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Tacto por Reiga

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Notas del fanfic:

 

Hola lindas, aquí nuevamente con una parejita no convencional pero hermosa a mi parecer (pregúntele a Reiga cual no es hermosa a su parecer -_-) bueno espero les guste, largo para un Drabble pero demasiado corto para un shot XD

Advertencias

Tendencia a la cursilería
Alta dosis de azúcar
Posiblemente efectos ponis luego de haberlo leído
OOC en kagami o depende de cómo lo vean. 

Los personajes no me pertenecen.

Con calma y sin apuros bostezaba mientras dejaba caer sus pies por la cama, busco sus cosas y se arregló para comenzar un nuevo día.

— Kiyoshi Teppei desayuna antes de irte — le dijo su madre antes de que este saliera por la puerta. Con una agradable sonrisa  se dirigió a ella, para despedirse con un beso en su mejilla y tomando solo una tostada — ¿se puede saber que te tiene tan feliz últimamente? — pregunto con curiosidad.

—Mmm adiós —le respondió con simpático misterio, la madre le sonrió y se encogió de hombros ya le contaría.

Efectivamente el carismático chico andaba más feliz que de costumbre y eso era mucho ya que su personalidad era bastante alegre ¿el motivo? Solo él lo sabía y solo pocos lo suponían.

Después de una larga mañana entre estudios y clases, llego la tan esperada hora de entrenamiento.

—Buenos días kiyoshi-sempai — lo saludaron sus compañeros con respeto, y como siempre con alegría y energías redobladas les respondió.

Sin embargo su vista seguía perdida en lugares donde no encontraba lo que buscaba, el motivo de su felicidad constante y triplicada por mil.

Con sigilo, prudencia y algo de vergüenza después de comenzar el entrenamiento se dirigió a su entrenadora.

—Riko, ¿sabes porque falto kagami? — pregunta casual sin ningún otro tinte, pero que para la castaña no pasaba desapercibida y sabia de sobra que en aquella pregunta había un especial interés de más.

—No lo sé, lo estuve llamando pero no me contesta —respuesta sincera y con algo de irritación, ya lo regañaría por faltar y no avisarle.

El castaño se alejó dejando fantasear a la chica en sus mil y tantos castigos mientras con extrañeza iba por su celular por si encontraba algún mensaje de él. Si no iba a venir ¿porque no le aviso?

Nada, ni un mensaje ni una llamada, el entrenamiento termino y por primera vez su ánimo había decaído del 100 al -100, bueno no era tanto así, pero fue muy extraño para sus compañeros no ver aquella sincera sonrisa y esas ganas por jugar y ganar, algo en definitiva tenía su mente ocupada y varios por no decir todos se dieron cuenta.

Al salir de la preparatoria su pies caminaban de manera autómata guiados por su corazón, mente y razón, ya que la persona en el lugar de destino regia en todo su ser desde un buen tiempo.

Al divisar el edificio sus pasos cada vez iban más rápido, ya enfrente de su puerta saco sus llaves y abrió notando inmediato la oscuridad en el lugar, entro notando las cortinas cerradas, y todo pulcramente ordenado a excepción de la entrada en donde pudo notar el bolso completamente mojado del pelirrojo, con extrañeza se dirigía a la habitación del chico notando el bulto tapado completamente, miro la habitación encontrado su informe regado por todas partes llego a su lado y lo noto dormido pero con la respiración levemente agitada.

No espero ni un segundo más y toco su frente, suspiro al notar la alta temperatura y le destapo un poco el rostro.

—Taiga —susurro despacio, queriendo despertarlo y a la ves no, una leve caricia baño el rostro del dormido antes de  que fuera por un paño y agua fría —Taiga —susurro al volver nuevamente, pero nada, se sentó en la cama y comenzó a colocarle el paño mojado en su frente, lo destapo un poco más notando que todo su torso estaba transpirado — como demonios fuiste a resfriarte si ayer estabas bien — le regaño enojado, fue por otro paño, lo mojo y empezó a pasarlo por todo su torso, limpiando y secando, quito un poco de frazadas y volvió a taparlo con menos de ellas.

