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Traeme a la vida por Nanuu

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Notas del fanfic:

Este es un one-shot original que hice para un mini concurso que hizo una pagina yaoi en facebook, solo cuatro personas mandaron uno y yo sali ganadora, me puse muy feliz porque luego hicieron un especial de dos semanas de mi pareja favorita, shizaya :D

Junto con una amiga tenemos dos amigos con los cuales hacemos fics yaoi, solo les cambiamos los nombres que son los que aparecen en este one-shot. Tenemos planeado abrir una cuenta donde solo subamos los fics de ellos.

Los personajes me perteneces y a mi amiga tambien. 

Sin mas que decir, espero que lo disfruten. Este es mi primer one-shot original :D

Nanuu

Mi nombre es Shun, tengo 17 años, pero ¿A quién le importa eso? En este momento de mi vida en que la oscuridad se apodera de mí, cierro los ojos esperando a que me llene completamente, me entrego a ella sin que pueda hacer nada, solo recordar.

Desde niño eh sabido que no era querido, ni deseado, todo ello hizo que sea cerrado, serio y solitario. Mi madre era una prostituta y mi padre, pudo ser cualquier de todos los hombres con los cuales ella se acostó. Traía a sus clientes a la casa sin importarle que yo estuviera ahí, se volvió adicta al alcohol y cuando se emborrachaba se desquitaba conmigo gritándome que por mi culpa ella había perdido su atractivo y tenía menos clientes. Sus palabras no me afectaban, pero cuando su nueva adicción fueron las drogas, los golpes si lo eran, con solo seis años lo único que podía hacer era ocultar mi cabeza en mis piernas mientras lloraba del dolor, sintiendo en mi espalda el impacto de su cinturón.

Recuerdo el día en el que me agredió por primera vez, ante la presencia de uno de sus clientes. Me había agarrado fuertemente del cabello tirándome al suelo y comenzó a patearme, el hombre que la acompañaba la empujo, alejándola de mí, pero no conto que por su estado de embriaguez tropezaría y caería, dándose la cabeza contra el borde de la mesa. Atónitos mirábamos el cuerpo tirado en el piso y la sangre esparcirse, el hombre saco su celular y comenzó hacer llamadas, yo seguía en el suelo mirando inexpresivamente, el cuerpo sin vida de mi madre. Por la puerta entraron unos hombres que se llevaron el cuerpo y quitaron todo rastro de sangre, una vez terminada la limpieza se fueron, dejándome solo en el departamento.

La muerte de mi madre no me afecto, yo no la quería, siempre me sentí solo y era algo que no me disgustaba. Para sobrevivir, salía todos los días a mendigar por un poco de dinero para comprar algo de comer, el departamento estaba a nombre de mi madre, algo bueno pude quedarme de ella aunque debía robar para poder pagar los impuestos. Cuando tuve diez años, estaba volviendo a mi casa cuando vi a lo lejos dos chicos empujar a otro a un callejón oscuro, llevado por la curiosidad me acerque y vi cómo le intentaban sacar su ropa. El chico lloraba mientras forcejeaba con el hombre que lo tenía sujeto por atrás y le tapaba su boca para evitar que grite, agarre un palo de hierro que había cerca y golpee la cabeza al que se encargaba de desnudar al chico dejándolo inconsciente en el suelo, el otro soltó al joven, saco un cuchillo de su pantalón y se acercó a mí, esquive el arma blanca como pude recibiendo un que otro rasguño, cuando tuve la oportunidad le pegue con las fuerzas que me quedaban en la sien. Respiraba agitado mirando los dos cuerpos inconscientes en el piso, fije mi vista al chico que me miraba asustado, solté el palo y me fui.

Una semana paso desde el incidente en el callejón, una de las heridas se infectó y provoco que levantara fiebre. Salí de todos modos a mendigar, algunas personas al verme en tal estado me miraban con pena y muy pocos me daban dinero. Comenzó hacer mucho frio y decidí volver a mi casa, cuando estuve cerca sentí mi cuerpo perder fuerza y todo se volvió negro.

Desperté desorientado, mire a mi alrededor y reconocí que me encontraba en mi habitación que solo tenía una cama y ropa tirada por el suelo. Sentí algo sobre mi frente, levante mi mano para quitármelo y vi vendada la herida que tenía infectada, retire la toalla mojada de mi frente eh intente levantarme pero no tenía demasiadas fuerzas. La puerta de mi habitación se abrió y por allí entro el chico que ayude hace una semana, me miro sorprendido nos quedamos mirando mutuamente, sus ojos eran de color verde claro y su cabello castaño. Se acercó a mí y me ofreció una pastilla de color blanca con una vaso de agua, lo mire desconfiado pero decidí tomar lo que me ofrecía. Mi estómago sonó en medio del silencio, rápidamente el joven salió corriendo y volvió al minuto con un plato humeante en una bandeja, con esfuerzo me incorpore y la coloco en mi regazo, tome toda la sopa con trozos de carne que me había preparado quedando satisfecho.

