-Haber si entendí- decía el millonario con una copa de vino en las manos y en medio de la sala en la torre Stark, ante la mirada aun confundida de Clint, Steve, Bruce y una recién llegada Natasha; quienes, así como él, aun trataban de entender la información dada por la mujer.
Resultaba que el enemigo de la tarde, como le gustaba decirle, no era una simple mujer, eso había quedado claro desde unas horas atrás, que no era una venida de Asgard. Y todo hasta ahí estuvo bien; pero todo cambio cuando se dijo lo que sí era, además de hermosa. Era una diosa y no cualquier diosa, era la diosa de la guerra (y que diosa, pensó Tony), la estrategia y la sabiduría, la hija de Zeus padre de Dioses (a lo que Thor tuvo una verdadera objeción que fue acallada por todos para poder entender), era pues, Atenea, una diosa Griega.
Lo de la repentina aparición de Dioses nórdicos ya tenía despreocupados a los vengadores, pero la aparición de uno griego, eso sí salía de sus conocimientos.
-Eres una diosa griega que viene a pedir ayuda a un dios nórdico y a su esposo-hermano porque unos titanes están por liberarse por la culpa de unos gigantes de fuego- resumió la información Tony tratando de creerse sus palabras – lo más normal de la oración fue la parte del incesto
-Que no es incesto, Stark- reclamo Loki - y no es griega, bueno sí, pero no es culpa nuestra que lo mortales vean, escuchen y sepan algo y lo entiendan como puedan.
-he venido en busca de los hijos de Odín por ayuda.
-Eso ya lo dijiste – recalco Tony -- ¿Pero que necesitas?
-Déjala hablar, Tony – le pidió Steve quien quedó maravillado con la mujer en el momento que supo ella era la encargada de dar victoria a los guerreros y que a su vez había sido ella la que intercediera en el Olimpo y en Asgard y en muchos lugares porque la vida del valeroso capitán fuese preservada. Y ese tipo de miradas a Tony no le gustaban, no al menos que se dirigieran a él (cosa que aún no pasaba). Steve por su lado se había dedicado a intentar curar las heridas en las manos de la diosa, provocadas por retener el escudo evitando los ataques de ellos.
-Gracias, Capitán. – Hablo la diosa – sería un gusto que hubiera nacido como un semi dios – halago –con ese valor y su incorruptible personalidad… -- Steve la miraba maravillado
-Ya lo halagaste – interrumpió un celosos Tony – ahora a lo que venías
Atenea enarco la bien formada ceja y sin decir nada se dirigió a los venidos de Asgard
– Al parecer los gigantes de fuego de Mulsphenheim, los han intentado liberar.
Otro que había quedado bobo con la diosa había sido Clint a quien ella llamó “Un muy posible sucesor de Apolo” por su puntería y la belleza. Esa diosa de sabia tenía lo de ofrecida, pensó Bruce.
-¿No eran vigilados por Hades?- preguntó Loki.
-Así es – confirmo la diosa
-No entiendo el problema – recalco Thor
-El problema, hijo de Odín – reparo la diosa – es que rebasaron su frontera al ingresar con un elfo de luz. En el tártaro no puede haber luz, es como si en Hel hubiera vida. El sello se rompe
-Se supone que deberían ayudarte los olímpicos, Atenea – esta vez fue Loki quien marco un análisis – Los de la estirpe de Odín se encargan de Gigantes de hielo y de fuego…
-Sí que se encargan… - el comentario de Stark provoco un sonrojo fuerte en el pálido Loki
-Cállate, Stark – ordeno
-Ese es el problema – retomo la palabra la diosa – Odín, padre de Todo y Zeus, padre de Dioses han sido capturados y no sé en dónde. No hubiera venido sino fuera tan grave la situación - soltó y hasta Loki se puso pálido.
Eso basto para que Thor tomara su martillo, tomara a Loki de la mano y estuviera dispuesto a ir a la guerra.
