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Espiral por Dagi

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Notas del capitulo:

Basado en Raw del 8/1/18

Historia escrita por la lesión verdadera en el brazo de Jon Good(Dean Ambrose) con un poco de Ambrollins.

Para siempre puede ser una palabra aterradora.

O eso es lo que pensaba Seth en las últimas semanas desde que Dean tuvo la lesión en su brazo.   Nueve meses sin poder luchar le dijeron los doctores a Dean y eso sonaba para Seth como un para siempre.  

Él debía admitir que sin Dean se sentía perdido. Desorientado. Fue una sensación que apareció días posteriores a la culpa. Porque Seth se sentía culpable también. Cada noche antes de dormir recordaba el momento en que su cuerpo chocó contra el cuerpo de Dean. Ver a Dean apretando sus dientes, evitando gritar, lo puso muy mal. Tanto que no le importó seguir luchando. En el vestuario, Samoa Joe dio su golpe final y desde ahí, todo fue un completo desastre.  

Para siempre. Así también se sintió la rehabilitación en su rodilla. Una vez que volvió al juego, las cosas ya no eran las mismas... él ya no era el mismo.  

Estaba temeroso. ¿Dean cambiaría?  

Seth no estaba haciendo las cosas bien. Lo podía afirmar cada vez que tocaba el cinturon rojo y plateado. Le debía un gran favor a Kurt Angle, pero aceptar hacer equipo con su hijo, era un precio que estaba pagando muy caro. Jason era un niño, un novato arrogante que todavía no llegaba a comprender lo que era ser un luchador de Wrestling. Jason no entendía lo que era venir desde abajo y esforzarse por llegar a las grandes ligas. Un niño mimado de papá se encontraba muy lejos de todo aquello. Cuando ganaron los campeonatos en pareja, la emoción lo embargó. Seth estaba feliz, pero ese sentimiento se desvaneció cuando vio a Jason a su lado. No a Dean.  

¿Qué estaba haciendo?  

Es lo que sé tenía que hacer, princesa—le dijo Dean desde el otro lado de la línea.  

—Dean...—su voz se ahogó— yo... yo... es mi cu-  

No lo digas—interrumpió con un sonido que se parecía a un reproche.  

Seth dejó escapar el aliento que aún tenía retenido.   

¿Acaso Dean sabía lo que estaba sintiendo?  

Que pregunta estúpida. De inmediato sacudió la cabeza y las lágrimas comenzaron a caer. Claro que Dean era conciente de sus fallas.  

—Te extraño—fue lo único que pudo decir y Dean se quedó en silencio por unos segundos hasta que respondió en un susurro:  

Yo también, Seth.   

Seth maldijo por las lágrimas que no se detenían y Dean siguió confortándolo a su manera.  

Para siempre puede ser muy aterrador, pero Seth sabia que con Dean era diferente.

 


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