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No fue a primera vista por Reiga

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Notas del fanfic:

Hola preciosas amantes de esta parejita -ok no la ignoran- u.u Espero de todo corazón que les guste este escrito y ¿díganme qué tal si?

Los personajes para mi desgracia y la de muchas no me pertenecen u.u

a Leer!

 


~*~ 


 


–¿Puedo pasar? – Preguntó un simpático pelirrojo asomando su cabeza por la puerta de una lujosa oficina.


–Claro Taiga, ¿porque preguntas? –sonrió con cariño, dejando su papeleo de lado. 


–Ah lo siento ni-san, es que pensé que estabas ocupado, ¿para qué me mandaste llamar? –un suspiro por parte de su hermano le hiso mover su cabecita hacia un lado a la espera.


–Hoy va a llegar un nuevo empleado ocupara el puesto de momoi  quiero que te encargues de él, enséñale el funcionamiento de la empresa y sus ocupaciones – decía calmadamente el mayor sentado detrás de su escritorio viendo como su hermanito anotaba todo diligentemente en su libreta.


–¿Momoi al final renuncio? 


–Si, dijo que quería dedicarle el cien por ciento a su bebe – una sonrisa cálida se alojó en ambos a recordar al chica embarazada.


–Bien Daiki, ¿cómo a qué hora va allegar?


– Ahss~ - suspiro – ya debería haber llegado, baja y ve si está a lo mejor está perdido  – el menor negó reprobatoriamente ese chico no duraría ni un día en la empresa, su hermano de seguro  lo echaría inmediatamente si no tenía una buena justificación, era muy severo en cuanto a la responsabilidad.


Iba bajando las escaleras cuando alguien o algo arraso con el mandándolo derechito al suelo por suerte y solo le quedaban unos cuantos escalones para llegar al piso  así que la caída no paso a mayores.


–¿Eres idiota o te haces? , ¡Acaso quieres matarme!, ¡cómo no te fijas! – le seguía gritando kagami, mientras  el sujeto causante de su accidente lo miraba asustado. 


–Lo siento mucho – se disculpó haciendo un reverencia y se fue corriendo escaleras arriba dejando a un pelirrojo en el suelo y en shock, ese chico ni siquiera lo había ayudado a pararse y se había ido así como así.


–¡Maldito idiota! – exclamó


–kagami-kun ¿te encuentra bien? – su amigo y compañero de trabajo se acercó rápidamente para ayudarlo a levantarse.


–No, no estoy bien, ¡no ves que me votaron! – Gritó molesto, para enseguida arrepentirse – lo siento no tenía por qué gritarte – arrepentido se disculpó y luego miro con verdadero odio las escaleras por donde se había ido ese chico, ya estaba esperando el momento para verlo de nuevo y gritarle unas cuantas barbaridades.


Recordó por lo que había bajado a la recepción y busco por todas partes  a alguien con las características del  nuevo empleado perdido, el mismo que por cierto no se  había tomado la molestia  ni de preguntar su nombre, estaba maldiciendo el mundo entero cuando suena su celular.


–¿Ni-san? –


–Taiga ¿Dónde estás?


–En el primer piso buscando al chico, pero… – lo escucho suspirar del otro lado.


–Sube el ya esta en mi oficina  –  y colgó,  triste fue corriendo por las escaleras, su hermano fue algo frio en esa llamada  “¿acaso estaba molesto?”, que culpa tenía el de que el tipo no llegara a la hora. Ni siquiera lo conocía y ya lo estaba odiando.


Llego con rapidez, recordó lo que le había dicho en la mañana así que llego y entro, su hermano como siempre se encontraba  detrás de su escritorio pero esta vez no lo recibió con una sonrisa, estaba serio y con las manos entrelazadas sobre el escritorio. 


–Taiga él es Midorima shintaro – le dijo presentándole al chico que estaba de espaldas, su color de cabello hizo que frunciera el ceño y al darse vuelta, la sonrisa de chico educado y cortes  desapareció


–¡TÚ! – Midorima abrió fuertemente sus ojos ante tal agresión, bueno no fue agresión pero el fuerte tono y ese dedo apuntándolo podría considerarse  como tal – ¿qué hace él aquí? – le pregunto a aomine quien no entendía el arrebato de kagami.


– ¿Se conocen? – pregunto mirándolo a los dos, el peliverde negó con la cabeza.


–¡El me boto por las escaleras! – aún seguía enojado con él pues ni siquiera lo había ayudado a pararse y su enojo se hiso más grande al ver que este lo negaba.


–¡¿Qué?! – él moreno se paró rápidamente y fue hasta donde taiga – ¿cómo paso?, ¿cómo estás?, ¿te sientes bien? – seguía llenándolo de preguntas mientras revisaba si tenía alguna herida, por otro lado midorima miraba al chico como haciendo memoria.


–Oh, lo siento mucho fue un accidente, no quise botarte, venia atrasado así que no me di cuenta por donde iba, lo siento mucho – volvió a disculparse haciendo una venia realmente estaba arrepentido.


–Bueno ya, no te preocupes fue un accidente – le dijo Aomine ya que por lo visto el menor no tenía pensado responderle – Taiga será mejor que te vayas y descanses – el pelirrojo por un lado estaba feliz de la preocupación de Aomine, supuso que si lo trato con frialdad antes fue para demostrar respeto ante un nuevo trabajador, pero eso se fue volando en cuanto escucho que se había caído.


–No, si estoy bien – le dijo con una sonrisa. Y era verdad solo había sido un golpe. 


–¿Estás seguro?


–Si – Aomine suspiro y de nuevo fue a su lugar.


–Bien… en vista de ya que se conocen y de lo bien que se llevan –miro al peliverde –  estarás a cargo de Taiga por un tiempo, será  tu jefe así cualquier duda se lo preguntas a él, hasta que entiendas por completo el manejo de la empresa y lo que te corresponde, que no se vuelva a repetir lo de esta mañana, ahora por favor retírense – ninguno supo si se refería a lo del atraso o por el accidente, pero aun así midorima sonrió apenado, mientras kagami lo miraba con desprecio.


