Cosas que hicieron que me fijara en ti
Parte XII
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Cuando juegas conmigo
Cuantas cosas no han pasado, puedo decir que no ha sido tan malo, pero, quiero tiempo a solas contigo y lo tendría cueste lo que cueste este día.
Se podía decir que logre mover a todos y esta era la misión “capturar a Masato para Ren” sí, así de simple, no ahondar en detalles era más que conveniente, aunque todos sabían cuál era el fin.
Tal cual como un juego de niños, al darte cuenta de lo misterioso que todo era, comenzaste a correr, sí, todos parecían divertirse como si el juego se tratara de ladrones y policías, pero, para ti, tú eras el único policía siendo acechado por ladrones, y como si tu vida estuviera en juego corrías a más no poder.
Fue divertido debo de admitir y al final el plan quedo en el olvido, después de tanto correr como si juguetes de baterías fuéramos caímos agotados, “en momentos así es cuando entendemos que ya estamos viejos” fueron las duras palabras de Icchi quien no se le tiene permitido negar que disfruto corretear por ahí con Ikki.
Y como si mi batería estuviera renuente a agotarse te cargue cual costal de… ¿papas? No de melones es mejor… te lleve lejos de todos aquellos moribundos.
Reías ante los movimientos torpes con los que te llevaba, pero, no iba a soltarte.
—Ren… nos vamos caer… vamos bájame… ¿crees que tengo fuerzas para seguir corriendo?— y como un testarudo –creo que eso es contagioso- me negué a hacerlo, poco después caíamos al llegar a la primera habitación encontrada, reímos a todo lo que nuestros pulmones nos daban.
Y fue entonces cuando entendí que te gusta jugar conmigo ya que al intentar acércame a ti, comenzaste a gatear alejándote mientras reías.
Esos momentos en que juegas así conmigo hace que me fije mucho más en ti, cuanto más piensas torturarme de esta manera, oh bendita y maldita tentación –hace un tiempo que no te hacías presente-.
(N/A: de esa no sale vivo, ok no xD)
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Cuando me besas mientras “duermo”
En qué momento quedamos dormidos, creo que tendría que pensarlo mucho y eso, era algo que no quería hacer en estos instantes.
Seguimos aquí tirados en el piso, como si la cama simplemente nunca hubiera existido, te acomodaste tan perfectamente en mi pecho, como si el espacio en mí es perfecto para que te amoldes tú, como piezas de rompecabezas que ajustan a la perfección.
Entonces entiendo que simplemente estoy perdido en amor por ti, que cada día sin importar que, esto que siento en mi interior crece y crece ¿serán capaces estos sentimientos de acabar? Que importa, lo daré todo por ti.
Comienzo a sentir como comienzas a quejarte y moverte, como un reflejo cierro los ojos y finjo estar dormido, comienzas a murmurar palabras sin sentido, te quejas del dolor muscular, comienzas a preguntarte como quedamos así, siento como acaricias mi rostro –Vamos Ren contrólate un poco más- me suplico internamente, vuelves a murmurar algo que fue inaudible y sin más siento como la calidez se da en mi boca, tan fugaz y repentina, una vez más lo haces, ahora más seguro, murmuras entre nuestros labios y vuelves a besarme, te alejas y comienzas a llamarme para que despierte.
Abro de mala gana los ojos mientras noto el carmín en tus mejías, es imposible no hacerlo y exclamo — ¿y mi beso de buenos días?—me preparo para el golpe y cierro los ojos.
Que sorpresa al sentir como tus labios se depositaban en mi frente.
—Es un beso ¿no? No reproches— y así con ese sonrojo hermoso de tu rostro te retirabas dejándome solo con esas mariposas revoloteando en mi interior –serán en verdad mariposas-.
Ahora me pregunto si en verdad me besas cuando duermo, porque si lo haces, logras que mi fije mucho más en ti.
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Que grites
Es entendible que siendo criando de la manera que lo fuiste, perder la compostura no era algo que se te fuera permitido y eso sumarle que ¿quién podría imaginar que tal acto fuera posible en Masato Hijirikawa?