-Alto ricitos. ¿Cómo sabemos que lo dicho por esta diosa no es una mentira? – asevero el multimillonario
-Porque al pedir mi ayuda pierdo mi orgullo de guerra – confeso la mujer
-¿Pierdes qué? – esta vez fue el capitán el que no comprendió
-Su orgullo de guerrera – se atrevió a burlarse Thor quien rápidamente fue reprendido, con un golpe, por Loki. Steve concluyo la curación de las heridas de la diosa y esta le sonrió en señal de gratitud mientras Clint le traía un poco de agua. Las cosas se iban a poner verdes y rojas si eso no paraba, las atenciones con la mujer, “divina”
-Atenea es la diosa guerrera, la que nunca pierde, jamás. Ni ante Thor. Su legión es invencible. Algo como los 300 pero nivel divino – informo Loki. y todos quedaron mudos. El chico verde, que ahora era rojo ira por las miradas que lanzaba Clint a la mujer, era de los pocos que podía casi masacrar al rubio, y resultaba que su único rival era una mujer. – Muchas veces, como el guerrero que es Thor y lo orgullosa que es Atenea, se han enfrentado y ninguno de los dos pueden vencerse.
-¿Golpeas a las mujeres, Thor? – recrimino el capitán con lo moralista de su personalidad. Ah sí, se preocupaba por una diosa que apenas conocía pero cuando llegaron no le pregunto a Tony si algo le dolía.
-No, nunca he podido atravesar su egida – contestó el rubio -- es el escudo más fuerte
-Y yo nunca he podido contrarrestar al Mjolnir, es el arma más fuerte – dijo la diosa y ambos dioses se sonrieron. Tony espero algún tipo de celos de parte de Loki, como solía hacer con Janne anteriormente hasta que obligo a Thor a dejarle muy en claro que se había casado y con su hermano; pero nada, Loki se miraba tranquilo y no es que a Tony le gustara admitirlo pero la mujer era con todas las letras, una diosa.
-En una ocasión – hablo Loki – Atenea fue retada por Sif
-Pero Sif desconocía quien era Atenea – rememoro Thor – y creía que era una simple Valquiria. Bueno, Sif no pudo ni llegar a ella
-¿Es tan fuerte? – se sorprendió Banner
-No fue eso – aclaro Loki – Atenea arrojo su lanza y está atravesando la armadura de Sif, no le hizo daño, pero sí la clavo en un árbol.
-Que destreza – se sorprendió Steve
-Soy la estrategia. Y la sabiduría, si en aquel entonces atacaba directamente a una Valquiria me enemistaría con Freya, su señora. Ella es guerrera y una ofensa así provocaría problemas.
-¿Dónde está el sello de los titanes? – retomo el tema Thor
-En el tártaro, que está debajo de la tierra y la única entrada que no se sello fue la de Grecia
-Un momento – detuvo Loki – sí padre y Zeus fueron raptados, a saber como ¿Tú cómo llegaste?
-Bueno – se apeno la diosa –Frigga, reina de Asgard y Hera, reina del Olimpo, digamos que me arrojaron del monte Ida
-¿Mi madre está en el Olimpo? – se sorprendió Thor -- ¿Y quién las cuida?
-Ares – contestó simple la diosa – mi hermano, al que le encantaría verte – se dirigió a Loki y Thor lo tomo posesivamente
-No lo vera – aseguro
-Pero me imagino que a ti, sí – y el rubio asintió. Los dioses y sus gustos.
-Un momento – esta vez fue Bruce -- ¿Te arrojaron del monte Ida, el Olimpo, dígase como lo hicieron alguna vez con tu hermano ahmm mm Hefestos? – pregunto divertido el doctor
-Es de esa manera -- confirmo la diosa
-¿Y tus demás hermanos? en diferencia de Thor y yo, tú tienes cerca de cien
-Nos esperan en las puertas del tártaro – aclaro la diosa y en cuanto dijo eso un estruendo se escuchó en la azotea de la torre Stark. Tony pidió, que si era otra diosa que fuera Afrodita y sí era un dios que fuera Apolo o Eros. Y Apolo se les apareció.
Era un hombre de piel ligeramente bronceada, cabellos rubios de sortija, cortos, ojos color gema, labios finos y carnosos, era musculoso sin exageración de figura espigada. Una alucinación. Llevaba armadura, como su hermana y así como la de ella esta permitía ver el abdomen trabajado. Los presentes, a excepción de los dioses, casi se infartan de ver tanta belleza.
