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En el apocalipsis por litle dragon

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-Tom, despierta.

el cuerpo de Tom era sacudido en plena noche.

Habían caminado varios kilómetros para llegar a un refugio seguro, se instalaron en la planta nuclear y bloquearon cualquier entrada.

Ya estaban muy cerca de la nave y Bill lo sentía en todo su cuerpo, su mente la sentía menos suya, la influencia en los medicamentos provocaban esa reacción, le permitían a su mente aceptar esas hondas magnéticas. Bill tenia que hacer algo antes de que fuera tarde, antes de perder su conciencia por completo, sabia que llegar no era la solución, no para el.

-Tom? -volvió a repetir sacudiendo con más vigor el cuerpo que estaba tendido al lado de el.

-¿Qué sucede? -pregunto Tom mientras se levantaba deprisa empuñando su cuchillo y apuntando al vacío.

-shhh, tranquilo, no pasa nada.

-Nada. ¿Entonces para que me despiertas?

Tom volvió a acostarse y abrazo a Bill

-Duérmete quieres.

-No puedo, es que...

-Pues intenta, ya casi amanece.

-Es que he estado pensando y no podemos ir.

-¿Por qué no? -pregunto Tom casi en susurro.

-Solo que no quiero. Porque no mejor nos vamos, lejos, tu y yo.

Tom abrió los ojos y se levanto para poner más atención.

-Tenemos que llegar con ellos, solo así te salvaras. -pero al ver su rostro vio cierta preocupación.- ¿Qué sucede?

-Solo no quiero acercarme a ellos, no me gusta lo que me están diciendo.

-¿Y qué es?

Bill apretó sus labios. tenia nueva información y esta le dolía en el alma.

-Ellos nos están llamando a todos nosotros para abandonar el planeta por que nuestra naturaleza humana estará en peligro. Ellos lanzaran el segundo ataque, este se desplazara por el aire y matara a todos los humanos restantes.

En su vida, Tom jamás había escuchado algo tan impactante como para dejarle helada la sangre.

-Eso es imposible, no pueden hacerlo.

-Lo harán, aun quedan suficientes humanos para repoblar el mundo, esta vez nadie sobrevivirá.

Tom guardo silencio, no podía asimilarlo. Sin duda seria el final total para la humanidad, para su tropa, para él.

-¿Tom?.

Tom miro de nuevo esa cara y los ojos de Bill llenos de dolor.

-Pero si te quedas también morirás.

-Lo se, pero prefiero eso que irme con ellos.

-No digas tonterías, tu desprecias a la humanidad tanto ellos.

-Desprecio las atrocidades humanas pero amo su compasión, su ternura, te amo a ti

-¡Bill!- Tom lo acerco a él para abrazarlo, esas palabras significaban tanto. La relación que habían compartido había crecido tanto y en formas inimaginables, ahora era incapaz de dejarlo ir, incluso antes de esas palabras, pero quedarse con él era la muerte. Podía soportar la suya, desde hacia tiempo la esperaba, pero la de Bill era inconcebible.

-Más que nunca tengo que llevarte con ellos.

-¡No!-grito Bill separándose de Tom. -Quiero estar contigo y si se te ocurre hacerlo tendrá que ser muerto. No entiendo nada de este mundo, se que antes de llegar ellos ya era caótico pero prefiero que mis últimos días pasen aquí contigo.

-¿Se supone que con eso me vas convencer?

-Tendría que ser suficiente, para lo es.-Bill estaba dolido, para él era más que suficiente y decepcionado se levanto.

Tom no soporto más y lo sujeto del brazo para jalarlo hacia él y de nuevo estuvo en sus brazos.

-Estaba bromeando. ¿Como crees que podría dejarte ir?

Bill se sentía tan feliz. Jamás sentiría algo así con los suyos y ellos jamás sentirían algo así por él, así que agradeció ser imperfecto.

-¿Eso significa que dejaras que me quede?

Tom se levanto de inmediato y comenzó a guardar cosas en su mochila.

-Eso significa que tendremos que buscar otra opción. -dijo sonriendo Tom, tenia una idea y esta iba crecía en su interior.- Tenemos que escondernos de ese ataque pero antes tenemos que encontrar como salvarte, así que tenemos que...

-...llegar a la nave.-continuo de decir Bill algo decepcionado.

-Así es. tenemos que entrar ahí y tomarlo.

-Pero necesitaremos un transporte para entrar, lo que estamos buscando es una cabina de hibernación nueva.

-¿Una camioneta quizá?

- La Emperatriz, es una nave suspendida en la orbita de la tierra, necesitaremos algo más que una camioneta, pero se donde encontrarla. Ella acaba de aterrizar y se encuentra a diez kilómetros de aquí.-Bill se levanto y comenzó a ayudar a Tom.