Al salir de la oficina Taiga emprendió camino sin siquiera hablarle a su compañero, midorima por otro lado iba con seriedad pero con una sonrisita inexplicable en su rostro, llegaron a la oficina que desde ahora seria del peliverde, kagami trataba por todos los medios de explicarle su funcionamiento sin distraerse con esos ojos verdosos y esa  sonrisa un tanto linda que tenía,  pero que mientras más la miraba más la odiaba.


– Bien creo que por hoy está bien  ¿puedes hacer esto solo?-  le pregunto dejando unas cuantas carpetas encima.


–Si  – respondió y antes de que el chico enojón, según él se fuera  lo detuvo.


–¿Qué?


– ¿Que eres de Aomine? – esa pregunta le estaba rondando desde que vio la preocupación su jefe por él.


– ¡y a ti que te importa! – Gritó enojado – además para ti es tu jefe, no lo llames así- ¡A no! ese chico definitivamente le estaba cayendo como patada en el estómago, ¿quién se creía? venia recién ingresando al trabajo y  ya estaba llamando al jefe por su apellido sin honoríficos.


–Lo siento no debí llamarlo así, pero si me importa… lo vi muy cariñoso contigo y no me gustaría que Aomine-san estuviera engañando a mi hermana – lo dijo con tanta seriedad y nostalgia en su rostro, que kagami se desconcertó un poco, movió su cabeza y  razono lo que había escuchado.


–¿Eres hermano de  riko-chan?   – midorima asintió.


–Mm ya veo – ahora comprendía algunas cosas, el que su hermano no hubiera hecho nada, por la media hora de atraso y también la razón por la cual había sido contratado inmediatamente sin tener un mes de prueba primero. – bueno quédate tranquilo no tengo ese tipo de relación con el –el tipo no le había caído bien así que tampoco pensaba decirle más, y sin más salió dejándolo solo.


 


**~~**


 


kagami iba caminando con mucho cuidado con un café en sus manos, motivo  por el cual iba más pendiente de no derramarlo que ir mirando por donde caminaba…


–¡Ah! – se quejó cuando choco con alguien derramando el café caliente y  soltando el vaso por el dolor – auch – dijo bajito, meciendo su mano para todos lados.


–¿Estás bien? – escuchó y miro al chico con el cual había chocado, también lo había pasado a quemar así que también tenía que disculparse, pero las mismas se le atoraron cuando lo vio “Midorima shintaro”


– ¡¿Porque no te fijas?!


–¿Perdón?, fuiste tú el que choco conmigo  – dijo en su defensa provocando que kagami se quedara en silencio, no podía decir lo contrario pero de su boca tampoco quería salir las merecidas disculpas para el peliverde  así que solo se fue.


–Midorima-kun tenga cuidado de cómo lo trata – le dijo unos de sus nuevos compañeros.


–¿Porque?, ni que fuera el jefe.


–No es el jefe, pero el hermano menor del que te pagara el sueldo – le dijo uno, Midorima sonrió mirando por donde se había ido el pelirrojo. Sonrió, de alguna manera se alegró que no tuviera nada con Aomine. Aunque no estaba seguro de si era totalmente por su hermana.


 


~*~


 


Ocho de la noche y ya se estaba oscureciendo. La mayoría de los trabajadores se habían retirado.


Aomine se asustó cuando escucho a alguien por el pasillo ya era bastante tarde y no debería haber nadie o al menos eso creía, salió de su oficina  y enseguida un grito bastante deshonroso se escuchó, sus ojos se abrieron de par en par para luego reírse a carcajadas de su hermano menor.


–¿Qué haces aquí todavía taiga? – le pregunto sonriendo al ver la cara de susto que un tenia, mientras una mano seguía en su pecho


–No te rías daiki,  me asustaste  – dijo con un tierno puchero – ¿tú ya te vas?


–Si ¿nos vamos? – le preguntaba mientras iba por su maletín y su saco.


–No ni-san, me quedare terminando unas cosas, me atrase un poco donde me dejaste a cargo de ese idiota y son para mañana temprano además ando con mi auto no te preocupes.


–Está bien pero… ¿Idiota? ¿te refieres a midorima? – el pelirrojo asintió – Taiga~ – suspiro – es el hermano de riko por favor intenta llevarte bien con el ¿sí?... por mi – apelo simpáticamente y a manera de súplica  a la hermandad.


–Es que eso lo que no me entra en la cabeza riko-chan es tan linda y simpática y él es tan irritable – decía ofuscado y casi tirándose los cabellos. Aomine rio, pocas personas sacaban a kagami de balance, si bien era tranquilo a los ojos de todos tenía un carácter bastante explosivo y ese chico lo había sacado.


–¿Acaso te molesto o algo?


Kagami pareció pensarlo. Bueno aparte de botarlo por las escaleras, quemarle su mano; que no había sido culpa del peliverde y  arruinarle el día con su sola presencia mientras lo miraba con una sonrisa indescifrable en el rostro, si le había hecho bastante. Esto último era lo que en sí, lo tenía de mal humor ¿acaso se burlaba de él?


–¡Ey! tierra llamando a taiga


–Ah no nada, tratare de llevarme bien con el – le sonrió de manera deslumbrante.


–Gracias – Aomine desordeno sus cabellos  y se despidió – no te quedes hasta tan tarde.


Kagami miro el reloj y ya eran las nueve y media, bostezo cansado y dejo todo listo para mañana llegar y hacer el último papeleo que le quedaba. Salió de la oficina con su bolso y el saco doblado en la correa del mismo.


Se encontraba en el piso siete pero no tenía apuro así que fue por las escaleras mientras se desabrochaba un poco la corbata. Cuando iba por el quinto piso pudo vislumbrar luz por el rabillo de la puerta.


“¿Hay alguien más?” se preguntó


Entro y caminando hacia  dónde provenía la luz se encontró con el ya conocido peli verde. Este dormía encima del escritorio con un lápiz en la mano.


–¿Que estás haciendo? oye! –Midorima abrió sus ojos y se los refregó, mirando al pelirrojo con el ceño fruncido.


Kagami tomo uno de los papeles y  quedo sorprendido luego tomo apresuradamente la carpeta para ver el nombre del proyecto.


–¿Quién te paso esto? – midorima abrió sus ojos asombrado al ver la seriedad del pelirrojo.


