Tres años más tarde..
Beijing, China.
Los días pasaban lentos para JongIn, todo se había vuelto rutina. No era un gran trabajo, solo era de medio tiempo para así poder pagar su alquiler. No estaba estudiando estaba como un vago por lo que siempre salía y más los fines de semana, que es cuando no trabajaba. Ya habían pasado tres largos años de aquel día, y JongIn seguía sin poder olvidarlo, cada día que pasaba recordaba a Sehun, nunca más volvió a verlo, a saber de él, perdió total contacto, y lo más seguro es que Sehun debería estar odiándolo. Pero JongIn intentó buscarlo, intentó comunicarse con él, pero para su mala suerte no recordaba su número telefónico, odiaba su mala memoria. Le mandó un correo, pero jamás contestó, Sehun no ocupaba esas cosas. Al igual que cualquier tipo de red social, Sehun había cerrado todo. JongIn tenía miedo, porque pese a no seguir las reglas, él quería decirle a su menor que aún lo amaba.
JongIn estaba viviendo en China, le costó bastante adecuarse puesto que no sabía el idioma, pero con el tiempo digamos que aprendió a comunicarse, aunque su pronunciación no es la más perfecta pero está bien, sobrevive. Había pasado por bastantes problemas, en especial con sus padres, los cuales le obligaron a cambiarse, aunque claramente JongIn también tenía cierta culpa.
— ¿Terminaste? —Comentó su amigo de trabajo yendo donde él. Seguía limpiando las mesas del restaurante, pues como se había dicho, no era un gran trabajo.
— Solo me queda ésta y termino Kris. —Murmuró sin muchos ánimos, hoy había sido un día demasiado agotador para JongIn, más que cualquier otro, no se imaginaba toda la gente que entraba y salía de dicho lugar.
— Ve el lado positivo, tuviste mucha propina ¿no? —Levantó sus cejas al moreno para luego echarse a reír.
— Idiota, pero si, obtuve bastante propina, y mira. —Detuvo su accionar para llevar su diestra a uno de los bolsillos de su atuendo, del cual sacó un pequeño papel rosado el que mostró al mayor. — Una chica me dio su número, y no, no era fea.
— ¿Si? Como si la fueses a llamar JongIn, te conozco y ese papel llegará a la basura.
— ¿Tan malo me crees? Lo acepté, eso es un avance.
— Pobre chica..
— ¡Kris!
— ¿Qué?
— La llamaré.
— ¿Ah si? Pues quiero ver.. —Dijo cruzándose de brazos frente al moreno esperando como un verdadero espectador.
— No es necesario que me veas Kris. —Bufó molesto.
— Sé que no lo harás, no te he visto nunca con alguien desde que nos conocimos, y déjame decirte que ya serán tres años.
— No he encontrado a la persona indicada. —Fue cortante, sabía a donde se dirigía el mayor.
— Ni siquiera te has dado el tiempo de conocer gente nueva JongIn. Y todo.. Todo por ese Sehun. —Soltó observando al menor, el cual guardó silencio por unos momentos apretando con fuerza el paño que tenía en una de sus manos.
— Terminé. — Dijo sin más para retirarse del sitio e irse a cambiar, no soportaba un segundo más ahí.
Quizás Kris se había pasado un poco, pero él ya estaba harto del tema sinceramente. JongIn había conocido a Kris o YiFan (como su verdadero nombre) en su anterior trabajo, el cual era ser reponedor en un supermercado, fue ahí donde se topó con el rubio alto. Al principio no se hablaban, puesto que el moreno tampoco sabía muy bien el lenguaje, pero tuvo mucha suerte de que el chino supiese hablar coreano y bastante fluido a decir verdad. De ahí comenzaron a entablar una amistad, el chino pese a tener un semblante serio era todo lo contrario cuando lo conocías, hacía reír mucho a JongIn algo que necesitaba, al paso del tiempo el menor tuvo la confianza de contarle todo a su nuevo y único amigo, incluyendo su historia con Sehun. Al comienzo Kris comprendía el dolor que sentía su moreno amigo, pero creía que ya era hora de dar vuelta la página, era mucho, JongIn tenía muchos pretendientes tanto mujeres como hombres, pero él vivía cerrado en su mundo. Solo quería verlo feliz, sonreír, que su vida no era una completa basura, como solía repetirse el menor muchas veces.
