Pov Will
Bueno que puedo decir tengo 18 años, soy rubio, sufro de heterocromía lo que provoca que mis ojos sean distintas tonalidades entre sí, mi ojo derecho en particular es de un brillante color turquesa con la pupila similar a la de un gato y el izquierdo es de un simple tono negro razón por lo que siempre oculto el derecho, soy muy delgado para mi edad.
Mi padre cree que debería salir más por eso desde joven me llevo con él a sus cacerías, y según el algún día seré un cazador profesional pero por el momento soy un aprendiz por así decirlo.
Desde que tengo 9 años mi padre me dijo que yo seguiría sus pasos, que continuaría con la herencia de la familia aunque eso no me interesaba, todo esto lo hacía por él, para que estuviera orgulloso de mí, de su hijo Will Cipher.
Mi padre era un hombre estricto, siempre buscando la perfección a todo lo relacionado a la cacería, al menos me alegra haber nacido como hombre, si hubiera sido mujer no sé cómo habría enfrentado la obligación de cazar animales inocentes.
Incluso mi padre me obligó a matar a un conejo cuando cumplí los 10 años, fue uno de los momentos más horribles de mi infancia, recuerdo como lo desollaba y toda la sangre se derramaba en frente de mí.
Desde ese momento yo he tenido que seguirlos los pasos de mi padre, el de manchar mis manos con ese color carmesí, y he subiendo de nivel cada vez, he llegado a matar zorros, ardillas, zarigüeyas, bueno todo animal que caiga en una trampa, los patos y golondrinas son difíciles vuelan y nunca he usado un arma y ahora a mis 18 años viene lo grande yo...
-Debes matar un ciervo- me recrimino mi padre con severidad en su voz -¿podre estar orgulloso de ti?- me interrogo seguro, esperando mi respuesta.
-Sí, padre- respondí a su pregunta asegurándole que lo conseguiría.
Yo no quería matar a un ciervo, es mi animal favorito en todo el mundo, son tan atentos, cautelosos, misteriosos y muy pacíficos con otros anímales excepto los machos son un poco agresivos entre sí, pero eso no dedico mi admiración por ellos. Pero no tenía opción debía hacerlo mi padre me preparo para esto desde ya hace años.
Tanto era mi preocupación que pase todo el día distraído sin pensar bien, tanto estaba mi mente perdida que le quite incorrectamente la piel a uno de los conejos que había cazado mi padre, se molestó mucho conmigo diciéndome que como pude haber hecho tal estupidez si desde que case mi primer conejo me enseño a desollarlo, no podía concéntrame así que solo lo ignore nunca lo había hecho pero hay una primera vez para todo y para mí eso sería de nuevo el día siguiente.
Me levante al amanecer preparando todo, mi padre dejo a mi cuidado un arma lista y cargada, era la primera vez que sujetaba un arma real de aspecto tan monótono y que solo causaba muerte por la simple convicción humana, mi padre solo me había enseñado a afinar mi puntería lanzando cuchillos o flechas pero esto era distinto, hoy mataría a un animal hermoso con un arma y...
Eso me entristecía.
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Pov Dipper.
Paseaba por el bosque parecía que sería un lindo día, que comenzaba de un manera agradable, siempre me levantaba antes que los demás animales del bosque, andaba con cautela y cuidado pues no se sabe quién podría estar intentando cazarte.
Desde que me volví adulto por así decirlo aunque solo tengo 16 años pero aun siendo esto, /me dije señalándome entero/ estoy yo y solo yo, no recuerdo haber tenido familia antes y si la tuve debieron haberme abandonado.
Desde joven tuve que madurar rápido aprender de todas las cosas que me pasaran y que le pasaran a los demás animales, la muerte es algo normal en el bosque uno puede ser comido o casado siempre estará el perseguido y el perseguidor.
Todos los animales se mantienen al margen conmigo por ser mitad ciervo, mitad humano algo así como un hibrido, soy ambos pero a la vez ninguno, mi cuerpo no es tan distinto al de los ciervos tengo el pelaje de tonalidad marrón y partes de colores pardos, excepto de que la cintura hacia arriba tengo el torso de un humano. Tengo una singular marca de nacimiento en la frente con la forma de la constelación de la Osa mayor, nunca supe mi verdadero nombre y fui apodado como “Dipper” por los demás animales como forma de insultarme por mi marca, así que ahora siempre la oculto, es vergonzoso.
Siempre que anochecía miraba el cielo y buscaba la constelación, además tengo astas aunque no sirven de mucho son muy delgados y frágiles, los ciervos suelen alejarse y los humanos intentan cazarme aún me sorprendo por estar vivo pero no me rendiré seguiré y viviré mucho, mucho, se los demostrare.