–Sahara-san ¿porque? – kagami suspiro


–Este trabajo no te corresponde a ti, es más ya está atrasado, seguramente por eso se aprovechó de alguien nuevo… ¿Qué no te dije que cualquier duda me preguntaras?


Claro que se lo había dicho, pero ese chico de carácter aparentemente respetable, le había dicho que era orden de Aomine, ¿le podía decir eso? Ni que fuera soplón, por muy molesto que estuviera.


–Bien será mejor que nos vayamos, mañana hablaremos de esto– kagami se dio vuelta apretando los dientes antes de hablar – ¿traes auto? – midorima quedo desconcertado un momento y luego contesto.


–No, tenía pensado pedir un taxi… ¿porque?


–Bueno si quieres te llevo – y se dispuso a caminar, midorima sonrió y supuso que el obstinado pelirrojo no lo diría de nuevo así busco sus cosas rápidamente y llego a su lado en silencio hasta que su acompañante se detuvo en la puerta que daba a las escaleras.


–Demonios las cerraron – Decía con  temor que disfrazo con enojo.


–No hay problema bajemos por el ascensor, no sabía que cerraran las escaleras –comento como si nada, presionando el botón.


–Si, después de las diez, el guardia revisa los pisos y las cierra –las puertas del ascensor se abrieron, midorima entro y kagami lo miraba con miedo mal disimulado, suspiro hondamente entrando y poniéndose al lado del peliverde.


Midorima lo miraba confundido mientras el pelirrojo miraba ansioso la pantalla que marcaba los números de los pisos que bajaban del 5 al 4, 3, 2, 1, -1 y … se detuvo.


–¿Q-Que… que paso?


–No lo se – midorima se acercó a los botones para presionar el -2 y el abrir pero nada.


–No…No, no, no, no esto tiene que ser una broma – decía rápidamente se acercó a los botones casi empujando al peliverde y con torpeza los presionaba todos, al ascensor comenzó a descender un poco y se detuvo fuertemente apagándose las luces, prendiéndose un pequeño foco de emergencia –No… ¡chicos! –Gritaba– ¡Hiroto-san! ¡Yuito-san! – Gritaba a los guardias mientras chuteaba las puertas, busco su celular y para mala suerte suya y del mismo celular no había señal.


El celular se estrelló con fuerza en algún rincón del pequeño lugar, rompiéndose al instante. Midorima lo miraba entre asustado y asombrado.


Kagami  se quitó la corbata y el saco, quedando solo con su camisa blanca, y sus pantalones de tela negros, cerro sus ojos y respiraba hondamente apoyándose en una de las paredes mientras se repetía mentalmente un “tranquilízate kagami”


“¿Claustrofobia?” pensó midorima… aquello era la única justificación que se le venía a la cabeza al ver la desesperación en sus acciones y su rostro, aquel rostro de niño arrebatado, explosivo, seguro,  hermoso, seductor y hasta sexy como había encontrado mientras le explicaba algunas cosas, ahora solo denotaba temor en sus ojos, miedo en sus labios apresados entre sus dientes y mucha inseguridad en su voz.


Kagami abrió sus ojos y recordó que no estaba solo, el sonrojo con un poco de vergüenza lo embargo, pero de nueva cuenta su mano fue guiada a su pecho y al intentar hablar era como si el aire le fuera arrebatado.


–Sa-sácame de aquí – le pidió cerrando los ojos y golpeando la pared de espaldas a el –no es solo eso – le respondió kagami a su pregunta no hecha – la oscuridad no la tolero, y ese foco no durara más de una hora –le dijo dejando saber su mayor temor.


Estaba haciendo uso de todo su auto control para  no descontrolarse, pero su cuerpo temblaba y su respiración era muy agitada, no sabía como podía reaccionar para cuando la luz se fuera y eso le asustaba aún más.


–Tranquilízate – escucho antes que la oscuridad llenara sus ojos.


–¿Q-que haces? – pregunto agarrándose la camisa del peli verde. Midorima se había acercado y vendado sus ojos con la corbata que kagami momentos atrás había tirado.


–Es mejor que te ambientes desde ya, ven – lo tomo de los brazos y lo acerco a su cuerpo afirmándose en  la pared contraria, cayendo lentamente, para quedar sentado con kagami encima de el con ambas piernas separadas – yo realmente no sé qué hacer – contesto con pesar, abrasándolo con más fuerza aun… lo único que quería era que ese cuerpo que rodeaba con sus brazos dejara de temblar – pero por favor tranquilízate, estoy contigo, en cualquier momento se darán cuenta que  el ascensor se descompuso  y saldremos de aquí– le decía sobándole la espalda.


Kagami seguía temblando pero su cabeza la había apoyado en el hombro del peliverde he inconscientemente se había abrasado a su cuerpo. Pasaron unos eternos Minutos y midorima decidió hablar.


–¿Te sucedió algo en particular para que ahora tengas claustrofobia? –pregunto mientras una se su manos no se apartaba de su cintura y otra no paraba de recorrer su espalda.


Kagami estaba más tranquilo sin duda, el calor y seguridad que le proporcionaba el peliverde  era tranquilizador para todo su ser. Se acomodó más encima de él y hablo sobre su cuello.


–Cuando tenía seis años me secuestraron después de salir de la escuela, me encerraron en un cuarto muy pequeño y… y oscuro – titubeo de solo recordar aquella experiencia –los sonidos de la ratas los escuchaba claramente, estaba tan asustado que les gritaba para que me sacaran de ahí pero no lo hacían – aquello ultimo enterneció tanto el corazón de midorima que le dio un abrazo conciliador y desde su corazón.


Kagami se separó un poco y noto que la oscuridad solo acrecentaba, signo claro que los focos iban perdiendo su luz. Se arrimó aún más a midorima casi aplastándolo con todo su cuerpo, como queriendo sumergirse dentro de el para estar seguro.


–Tranquilo – menciono sujetando su cabeza, enredando sus dedos en esos cabellos rojizos –piensa en otra cosa, despeja tu mente – decía y el mismo trataba de convencerse de espejar la suya, la posición ya no estaba siendo favorable para él, no, definitivamente no, estar tan cerca del chico que le robo su mirada al verlo por segunda vez era demasiado.


