mirada por parte de Jongin,  pero este siguió distante y sin prestarle mucha atención a las cosas que ella decía durante todo el rato que estuvo ahí.

Jongin estaba de cierto modo feliz cuando la chica se había ido de su casa, no estaba de acuerdo con la idea de su padre, además de querer casarlo también quería elegir sus amistades, si bien la chica no parecía tener malas intenciones no le creyó mucho cuando le preguntó, aunque bueno no conocía bien como era el actuar de las mujeres si nunca había estado con una y a su madre nunca la veía como para tener alguna idea.

 

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—    ¿Estás diciendo que tu padre compró a una chica para que se case contigo?

—    Si, o sea no, no sé si la compro, eso sería muy feo. Pero mi papá cree que voy a fijarme en ella y ni siquiera me gusta. Es bonita pero no me gustan las mujeres Kris. —Dijo llevando sus manos a sus mejillas las cuales se fueron deslizando hacia abajo arrastrando consigo el borde interior de sus párpados, dejando ver más el interior de sus ojos.

—    Te ves gracioso así.

—    Ese no es el tema.

 

Para sorpresa de Jongin había alguien esperándolo fuera del restaurante al término del turno, era Krystal quien lo estaba esperando un rato ya que no estaba segura la hora de salida del moreno, por suerte no demoró tanto hasta que vio por fin a Jongin salir.

—    ¡Jongin! —Gritó Krystal mientras se acercaba rápidamente.

—    Hola.. —Respondió algo confundido, no recordaba haberle dicho a la chica dónde trabajaba exactamente, solo le dijo que era un restaurante japonés y por si no lo sabían hay muchos.

—    Pensé que no saldrías nunca, estuve aquí esperando un rato.

—    Wow parece que es hasta acosadora —Fue Kris quien murmuró en el oído de Jongin, quién lo miró de mala gana. — Por cierto soy Kris, amigo de Jongin.

—    Soy Krystal, un gusto.

—    Bueno yo me tengo que ir, nos vemos Jongin.

—    Hey Kris espera, no te vayas. —Jongin lo miró con cierta desesperación en sus ojos, pidiendo que lo saque de ahí.

—    ¿Qué pasó? Aaah.. Si, verdad que me ibas a acompañar a ver algunas cosas para el auto.

—    Lo siento Krystal, fue agradable verte, pero tengo que irme.

—    Espera Jongin —Krystal le tomó la mano al moreno haciendo que este se volteara para verla nuevamente. — Le dije a tu padre que vendría hoy por ti.

—    ¿Mi padre te dijo que yo trabajaba aquí?

—    Si.. Me va a preguntar después que pasó.. Y..

—    Está bien, vamos.  —Dijo bastante frustrado llevándose una mano a su frente.

—    Genial —Krystal sonrió jalando al Jongin lejos del rubio. — Nos vemos Kris.

—    Muy astuta... —Susurró Kris para sus adentros al ver como finalmente se había salido con la suya.


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