Aun caminaba tranquilo, algo bueno de la soledad es que te da tu espacio para pensar, comía algunas hojas que encontré, así como bayas rojas que eran dulces y muy sabrosas, todo estaba en calma, yo y el silencio del bosque, vi algunas manzanas en el suelo y me acerque a tomar una, eran rojas, mis favoritas por ser tan raras y sabrosas, pero escuche un chasquido, me asuste e intente huir pero fue tarde.
Mi pata trasera se había quebrado y estaba atrapada en una de esas horribles trampas para oso que siempre intente evadir, por los horrores que vi que le hacían a los demás animales.
La sangre brotaba de la herida abierta, dolía, el olor a sangre y metal me asqueaba, intente abrir las mandíbulas de la trampa que me aprisionaba, fauces de una bestia de metal, que no cedía al agarre que me mantenía atado y cautivo a la espera de la incertidumbre de la muerte, lo intente pero solo me lastimaba los dedos con los dientes de metal.
Me quede horrorizado por pensar en lo que harían conmigo, me comerían, me arrancarían las astas, los ojos, me quitarían la piel, o eso era lo que siempre los humanos hablaban de hacer cuando atrapaban un animal y me quede en calma, perturbado, sin saber que era más horrible la muerte o la espera de la misma.
Tenía miedo, lágrimas salían de mis ojos marrones solo quería irme de allí, escuche pisadas creía que mi verdugo vendría a matarme, me quede inmóvil aguarangando mi destino.
-¿Estas bien?- escuche decir de mi cazador.
No conteste no quise hablar con el que iba a matarme.
-Tranquilo- cínicamente las palabras salían de sus labios o al menos así yo las escuche.
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*De acuerdo, estas solo, padre quiere ponerte a prueba debes llevar un ciervo a casa, aquí está tu oportunidad, esta frente a ti, solo debes dispararle, él te ayudo con la trampa solo para darte confianza puedes hacerlo, todo tu vida has matado animales inocentes, que tan diferente seria esto * o eso creí.
Me acerque con sigilo, intentando no hacer ruido pero las hojas muertas de los árboles me delataban como pude cometer tal estupidez *hacer ruido* pero daba igual de todas formas mi presa estaba ya aprisionada.
Estaba decidió pero al ver al ciervo la duda me hizo frente, era tan hermoso como los demás pero distinto, de la cintura hacia abajo un ciervo y de ahí hacia arriba un chico que inusual combinación, pero fascinante.
-¿Estas bien?- intente saber si podía contestarme, pero no dijo nada solo silencio.
Temblaba y no me miran ya sabía lo que le esperaba, así que decidí volver a hablarle.
-Tranquilo- se tensó ante mis palabras, pero me acerque y coloque mi mano sobre su cabeza moviéndola suavemente despeinando su cabello marrón.
Él se asustó aún más, bajando las orejas y su rostro, no quería pero debía llevar algo a casa así que tome mi decisión.
-No te asustes todo estará mejor- le mostré una sonrisa de lado y me acerque para hacer lo que debía que hacerse.
…
[-padre, aquí está el ciervo cayo en la trampa, que estúpido-] sonreía de tan solo pensar en esa situación [-padre podría sacarle las entrañas-] mostraba una sonrisa maliciosa que estoy seguro se reflejaba incluso en mis ojos, con mis manos llenas de sangre mientras giraba un cuchillo en ellas.
-haz lo que quieras con él, tú lo cazaste
[-Gracias padre-]
Tome al ciervo y atravesé con cuidado su estómago, no quería echarlo a perder o cometer cualquier estupidez de novato, estaba algo nervioso, padre me miraba atento a todo lo que hacía, dedicándome solo una mirada inexpresiva a cualquier acción hecha.
Cuando el abdomen del ciervo se abrió por completo a causa del filo del cuchillo, respire aun nervioso y con cuidado saque los intestinos y cualquier otro órgano que ya no se necesitara, el olor a sangre, metal y muerte se hizo presente pero no me importaba en lo absoluto lo único que me causaba nerviosismo y malestar era la mirada fija de mi padre a espaldas mí.
Aun con sangre entre mis dedos, tome uno de las astas y con un simple movimiento rápido y precisó logre romperlo, el cuerpo del ciervo cayó abruptamente al suelo, lo mire en el suelo y tomando el otro cuerno repetí la acción de romper su asta, tras haber hecho eso decidí abrir el hocico del ciervo, sujetando su lengua con unas pinzas de metal, y con un cuchillo liso, fui cortando hasta que esta se desprendió de la base del interior del hocico.
Tome todas las partes que arranque del ciervo y las fui colocando en una bandeja de metal, mire al ciervo atento por un momento, mis manos al igual que mi ropa estaban rojas por la sangre.
-y bien que más harás con el- me dijo mi padre de una manera fría.