-Gracias- Le agradecí, aunque fuera serio no era un malagradecido.

-Yo tendría que darte las gracias, por salvarme aquella vez- Dijo arrodillándose al lado de mi cama.- Mi nombre es Yuu

-Shun- Conteste volviendo a acostarme y dándole la espalda, quedándome dormido al instante.

Cuando desperté él ya no se encontraba en mi casa, pero había dejado una caja llena de medicamentos y vendas, en la cocina había comida hecha metida en la heladera que solo debía calentar. Seguí haciendo mi vida como siempre, pero algo había cambiado, algunas veces llegaba a mi casa y había comida caliente preparada, me di cuenta al instante que había sido Yuu. No me interesaba el cómo conseguía entrar a mi casa y seguí dejando que haga lo que quisiera.

Comencé a participar en peleas callejeras donde conseguía dinero rápido, era más fácil que robar y tener que correr. Volvía a mi casa lleno de golpes y lastimaduras y lo único que hacía era irme a dormir, al día siguiente siempre despertaba vendado, con un vaso de agua y una pastilla blanca al lado de mi cama, soy de tener el sueño pesado por eso nunca escuchaba nada ni sentía nada a mi alrededor una vez dormido. Una noche, luego de una pelea decidí esperarlo, me recosté en mi cama e intente mantenerme despierto. Escuche a lo lejos el ruido de unas llaves y al minuto la puerta de mi habitación abrirse lentamente, seguro para asegurarse de no despertarme, mantuve mis ojos cerrados y sentí como limpiaba mis manos y luego vendaba mis nudillos que se encontraban lastimados. Algo húmedo rozo mi ceja, seguro estaba limpiando la sangre seca de la herida que había salido por un golpe de mi contrincante. Escuche el ruido metálico de las pastillas cerca mío y supuse que ya se estaba por ir.

-¿Porque haces esto?- Le pregunte abriendo mis ojos para mirarlo.

La tableta de pastillas de sus manos se cayó, la habitación se encontraba iluminada solo por la luz de los faroles de la calle que entraba por la ventana y pude ver que me miraba con gesto sorprendido y un poco asustado.

-Y-yo…-Su voz salió muy baja, miro el suelo esquivando mi mirada.

-¿Porque sigues haciendo esto?- Dije mientras me incorporaba para quedar sentado y luego mirar mis manos vendadas.

-E-esto es lo menos que puedo hacer por usted-Decía jugando con sus manos en clara señal de nerviosismo-

-Solo te ayude una vez-Lo mire sin ninguna expresión en mi rostro- Solo son simples heridas…

-Pero esas heridas tienen cura-Me interrumpió levantando su cabeza para mirarme, sus ojos verdes brillaban, volvió a bajar la mirada y susurro- Las que me pudieron hacer aquella noche…no-

Me lo quede mirando inexpresivo y decidí no darle más vueltas. En cierto modo tenía razón, el daño psicológico que pudo haber sufrido si hubieran llegado a violarlo eran incurables, un escalofrió recorrió mi cuerpo pero decidí ignorarlo. Mi estómago gruño sacándole una carcajada a Yuu, salió de la habitación y lo seguí a la cocina donde se encontraba calentando comida que había dejado en la nevera. Comí en silencio mientras él limpiaba los platos que había dejado hoy a la mañana.

Antes de que me diera cuenta, esta se volvió nuestra rutina. Yuu venía a mi casa cada vez que yo tenía una pelea, que eran de noche y cada dos días. Yo llegaba, me bañaba y a los minutos llegaba él, supuse que desde la primera vez que vino a mi casa, se hizo una copia de mis llave. Con el paso del tiempo comenzó a tomar confianza y me enseñó a leer y más cosas, ya que yo no asistí a ninguna escuela. Yo seguía con mi carácter frio y distante, pero parecía que a él no le molestaba, a pesar de que no muestro muchas expresiones él sabía cuándo algo me gustaba o me disgustaba. En este tiempo supe que Yuu es un año menor que yo, tiene una personalidad muy distinta a la mía, es alegre, no tiene mucha confianza en sí mismo y es muy amable. Su madre falleció cuando tenía 6 años y que mucho no recuerda de ella y que vive con su padre que trabaja hasta muy tarde, en otras palabras un obsesivo al trabajo con mucho dinero.