— ¿Te llevo a casa? —Cuestionó el rubio acercándose al menor, ambos se encontraban solos, les tocaba cerrar el restaurante.
— No es necesario Kris, puedo ir solo ¿sabes?.
— Lo siento ¿si?. No quise tocar el tema, pero JongIn.. —Suspiró llevándose una mano a su frente. —Debes admitir que tengo razón.
— ¿Y qué si la tienes? Yo no puedo olvidarme de Sehun.. He intentado hacerlo, créeme, pero siempre que conozco a otra persona él viene a mi mente..
— Hey.. —Apoyó una de sus manos en el hombro del menor fijando sus ojos en los redondos orbes ajenos. — Piensa en ti, él.. él ya no está JongIn, y tú mereces ser feliz, Sehun es tu pasado ahora, eres un chico especial, no te desperdicies.. Ahora déjame llevarte a casa.
— Kris..
El nombrado no respondió nada, solo se dedicó a llevar al menor a su casa como lo había dicho. En todo el camino hubo un silencio terrible, cada vez que Kris se giraba a observar a JongIn, éste llevaba su mirada fija en la ventana, como perdido. Pero no se iba a quedar de brazos cruzado viendo a su amigo en ese estado, debía hacer algo, pero ¿qué?.
JongIn se encontraba perdido en sus pensamientos, pues el mayor tenía toda la razón, Sehun ya no era parte de su presente, pero ¿Cómo olvidarlo?¿Cómo olvidar a tu primer amor?. Cuando por fin llegó a casa, se despidió del mayor con una leve venia al ya encontrarse fuera del vehículo, se giró para proceder entrar a su departamento directo al ascensor, no saludó absolutamente a nadie, cuando llegó por fin a su hogar lo primero que hizo fue lanzarse a su cama completamente agotado, tanto física como mentalmente, cerrando sus ojos sin poder evitar que sus recuerdos le invadieran, sus recuerdos con Sehun.. ¿Cómo olvidar el primer beso?
| FlashBack |
— No sabía que te gustaba el chico nuevo. —Soltó el menor con sus brazos cruzados sobre la mesa de clases, usándolo como una almohada observando a su compañero de asiento.
JongIn recién había llegado a la sala, un poco tarde pero por suerte el profesor aún no llegaba a impartir las clases. Sus ojos se abrieron de par en par al oír al menor, ¿de dónde había sacado?¿el chico nuevo?.
— ¿Qué? —Fue lo único que atinó a decir, para luego soltar una que otra risa. — ¿El chico nuevo? Por favor Sehun.. No es mi tipo.
— ¿No? No sabías que besabas a personas que no fuesen tu tipo JongIn. —El moreno solo sonrió, Sehun estaba celoso, aunque lo dicho por él no era verdad.
— ¿De dónde sacaste eso? Yo no me he besado con ese chico.
— Todos hablan de eso, que tú y él se besaron en el aniversario. —Dicho lo último, el rostro de Sehun se giró hacia el otro lado, observando la ventana. Estaba dolido, celoso, y no quería que el mayor le viese de esa forma.
— Es mentira Sehun, eso es mentira.. Estuve contigo en el aniversario todo el tiempo ¿lo recuerdas?. Nunca me fui de tu lado, además mis ojos están en otra persona y no es el chico nuevo. Son rumores, rumores falsos. —Suspiró ahora con cierto enojo, ¿Quién había iniciado ese estúpido rumor? Tampoco tenían pruebas.
