Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

En el apocalipsis por litle dragon

[Reviews - 13]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Aquí les dejo el siguiente capítulo con todo mi amor.

El camino por el que Alex los llevó era complicado, tuvieron que escalar, trepar, brincar e incluso arrastrarse para llegar a lo alto de la montaña, y las tres horas que tardaron en llegar para Bill fue un sacrificio y todos lo demás lo notaron. Tom, por supuesto, era el más preocupado y se estaba arrepintiendo de haber tomado ese camino.

Estando en la cima se podía ver las luces  del pueblo y desde ahí la vista era hermosa. Tom casi creyó imposible que no hacía más de quince minutos las alarmas siguieran sonando y un gran número de disparos se habían proyectado sin piedad. Los más preocupados eran Fernando y Alex, pues temían por la represalias hacia su familia, quizá el mayor Wevers había perdido la cabeza. ¿Cómo era posible que en tan poco tiempo todo se había ido a la mierda?

Siguieron avanzando sin detenerse, lo que más querían era salir de ese lugar,  después de avanzar por veinte minutos llegaron al otro lado de la montaña donde Alex los detuvo.

- ¿Qué sucede? - Preguntó Tom, impaciente.

-Tenemos que esperar.

-Que?

-Dentro de una hora amanecerá y podremos bajar.

- ¿¡Una hora!? - grito Tom, sujetando a Alex por el cuello para exigir una explicación. - ¡No tenemos tiempo!

- Amigo, él necesita descansar. - explicó Alex señalando a Bill. - Y creeme lo necesitara, además necesitaremos luz si queremos llegar vivos abajo.

-¡Maldito imbecil! nos trajiste aquí para perder tiempo.

- ¡Hey, idiota! -Leo interfirió apuntándole con su arma a Tom. -Suelta a mi hermano.

- ¡Tom, calmate! -Gustav también intervino para que su amigo no fuera a cometer una tontería.

Si Bill hubiera tenido fuerzas también lo hubiera actuado, pero él descansaba en una roca tratando de sostenerse. Tom notó eso y fue lo único que lo detuvo. Soltó al muchacho y fue a lado de Bill.

-Se que estas preocupado pero creeme, este fue el mejor camino. -agregó Alex relajado al ver que Tom había entendido. - Ellos tardaran mucho tiempo en llegar hasta aquí.

No todo lo que decía Alex lo convencía pero reconoció que él tampoco quería arriesgar a Bill principalmente.

Se mantuvieron callados por un tiempo en lo que esperaban el amanecer. Tom aprovechó para revisar la herida de Bill, la bala lo había rozado abriendo un poco la piel, pero el mal estado de él se debía a la falta de sustancias en su organismo. Para Tom  fue la hora más larga de su vida.

Gustav tenía cientos de preguntas y al ver que Bill había cerrado su ojos para descansar se acercó a su amigo.

- Creí que jamás te volvería a ver.

-Sí, yo también. ¿Cómo fue que me encontraste?

- Después de tu fuga todos comenzaron a buscarte. Pronto aparecieron más de ellos, - Gustav miró de reojo a Bill, que descansaba muy cerca del suelo al lado de Tom, era un tipo interesante, nada que ver con su amigo, pero se parecía tanto a él. - Estábamos muy confundidos pero antes de tratar de saber que estaba pasando decidieron disparar antes de preguntar, era el infierno mismo, esos clones eran veloces, fuertes, ágiles, acabaron con la mayoría de nosotros pero los hicimos retroceder, ya estables decidí buscarte para llevarte a la base, ya no tienes que huir,  todos te creerán. Pero será más complicado de lo creí ahora que estás con él.

Tom quería hablar con su amigo con libertad y se alejó de donde se encontraba Bill descansando plácidamente a unos cuantos metros.

-Sí, tienes razón es complicado, yo no lo dejaré y será mejor que regreses a la base y les alertes de un segundo ataque.

-¿Que dices!?

-Calla, no quiero que ellos lo sepan.

-¿Pero por qué?

-Realmente no creo que lo logremos. Este será un ataque masivo y nada lo detendrá, estará en el aire  a menos que te refugies en un búnker bajo tierra.

-¿Él te lo dijo?

-¡Oye! yo confió en él.

Gustav supo que sería un caso perdido cuestionar  sobre Bill.

-¿Ellos lo saben? -señaló a los hermanos.

Tom agacho la cabeza. -No. sólo tú.

- ¿ Y te lo pensabas guardar? ¿ibas a dejar que millones de personas murieran?

-Nadie me iba a creer, mi fuente no es muy confiable para ellos. -Y con la mirada señaló a Bill.

- ¿lo intentaste alguna vez?

