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CATFISH: ¿Quién es ella? por Sly Blue Memoryof Amber

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Notas del capitulo:

( La portada es editada, y la imagen original, no me pertenece. La autoria es total del artista colocado en la página de pixiv con el id=18184550. )

Link de portada:  http://i.imgur.com/0gXzKJ0.jpg


¡Prólogo! yei~ 
Personalmente, amo este fanfic, y ya tengo algunos capítulos. Pronto el primero, por el momento les dejo el comienzo. 

¡Los review alimentan mi alma! (?????). Ya enserio, sería muy lindo si dejan comenatrios. Bye, bye~.

Eric Theodore Cartman, un sujeto de cuidado para todos en South Park, el pueblo lo sabía perfectamente y por ello nadie deseaba meterse en su camino.

¡Hasta Kyle Broflovski prefería no joderlo a más de simples insultos! A lo largo de su vida, el castaño siempre se las había arreglado para cometer venganzas más horridas que la misma ficción. Lo peor del caso, es que lo planeaba tan meticulosamente que en ocasiones daba pavor imaginar de dónde salían tantas ideas.

¿Eric vulnerable? Tal vez, pues amenazando a sus amigos confesó por primera vez en su vida estar supuestamente “enamorado”. La desafortunada… La chica más popular de la preparatoria: Red, qué novedad… Demasiado obvio pues ambos tenían la clase de ciencias en común y el proyecto del mes constaba en cuidar a un bebé artificial. Las parejas de padres habían sido seleccionadas al azar por el profesor Johnson. Butters y Heidi, Bebe y Clyde, Craig y Wendy… por último Red y Cartman. Por supuesto la pelirroja reprochó y pidió hacer pareja con Tweek Tweak, quien para mala fortuna quedó solo y fue dado como “padre soltero”. El profesor no cedió a las peticiones y reproches de la chica, el cambio era irreversible. Desde entonces, Eric trataba continuamente mal a la chica y esta ignoraba cada vez más a Cartman.

Tal vez había sido la actitud odiosa, tenaz y grosera de Red lo que finalizó gustándole al castaño, ni él mismo lo sabía; pero tenía bien clara una cosa…

 

—Ninguno de ustedes hijos de puta tienen permitido mirarla.


—Calma tus hormonas, Cartman. Te odia.
Fue Stan el que habló. Rodó los ojos mientras empujaba un guisante con su tenedor, estaba más que aburrido y cansado de los discursos de su amigo.


—Tenemos un bebé —se defendió de inmediato.


Kyle estalló en carcajadas y Kenny quien estaba a su lado le siguió contagiándose del humor. Eso había sido lo más estúpido que le habían escuchado decir al gordo.
Parecía que iba enserio con su dichosa “enamorada”.


—Claro, lo tuvo con Token y después te ha dicho que eras el padre —añadió leña al fuego el rubio.


—Cierra la puta boca, pobre de mierda.


Eric se levantó de la mesilla y salió de la cafetería, extraño; dejó la bandeja con la comida y todos giraron las miradas impresionados. Eric Theodore Cartman, rechazó su almuerzo por sus comentarios de fastidio diarios.

—¿Creen que Cartman de verdad esté enamorado? —preguntó el azabache quien no cabía de la impresión.


—Lo dudo, es un capricho. ¿Recuerdas cuando le gustaba Wendy? Un mes después la llamaba puta, como siempre.


—Si bueno, es una puta —declaró Marsh. Insulto que le daba a la azabache desde que lo abandonó y comenzó a salir con Token. No descartaba que lo comenzara a hacer antes de terminar con él. ¿¡Qué importaba!? Ahora tenía a Kyle.


—Vaya Stan, ¿al menos pudiste cogértela antes?
 Ambos chicos en la mesa lo fulminaron con la mirada.


Kenny gozaba de mofarse en ocasiones de aquellos dos, en realidad, envidiaba de cierta forma la relación que tenían. No es que McCormick deseara sentar cabeza y tener una novia, pero le gustaría saber que se sentía que alguien lo procurara de esa manera. Les entregó una sonrisa socarrona y el timbre los sacó de su divagar. De vuelta a clases, Kenneth decidió no poner atención a la lección de matemáticas. Sus ojos azules se enfocaron en la cabellera lisa y rojiza de enfrente, el perfume le llegó con fuerza, ¿ese era el nuevo aroma de Paris Hilton? Al menos tres chicas más en el instituto lo utilizaban… Bebe, Heidi y Milly, ya se había besado con todas. La chica se giró elevando una ceja, ¿a caso el rubio había hablado en voz alta? Tenía sueño y no le importaba.


— ¿Kenneth?— fue la profesora quien se dirigía esta vez — ¿No hiciste tus deberes otra vez?—


— Mierda…— susurró — Lo he dejado en casa señorita Hargrove— mentira, ni siquiera sabía que tenían trabajo para casa.


— Entonces, no le molestará pasar a la pizarra y responder ¿verdad?—


— Hey… Kenny…— susurró Butters quien estaba justo a su lado derecho, le extendía sus apuntes por debajo de cualquier mirada. 