Sehun claramente no respondió, se quedó en la misma posición, tampoco quería darse vuelta a mirarlo. Hasta que sintió los brazos del mayor rodear su menuda cintura, no podía negar lo nervioso que le ponía el simple acercamiento de su cuerpo, sus caricias en su espalda eran delicadas y perfectas.
— Mírame Sehun.. —Pidió el moreno ahora imitando su posición, cruzó sus brazos sobre la mesa recostando su cabeza en ellos con su rostro mirándole a él. Una sonrisa surcó en sus labiales cuando finalmente el blanquito había cedido.
— ¿Me prometes que es un rumor falso? —JongIn asintió acercándose al ajeno, el cual también le copió quedando realmente a pocos centímetros de distancia.
— Te lo prometo, y ¿sabes? el chico que me gusta es realmente un celoso. —Nuevamente el de tez morena le sonrió, Sehun sentía morir, el rostro de su mayor estaba solo a escasos milímetros, y como un acto de reflejo sus ojos se cerraron.
JongIn se quedó observando su rostro por largos segundos hasta que finalmente se atrevió a capturar en un dulce beso los rosáceos labios del menor. Suaves, esponjosos, delicados, eran mucho mejor de lo que imaginaba, y lo mejor, Sehun correspondió a ese beso con la misma dulzura.
— Me gustas tú, Sehun.. Solo tú.
| Fin FlashBack |
JongIn instintivamente se tocó los labios con la yema de sus dedos, estaban resecos, Sehun mantenía sus labios húmedos y suaves. ¿Pero hace cuanto que JongIn no besaba? Ni siquiera con algunos de sus pretendientes, ni siquiera un pequeño roce, nada. Pero JongIn debía tomar una decisión, no podía seguir de esa manera, él sabía el daño que se estaba ocasionando, y simplemente no podía continuar. Sacó del bolsillo de su chaqueta el papel rosado de aquella chica, donde se hallaba su número telefónico, con su mano libre cogió el celular comenzando a marcar dicha cifra. Respiro profundo, debatiéndose en si llamar o tirar aquel pedazo de hoja al cesto de la basura.
Llamando..
— ¿Alo?
— ¿Tiffany? —JongIn estaba nervioso, y no exactamente porque la chica le causara aquello. Solo porque nunca había entablado una conversación con una completa desconocida, y menos para pedirla una ¿cita?.
— Si, soy Tiffany. ¿Con quién hablo? —El moreno tosió un par de veces, debía dejar de lado ese nerviosismo, no era lógico que lo estuviera si ni siquiera le gustaba susodicha.
— Disculpe la hora señorita, soy JongIn el mesero que hoy tuvo el gusto de atenderla. Decidí llamarla como usted misma me lo había propuesto. —Eso fue un total cambio, cualquier chica moriría por el tono de voz que había adquirido JongIn.
— ¿E-El mesero? Lo recuerdo, lo recuerdo muy bien. —JongIn sonrió, había puesto nerviosa a la chica y el por fin se había tranquilizado.
— Pues sí, el mesero, quería saber si está disponible mañana. Yo salgo algo más temprano de mi turno, y bueno, ¿le gustaría una cita conmigo?.
— ¿C-Cita?.. —JongIn comenzaba a aburrirse que repitiera todo, ¿tan mal se explicaba?.
— Cita dije.
— Acepto, ¿a qué hora?
— Mi turno termina a las 17:00 horas, ¿Te parece a las 17:30?
— Si, está bien. ¿Dónde sería?. —JongIn se quedó en silencio, se le había olvidado ese pequeño y gran detalle, ¿Dónde se lleva a una chica la primera cita? Y ya era muy tarde como para llamar a Kris y pedirle un consejo.
— ¿Centro comercial? Puedo comprarte algo si gustas. —Genial JongIn ¿No se te ocurrió algo mejor?