Cuando tuve 17 años, comencé a participar en peleas más duras e intensas pero debido a mi experiencia desde niño, no me eran tan difíciles ganarlas. La suma del dinero que ganaba era mucho más, comencé a remodelar mi casa, tirando todos los muebles que eran de mi madre, reemplazándolos por unos nuevos. Yuu curaba mis heridas como siempre, comíamos juntos a la noche y luego se iba a su casa.

 El dinero era demasiado y cada vez quería más y más, compraba cosas que no me eran necesarias, las compraba por puro gusto. A Yuu no le gustaba lo que estaba haciendo, lo veía en su mirada pero no me importaba, era mi dinero y podía hacer lo que quisiera con él. Volviendo de una pelea, algo llamo mi curiosidad en un local y decidí entrar. Cuando llegue Yuu me esperaba con la comida caliente, en la pelea de esa noche solo tenía partido el labio, me puso un gel que hizo que el dolor se calmara y pudiera comer tranquilamente. Lo veía raro, sus hombros estaban tensos, comía lentamente y su mirada se encontraba perdida en su plato.

-¿Que te sucede?- Le pregunte directo, vi cómo se sobresaltó al escuchar mi voz repentinamente.

-E-eh?-Fue lo único que dijo, yo seguía mirándolo inexpresivamente.

-Hay algo que quieres decirme- Me miro y rápidamente desvió la mirada a su plato removiendo la comida con su tenedor.

-Y-yo…-Su voz era muy baja apenas podía oírlo, pero lo siguiente logre escucharlo- P-por favor, no pelees más.

Mi mirada se ensombreció al escucharle decir eso.

-No-Conteste firmemente volviendo a comer.

-¡Pero!...-Dijo levantando la voz pero no lo deje continuar.

-No es un tema que te incumba- Mi mirada lo intimidaba pero él parecía que no quería rendirse.

-¡Te estás haciendo daño!-Me grito y eso, es algo que odio.

-Tú no eres quien para reprocharme nada- Le dije fulminándolo con la mirada.

-¡Me preocupo por ti!- Su voz seguía siendo alta y eso me molestaba aún más-

-Yuu basta- Mi voz salió ronca en clara señal de advertencia.

- ¡Te estás haciendo daño por dinero, me preocupas!- Su voz se normalizo pero seguía alterado.-

-Yo no te pido que te preocupes por mí.

-Pero…

-Pero nada, yo nunca te pedí que cuidaras de mí, lo hiciste por tu propia cuenta y eso me lo dejaste claro desde el primer día en que hablamos- Dije mientras me levantaba y llevaba mi plato al lavabo para lavarlo.- Desde chico eh aprendido a sobrevivir por mis propios medios, solo.

-Pero no es bueno estar solo.

-Siempre eh estado solo-Dije mientras guardaba el plato limpio y los cubiertos.

-Te equivocas- Me gire desconcertado y sentí algo sobre mis labios.

Fue un beso corto, se separó sin alejar demasiado su rostro de mí, abrió sus ojos que brillaban haciendo resaltar más sus irises de color verde. No me esperaba esto, realmente estaba sorprendido, aunque mi rostro mostrase lo contrario. Lentamente separe sus manos de mis hombros, el brillo de sus ojos desapareció reflejando tristeza, bajo la cabeza y rápidamente se alejó de mí, agarro su mochila y se fue.

Desde esa noche, Yuu no volvió a mi casa, pasaron dos meses y seguía sin saber nada de él. Cuando volvía de las peleas la casa la sentía fría y oscura, sin ese olor a comida con la que me recibía Yuu. Mi cabeza está hecha un lío, eso ocasionaba que me distrajera en mis peleas con la esperanza de verlo entre toda la gente que se juntaba para apostar. Llegaba a mi casa adolorido debido a los golpes y torpemente me los curaba. Acostado en mi cama me quede mirando el techo recordando los ojos tristes de Yuu, fruncí me ceño y sin importarme mi mano lastimada golpee la pared. Me levante y saque una botella de wiski que tenía guardada y comencé a beber, todas las noches bebía hasta quedar dormido.