-Apolo, hermano – corrió la diosa y el dios la recibió con un abrazo efusivo
-Hijo de Odín, hijo de Laufey – saludó inclinando la cabeza – humanos – dijo despectivo
-Apolo – saludo Thor
-Un gusto, globo de aire caliente – fue el saludo de Loki, el otro sonrió
-¿Sera una reunión de deidades o algo así? Porque mi pobre torre no sé si sea digna de ustedes – irrumpió Stark
-Hermana, Hera y la reina Frigga piden vallamos pronto al Tártaro. El sello no resistirá mucho tiempo – hablo en dios ignorando olímpicamente el comentario del castaño -- ¿Nos ayudaran hijo de Asgard? – los aludidos asintieron, todos dispuesto a irse.
-Esperen – los detuvo el capitán – sí afecta a la Tierra, nos toca ayudarlos
Los dioses se detuvieron. Los griegos miraron dudosos y los nórdicos con seriedad.
-Los titanes no son un juego – explico Apolo – no he sabido de un mortal que pueda hacerles frente
-Puede que ni nosotros salgamos de una sola pieza – continuo Thor
-Amigo rubio. Tu esposo casi nos mata, así que a la muerte no hay miedo – aseguro el play boy
-Por mí no hay ningún problema – hablo Natasha que hasta entonces había permanecido silenciosa mirando los celos de unos y de otros.
-He sabido de grandes héroes, todos mitad mortales, mitad dioses. Y de héroes mortales, Odiseo y Bewoolf. – Intervino la diosa sabia -- ¿No crees que ellos tienen ese valor?
-Atenea, tratas a los mortales severamente, prueba de ello esta medusa, que está en tu egida, Aracne, y las arañas te odian, pero muchas veces con cariño, prueba está en Atenas y el hombre con el escudo, presente aquí – dijo el dios bello mirando a su hermana – pero siempre crees en ellos, hasta el último momento. No veo porque no creerte ahora.
Fue así como todos partieron, honorables y valiente. El verdadero problema vino cuando de frente al Tártaro cuyo sello había sido roto y los titanes estaban en frente, que las cosas se pusieron color de hormiga. De verdad, los dioses no mentían. Thor golpeaba titanes, gigantes de hielo, ciclopes, lo que hubiera en frente y en una de esas se le apareció Ares.
Loki por su parte lanzaba hechizos a diestra y siniestra mientras era ayudado por un lobo de nombre Fenrir. Y evitaba a toda costa estar cerca de Afrodita o de Ares. Por su parte los gemelos Frey y Freya junto con los gemelos Apolo y Artemisa combatían juntos tratando de evitar que los titanes que ya estaban de vuelta en el tártaro salieran.
Se podía ver a lo lejos a Atenea atravesando titanes y ciclopes así como centimanos con su lanza y Koplis, era arrasadora y majestuosa. En más de una ocasión Thor solicito apoyarse en su escudo para amplificar el poder de su rayo.
-Solo nos falta gritar ¡This is Esparta!- bromeo Iron man desde el traje que se quedaba sin energía
-Un regalo, hombre de hojalata – escucho a lo lejos la voz de la diosa de la guerra y un rayo impacto de lleno en contra de su armadura dándole batería de sobra
-¿Segura que no me querías muerto? - pregunto después de salir del aturdimiento
-No- le contesto al mismo tiempo que decapitaba a un gigante de hielo, el moreno trago saliva, no, si hubiera querido matarlo con lanzarle la Kopplis hubiera bastado.
El hombre verde lanzaba lejos a un centimano que por poco deja sin nariz a Barton, y este a su vez tiraba una flecha cerca del capitán matando a un ciclope. Eso era una carnicería y lo peor no era eso, era que los titanes no morían, solo podían sellarlos y eso únicamente Zeus u Odín que sepa el sereno en donde andaban. Natasha había robado una espada de hielo y parecía que le gustaba su nueva arma, su mirada estaba divertida.