Una o dos horas no sabía exactamente cuánto había pasado, pero había estado un buen rato cambiando los paños fríos y había logrado bajarle la fiebre, seguía vigilando su sueño cuando este se removió un poco.

—Me gusta eso — murmuro despacio refiriéndose a esa cálida mano acariciando sus cabellos, como si fuera una fina y delicada posición.

El castaño le sonrió con cariño bajando un poco su mano delineando su oído y terminado en una leve caricia en su mejilla. Sabiendo de antemano que se refería a su tacto, motivo principal por el que su pelirrojo termino enamorado de él, bien se lo había dejado saber en sus inicios.

Kiyoshi de por si era muy de piel, acariciar sus cabellos con ternura en un principio siempre le fue agradable y pensaba que queriendo siempre tocarlo era por el simple agrado que sentía hacia el menor, poco a poco se fue dando cuenta de que era con él y solo con  él, esas ansias.

Sim embargo al estar más pendiente del pelirrojo se dio cuenta de que su tacto no le era indiferente, esos sonrojos cada que le acariciaba sus cabellos a manera de niño pequeño y él sin refutar, eran adorables a sus ojos y empezó a pensar que algo debía significar, sin mencionar eso temblores involuntarios que le provocaba su cercanía cuando en los juegos de entrenamiento kiyoshi prácticamente lo abrazaba con la excusa de quitarle el  balón.

—¿Te sientes mejor?

Kagami despertó completamente al escucharlo, sorprendiéndose al ver a su novio a su lado.

—Un poco…¿Qué haces aquí?

—No fuiste a clases hoy y el que no me visaras me preocupo — ayudándolo a sentarse en la cama — ¿puedo saber que paso? Tu ropa esta toda empapada y si mal no recuerdo ayer empezó a llover tarde — no quería que sonara controlador pero solo quería saber, ayer habían salido y supuestamente el pelirrojo cuando comenzó el diluvio debía estar ya en su casa.

Kagami suspiro derrotado al verse descubierto.

—Si, es que ayer cuando nos despedimos me encontré con Aomine, nos quedamos jugando un rato, luego empezó a llover pero ambos queríamos desempatar y …

—y  no midieron las consecuencias — estaba molesto y reconocía que también celoso y no en especial con aquel moreno si no de cualquier otro ser humano que tuviera la atención de pelirrojo, sabía que era un exagerado y por lo mismo trataba de no demostrarlo, pero ahora se había excedido y perjudicado su salud por esa manía, amistad y la gran competitividad que tenía con ese chico. Se levantó de la cama apartando un poco bruco su mano.

—¿Te enojaste?

—No — simple respuesta mientras iba a la cocina a preparar una sopa caliente para su novio enfermo, kagami suspiro y se levantó de la cama  y a tropezones llego a la cocina notando a kiyoshi preparando algo.

—No te molestes — le pidió afirmándose en la puerta el castaño lo quedo mirando y lo vio tan adorable que su molestia  desapareció por arte de magia, simplemente no podía enojarse con ese atolondrado niño que tenía por novio.

—No lo estoy, pero mira como estas — reprochándole el hecho de que por su imprudencia ahora estaba enfermo.

—No te preocupes no moriré por algo así — bromeo antes de sentir un fuerte abrazo seguido de un tranquilo beso en sus labios.

—No bromees con eso, estoy hablando enserio — le dijo antes de soltarlo y volver a concentrarse en la sopa.

Kagami se quedó en silencio batallando con su vergüenza por el sorpresivo beso y la calidez que sentía en su pecho.

Tenía ganas de abrasarlo, inmensas ganas pero su cuerpo parecía pegado al piso y no con cola fría, aún llevaban muy poquito tiempo desde que comenzaron a salir y para kagami era muy difícil mostrarse abiertamente con él y no era porque no quisiera sino por su vergüenza.