— Me parece bien, pero mis gustos son bastante elevados. —La chica rió divertida por unos segundos que a JongIn se le hicieron eternos, algo de su voz no le agradaba para nada.
— Nos vemos mañana entonces, buenas noches.. Tiffany. —No espero respuesta y cortó, lanzó el celular en su cama dando un bote que le hizo caer al suelo, pero a JongIn era lo que menos le importaba. —¿Qué mierda acabo de hacer?.
Al día siguiente JongIn estaba más que nervioso y Kris no pasó por alto aquello, pues era bastante notorio y nuevo ver al menor de esa forma.
— ¿Hay algo que no me has querido contar? —JongIn dio un respingo, ya había terminado su turno, y estaba guardando sus cosas para irse con su ‘’cita’’.
— Tengo una cita. —Lo dijo bastante rápido, sabía que el mayor lo bombardearía con preguntas o dejarlo sordo literalmente.
— ¿QUÉ?
— ¿Recuerdas el papel rosado de ayer? Pues ayer la llame, y tengo una cita en.. —El moreno observó la hora de su celular.- Veinte minutos.
— ¿Es una broma, no? ¿Tú una cita? No te creo.
— Yo tampoco lo creo.. Pero ayer pensé mucho las cosas y bueno, tengo una cita.
Kris sonrió, y alborotó los cabellos ajenos, el cual molesto comenzó a peinarse de nuevo dedicándola una mirada asesina al rubio. Y sin hacer esperar más, JongIn se dirigió al centro comercial, donde se encontraría con la tal Tiffany. Aún no podía creer lo que estaba a punto de hacer, además de que fuese con una chica, se creía homosexual, o eso pensaba.
Cuando llegó pudo notar que su ‘’cita’’ ya había llegado, lo cual le sorprendió bastante. Dando pasos lentos llegó hasta ella, no tenía ni un regalo o alguna rosa, lo encontraba innecesario, era una desconocida para él.
Las horas avanzaron con lentitud, primero JongIn le invitó a un helado, pues no podía más, no tenía suficiente dinero, además debía guardar por si a la acompañante se le ocurría querer otra cosa. A pesar de ello, pudo conocer algo más a Tiffany, aunque sinceramente no le llamaba su atención en ese sentido, no sentía atracción ni nada, quizás en verdad era homosexual o en verdad la chica no era de su tipo. Estaban caminando por el segundo piso del gran centro comercial, cuando el celular de la adversa comenzó a sonar, JongIn guardó silencio apoyándose en la baranda donde se podía ver claramente el primer piso, esperando que la chica terminase la llamada, debía admitirlo, estaba aburrido, y por supuesto, Sehun seguía en su cabeza. — ¿Por qué no sales de mi mente? —Pensó JongIn con frustración, pero algo extraño pasó. Sus ojos se abrieron más de lo normal, su vista fijada en una pareja, o específicamente uno de ellos. El corazón de JongIn latió, latió como nunca.
Sehun, con un chico de pelo castaño claro, sonriendo como dos bobos enamorados, ambos sosteniendo un helado gigante. JongIn no podía estar tan loco, ERA SEHUN. Poco le importó la chica a su lado y la gente que se cruzara en su camino. El moreno corrió como nunca bajando casi a saltos la escalera mecánica, por un momento se vio perdido recordando en donde había visto aquella pareja, comenzó a buscarlos desesperado entre la multitud de personas, llegó a salir a la terraza hasta que los vio, hasta que lo vio. JongIn se quedó quieto sin poder quitar la mirada de ellos, ambos compartían un beso, un beso tierno, pero al fin y al cabo era un beso. Sehun le dedicó una sonrisa al más bajo y juro escuchar el trizar de su corazón en ese mismo momento. La pareja se tomó de la mano sin importar la gente a su alrededor y los pesados murmullos, caminaron a un lado de JongIn pero no se percataron de su presencia, menos Sehun que vivía su mundo con una sonrisa en sus labios.
— Sehun.. Sehun está aquí..