[-podríamos comer lo que quede, pero la cabeza y la parte delantera las disecare, quiero recordar esto-]
-pero le quitaste la lengua
[-El hocico no debe estar abierto o si padre-] le sonreí divertido.
-bien limpia y sube a tu habitación
[-Sí, padre-]
Después de limpiar toda esa sangre con agua oxigenada, de haber guardado la carne en el refrigerador y de asegurarme de envolver bien al ciervo, subí a mi habitación.
[-Oye Will, padre se lo creyó, ya puedes salir, y si…puedes quedarte con tu mascota-]
*Flashback*
*De acuerdo- respire profundo- tranquilo todo estará bien- estaba decidió lo iba a hacer, algo me decía que lo hiciera, pero no pude, dude, no quería, yo no quería hacer esto*
-perdón, perdón, no quiero hacer esto no quiero matarte pero tampoco quiero defraudar a padre- estaba asustado no pensaba en nada pero de nuevo “el” apareció.
[-vamos Will, no estés de llorón como siempre, debes hacerlo, quieras o no, padre nos preparó para esto-]
-pero, Bill sabes que amo a los ciervos
[-No me importa, debes hacer todo lo que yo te diga, el ciervo está en la trampa solo dale el tiro de gracia-]
-por favor no- creo que comencé a llorar, nunca quise matar animales pero mi padre me obligo.
Tal vez por eso desarrolle otra personalidad, él siempre estaba conmigo, siempre hasta el final, “él” era mi manera de afrontar el hecho de mi deber de asesinar, es lo opuesto a mí en todos los sentidos, es más sanguinario, más cruel, le encanta jugar con otros y obedece a padre en todo lo que le diga, yo no, me perdía y dejaba que el tomara las riendas solo cuando debía matar a algún animal, pero el insistía en que debía hacer esto.
*Fin del flashback*
-Estas bien- me acerque al chico ciervo, acaricie su pelo, el aún estaba asustado, pero se calmó un poco cuando comencé a vendar su pata que estaba rota, pero lograría caminar con algo de tiempo y descanso –no te preocupes todo estará bien- El asintió aun con miedo y trato de alejarse de mí.
[-Y bien que se supone que eres-] tome sus orejas, y las jale un poco, sus astas eran muy lindas y cortas, como desearía poder romperlas y escucharlo gritar de dolor.
-yo...soy un simple chico
[-si con chico te refieres a tener cuerpo de ciervo por mi está bien, eres lindo, y más cuando tenías miedo por no saber si te mataría, ¿Pino?-] sonreía desquiciadamente y jale su cabello hacia atrás levantando su rostro mirándonos de frente, lamí sus labios con descaro, él se sonrojo e intento alejarse pero lo tome de las astas con fuerza y no se lo permití.
Me miro con un rubor en sus mejillas, él era tan extraño por eso deje que Will se quedara con él, pero no me interesa en absoluto lo único que me llamaría la atención de el seria que podría matar algo que jamás alguien hubiera matado antes.
[-Will, este es el último favor que hago por ti-]
-Pero porque, no seas cruel
[-Pase seis horas buscando otro maldito ciervo para llevar a casa, solo para que tu pudieras llevar a tu mascota-] lo señale, y le lance una mirada asesina [-además tuve que cargarlo, tu no quisiste “salir” y hacerte cargo-]
-No es una mascota, es…lo que sea que sea, sin ofender, amiguito
[-Esto es aburrido encárgate de él, y no hagas nada estúpido-] bostece y deje que el tomara el control.
A veces tener que compartir mente con “él” me fastidiaba y me estresaba era cierto yo soy débil, no tengo confianza en mí mismo, pero no tenía que repetirme lo que ya se todo el tiempo, somos la misma persona, el solo es mi trastorno o es...mi culpa.
-Bien chico ciervo, ¿cómo estás?
-Bien- me contesto tímidamente evitando el contacto visual conmigo en todo momento.
-cómo te llamas, yo soy William, y el sujeto grosero de hace un momento se llama Bill, es un placer conocerte- sonreí con alegría.
-Porque eres amable, ¿acaso no vas a matarme?
-Nop, eres distinto tu no mereces morir, eres especial
-Especial…todos siempre me llamaban fenómeno, tú también eres diferente, un cazador que no quiere matar a su presa, ahora si lo he visto todo- rio y me mostro un rostro sonrojado cuando me miro de frente –quería preguntar... ¿porque Bill lamio mis labios, es algo que los humanos hacen?
-Bill...- *siempre hace lo que quiere* penso Will -olvida eso, te lo explicare después
-Mi nombre es Dipper- se presentó ya con más seguridad y confianza que antes.
-Dipper, te duele tu pata- el asintió
-Yo te curare y no dejare que nadie te case te lo prometo