Pero… ¿que era más grande? la vergüenza o el amor hacia el chico castaño que ahora se notaba muy molesto con él y con justa razón.

Sonrió antes de dejarse llevar por el sentimiento.

—M-Me cuidare más la próxima ves kiyoshi-sempai — dijo abrasándose a su espalda y apoyando su cabeza en esa acogedora espalda y rico aroma, el castaño sonrió sin contestar terminando de picar las verduras, se dio vuelta rodeándolo con su brazos y besando su frente.

—Más te vale, ahora vamos a la cama — un frase sin intensiones por parte del mayor pero que en kagami provoco todos los colores habidos y por haber, kiyoshi le sonrió seductoramente — no te hagas ilusiones, estas enfermo y más calor para para ti no creo que sea recomendable.

—¿Quien tiene ilusiones bak… —nuevamente sus labios eran asaltados por un beso completamente distinto al anterior, este era en definitiva más pasional, el agarre en su cuerpo se hacía más fuerte, y sus labios los sentía arder al sentir esa lengua caliente sobre ellos, abrió su boca dejándole entrar en su cavidad, empezó brusco pero luego cambio siendo lento y pausado, como si sus labios estuvieran recién conociéndose.

—Ven come esto caliente y luego a la cama… a dormir —aclaro luego con el afán de seguir molestándolo.

—Sinceramente no tengo ganas de comer—su ánimo volvía a decaer producto de su malestar, kiyoshi toco su frente y no tenía fiebre, pero si se notaba decaído, guardo la comida, ya se la haría comer después. Lo tomo de la mano y lo guio a su habitación nuevamente.

—¿Dónde tienes sabanas? Tuviste mucha fiebre antes será mejor cambiarlas — kagami fue por unas e iba comenzar a quitar las frazadas de su cama pero kiyoshi lo aparto y las quito de un jalón, dando vuelta el colchón también, sujeto las sabanas limpias y…

—Oye yo puedo hacerlo — protesto siendo ignorado.

Estando lista, abrió la punta acomodando las cabeceras,  dejando impecable para que kagami se acostara.

El castaño miro a su enfurruñado novio indicándole su proceder pero este lo ignoro, una risita salió de sus labios y fue por el tomando su mano. El pelirrojo se dejó hacer, después de todo le gustaba ser cuidado. Por mucho tiempo se le negó ese privilegio y ahora no era nada menos que la persona de la que se había enamorado el  que le brindaba tan grata sensación.

—Ven duerme conmigo —le dijo kagami haciéndose a un lado de la cama pero al no ver respuesta se incomodó un poco — ¿no?¿te tienes que ir?  —bajo la cabeza, quizás había hablado de mas, volvió a levantarla al sentir un peso extra  a su lado.

—No, solo me sorprendí — contestó con sinceridad, sonriéndole —anda descansa

Ambos se acomodaron, kiyoshi quedando de lado mirando como de apoco esos ojos rubíes desaparecían producto del cansancio, su mano la guio a su rostro delineándolo, queriendo gravar cada dulce facción en su memoria.

Vio con agrado una sonrisa asomarse por el rostro del menor, se acurruco un poco más a su lado no queriendo incomodarlo mucho menos despertarlo, mirando con verdadero amor al dormido.

—Te amo Taiga —susurro despacito antes rozar sus labios y alejarse como si hubiera hecho una travesura.

Minutos pasaron y el castaño estaba por caer en la inconciencia cuando siente a kagami pegarse a su cuerpo y abrasarlo apoyando su cabeza en su pecho.

—También te amo Kiyoshi-Sempai.

Fin 

Notas finales:

Al fin lo saque, era una pequeña idea que tenía atorada, espero y les haya agradado y me digan qué tal si? si no también pueden decírmelo n.n


Que tengan un muy linda noche! Y excelente semanita


Bye bye <3 


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