— ¿Qué tal me veo? ¿Te gusta?
—Amor, ya te dije que estas perfecto
— ¡Pero eso dijiste de los últimos cinco! Y ni siquiera estas mirando…
Bajo el libro que estaba leyendo, tan solo para prestarle atención al adorable rostro de su adorable novio, tan lindo y perfecto, pero él no lo entendía… No entendía lo precioso que se veía con cualquier ropa que llevase puesta-aunque prefería que no tuviese ninguna-.
Estaba leyendo, sí, pero eso no evitaba el mirarlo de reojo cada que se cambiaba de atuendo, modelándoselo después, pidiendo su opinión.
—BB, deja de hacer esos pucheros…-le dijo divertido, botando el libro a un lado, en aquel pequeño sillón de piel que estaba en su habitación-.
—No dejare de hacer pucheros-se cruzo de brazos e intensifico más aquel adorable mohín, girando hacia otro lado, ignorándolo-.
—Ya te dije que estas perfecto…-le dijo nuevamente, con toda sinceridad. Levantándose del sillón, caminando hasta él, abrazándolo por la cintura—Además, solo es una pequeña reunión BB, con algo casual estas más que bien…
— ¿Crees que me veo gordo?-pregunto de pronto, tomando por sorpresa al alto y apuesto joven de cabellera larga negra-.
— ¿Qué?
—Que si me veo gordo-repitió molesto, con las mejillas infladas y observándolo con el entrecejo fruncido-.
— ¿Ahora de que hablas, amor?
— ¡Lo sé, estoy gordo!
Alzo una ceja confundido, mirando a su pequeño de pies a cabeza. ¿Gordo?, ¿Él?, ¿De dónde?
—Del trasero tal vez….
— ¿¡Ha!?
Fue inconsciente, repentino… lo primero que se le vino a la mente al ver al castaño con aquellos jeans grisáceos, demasiado ajustados a sus piernas, resaltando lo delgadas que eran, sus carnosos muslos, y aquellos glúteos pequeños, redonditos, perfectos y, lo más importante solo de él.
— ¿Entonces piensas que mi trasero es gordo?
Se aparto con molestia, mirándolo con resentimiento. Camino de nuevo hacia el closet, aquel que era una pequeña habitación, justo en su habitación, algo irónico pero, lo que fuese por su pequeño novio vanidoso.
—BB. Foxy y Bonnie estarán preguntándose porque es que aun no llegamos-soltó con algo de fastidio, suspirando y observando como Balloon Boy buscaba nuevamente entre sus cajones, algo que ponerse-.
— ¡Esto es imposible, Puppet, no tengo nada!
Iba a hacer un berrinche, una rabieta, lo conocía tan bien… Conto hasta tres, y ahí estaba, justo cuando llego al “tres”, el pequeño castaño se quito su playera blanca, arrojándola al suelo con molestia, para después inflar sus pequeñas mejillas rosadas, viendo como sus orbes celestes se cristalizaban. Se arrojo con fuerza a la cama, boca abajo, comenzando a escuchar sus sollozos…
Sonrió con ternura. A sus veinte años el chico aun parecía todo un niño de primaria. Tan lindo…
—Hey, BB…
— ¿Qué?-hablo con molestia y algo de dificultad al estar boca abajo-.
—Eres perfecto…
Giro con lentitud, secando sus lágrimas delicadamente con el dorso de su mano, en un acto tan infantil… tan tierno y provocativo…
— ¿Crees que estoy gordo?
—…..
No respondió, tan solo atino a sonreír ligeramente, y, sin más, se abalanzo a los labios de su pequeño. Chupándolos, mordiéndolos, saboreándolos… todo suyos…
Acaricio su vientre desnudo, al menos le facilito el quitarle la playera, aunque sin duda hubiese disfrutado más hacerlo con lentitud.
Lo sintió alzar sus piernas, enroscándolas en su cadera al igual que sus brazos se fueron a su cuello, intentando intensificar más el contacto de sus cuerpos y labios.
Lo dejo respirar y fue hasta su cuello, dejando marcas en él de nuevo, y mirando con diversión aquellas que aun estaban ahí. Después de todo le encantaba dejar marcas de propiedad.
—P-Puppet… ngh…
Acaricio su piececito derecho, descalzo, sacándole una ligera risilla, aquella de las que tanto amaba escuchar. Le sonrió y beso su frente, nariz y ambas mejillas, para pasar luego de nueva cuenta a sus rojizos y carnosos labios. Degustando su cavidad y jugueteando con su lengua.
Se separo de nueva cuenta, para lograr observar a su novio agitado, con el cabello revuelto, esparcido entre las almohadas blancas. Su muy notorio sonrojo y pecho que subía y bajaba. Oh dios, y aquellos Jeans tan ajustados… ¿Acaso se los había visto antes? Juraba que no, lo recordaría… No tardo en percibir aquel bulto-demasiado notorio- en ellos.
Lo desabotono con demasiada urgencia, necesitaba saborearlo, hacerlo delirar y así escuchar su nombre en gritos. Bajo la cremallera y sus bóxers negros, dejando a la vista su erecto miembro, un poco más pequeño que el suyo propio, pero no le importaba después de todo.
Soplo un poco, satisfecho de ver aquel pequeño cuerpo arquearse de impaciencia. No le hizo esperar demasiado y llevo todo a su boca, escuchándolo gritar y estirar unas cuantas hebras de su cabello azabache.
—Y-ya… P-Puppet… N-no lo… Ahh…
El sonido que producían sus labios al estar succionando aquel miembro era tan, excitante… De alguna-muy pervertida- manera lo encendía, disfrutaba de escucharlo y soltar su pesada respiración por la nariz. Aquel conjunto de sonidos, junto con los gemidos de su pareja eran suficientes para, seguramente, hacerlo correrse en segundos.
— ¡Ahh, ya…ahh!
No paso demasiado para que su pequeño terminara en su mano. Subió hasta sus pezones, acariciando uno con su pulgar derecho, mientras el otro era atendido por su experta boca.
— ¡P-Puppet!
Fue hasta su boca, besándolo con pasión nuevamente, escuchando el segundo de los sonidos que más amaba… ¿O será el tercero? Ni idea, cualquier provocativo sonido que el causaba en conjunto con su pequeña pareja, era su preferido.
—BB…
— ¿Sí?-soltó algo sorprendido por el repentino detenimiento de las caricias que le proporcionaba el mayor-.
—No estás gordo…-dijo divertido, recordando la pregunta que no le había respondido momentos atrás-.
Se acerco lentamente a su oreja, soplando un poco para después chupar su lóbulo, sacándole un ligero suspiro. Para después, susurrarle en un tono atractivo y cautivador, demasiado sensual, digno de él.
—Gordo me lo pones al verte…
— ¿¡Q-que!?
Se sonrojo hasta las orejas, apartando ligeramente a su pervertido novio, mirándolo con aquella despreocupada sonrisa. Fue ahí cuando se dio cuenta de que, debía disculparse con sus amigos, Foxy y Bonnie por no asistir a la comida que organizaron…
Después de todo, Puppet no lo soltaría hasta entrada la noche.
O quizá, hasta el día siguiente probablemente…