Con los suaves golpes en su puerta, Bruce supo que no serian posibles esos cinco minutos más de sueño. Eran las 6:00, y debia levantarse si no queria empezar con pie izquierdo la semana.
Hacia casi tres meses que habia abandonado el ultimo año de la preparatoria, decidido a que él no estaba diseñado para la escuela. Su cuidadora comprendia; y aunque no estaba dispuesto a estudiar nunca mas en su vida, tampoco queria ser un inutil.
Bostezo, y encaminandose al baño, acomodo su oscuro cabello, regresandolo a su casi permanente estado peinado-despeinado. Se lavo la cara, se coloco la pequeña esfera de metal bajo la parte izquiera del labio, y se enfundo a si mismo en la ceñida playera oscura de robin.
Dormir con los pantalones puestos se habia vuelto su mal habito numero uno.
-Hoy es lunes- Comenzo en voz baja, relatandose el horario del dia al tiempo de ponerse los zapatos -Tocan Diana, Rey, Aaron, Diablo, Nono, Princess, Niko, Kara, Armand, Kenny y Lara.
Bajando las escaleras, tiene ya en mente los 11 perros que le corresponden ese lunes. Tiene media hora para estar listo y salir de casa antes de que los y las dueñas se vayan al trabajo.
6:15
Bueno, 15 minutos.
-Buenos dias Bruce- Colocando el ultimo plato con Hot Cakes y huevos su cuidadora le sonrio. Le sirvio cafe, y volvio a la cocina a hacer lo que sea que hiciese antes de que él bajara.
Miro con indiferencia el plato de comida. No le gustaba comer cuando no tenia hambre, pero desayunar, comer, y cenar con ella habian sido una de las condiciones que habia puesto la mujer con tal de dejarle trabajar. Exigia pasar mas tiempo con él ahora que ya no estudiaria. Eran detalles minimos, pero detalles minimos que lo fastidiaban bastante.
-Hoy comeremos brochetas de pollo griegas- Le informo cuando regreso, dejando una mochila de lado con infinitos pines de Batman a su lado. Alli estaba su almuerzo -Asegurate de llegar a las 5:30 para que comamos juntos.
-Aja- Tomo el tenedor y se echo grandez pedazos de masa con huevo a la boca, mientras mas rapido comiera, mas rapido podria irse y comenzar con el trabajo.
No odiaba a la mujer. Era quien le habia cuidado desde que tenia 3 años, le alimentaba, le tenia paciencia y le cumplia todos sus ridiculos caprichos -que tampoco eran tantos-. Él mismo no deseaba ser una carga ni un estorbo, pero tampoco implicaba que disfrutase de todos sus cuidados ni que la fuera a dejar tratarlo como si aun fuese un niño.
Habia crecido y ella tenia que aceptarlo.
-Volvere en la tarde- Se levanto y tomo su mochila. Sentia cierta curiosidad ¿Que le habria echo de comer?
~(€)~
El frio aire de la mañana le golpeo la cara apenas dio un paso fuera de su hogar. Aun estaba nublado, y la vida en los suburbios se negaba a despertar del todo, no hasta las 10 al menos. Preferia cuando era asi, jamas le habian agradado las personas y eso no cambiaria asi tuviera 15, 19 o 47.
Solto un suspiro, exalando vapor sin quererlo, y encaminandose a la primera de las viviendas, reviso su reloj de muñeca: 6:35. Era una buena hora para ya ir tocando a las puertas, aunque debia haber comenzado a las 6:30.
Cuando el primer ladriro rezono en la casa, Bruce supo que lo habian olido, y enseguida, un incesante coro de muchos otros perros alborotados desperto a los desdichados vecinos que aun dormian. Torcio el gesto, no era fan de las personas, pero tampoco de los perros, enrealidad, no le gustaba demasiado ningun animal. Tal vez los lobos serian la excepcion.
-¡Buenos dias Bruce!- La feliz mujer del 134 le sonrio con muchas ganas. Vestida con su muy -MUY- escotado vestido rojo y elegantes tacones algo mas oscuros. No sabia de que trabajaba, y aunque francamente tampoco le importaba, no se explicaba como daba tres pasos con esas cosas sin caerse -¡Princess esta ansiosa por verte!
Princess era el perro mas pequeño que le tocaba cuidar. Una Shih Tzu de cabello largo y una ridicula coletita con moño en lo alto de la cabeza. Le recordaba muchisimo al tio cosa.
