Se quedo inmóvil en el lugar que recién lo habían colocado. Sus ojos celestes pasaron por su nuevo hogar, aquella cálida habitación con las paredes en tonos rosados y estampados de flores blancas.
-Bienvenido Balloon Boy, esta será tu nueva casita
Escucho su nombre y tan solo salto de felicidad, todo dentro de su mente, claro estaba. Después de todo tan solo era un pequeño muñeco de tela que debía permanecer sentado en aquel alto mueble de madera.
-Emily, hora de irnos
-¡Ya voy!
Observo como la niña de cabellera rubia le sonrió y se despidió con su mano, saliendo por la puerta y cerrando tras de sí, fue entonces que se levanto de su lugar, era un muñeco pequeño, por lo que estar arriba de aquel estante le era una altura inmensa.
Camino por el lugar, en busca de algún juguete con quien hablar, pero nada. Tan solo retratos familiares, esmalte de uñas o maquillaje de fantasía.
Se entristeció un poco y dirigió su vista hacia abajo, en toda la habitación. En el suelo había una casa muy lujosa y grande de muñecas, era tan linda. Sonrió y observo a su alrededor.
<Quizá si salto a la cama no me haga daño>
Y tal como lo pensó, lo hizo. Del estante salto a la cama de suave edredón, giro levemente tras el salto, pero sin duda la cama amortiguaba cualquier golpe, por lo que no sufrió daño alguno.
Aun con aquella encantadora sonrisa bajo de la cama, tomándose muy bien de las sabanas hasta llegar a tocar el suelo con sus piecitos. Corrió hacia la casa y toco el timbre, sonriendo fascinado tras el encantador sonido del cantar de pajaritos que se escucho.
-Pero que casita tan más linda…-susurro feliz, observando lo grande de la casita, sin duda él era un muñeco pequeño que aquel juguete le parecía toda una mansión- ¿Hola? Soy nuevo por aquí…
Espero y espero, aun con su sonrisa y brazos tras su espalda, moviéndose de un lado al otro cual niño.
-¿Holaa?
Hizo un ligero puchero y decidió marcharse del lugar, nadie estaba en casa por ahora y no creía correcto el entrar sin invitación. Aun sonriente camino por el lugar, encontrándose un coche rosa y todo un juego completo de té, con bocadillos plásticos, aquello era tan lindo.
Fue hasta una taza y se sentó dentro, era divertido el estar en aquella habitación, le divertía aquel lugar. Sus ojos se posaron en una pequeña caja roja bajo la cama. Salió de la taza y sin perder tiempo fue hasta ahí, parpadeando curioso una vez que estuvo frente al objeto.
Se coloco tras la cajita y la saco de aquel oscuro y frío lugar.
-Me pregunto que tendrá…
Fue por una taza y la coloco boca abajo, utilizándola como banquito para subir y alcanzar un pequeño gancho que cerraba la caja; Una vez que quito el gancho saco la tapa, alzándose de puntitas sobre la taza para lograr ver dentro.
Abrió sus ojos sorprendido y sonrió ligeramente
-¡Al fin un amigo!
+
Escuchaba tanto ajetreo fuera de su caja, seguro y su dueña, Emily, estaba más que encantada con su juguete nuevo, lo sabía por todo el alboroto que la pequeña hacía, siempre era lo mismo tras la llegada de un nuevo inquilino a la habitación.
Tras unos minutos el silencio reino nuevamente; Estaba dispuesto a dormir, más el sonido del timbre de la casita favorita de Emily lo saco de su ensoñación, después una delicada y linda vocecita. Seguro y sería el juguete nuevo.
Intento prestar más atención a lo que probablemente sucedía afuera, y después, la fuerte luz de la bombilla de la habitación le cegó un poco, hacía tanto tiempo que no era sacado de su pequeña caja, tanto tiempo sin ver la luz, tan solo oscuridad estando ahí atrapado.
-¡Al fin un amigo!
Su voz algo chillona lo aturdió un poco, sin embargo, aquel sonido-un poco irritante- le era, de alguna pequeña, pequeñísima manera: agradable.
Observo al entrometido; Un pequeño muñeco de tela color piel, pero una tonalidad ligera, cual canela pero, de un color leve. Resplandecientes ojos azules, una cabellera castaña y, una preciosa sonrisa infantil. Podía notar sobre su cabeza un divertido gorrito de color azul con rojo, lo que lo hacía verse más adorable. Era un juguete muy bonito, y parecía ser hecho con delicadeza y tela demasiado fina… no como él…
-Hola, ¿Cómo te llamas?-su voz le hacía dar un vuelco de ternura a su corazón, y aun mas si le dirigía la palabra con aquella linda sonrisa y tono rosado en sus mejillas- Mi nombre es Balloon Boy, ¿Por qué estás aquí, te gusta estar solo? Oye y… whoa…
Se sorprendió y asusto un poco al ver como el lindo muñequito se caía hacia atrás, por lo que no termino de bombardearlo con preguntas. Se levanto deprisa de su cajita y asomo su cabeza hacia afuera, notando una linda y divertida escena de aquel muñequito sentado en el suelo con una taza de té en la cabeza, al parecer era más pequeño de lo que se lo imaginaba. Inconscientemente soltó una risita, siendo observado después por el castaño, que había alzado un poco la tacita tan solo para descubrir sus ojos y mirarlo. Se avergonzó y dejo de reír, mirando hacia otro lado.
-Qué bonita risa… ¿Cómo te llamas? Yo soy Balloon Boy.
Le miro de nuevo, era pequeño por lo que lo observaba con su cabeza hacia arriba y aun con la taza en ella. Sin pensarlo sonrió ligeramente y estirando su mano fuera de la caja, quito la tacita de su cabeza.
-Soy Puppet
-¿Puppet? Pero qué bonito
Y sin pensarlo, sonrió…