Me levante sintiendo una leve punzada en la sien, decidí tomar una pastilla para evitar que el dolor de cabeza aumente. Camine hacia la cocina la cual se encontraba toda sucia al igual que el resto de la casa, no me encontraba con ánimos últimamente para limpiarla. Calenté un poco de comida y luego me fui a bañar, el dolor de cabeza se había ido gracias a las pastillas que Yuu me había dejado. Fruncí el ceño, de nuevo estaba pensando en Yuu, salí de bañarme, me cambie y busque una botella nueva de wiski. Mire la hora, eran las ocho de la noche me había pasado la tarde bebiendo y esta noche tenía una pelea, me levante un poco tambaleante, agarre mi chaqueta negra colocándomela en el camino, el frio me dio un poco de lucidez pero seguía ebrio. Metí mis manos en los bolsillos y sentí algo en mi mano, lo saque y me quede mirando el objeto que tenía ahí, estuve a punto de tirarlo pero decidí guardarlo.

Llegue al lugar de la pelea, la gente se encontraba mirando un encuentro y gritaban alentando a sus luchadores. Me acerque al hombre encargado de mi pelea para que me informara de mi oponente, sonreí internamente al saber quién era. Se trataba de un chico de mi misma edad, el cual siempre perdía en todas nuestras peleas. Cuando la pelea de antes finalizo, me acerque al círculo donde estaba mi oponente, la pelea empezó. La gente gritaba, mis puñetazos impactaban duramente en su rostro, con el alcohol en sangre que tenía me dificulto evitar un par de sus golpes, mi puño se dirigía a su rostro y ahí fue cuando lo vi.

Yuu se encontraba encapuchado entre la multitud, su vestimenta no concordaba con la que utilizaba regularmente, llevaba unos vaqueros rotos, en su cabeza llevaba una gorra y tenía una chaqueta verde con la capucha puesta. La preocupación y el miedo invadían su mirada, al verse descubierto la sorpresa opaco lo demás, rápidamente se escabullo entre la gente retirándose del lugar, una sombra a mi izquierda me despertó de mi transe, esquive el golpe que iba directo a mi rostro y contrataque pegándole en el estómago, dejándolo arrodillado en el suelo sin aire. Corrí en la dirección donde Yuu se había ido, empuje a la gente sin importarme sus insultos. Una vez logre salir mire a mi alrededor, a lo lejos lo divise caminando rápidamente doblando en un callejón, comencé a correr para alcanzarlo, doble por donde Yuu había ido pero el lugar se encontraba desierto lo recorrí caminando rápidamente hasta que sentí a alguien sostener mi brazo.

-Yuu- susurre al darme vuelta al instante.

Antes de que me dé cuenta me encontraba en el suelo, con un dolor en mi cara, levante mi vista para mirar a la persona que me golpeo.

-Nosotros tenemos cuentas pendientes- Dijo el chico con el que me encontraba peleando hace unos minutos.

-Nuestra pelea termino-Dije mientras me levantaba y limpiaba con la manga de mi chaqueta la sangre que había en mi labio.-No tengo razón para pelear contigo

-¿A no?-Su sonrisa retorcida me dio un mal presentimiento.

Un ruido detrás mío me alerto, gire y sentí mi piel helarse, otro chico se encontraba sujetando con su brazo el cuello de Yuu por detrás.

-Déjalo ir- Dije mirando a mi contrincante.-Esto es entre tú y yo

-Si no quieres que le pase algo malo al niño bonito es mejor que te la aguantes-Dijo para lanzarse encima mío.

Esquive su primer golpe con facilidad para luego pegarle con mi puño en su ojo izquierdo. Un quejido me inquieto, mire detrás mío y vi que el sujeto apretaba más fuerte con su brazo el cuello de Yuu. Un rodillazo impacto en mi estómago haciendo que cayera al suelo, comencé a recibir patadas en todo mi cuerpo, Yuu gritaba mi nombre mientras las lagrimas se deslizaban por su rostro, lo único que podía hacer era cubrir mi cara con mis brazos, entumecidos por las patadas. De repente las patadas cesaron abruptamente, descubrí mi rostro y vi a Yuu forcejeando con mi agresor, el que lo tenía cautivo se sostenía fuertemente la nariz por la cual salía sangre abundantemente mientras gritaba de dolor.

-No te metas- Grito mi oponente para luego pegarle fuertemente en la cara a Yuu.

Vi como lentamente el cuerpo de Yuu impactaba contra la pared para luego caer bruscamente al suelo y quedar allí tirado. La ira me invadió, el dolor en mi cuerpo desapareció, me levante y comencé a devolverle todos los golpes que me había dado, no sé cuánto tiempo lo estuve golpeando, lo tire repentinamente al suelo para darle un golpe final pero un dolor agudo en mi costado izquierdo me hizo gritar, mire la zona y vi una navaja clavada en mi cuerpo. Detrás de mí salió el que mantenía cautivo a Yuu, levanto del suelo a mi contrincante y se lo llevo a duras penas. Saque de un tirón la navaja de mi cuerpo para luego taparla con mi mano derecha para evitar inútilmente que la sangre salga.