Tom guardó silencio. La mirada de Gustavo  lo hacía sentirse tan culpable y tenía razón, solo había especulado, pero jamás considero decirle a alguien. ¡Carajo! era un maldito imbecil. - ¿Qué puedo hacer?

Gustav  volteo a ver a los hermanos que descansaban lejos de ellos y le indicó que era lo correcto informarles la situación.

- no hay donde huir y no creo que tengamos mucho tiempo.

-Deja que ellos decidan.

Con mucho pesar, Tom se dirigió hacía ellos, no sabía cómo decirles aquella verdad tan cruel.

Bill despertó al no sentir la presencia de Tom, el cielo comenzaba a aclarar y la vista en la montaña era hermosa,  todo el horizonte brillaba, era una hermosa mañana pero él no pudo apreciarla completamente; su audición no era buena, oía entre ecos, su vista era borrosa y su presión sanguínea habían disminuido causándole dolor de cabeza, se sentía terrible pero debía ser fuerte por Tom a quien buscaba con la mirada. Lo localizó cerca de él, hablaba con Alex cuando de pronto éste lo golpeó en el rostro. Gustav y él corrieron para auxiliarlo pero al llegar Tom los detuvo.

- Está bien, yo... yo me lo merecía.

-No, no ésta bien. -Alex arremetió de nuevo pero Gustavo lo sostuvo.

-¡Calmate, Alex!

- Imbécil, suelta a mí hermano! - Fernando también se involucró, odiaba que alguien se metiera con ellos.

-No lo soltaré hasta que se tranquilice. -amenazó Gustav apretando el cuello para contenerlo.

-Eres un idiota! ¡sí que estás del lado de esos malditos! - a pesar de la poca entrada de aire aún tenía fuerzas y ánimo para reclamar.

-Se que cometí una equivocación, pero realmente no esperaba que alguien quisiera oírlo.

-¡Tranquilo! no es la culpa de Tom ese ataque. - Habló Bill para tranquilizar el humor de aquellos chicos.

-No, pero el tiempo perdido sí es su culpa.

-Agradece que te lo aya dicho. - hasta ese momento, Gustav se dio cuenta a lo que se refería su amigo, no era fácil convencer a una sociedad terca y obstinada.

- Alex, no hay tiempo para esto, tenemos que regresar. -Fernando se acercó a su hermano para tranquilizarlo.

-Pero el mayor los estará buscando.- enfatizó Tom, ante la situación que habían provocado en el pueblo.

- Allá abajo está nuestra familia, no podemos abandonarlos. -explicó Alex sin poder mirarlo a la cara. realmente estaba molesto con él. -Ustedes sigan su camino.

Tom afirmó con la cabeza y tomó a Bill para caminar juntos.

-Suerte! - dijo por último Tom  a Alex evitando  mirarle a los ojos.

-Igual. -Alex asintió y se tranquilizo.

Fernando palmeo el hombro de su hermano y le indicó que él los llevaría para tomar el camino correcto, los tres lo siguieron dejando a Alex con mucho en que pensar

Al llegar a la zona indicada, Fernando les señaló una caja de herramientas donde sacaron unas sogas para que ellos pudieran usarla.

- Esto es para que se sujeten entre ustedes. Bajen por aquí, a mitad de camino encontrarán una soga, tomenla, ella les ayudara a bajar en la parte más difícil, cuando hayan llegado abajo tomen el río, ahí hay un bote, solo tomenlo y los llevara lejos de aquí.

Gistav le entregó una granada como agradecimiento. Cualquier arma era valiosa pero sin duda ellos la necesitaban más.

-Usala bien.

-Será para el mayor.

-Ya lo creo. - Gustav estaba satisfecho de esa respuesta y se despidió.

Tom fue el primero en bajar, las piedras de ese lado estaban muy sueltas debido a la humedad, tenía que usar la fuerza de sus brazos para sostenerse de ahí y eso le preocupaba demasiado, pensó que Bill quizá no aguantaría llegar a la mitad, sin embargo cuando Bill comenzó a bajar noto que tenía la fuerza suficiente, los tres comenzaron a descender de forma rápida, y constante. Tom tuvo que admitir que la luz de día les ayudaba bastante, cuando llegaron a la cuerda Tom se arrepintió de haber tomado ese camino, prácticamente tuvieron que colgarse de la cuerda y bajar en rapel, en esa parte del descenso Bill comenzó a perder fuerza y para evitar cualquier incidente, Tom le pidió que se acercara a él, lo sujetó bien de la cintura y le ayudó a bajar. fue agotador incluso para Tom y Gustav, y fue un gran alivio llegar al bote. El curso del río les permitió seguir con un viaje tranquilo y veloz. Solo Bill sabía que dirección tomar y él les informaría cuando estuvieran ahí. En lo que esperaban Bill se abrazo a Tom. Su temperatura empezaba a bajar y su cuerpo temblaba por el frío, aun así estaba disfrutando el recorrido, se pegó aún más al cuerpo de Tom y trato de relajarse.