Tampoco se sentía bien pensando en lo adorable que se veía, en lo indefenso que se encontraba, en el exquisito calor que su cuerpo le estaba dando y en esos labios que lo estaban invitando a lo prohibido… si, se sentía mal tener ese tipo de pensamientos cuando el pelirrojo solo estaba asustado  y aferrándose a él  por  protección.


–¡Maldición midorima no pue…


Su boca fue silenciada por otra que impacto sobre la suya callando cualquier palabra. En un acto de completo valor midorima agarro su cabeza y guio sus labios a los temblorosos contrarios, momentos eternos para ambos  pasaron antes de separarse lentamente.


Ninguno decía nada, kagami por la sorpresa del acto y midorima por miedo. Sus ansias de no verlo asustado y de querer ayudarlo más la situación y la absurda atracción que sentía hacia él lo habían llevado a  hacer algo completamente improbable y fuera de lugar.


–¿E-Estas más tranquilo? –  realmente no sabía si esa pregunta era más para kagami o para su corazón y mismos labios que aun ardían ante la magnífica sensación pasada. Un asentimiento por parte de su acompañante le dio cierta tranquilidad.


El pelirrojo por otro lado estaba confundido, el peliverde lo había besado, de la impresión se olvidó del susto que sentía anteriormente y en su cabeza lo único que pensaba en el porqué de su acto. La respuesta llegaba a su mente con amargura.


–Eso no era necesario – menciono afirmando su cabeza en el hombro ajeno, ya notablemente más tranquilo.


–Lo se y lo siento, pero… era eso o te golpeaba – dijo queriendo hacer broma y no hondar en cosas ciertas. Kagami rio – ¿hubieras preferido lo segundo?


–No – contesto con sinceridad, entregándose a la sensación de su agradable voz resonando en sus oídos, el calor que le brindaba su cuerpo y los cálidos roces que desde que cayeron no cesaban en su espalda.


Midorima se dio cuenta de la calma que en el pelirrojo y en como de apoco su respiración comenzaba hacer, tranquila y pausada, lo miro mientras sentía como esa manos que antes lo agarraban como si la vida dependiera de ello ahora caían sin remedio a sus costados.


Sonrió al verlo dormido, su mano la guio a la frente de kagami para con delicadeza despejarla de sus rebeldes mechones y ver en lo que se podía su hermoso rostro, sonrió cual bobo enamorado mientras deslizaba la misma por sus mejillas.


–Tan arrebatado y gruñón que seas y durmiendo eres un auténtico ángel.   


 


Se rio de su propio y cursi comentario, volvió a fijar su vista en el dormido, se consideraba un hombre maduro, no se molestaría  en negar lo que fue inevitable, kagami le gustaba.


 Lo contemplo hasta que el mismo lo acompaño en su sueño, el tiempo se detuvo en aquel pequeño lugar.


Midorima abrió sus ojos al sentir un ruido externo, enseguida vio las luces del ascensor prenderse simultáneamente mientras escuchaba el ruido nuevamente.


–Kagami – le susurro


–mmm…


–Oye dormilón despierta,  el ascensor –mencionó a la vez que le quitaba la corbata de sus ojos.  


Y como si fuera magia kagami abrió sus ojos recordándolo todo, al ver que estaba encima de midorima de un salto se alejó quedando sentado en el suelo.


–Lo…Lo siento – midorima le sonrió mientras se levantaba.


–No te preocupes, ven levántate – le ofreció su mano, a la vez que movía sus hombros con incomodidad, tenía el cuerpo entumecido, pero el haber tenido a kagami dormido encima de él valía  cada segundo vivido.


Kagami la recibió sintiendo inexplicablemente cómodo y algo diferente en cuanto al peliverde. El ascensor empezó a moverse y kagami ansioso se puso en frente de las puertas esperando que las venditas se abrieran.


El ascensor había retomado su curso hacia el piso -2


Midorima sonrió mientras tomaba sus cosas y las de kagami, al abrirse el pelirrojo salió como tigre dejado en cautiverio y dejado en libertad.


Salió encontrando el desolado estacionamiento, nunca en su vida aquel agrio lugar lo había encontrado más bonito y acogedor.


–Será mejor que no vallamos – mencionó midorima – con suerte y alcanzaremos a dormir tres horas, viendo su reloj y dándose cuenta de que eras las cuatro de la mañana.


Kagami miro el suyo y suspiro, luego de eso las palabras sobraban, en silencio viajaban a la casa del peliverde, al detenerse en un semáforo kagami quiso agradecerle, pero grande fue su sorpresa al encontrarlo dormido, el semáforo nuevamente le permitía seguir con su camino pero no se dio cuenta de ello.


El rostro durmiente de su acompañante le pareció infinitamente más interesante, sonrió ante el agrado de la visión, recordó la sensación de ese repentino beso, y quizá la idea de repetirlo no era tan mala y  con ese bello pensamiento retomo el curso.


–Oye… midorima – le llamo pero no hubo contestación así que lo movió del hombro viendo con simpatía como sus verdes ojos se abrían con sueño y algo parecido a la ternura.


–¿Llegamos? – kagami asintió. Midorima tomo sus cosas – muchas gracias, nos vemos en un rato.


–Sobre eso, puedes llegar más tarde – le dijo antes de que se bajara –no te preocupes hablare con mi hermano.


–¿Tu igual llegaras tarde?  


–¿eh? no, yo hay algo que tengo que arreglar y midorima… – desvió la mirada causando que el peliverde le mirara con aun más atención e intriga, se acercó un poco para notar unas lindas mejillas sonrosadas – yo… muchas gracias por ayudarme, sé que no tenías adonde ir si hubieras querido pero… – midorima sonrió – de ser otro quizá y me hubiera golpeado o no se… ahora mismo no se qué hubiera hecho sin ti… g-gracias –dijo de nuevo


Midorima le sonrió y puso una mano en su hombro. Con el gesto pidiéndole que lo mirara, al hacerlo, sus labios se encontraron por segunda vez, kagami se sorprendió y cuando sintió esa cálida mano ajena en su mejilla cerrando sus ojos  fue el mismo  quien con algo de temor abrió su boca para que su propia lengua fuera en busca de la contraria, pero no alcanzo ni a salir cuando la otra escurridiza se metió con fuerza y seguridad invadiendo territorio ajeno.