-¿Y como sabes de esa nave?

-Todos lo sabemos pero nuestro objetivo es otro.

-Perfecto.

-Pero necesitaremos un piloto.- Bill hizo un pequeña pausa. - Lo hará si yo se lo pido.

Tom inmediatamente reconoció que querían decir esas palabras. Los celos no se hicieron esperar.

-No, el no lo hará, ni por ti, será mejor buscar a otro.

-¿Por qué te molesta tanto?

-El tío no me molesta, me molesta que lo menciones, que lo defiendas y que lo busques.

-No estas pensando lo que dices, de nuevo eres irracional.

-Estoy arto de esa palabra, así que para ya. Si nos vamos a ir será mejor hacerlo ahora.

Bill decidió no decir más, ya habían avanzado demasiado y discutir con Tom era muy desesperante.

Ambos salieron del refugio en silencio sin que nadie se diera cuenta, al final a Tom solo le bastaba salir con Bill.

Para dirigirse a su nuevo destino tuvieron que adentrarse en la ciudad así que tuvieron que enfrentarse a un gran numero de infectados, atravesar varios edificios, correr por las peligrosas calles y avenidas, y esconderse en más de una ocasión. Ese peligroso recorrido los llevo a encontrar una casa de empeño en un barrio bajo, donde Tom quiso curiosear un rato. Había de todo ahí, desde tecnología, joyas, muebles nuevos y reliquias invaluables, pero Tom buscaba algo en particular: las armas. Encontró un cuarto escondido lleno de estas, para él eran el mayor tesoro que ese lugar le pudiera ofrecer. Se surtió de navajas y cuchillos; las armas que nunca le fallaban, también tomo una escopeta y un rifle con silenciador y mira de alto alcance. Afortunadamente para ellos era una ciudad que al parecer había tenido un alto rango de criminalidad.

 

Bill no sabia que tomar, solo vía fascinado las diferentes antigüedades del lugar hasta llegar a una vitrina de vidrio grueso que guardaba una hermosa espada japonesa.

-¿Qué miras?- pregunto Tom acercándose a él para ver lo mismo.

-Olvídalo, seguro es una imitación, no ha de servir.

Bill rompió el vidrio y la tomo para verla mejor.

Tom tomo una tarjeta que colgaba de la espada y la leyó.

-Según esto esta espada es original y esta valuada en 1000 dólares. ¡Valla, el dueño de este lugar si que tenia cosas valiosas! ¿Servirá?

-Ay que probar.-dijo Bill desenvainando la espada.

-Creo que le falta filo.

-Me encargare de eso.

Tom vio un brillo en sus ojos y una sonrisa en el rostro.

-Pareces niño con juguete nuevo. ambos salieron de la tienda y en la calle tuvo la oportunidad de probar su primer juguete. Un infectado apareció; un hombre de talla grande, alto y con exceso de vello en el cuerpo. Bill avanzo asía él lentamente, el infectado al oler el aroma de vida de Bill corrió

asía él, Bill también lo hizo y al acercarse golpeo directo al cuello, la espada por falta de filo corto la mitad del grueso cuello atorándose en el hueso haciendo que el infectado callera al suelo por el impacto pero aun se movía. Bill saco la espada de inmediato y remato para terminar el trabajo.

-Te dije que le faltaba filo. ¿No pudiste esperar?

-No,-contesto Bill con una sonrisa.

-Creo que sí soy una mala influencia para ti.

Ya casi iban a salir de la ciudad cuando Tom vio una tienda de uniformes militares y de nuevo se detuvieron. Casi no había nada de mercancía, pero logro encontrar botas de su talla y playeras nuevas, había poco espacio en su mochila y necesitaba esa ropa.

-Toma, ponte esto. - y le entrego una playera y una chamarra con capucha.

-No lo necesito.

-Tu póntelo, me lo darás después y también esto. -y le entrego un pantalón negro de lona con bolsas en los lados.

-Tendré mucho calor.

-Es solo asta encontrar una mochila más grande.

Bill obedeció mientras que Tom guardaba calcetines y ropa interior en su muy apretada mochila.

La oscuridad los alcanzo a las afueras de la ciudad y Tom decidió que lo mejor seria regresar y pasar la noche en cualquier edificio. Escogieron una gasolinera donde las puertas y ventanas estaban cubiertas por barras de metal, iban entrando cuando un disparo calló en medio de los dos. Ambos se escondieron y sacaron sus armas, de inmediato una lluvia de balas se les vino encima. Tom hizo maniobras y se abrió paso para acercarse a sus atacantes pero antes de responder se hizo el silencio. Ambos esperaron varios segundos cuando al fin voces humanas rompieron el silencio.