Tom sintió la piel fría y se quitó su chamarra para colocarla encima, lo abrazo y por inercia acarició su cabello, no quería perder la esperanza y menos pensar negativamente, sería fuerte por ambos.

-Esta es la mejor vista en todo nuestro viaje. -Dijo Bill casi en susurros.

-Sí, el río está muy calmado.

-No me refería al río.

Tom volteo a ver a Bill, quien lo miraba con cariño.

Tom sintió un nudo en la garganta y le costo trabajo seguir hablando.

-Sabes, cuando salgamos del bote, te prometo darte una sorpresa.

-¡Sorpresa! ¿Cual?

-Tienes que ser paciente.

Bill sonrió y se acomodó de nuevo en los brazos de Tom.

Cruzaron medio kilómetro cuando Bill les indicó que era hora de bajar.

Siguieron a pié,Tom ayudaba a Bill a seguir adelante, afortunadamente no tardaron en encontrar una cabaña abandonada y en la parte de enfrente estaba una camioneta que se veía en buenas condiciones. Ya era tiempo que algo les saliera bien.

Gustavo la reviso y al querer encenderlo el motor falló.

-Me parece que es el escape, puedo arreglarlo.

-Necesitas ayuda? - preguntó Tom.

-No, qué te parece si tú y él van a buscar adentro algo de comer.

Tom aceptó y llevó a Bill al interior de la cabaña. Era grande, con muebles rústicos y decenas de animales disecados en las paredes, que provocaba un ambiente aterrador, estaba un poco desordenado, como si las personas que vivían ahí sólo tomaron las pertenencias que eran meramente necesarias, afortunadamente no había infectados o algún cadáver en el interior. Lo primero que revisaron fue la cocina, encontraron latas de alimento, y llenaron botes de plástico con agua potable. Lo siguiente en buscar era medicamento, algo de vitaminas para Bill, quizá algunas que pudieran usar para que  aguantara el viaje, se dividieron y revisaron por su cuenta. Había tres habitaciones, Tom revisó dos de ellas, casi terminaba su tarea cuando escuchó a Bill gritar su nombre. Deprisa corrió a él muy asustado y cuando llego a la habitación más lejana vio como su compañero trataba de sujetar una gran caja que estaba apunto de caer desde un armario.

-Espera, ya lo tengo.

Tom alcanzó la caja y logró quitársela de encima.

Bill logró apartarse, y cansado por haber cargado la caja respiro agitado.

-Ay unas vitaminas que me pueden servir.

-Por qué no me lo dijiste? yo la hubiera bajado. -Tom sonrió y dejó la caja en el suelo.

-No es gracioso que tenga que depender de ti.

Tom se sintió apenado, sabiá lo que era dañar el orgullo de un hombre, y aunque él era mitad alien seguro sentía lo mismo.

-No quise ofenderte.

-Olvidalo. -Tom se levantó y sentó a lado de Bill en la cama y comenzó a revisar la caja mientras que Bill observaba el lugar.

- Me recuerda a la otra cabaña, donde estuvimos junto la primera vez,

-En esa ocasión tú me salvaste. -respondió Tom mientras sacaba cajas de vitaminas y las colocaba en su mochila.

- sabes si no lo logramos quiero que sepas que todo este tiempo ha sido suficiente para mí, estar contigo fue lo mejor que me pudo haber pasado,

Tom volteo a verlo; Bill se veía demasiado cansado, pálido y ojeroso, unas gotas de sudor recorrían su cara y lo peor de todo era ver sus ojos rojos a punto de llorar. Se acercó a él para consolarlo, le había sorprendido tales palabras de derrota. Tom limpió el sudor de su frente y se acercó más a él.

-Oye no digas eso, ya estamos muy cerca.

-Cuando perdí la conciencia en el campamento me fui y por unos segundos no había nada, dolor ni angustia. Sabes, no tengo miedo. - confesó Bill, regalandole una sonrisa.

-Pero yo no estoy preparado para dejarte ir. -Confesó Tom abrazando el cuerpo de Bill con todas sus fuerzas,  le habían dolido tanto esas palabras que no quería soltarlo, temía perderlo. -No me he rendido, así que tú tampoco lo harás.

Cayeron unas lágrimas  sobre la cabeza de

Bill. Ambos estaban sumergidos en ese abrazo pensando que no había vida sin el otro.  Tom agachó la cabeza y besó los labios secos de Bill, dado a la falta de experiencia Bill lo recibió tímidamente con los labios cerrados y sin saber cómo actuar se apartó solo unos milímetros para confesarle.