Sus labios se movían y sus lenguas danzaban sin dar tregua, las manos de midorima recorrían de su cuello hasta la punta de sus cabellos, desordenándolos. El beso terminaba y en cosa de nada midorima volvía al ataque incapaz de detenerse.


La voluntad de kagami no era mayor a la del peliverde, sin duda pensaba que aquello podía ser eterno, pero su respiración no pensaba lo mismo y no quería cooperar.


–Mi…–beso – midorima – dijo entre beso y beso, su mano la llevo a la ajena que reposaba en su cuello y la obligó a soltarlo para de esa manera clamar por aire.


Kagami con su rostro sonrojado sus labios húmedos y calientes trataba de respirar normalmente mientras su cuerpo temblaba por las sensaciones arrolladoras secuelas de aquel beso.


El peliverde por otro lado estaba alegre no… feliz era la palabra correcta.


–¿Y ahora por qué fue? –refiriéndose al beso, mirando hacia al frente poniendo sus manos al volante.


–Por que quise – respuesta tajante  que causo una sonrisa  y luego una risita en kagami.


 


A la mañana siguiente el moreno llego temprano a la oficina, sorprendiéndose de ver a su hermano ahí.


–¿y eso… por qué tan temprano taiga?


–Buenos días ni-san – contestó alegremente siendo contestado con una elegante sonrisa –necesito hablar contigo.


Cuando el moreno se sentó en su lugar y mientras encendía su computador kagami puso unos papeles, lo tomo inmediatamente.


–¿Que paso te hiso algo o es netamente laboral? –pregunto con solo leer el título, aun ni recibía respuesta y ya estaba firmando lo que kagami le pedía.


–Netamente laboral


–¿Seguro? Mira que si te hiso algo lo despido sin pagarle ni un peso.


–Daiki – le reprendió ante el tono amenazante del otro – ya te dije que es netamente laboral, ayer…


–No te preocupes taiga, tú sabrás porque de tu decisión ya sabes que esa tarea la tienes tu – le dijo dejándole saber que confiaba ciegamente en su juicio – lo único que quería saber es si se propaso o algo contigo –kagami rio


–No, después de lo último ya nadie lo hace – respondió quitándole importancia y tomando los papeles.


–ah~ – suspiró aomine – ¿Por qué tuviste que salir tan bonito? … a ya lo recordé  eres mi hermano, si fueras feo no serias digno de mi – respondió con sincera arrogancia kagami rodeo los ojos mientras se dirigía a la puerta.


–Te equivocas ni-san soy aún más hermoso que tu –le respondió  sonriendo y guiñándole un ojo antes retirarse y escuchar una carcajada de parte del moreno.


 


~*~


        


Los días pasaban y la paciencia de midorima se agotaba, encontrarse con kagami para a hablar de algo que no fuera de trabajo se le estaba haciendo muy difícil, sin mencionar que se encontraban en piso diferentes   y al parecer su lindo pelirrojo no estaba poniendo de su parte, pero tampoco quería presionarlo pues se notaba que estaban teniendo mucho trabajo. Esa misma mañana parecía que tenía una junta con los representantes de otra empresa.


–Mira – susurro unos de sus compañeros – el peliverde levanto la vista de su computador y miro la elegancia con la kagami caminaba con otros dos acompañantes que lo miraban como si fuera una divinidad, vestía formalmente al igual que los otros dos –dos más a la lista de pretendientes – comento llamando la atención de midorima.


–¿Así? ¿Por qué lo dices? – pregunto con cierta molestia y curiosidad.


–Media empresa bota la baba por él, lo llaman el “príncipe empresarial” para la gente de alta alcurnia y para la plebe “también el peligro viviente de hombres heterosexuales” – respondió otro compañero. Midorima rio por ese último adjetivo


–Siempre lo mandan a él como representante, una jugada muy astuta a mi parecer y como ves lo puedes comprobar.


El peliverde fijo nuevamente la vista en el pelirrojo y efectivamente esos dos representantes parecía caídos en un embrujo, kagami hablaba y hablaba mientras movía sus manos con elegancia y gracia, más le ponían atención a sus ojos y sus labios que lo que este pudiera estarles diciendo.


Midorima apretó su labio con evidente molestia e inevitables celos.


–Oh supieron la última – volvió a decir uno de sus compañeros con entusiasmo para soltar el chisme  –despidieron a Sahara-san


–¿Qué?


–Así es hace unos días kagami-san lo mando a llamar y al parecer lo echaron, debió hacer algo realmente malo para que fuera tan repentino –midorima escuchaba atentamente al par de viejas copuchentas.


–Quizá se sobrepasó con el  


–Eso es lo creo también, al menos esta vez no fue con escandalo


–¿Que quieren decir con esta ves? – pregunto con fingido desinterés.


–Hace como seis meses un chico ya mayor entro a trabar como su asistente, se le declaro pero kagami lo rechazo, no contento con eso lo beso a la fuerza, pero para mala suerte suya justo llego su hermano y ni te imaginas la que se armó –le decía siendo demasiado expresivo con sus gestos –aomine-san casi lo muele a golpes al pobre hombre tuvieron que arrancárselo de las manos.


–Ehem – sintieron un carraspeo y con susto vieron a kagami serio y con los brazos cruzados.  


–Ustedes tres, no me molesta que conversen pero al menos sean más cautelosos, hasta allá puedo escuchar sus cuchicheos –los tres miraron en donde se encontraba antes y ahora solo esos dos chicos esperando a kagami.


–Lo sentimos kagami-san – el pelirrojo les dio una leve sonrisa y antes de chocar una intensa mirada con el peli verde volvió a lo suyo.


 


~*~


 


Ya eran entradas las ocho y media de la noche y kagami reposaba desaliñadamente en su oficina, la corbata yacía en alguna parte, los primeros botones de su camisa estaban desabrochados y parte sus cabellos estaban todos revueltos.


–Te ves cansado – una ya conocida vos lo sobresalto –disculpa.


–No te preocupes.


–¿Será que ahora si puedo hablar contigo? –kagami percibió cierta molestia e ironía.


–Es que estado ocupado esta semana – sonrió con nerviosismo.


–Si ocupado en esquivarme –la mirada intensa de midorima lo hacía sentir raro he incomodo pero no le desagradaba, si bien lo había evitado el motivo era porque no sabía cómo tratarlo o que hacer después de ese beso.