-Están rodeados, tiren sus armas y salgan despacio y con las manos en alto.

Esas palabras solo las dirían un oficial , así que estaban ante policías o militares.

-Queremos identificarlos. Somos la resistencia humana y buscamos sobrevivientes.

-Soy el teniente Tom Kaulitz, de la brigada de recuperación de la zona norte.

Se oyó un gran silencio.

Aquí alguien lo conoce, sal, no te haremos daño.

Tom no sabia si esas eran buenas o malas noticias.

-Si eres quien dices ser sal o iremos por ti.

Tom al no tener opción salió con las manos en alto. No tenia toda la noche. Mientras lo hacia vio como los militares salían poco a poco de sus lugares, eran más de veinte y uno se acerco más que los demás.

-Teniente Kaulitz, dígame el nombre de su capitán.

-Adolfo Perry alias...

- El martillo.-dijo el militar al mismo tiempo.-Soy el mayor Jaschik, él y yo fuimos compañeros en el ejercito y aun nos hablamos y créeme me ha platicado mucho de ti.- el militar soltó una carcajada y pidió a sus hombres bajar las armas.

-Así. ¿Cómo que?- pregunto Tom nervioso.

el mayor se acerco y estrecho su mano.

-Como que eres una bestia en combate pero hace mucho que no se de él. ¿Cómo esta?

-Esta bien, es un hueso duro.

Sí, tienes razón. ¿Y que haces tan lejos de tu base?

Estoy en un misión de reconocimiento.

-¿Quién esta contigo?

-Es mi hermano.-dijo Tom nervioso.

-¿Tu hermano? -los hombres se vieron de una forma extraña.-Pídele que salga. -dijo el mayor Jaschik mientras que otro hombre preparaba su arma.

-¿Qué hace? ya le dije que es mi hermano.

-¡Háblale!

Y así lo hizo mientras que muy disimuladamente preparaba los cuchillos que guardaba en sus brazos.

-Bill, puedes salir.

Bill salió despacio y afortunadamente con las ropas que le había dado Tom y su cabeza cubierta.

-Acércate. -pidió el mayor.

Bill así lo hizo, camino hacia Tom con las manos descubiertas y preparadas para desenvainar la espada que escondía en su espalda.

El otro no dejaba de apuntarle. Ya muy cerca el mayor descubrió la cabeza y se sorprendió al verlo. Bill había cortado su cabello, era un mal corte pero se veía normal.

-¡¿Qué significa esto?!

-Es mi hermano gemelo.

El hombre lo examino detenidamente.

-Han estado apareciendo estos seres tan parecidos a muchos humanos y tu apareces con un supuesto gemelo. ¿Dime quien es el clon, tu o él? -exigió el mayor apuntando en la cabeza de Bill.

-¡Déjalo en paz! -grito Tom abalanzándose al mayor pero recibió un fuerte golpe en el estomago antes de llegar. Bill enfurecido saco su espada y tomo el cuerpo del mayor y coloco la hoja de acero en el cuello del hombre.

-Déjenlo ir o lo mato.

el resto de los hombres se había acercado y apuntaban en dirección a Bill.

-Mira a tu alrededor. No saldrán vivos de aquí, así que baja eso.- dijo el mayor para presionar más a Bill.

Bill sabia perfectamente eso y su sentido común hizo que bajara el arma cuando escucho como empezaban a apretar el gatillo. tres hombres lo sujetaron y lo tiraron al suelo.

-Discúlpame por no ser más fuerte. Tom podía sentir los disparos en cualquier momento pero alguien hablo antes.

-Bajen sus armas. -pidió otro hombre que Tom no haba visto, y al mirarlo noto que era un coronel; un hombre joven pero con rango mucho mayor, pero nadie obedeció.

-¡He dicho que las bajen!- y los hombre obedecieron ante la fuerte voz de aquel hombre.

-Vaya hermano que tienes, mira que arriesgar su vida por ti. -dijo el hombre y ayudo a Tom a levantarse. -Lamento la confusión, y te pido que disculpes a mis hombres pero hemos estado muy tensos últimamente. Tom miro a Bill y lo levantó del suelo.

-¿Estas bien?

Bill asintió

-Después del mal entendido por que no vienen a nuestra ciudad, serán más que bienvenidos.

-Pero tengo que regresar a mi base.

-Por favor, insisto.

-Seria un placer. -Bill respondió sorprendiendo a Tom.

Notas finales:

Espero ayan tenido una buena navidad y un mejor año nuevo.  


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