Y tal como si la hubiese invocado, la perrita llego corriendo, con la correa rosada y llena de adornos colgando de su boca. Se acerco, dejo la correa a sus pies y movio la cola, esperando a que la tomase y empezara el paseo.
-Te vere en la tarde querido. Dile adios a mamá cariño- La mujer se inclino -de......de alguna manera- y beso a su mascota en la cabeza antes de cerrar la puerta, caminar a su auto y olvidarse completamente de él.
Todos los dueños eran muy extraños.
A "Princess" le siguieron los otros 10 perros. Un Golden Retriever, un Rottweiler, dos Pastores Alemanes, un Corgi, un Akita Inu, uno de esos grandes y lanudos con la vista tapada por el pelo y dos sin raza. De esos que las personas adoptaban de a calle.
Si los animales decidieran que era a él a quien sacaban de paseo, probablemente tendria muchos problemas, sobre todo por el Rottweiler y el trapeador gigante, pero jamas habia pasado y dudaba que llegase a suceder.
Tenia todas las correas atadas al cinturon, y todos los perros caminaban o detras o al lado suyo. En los primeros dias no habia comprendido el porque de esta accion, pero tras investigar levemente, llego a la conclusion obvia.
Las mascotas le concideraban su lider, era el alfa y tenia todo el control. Si ordenaba algo, ese algo se hacia sin rechistar. Muchas veces ni siqueira tenia que hablar, un simple silbido o chasquido era suficiente para que los animales se comportasen. En parte le gustaba, tener el control sobre la situacion le daba cierta satisfaccion, y en parte era raro. Esta ultima solia ganar.
No sabia porque, y sinceramente, no le importaba. Facilitaba su trabajo, hacia felices a los dueños y el tenia 33 dolares diarios por cada uno de los 11 canes.
Todos salian ganando.
~(€)~
-¡Y esta es la ultima!- Chris se dejo caer en el suelo de madera, exausto, con algunas gotas de sudor recorriendole la frente. La ultima cja de la mudanza estaba dentro, y junto con algunos muebles basicos, ya lo habia sacado todo del camion. Enseguida, Erik fue a echarse a su lado, moviendo la cola con felicidad -Eso fue todo amigo. Ahora estamos oficialmente mudados.
Debian ser al menos las 2 o quizas las 3. En Estados Unidos el horario era diferente y aun se sentia algo cansado, pero por encima de eso estaba emocionado. Empezaria sus clases en 3 dias y con el dinero que le enviaria su hermana, no tendria que preocuparse por un trabajo hasta ya entrado el año escolar.
Esta vez, esta vez si. Estaba en Texas, y con Erik a su lado, nada ni nadie lo iba a detener de alcanzar su sueño.
-¡Guionista de AHS!- Grito al aire, y junto con su grito, su husky aullo.
Y sin embargo no fue a causa suya, si no el timbre. ¿Alguien lo habria escuchado? ¡Eso habria sido muy vergonzoso! Sus mejillas se coloraron al momento, y entre movimientos rapidos y torpes, se encontro abriendo la puerta, con una bella señora azabache y de ojos azules frente a él, en sus manos. Oh por dios !¿Eso era una tarta?!
-Buenas tardes, y bienvenido al barrio. Soy Ariadna Catchper, es un placer conocerte- La mujer le dedico la mejor sonrisa que tenia, extendiendo frente a él el delicioso postre.
-¡Y yo Chris! Christopher de echo, pero me puede llamar Chris !Y muchas gracias señora¡- Estaba seguro que se pondria a babear justo alli de lo bien que olia -Acabo de llegar de inglaterra y es usted la primera a la que conozco- Alto, no tendria que haber dicho eso.
-Inglaterra, es fantastico- Aun asi, le sonrio, parecia realmente feliz con su platica -Te ves muy joven Chris, si no te molesta que pregunte ¿Que edad tienes?
-¡23!- Casi grito el rubio, sonriendo a mas no poder -Estoy en la universidad ya, estudiando literatura.
-Ya veo, eres cuatro años mayor que mi hijo. Pensaba traerlo conmigo en la tarde, per creo que podre presentartelo justo ahora- Las ultimas frases casi las murmuro, mirando con una sonrisa hacia la calle de la izquierda.
Por simple curiosidad, Chris tambien inclino la cabeza, asomandola desde el marco de la puerta y viendo en la misma direccion que la mujer. Casi a 3 metros venia un chico. Delgado, con un monton de peros caminando tras de él, de aire relajado y- ¡OH NO, HE'S HOT!
-Chris, te presento a mi hijo. Bruce Catchper.