Midorima por otra parte se sintió más tranquilo al verlo sonrojado, supuso que no era por arrepentimiento que lo ignoraba.


–¿Sahara-san trato de sobrepasarse contigo? – pregunto cambiando de tema.


–¿Eh?


–Los chicos dicen que lo despediste y que quizás fue por ese motivo.


–Lo despedí pero no fue por eso, si no por delegarte un trabajo suyo a ti, no necesitamos a alguien a si en esta empresa –decía con su ceño fruncido.


–Gracias


–N-no… no lo hice por ti – levantó la vos con un notorio sonrojo. Midorima solo sonreía ante sus gestos. Kagami se levantó apago el computador y al darse vuelta se topó con el peliverde que le obstaculizaba el paso – que  pa…


Nuevamente sus labios eran asaltados con fuerza y decisión. Fue tanta la presión que  kagami tuvo que retroceder hasta dar con el escritorio, midorima presionaba su cabeza con su mano y con la otra lo agarraba firmante de le cintura.


El pelirrojo no era santo y seria cretino si digiera que no lo estaba deseando, lo atrajo más cerca suyo rodeándolo desde el cuello.


A medida que el beso se hacía más intenso sus manos se dedicaban  acariciar lo que medianamente podían.


–Para mí ya es inevitable –le dijo al terminar el beso y juntar sus frentes – supongo que seré uno más de los babosos que lamen el piso por ti – comento con pesar y burla hacia el mismo.


Kagami se alejó un poco para míralo mientras seguía rodeándolo por lo hombros y una de sus manos jugaba con su cabello.


–Así que ya te han hablado de mi lista de pretendientes ¿celoso?


–Si  y al parecer es bastante larga y hoy se te unieron dos más o ¿me vas a decir que no te diste cuenta?– le pregunto achicando sus ojos y mirándolo inquisitivamente.


–La verdad es que no, desde hace una semana solo pienso en una cosa.


Ambos se miraban y se sonreían con cariño. Inesperadamente las cosas se estaban dando con naturalidad.


–¿Puedo saber en qué o en quién? – albergando esperanzas.


–Si esperas una declaración sosa te harás viejo – rio – confórmate con saber que no dejo que me bese cualquiera.


–Soy feliz con eso – lo volvió a besar mordiendo su labio antes de soltarlo y descender por su cuello  –pero no me conformare a mí me gustas y te quiero para mí y por entero.


Lo sujeto de su cintura y lo levanto para  sentarlo en el escritorio kagami abrió sus piernas y lo acerco más a él sonriéndole coquetamente.


–Mm del tipo posesivo… ¿esa una manera diferente de pedirme que sea tu novio?


–Yo diría que es una manera muy directa de pedírtelo, pero… – agarrándolo del mentón  y poniéndose serio, pero antes de que sus palabras salieran kagami lo interrumpió


–¿Quieres ser mi novio? – se adelantó. Prosiguió al ver el rostro atónito de su peliverde – reconozco que lo primero que sentí hacia ti no fue precisamente cariño –refiriéndose a sus primeros encuentros – pero desde que nos quedamos encerrados mi ojos solo te siguen a ti – le decía bajando la mirada a la vez que sus mejillas se sonrojaban – supongo que… creo… quizás


Shintarou levanto su rostro y le sonrió cálidamente dando un pequeño besito en sus labios y luego uno en su mejilla.


–Si quiero.


Otro beso sello lo que lo que recién se iniciaba para ellos y los que le siguieron fueron por mero placer, necesidad de sentirse y de  demostrar el amor que sentían por la persona a su lado; a pesar de que ninguno lo menciono en ese momento.


 


~*~*~     


 


Al mes siguiente ambos seguían sin hacerlo público, kagami encontraba que no era necesario hacerlo, o más bien no sabía cómo tirarle la bomba a su hermano o si era necesario, “claro que era necesario él iba muy enserio”. Se decía así mismo luego de pensarlo.


–¿En que piensas?


–Oye no entres sin golpear – lo regaño, midorima lo paso por alto y fue donde kagami depositando un suave beso en sus labios.


–Lo hice pero no respondiste, ¿te pasa algo?  –lo tomo de la mano y lo arrastro con el al sofá de la oficina. Sentándose y sentando al pelirrojo entre medio de sus piernas. Kagami estaba cansado así que solo se dejó hacer apoyándose en el hombro de su pareja, midorima aprovecho esto y comenzó a repartir suaves besos en el apetitoso cuello, mientras su manos desabrochaban con cautela su camisa.


–Oye la puerta –dijo con los ojos cerrados entregados a las sensaciones que le provocaba.


–No te preocupes la cerré– decía mordiendo su cuello, sus manos recorrían con vehemencia su torso deteniéndose en esos rosados pezones, los acariciaba lentamente, deleitándose con cada rose de su dedos en aquellas aureolas.


Kagami volteo su rostro para buscar los labios de su pareja encontrándolos inmediatamente, el juego de lenguas se hiso presente así como el calor en ambos seres, midorima violaba su boca con la propia mientras unas se manos torturaba un pezón y la otra viajaba sigilosamente a su parte baja masajeándola dolorosamente lenta.


Kagami ya estaba cansado de ese jueguito, el muy mal nacido siempre lo buscaba, pero nunca terminaba, en tres ocasiones ya había tenido que pedirles concejos a su mano derecha y su confidente el baño. Aunque estaba seguro de que él le había hecho lo mismo  ya en varias ocasiones, era divertido ver su rostro lleno de frustración.


Se dio vuelta sentándose a horcajadas encima del peliverde, besándolo con gula, mientras se movía sensualmente sobre él, sus manos viajaban por su cuello hasta sus cabellos retirando lentamente sus anteojos y dejándolos en un lugar seguro. Volvió a retomar el acto quitándole la camisa al peliverde y dejándolo a torso descubierto, sus manos la paseaban por su torso y se inclinó para poder besar su pecho y morder con lujuria sus erectas tetillas.


–K-Kagami~ – el nombrado entre besos había llegado a su zona baja, desabrochando sus pantalones mientras su mirada no se apartaba de la verde con expectativas por lo que vendría.


Libero al prisionero, que clamaba por la atención debida, lo tomo con sus manos moviéndolas de manera tortuosa.