McCormick chasqueó la lengua y sonrió de medio lado, sus labios se movieron hasta crear un “gracias”. Con la libreta del menor en manos se levantó dejando al alumnado atónito. Aunque tanto Clyde como Craig rodaron los ojos. Seguro haría idioteces sin sentido en el pizarrón para después decir que no había comprendido del todo el tema. De hecho hasta el Tucker levantó la mirada cuando Kenny terminó y la profesora impresionada le pidió que tomara asiento. Lo resolvió  correctamente, bueno, simplemente lo copió del cuaderno ajeno. Leopold solamente gustaba de ayudar a personas que lo merecían o influenciado por palabras –como las de Cartman-.

No importaba que tan digno fuese Kenny, aún seguía siendo un mal estudiante, además de vago y a boca de muchos un pervertido. Eso solamente lo compensaba con un gran corazón, noble y Stotch sabía que también el mayor ayudaría a cualquiera si estuviese a su alcance. Por eso le agradaba Kenneth.


—Gracias, Butters —le regresó el cuaderno y el mencionado lo tomó con una sonrisa adorable.


El reloj marcó la una de la tarde y la alarma sonó por sexta vez en el día. ¡Hora de la salida!
Los alumnos no tardaron en tomar sus pertenencias y salir casi corriendo por la puerta. Butters se tomó su tiempo, mientras tanto Kenny se dirigía con calma a la salida, pero este fue abordado por cierta pelirroja que lo había estado observando durante toda la clase. Por supuesto, la chica más popular de la preparatoria usó cada uno de sus encantos para obtener lo que deseaba.

Red abordó a Kenny fuera del aula y le colocó una palma en el pecho para detenerlo. McCormick no se inmutó, solamente elevó una ceja y le regaló al final una sonrisa. ¿Eric de verdad estaba perdido por esa chiquilla? Si se lo preguntaban, la muchacha no tenía demasiada gracia. Pechos pequeños, cadera más o menos ancha, eso sí, tenía una cintura bastante bien acentuada.


—Kenny —canturreó la chiquilla con voz melosa—, soy muy mala en matemáticas y se nota que eres bastante bueno. ¿Crees que podrías ayudarme? Podemos llegar a un acuerdo, yo te pagaré, por supuesto.
El rubio entendía bien la indirecta, y también sabía que además de Kyle y Wendy, los siguientes con mejor promedio en la asignatura eran Butters y Red.


—¿Qué dices? Si en la última prueba has ido fantástico, no creo que necesites de alguien que seguramente reprobará el curso.


—¡Vamos! Sé que podremos llegar a un acuerdo, ¿y si estudiamos juntos? Di que sí, Kenny.


El McCormick se metería a la boca del lobo si se le ocurría aceptar, pues la amenaza del culón no le pasaba de largo. Conocía perfectamente de lo que podría llegar a hacer Cartman. Negó una vez más con la cabeza pero la chica no quería ceder. Aunque, si Cartman no se enteraba, no habría problema. Después de todo, bastaba con que Kenneth se alejara de cualquier movimiento que la chica intentara.


—Estudiar, solamente eso. A mí también me vendría bien un tutor.

Después intentaría zafarse, ahora quería llegar a casa y tomar su psp un rato.


—¡Eres un ángel, Kenny!
 La chica lo besó, oh sí, directamente en los labios.

El rubio se pasó la mano por el rostro, reclamándose internamente por haber aceptado algo tan tonto. En primera, no tenía idea de lo que estaban aprendiendo en la clase, ¿algebra lineal, tal vez? Y en segunda… Si el gordo se enteraba, estaría frito. No quería imaginarse con qué artimaña súper bien planeada saldría esta vez. 

Suspiró agotado y salió de la preparatoria, directo a casa con la mochila en la espalda. Al menos la tortura matutina ya había terminado.

Detrás lo observó bien de cerca un meticuloso castaño que ardía en furia. ¡Se lo había advertido! Y aún así la besó, no importa quién se hubiese lanzado. Había probado los labios de Red, de su chica. Fin del juego para Kenneth McCormick, eso le cruzó por el pensamiento a Eric Cartman.


—Eric, ¿vas a casa? Puedo ir contigo —mencionó el Stotch al salir del aula al fin, aunque retrocedió un paso al notar la expresión que el gordo estaba poniendo —. ¿Estás bien?— en cuanto el castaño vio al chiquillo Leopold, se le vino a la mente… Oh Kenny las pagaría caro.
 

—Butters, Butters, querido amigo. Vamos a mi casa, tengo algo que mostrarte.


—¿Eh? Bueno, pero no puedo llegar tarde a casa— no se quería imaginar el lío que sus padres armarían si tardaba más de un par de horas.


—Por supuesto… Dime ¿aún conservas esa peluca?


—¿Peluca?


—Marjorine.


—Yo… eso creo.
Ahora el Stotch estaba más que confundido y no le agradaba nada esa mirada suspicaz que Eric cargaba.
—Puedo buscarla, pero creo que no la tengo


—Oh Butters, tienes que ayudarme —fingió su llanto y lo peor de todo es que el ingenuo rubio de inmediato lo creyó.


—Puedo ayudarte. Dime, ¿de qué se trata?

 

Notas finales:

Les lanzo besos (?) por haber llegado hasta aquí.


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