Mire el cuerpo de Yuu inconsciente a mi derecha, retire mi mano de la herida y la metí en mi bolsillo sacando lo que meses atrás había comprado. Era un collar estilo militar que vi en una tienda, no era la gran cosa pero me había gustado para dárselo a Yuu y había pedido que graben su nombre en ella. Estire un poco mi brazo pero las fuerzas me fallaron, me quede mirando la nada, mi vista se iba oscureciendo, mi vida se iba en cada suspiro. Recuerdo haber escuche que cuando te estas por morir ves tu vida pasar, mentalmente intente relatarla.

Mi nombre es Shun, tengo 17 años, pero ¿A quién le importa eso? En este momento de mi vida en que la oscuridad se apodera de mí, cierro los ojos esperando a que me llene completamente, me entrego a ella sin que pueda hacer nada, solo recordar.

En medio de la fría oscuridad unos hermosos ojos verdes brillaron a lo lejos, se iban acercando a mí, brindándome calidez. A medida que se acercaba una silueta se podía divisar, tenía el cabello castaño y su piel era blanca y brillaba en la oscuridad, una vez en frente mío pude verlo, era Yuu. Dio un paso más para cortar nuestra distancia, pero yo retrocedí ese paso.

-No te acerques- Dije en un susurro, su expresión no cambio.-

-Porque no quieres que me acerque-Su suave voz me calmaba.

-Deje que te metieras en mi vida y saliste lastimado-La imagen de su cuerpo en el suelo me dio un escalofrió.

-Yo no te culpo Shun…

-Lo siento, de verdad lo siento- Dije arrodillándome en el suelo para luego abrazar mi cuerpo.-Fui un egoísta contigo, te aleje después de todo lo que hiciste por mí, merezco morir.

-Yo nunca permitiría que te mueras.

Sentí sus brazos envolverme, sus brazos son cálidos. Tengo miedo no quiero morir, no puedo creer que no pude ver, que escondido en la oscuridad tú estabas enfrente mío.  Me aferre a ti sin intenciones de soltarte, tu eres mi razón de vivir.

-Despiértame, tráeme a la vida-Después de tantos años, las lágrimas se deslizaban por mis mejillas sin poder controlarlas.-

Sujetaste mi rostro retirando las lágrimas para luego besarme.

-Di mi nombre y sálvame de la oscuridad-Susurre sujetando tu rostro como tú lo hacías con el mío.

-Shun…-Nos volvimos a besar.

-Shun…- Una luz brillante ilumino todo, eliminando la oscuridad.

-SHUN-Gire mi rostro intentando enfocar mi vista.

-Yuu…-susurre, sentía mi voz muy seca.

-¡Despertó! ¡Por favor que venga el medico! – Gritaste a alguien.

Gire mi cabeza y tu mirada estaba en mí, se notaba que no habías dormido, tus ojos estaban rojos y ojerosos. Mire tu rostro el cual tenía una gasa cubriendo tu ceja, levante mi mano acariciándola levemente.

-Lo siento- Susurre, sujetaste mi mano y apoyaste tu mejilla en mi palma abierta.

-¡Tonto! ¡Me tenías muy preocupado!-Me gritaste sin soltarme- Cuando desperté te vi al lado mío, estabas sangrando mucho y creí…creí que tú…

Con el pulgar de la mano que tenías sujeta seque las lágrimas que salían de tu ojo.

-Te amo- Te interrumpí

Me miraste sorprendido, sin importarme el dolor en mi cuerpo, me levante y te bese, transmitiéndote todos mis sentimientos.

-En estos dos meses me di cuenta de lo muy importante que eres para mí -Junte nuestras frentes – Y tarde me di cuenta de que sin ti, no soy nada.

-Tonto –Susurraste, mientras cerrabas tus ojos.- Promete que dejaras las peleas

Te bese nuevamente- Lo prometo.

 Mire a mi alrededor y me di cuenta que me encontraba en un hospital, a mi derecha había una mesa y allí se encontraba el collar que te compre, lo agarre y te lo puse.

-Te amo- Me dijiste, te sonreí tiernamente te atraje hacia mí para luego besarte.

 

  

Notas finales:

Espero que fuera de su agrado :D No se olviden de dejar comentario!! Graciaaas!

Nanuu


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