–¿Qué quieres que haga? – le dijo sensualmente.


–oh taiga no me hagas decirlo– kagami disfruto de esa suplica, con el tiempo se había dado cuenta de que midorima en cuanto llegar y asaltarlo era desinhibido. Pero el decir las cosas era un verdadero reto para él.


–uh que mal, no are nada que no escuche que quieras que haga –volvió a sonreír al ver esa mirada molestamente frustrada, mientras seguía masturbando el miembro de su novio.


–La… lámelo – susurro y con el ceño fruncido vio cómo su novio lamia su miembro como si de una paleta se tratara – ¡maldición kagami hazlo de una vez!


–¿Qué? – pregunto con fingida inocencia moviendo su cabeza al no comprender lo que es lo que quería el peliverde


– ch-chúpalo – dijo bajito.


Kagami sonrió victorioso, antes de abrir su boca y comenzar a chupar el miembro erecto  de midorima, subía y bajaba con lentitud ayudándose con sus manos, lamiendo desde el falo hasta la punta, con su lengua acariciaba obscenamente  aquel pequeño y tan sensible orificio para luego chupar con fuerza nuevamente, metiéndoselo completo en su boca para luego sacarlo y volver a meterlo.


Midorima cerraba sus ojos, tratándose de controlar y no agarrar los cabellos pelirrojos y comenzar arremeter contra esa caliente boquita que en estos momentos le estaba brindando tanto placer.


Estaba por venirse, sus caderas se movían involuntariamente mientras acariciaba las mejillas de kagami para sacarlo antes de estallar, sin embargo kagami se salió antes y apretó con fuerza su miembro evitándose que se corriera.


–¡¿Pe.. Pero qué?! – decía entre atónito y enojado.


Kagami se levantó sonriéndole con nerviosismo mientras terminaba de retirarse su desaliñada camisa y a la vez se desnudaba por completo, midorima lo miraba no dando crédito, peor quedó cuando kagami volvió a sentarse a horcajadas encontrándose ambos miembros calientes y  erectos.


–Q-quiero que lo hagas dentro de mi~ – le susurro sensualmente mientras lamia su oreja y metía la escurridiza en su orificio auditivo.


–¿Estás seguro? – pregunto poniendo sus manos en su desnuda cintura. Si bien habían pasado de toqueteos más haya de lo decente nunca habían consumado aquel ritual.


–s-ssi – midorima guio sus dedos a la boca del moreno, kagami los beso, lamio y chupo a su antojo, mientras midorima besaba toda piel a su alcance, luego de tenerlos bien lubricados kagami se levantó un poco, permitiéndole al peliverde colar una de sus manos por entre medio para llegar  aquel divino y escondido lugar. Con su otra mano apretaba y aparataba unos de sus cachetes para tener mejor acceso, tanteo aquella zona introduciendo con algo de temor uno de sus largos dedos.


–¿Duele? – Kagami negó con la cabeza apoyándose en su hombros – bésame – le pidió mientras comenzaba a mover el intruso.


Por dios, ese calor era embriagante en su dedo, el solo imaginar esa calientes paredes aprisionando su miembro hacia que el mismo quisiera reventar, kagami estaba causando estragos en su boca y en todo su cuerpo con sus involuntarios jadeos entremedio del beso. Se apresuró en meter un segundo dedo escuchando con claridad un quejido de parte de su novio.


–Si es mucho por favor dime, quizá esta posición no es la más cómoda – mencionó con inseguridad, metió el  tercero y esta vez sí puso divisar una expresión de dolor – kagami – susurro.


–No pares midorima ngh… – jadeo – es algo molesto pero me gusta y sé que no es la mejor pero de esta manera puedo sentirte más cerca –decía rojo hasta la medula, midorima sonrió.


–¿Sabías que te amo? – preguntó moviendo sus dedos de forma circular y metiéndolos y sacándolos ahora por completo, ya no aguataba más necesita entrar.


Kagami iba a contentarle pero enseguida sintió el vacío y en segundos algo mucho más grande queriendo entrar en su zona profanada.


–Oh dios – decía mordiéndose el labio ante el dolor que cada vez se acrecentaba a medida que el miembro de midorima llegaba más a  fondo  hasta entrar por completo. Ambos jadearon uno de completa excitación y placer  y el otro de puro dolor.


Midorima cerró sus ojos antes la ola de placer que lo embargo, con sus manos se dedicó acariciar el tembloroso cuerpo encima de él. Quería moverse, penetrarlo hasta el cansancio, hasta que ya no pudiera más, marcarlo de forma indefinida  y grabarse para siempre en ese cuerpo que le pertenecía en alma, corazón y ahora en cuerpo.


–yo… yo también te amo – le susurro kagami en su oído y  intento levantarse sintiendo como el apretado miembro salía y volvía a entrar, pero midorima lo detuvo sonriendo ante lo escuchado.


–No te precipites acostúmbrate primero – le dijo, quería que aquello fuera placentero para los dos.


La sonrisa cálida de midorima lo animo a decir lo que quería.


–ya te dije – Habló mirándolo directamente – quiero que te muevas dentro de mí, que te corras dejando hasta lo último de tu esencia en mi interior, quiero sentirte shintaro – lo último lo susurro sobre susurro  sobre sus labios antes de besarlo.


Midorima se sentía el cielo, había escudo esas dos hermosa palabras que desde hace un tiempo deseaba, volvió al mundo de los mortales cuando sintió las paredes internas de kagami moverse sobre su miembro, su calor era tan sofocante, agradable y placentero que se sentía correrse en cualquier momento, abraso a kagami y con cuidado lo recostó en el sofá sin llegar a salirse de su interior para encargarse como debía del trabajo pesado.


Ante cada desesperada arremetida una palabra de amor salía de su boca y era contestada con un arrebatador beso de parte de su novio.


–Shintaro… N-Necesito más – decía al borde de la desesperación, con sus piernas lo rodeaba queriendo sentirlo más a fondo su cuerpo entero se movió ante cada lujuriosa penetración, el peliverde golpeaba con fuerza contra el punto que  había encontrado provocado un gran estremecimiento en el pelirrojo, kagami se sentía al borde de la desesperación – ah~ … mng sigue ahí – atrajo al peliverde rodeándolos con sus piernas y lo besaba con torpeza ante las abrasadoras sensaciones.