Sin embargo ahí estas gritando a todo pulmón, sacando todo lo que tu corazón ha resistido por años, todos aquellos sentimientos reprimidos por fin vieron la luz.
Confieso que me asustó la manera en que reaccionaste y estas ahí peleando, luchando por ambos, intente meterme y cual muñeco me tiras aun lado diciendo que era algo que tú mismo debías tratar.
— ¿Cómo supo que estábamos aquí?— fue la pregunta de Ikki a mi espalda.
—No, no lo sé—apenas pude pronunciar.
Me aterra el pensar que te iras de mi lado, que tu padre te convencerá que todo es un error, que sería en vano y aquí estoy sentado solo oyendo tu voz, tu viva voz peleando por ambos, negándose a ceder ante la presión.
Esa voz que hace que se estremezca mi interior, no me molestaría escucharte gritar en ocasiones, será cursi o tonto de mi parte pero confieso que oírte gritar hace que mi corazón palpite más.
Que grites hace que me fije más en ti.
Y estoy aquí esperando por cual será ahora el camino a seguir de ambos.
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Aceptar vivir conmigo
Debo admitir que aunque dude de la situación, te mantuviste firme y aunque al principio era yo quien te reconfortaba ahora lo haces tú, y entonces por impulso –maldito seas- solté algo que estaba reteniendo desde hace mucho en mi interior.
—Vivamos juntos— esas palabras se deslizaron sin tapujos de mi boca, me regañaba por tal acto y entonces lo inimaginable ocurrió.
—Me encantaría— solo eso basto, solo esas palabras, solo eso… solo eso fue suficiente para hacerme el más feliz de los mortales, sonreíste al ver mi reacción de incredulidad —Me temo que no podremos regresar a los terrenos de la academia o del master course, por lo que esa es una excelente idea Ren, además — te detenías en seco y un tenue color carmín adorno tus mejías —estaríamos los dos solos— sí, así es, ahí mismo le diste la estocada final a mi corazón, así de sencillo y simple perdido de amor por ti.
Cambiarnos no costo nada, todos ayudaron y el director al parecer la idea no se le pareció tan mala, por lo que este día sería el primero de todos.
Jamás en la vida llegue a pensarlo posible, cuantos no sueños y deseos tengo contigo, solo espero hacerlos realidad.
El vivir contigo, que aceptaras a vivir conmigo harás que me fije mucho más en ti.
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Tu estricto control
Al principio pensé, si pensé que las cosas no serían tan caóticas, veníamos de compartir habitación por lo que… ¿qué tan diferente sería?
Cuan equivocado estaba, pero, no niego, no claro que no, que en parte lo hice adrede, sí me gustaba ver como todo lo que tenías “bajo control” dejaba de serlo.
—Ren los zapatos no se colocan ahí, Ren por amor al piyo-chan la ropa no va en ese sitio— sip, así era Ren aquí, Ren no, Ren que esperas, Ren, Ren, Ren y pues la verdad, todo era divertido.
—Masato te molestas por nada… tengo algo planeado para la noche… ¿apeteces?— dije esperando que desviaras tu molestia.
—Ren… eres un caos andante, un engreído holgazán y tienes el descaro de decir cosas como esas… no tienes vergüenza — respondiste a mis palabras realizado un tierno puchero.
—Yo sé… que amas todo eso de mí… porque pues soy alguien quien finge ser desinteresando, alguien que calla y observa, presta atención en detalles, se me pasa nada por alto, puedo ser en ocasiones infantil pero solo lo hago para llamar tú atención, soy celoso e inseguro pero al final, al final, soy buen chico… ¿no?—
—Tú… ¡deja de acosarme, pervertido!— me gritaste, un hermoso color se dio en tu rostro.
—Pero… solo te acoso a ti ¿no es bueno eso?— dije en tono coqueto.
Y así, se diste ante mí, que tengas todo bajo en control es bueno, es un alivio, pero, cuando logro descontrolarte, solo logro que cada vez te amé mucho más.
Cuando tienes el control me tienes a tu merced, cuando tienes el control hace que me fije más en ti.