-Yo, no sé qué hacer.

- Abre la boca y has lo que yo.

Bill así lo hizo y recibió los labios tibios de de Tom seguido de su lengua que entraba despacio buscando la de él.

La textura de aquel órgano era suave, el sabor de la sílaba era dulce y la sensación que le provocaba era intenso, pronto sintió una sensación de escalofrío en todo su cuerpo, una excitación que despertó todos sus sentidos deseando más de eso,  el beso se intensificó y fue por instinto que Bill moviera su boca al ritmo de Tom.

Tom quería ser cuidadoso con él y con precaución deslizó la chamarra por los hombros, sacó la playera del pantalón y la levantó para desvestirlo, tuvo que detener por unos segundo ese exquisito beso pero aprovecho para contemplarlo,

Bill estaba más delgado y pálido pero para él era un placer verlo desnudo.

Lo recostó en la cama y desató el cinturón, desabrochó el botón y  bajó la cremallera, cuando los pantalones salieron por sus delgadas piernas Tom se deshizo de su playera y acompañó a Bill en la cama, lo beso tan despacio como si fuera un delicado caramelo; tan delicioso y frágil. ¿Cómo podría seguir viviendo sin él?

Bill recibía todos esos besos con fascinación, jamás pudo imaginar  que el acto sexual humano era un sentimiento tan gratificante, de hecho era aún mejor, en ese momento no encontraba las palabras indicadas para explicarlo a pesar de su gran conocimiento.

Tom no sabía  en realidad qué hacer, había estado con muchas chicas pero jamás con un hombre, con ellas era sexo salvaje y apasionado pero lo que sentía por Bill no se comparaba con nada de eso. Mientras lo besaba  acaricio su pecho, era firme y suave y sintió como Bill se estremecía; quizá no era tan diferente. Él sabía darse placer y supuso que sería lo mismo, quizá las mismas zonas erógenas que él tenía las compartía con él, así que bajo su mano hacía las costillas donde había un punto principal que a él lo volvía loco, y en efecto, Bill respondió al momento con un gemido de placer. Era más fácil y practicó de lo que esperaba. Quería complacerlo, que su primera vez fuera especial para tener un buen recuerdo y siguió besando y acariciando, también lo dejaba descansar por segundos de vez en cuando para respirar ya que podía sentir como le costaba contener la respiración.

Después de una larga sesión de besos quería seguir con lo demás. Deslizó la mano hasta llegar a los bóxer, donde lo esperaba un miembro erecto. En cuanto lo toco, Bill se estremeció por completo, mordió los labios de Tom para contener un gemido, eso éxito más a Tom, era gratificante saber que hacía un buen trabajo. El resto de las prendas desaparecieron, y ya desnudos sus cuerpos se encontraron y se meneaban en un baiben armonioso.

 

Antes había intentado tener saxo anal con sus mujeres pero debido a que era un poco más grande de la medida estándar ellas no aceptaban que él llegara hasta el final, así que pensó en preparar el cuerpo de Bill, chupo uno de sus dedos y lo llevó a la entrada; esta estaba caliente y húmeda. La tallo por un momento mientras que besaba su cuello, metió su dedo y Bill  se tensó enterrando sus uñas  en la espalda de Tom,  ya acostumbrando la entrada siguió con dos dedos, al principio era una sensación incómoda para Bill pero después de un tiempo le empezó a agradar, pidiéndole más profundidad. A esas alturas Tom estaba ansioso de entrar en él, así que se levantó para hincarse en la cama y acomodo las piernas de Bill sobre las suyas. La vista que contempló era hermosa; el cuerpo delgado y bien torneado de Bill tendido sobre la cama esperándolo era perfecta, una contemplación de lo exquisito y sublime del ser, de lo divino, un ángel terrenal. No lo hizo esperar mucho, se acomodó y con suavidad fue empujando lentamente para abrirse paso. Estaba demasiado estrecho y eso lo excitaba cada vez más pero tenía que contenerse al menos hasta ver que no lo lastimaba, cuando logro entrar por completo, Bill soltó un pequeño quejido.

-Lo siento, te lastime.

-No, estoy bien, sigue.

El movimiento de Tom hacía que su cuerpo se estremeciera, esa parte  del cuerpo de Tom era la mejor y no es que menospreciara lo demás, todo en él le encantaba. Sus cuerpos se empezaron a acoplar en cuanto a movimiento, Tom empujaba y Bill levantaba las caderas, su pecho se agitaba y su respiración se aceleraba. Si así los humanos se demostraban su afecto él quería hacerlo eternamente, y eso requería seguir viviendo


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).