–Taiga~ – las paredes que aprisionaban su miembro, las sentía tensarse y apretarlo con exquisitez, con la misma torpeza trataba de contestar su besos y de esa manera acallar lo que sería colosal – amor ya voy ah~ –  tomo el miembro de su novio que ya soltaba liquido pre seminal, lo masturbo con fuerza y  siguiendo la misma sincronización de sus propias penetraciones. Un poco más y kagami se liberó en su mano, mientras él sintiendo en su miembro la opresión extra, se corrió marcándolo por primera vez.


Ambos cuerpos temblaban productos de la descarga eléctrica que sintieron ante la conexión de su primer encuentro.


Una vez que los espasmos se detuvieran, se salió del interior  y retomando un poco de fuerza se levantó para no cargar todo su peso en el chico que aún seguía en el limbo.


–Eres increíble taiga – respiraban agitadamente pero ambos con una bella sonrisa en sus rostros, kagami lo rodeo del cuello y lo beso tiernamente.


–Será mejor que nos arreglemos.


Silenciosamente cada uno empezó arreglarse, midorima fue al baño de la oficina por una pequeña toalla mojada mientras  kagami miraba con horror aquel desperdicio que había quedado en el pulcro sofá.


–D-Demonios – susurro silenciosamente ante la verdadera molestaría que sintió en su zona baja.


–¿Te duele mucho? – pregunto con preocupación. Ayudándolo a levantarse, comenzó a pasar la toalla por su torso, limpiando cada rastro de semen, viendo el rostro avergonzado de su pareja ante su acto – Sera mejor que te vayas para tu casa a descansar – le decía colocando su camisa y abrochándola. 


Bien, quizá hacerlo durante las horas de trabajo no fue la mejor idea, pero no se arrepentía, en silencio se acomodó sus pantalones, luego con algo de pesar camino hasta las ventanas y encendió el aire acondicionado.


–Te ves lindo


–¿eh? – no captando lo repentino del comentario, hasta que midorima llego a su lado y lo beso despacio y iba entregarse a ese beso siendo incapaz de poner resistencia cuando la manilla de la puerta se movió asustándolos.


–¿Taiga? – la voz de Aomine se escuchaba a través  de la puerta, asustando a los dos amantes


“Mierda” pensaron.


Los dos terminaron de arreglarse a la velocidad de un rayo mientras midorima daba vuelta el sofá manchado, kagami se sentó rápidamente en su escritorio y midorima fue a quitarle el pestillo, dejando pasar a un extrañado moreno.


–¿Y eso? Desde cuando te encierras en tu oficina –mirándolo con el ceño fruncido y a midorima inquiridoramente.


–Ahh no me fije ni-san – sonrió con nerviosismo – ¿qué pasa?


–Solo venía a dejarte estos documentos – lo dejo en la mesa y vio con más claridad a su pequeño hermano, su cabello extramente desordenado, sus labios levemente irritados, sus mejillas adorablemente rosadas, instintivamente miro a midorima, como el único culpable del estado de su adoración, este desvió la vista ante la acusación silenciosa dejando ver en  su cuello una inevitable evidencia –bien era eso no te olvides de tenérmelos para mañana – mencionó caminando hacia la puerta deteniéndose antes de salir –kagami ven – lo llamo, ambos estaban sudando ante ese tono –ven – repitió


Kagami se afirmó de su escritorio para darse impulso y levantarse y para aomine fue suficiente para comprobar los hechos.


–¿Puedo saber desde cuando están saliendo? – Pregunto dejándolos en evidencia mientras se cruzaba de brazos y sonreía ante la estupefacción de los menores – ¿Qué… fue amor a primera vista? Que yo recuerde midorima no te agradaba.


Kagami negó rápidamente – sabes que no fue a primera vista Daiki, pero las cosas luego solo se dieron –sonrieron al recordar, pues lo primero que sintió hacia el peliverde fue verdadero desagrado.


Aomine lo miraba con cariño y a las aves a midorima que miraba a kagami tiernamente, sonrió.  Su cuñado era un buen chico y se sentía feliz de que haya sido él el que lograra capturar a su hermano, ya quería ver a su novia cuando le contara  la nueva noticia.


–Bueno me alegro por ustedes – dijo dejándoles saber su aprobación


–Gracias – mencionaron los dos.


–Pero, tengan más cuidado, shintaro llévalo a casa para que descanse que no se vuelva a repetir ese tipo de demostraciones en la oficina, está bien que sean a prueba de ruidos, pero el malestar para ti será permanente durante el resto del día – le dijo a  los dos amantes que no sabían dónde esconder la cabeza, sus mejillas competían en las olimpiadas del tomate más rojo  y el parcito estaba ganado por mucha ventaja– Eso es todo tómense el día libre – volvió a decir antes de retirarse con riéndose.


–Me quiero morir – kagami se desparramo el escritorio muerto de vergüenza.


–Ya tranquilo – él no estaba mejor, pero apoyaba a su pareja.


Tomaron sus cosas y ambos caminaron hasta las escaleras, kagami las miraba con reticencia, del séptimo al menos dos, no se le hacía tan llamativo debido a su estado.


–Bajemos por el ascensor  


–¿Estás seguro? – asintió.


Tomaron el ascensor y midorima lo abrasaba refregando su mano por el brazo de su novio, llegaron sin ningún problema. Sin duda el peliverde lo hacía sentir seguro, el trayecto fue silencioso hasta la casa del pelirrojo.


Midorima tuvo la intención de irse para que  kagami descansara pero  lo detuvo.


–Tonto quédate conmigo –le sonrió tomándolo por asalto – quiero inaugurar mi cama y cada rincón de mi casa contigo. – Midorima presiono sus cachetes ante la propuesta pervertida de su pareja.


–Que tal el baño antes de tu cama – le siguió con una mirada coqueta


–Perfecto


Un sonrisa en ambos rostros seguido de un apasionado beso dio inicio a lo que se desataría entre ellos durante ese día, un día libre después de haber tenido su primer rito sexual, ¿quién lo utilizaría para descansar?


 


Fin…

Notas finales:

Bien  yupii ¿les dije que amo esta parejita? <3. Espero que les haya gustado n.n

Nos estamos leyendo ;3 


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