Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Bajo tierra a los diecisiete. por AkashiMAiray4

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Los personajes de esta Viñeta escrita por mí, no son míos, pertenecen a Tadatoshi Fujimaki junto a la Editorial Sheisha en el Manga; y a Shunsuke Tada junto al Estudio Production I.G en el Anime. 

 

Notas del capitulo:

Esta Viñeta fue escrita gracias a una de las historias del libro Chocolate Caliente para el Alma de los Adolescentes. Créditos a su verdadero autor, cuyo nombre es John Berrío.

Y a su team con el que éste trabajó para su libro.

 

“Un zarpazo de dolor desgarra mi cerebro. Estoy petrificado. Cuando recién me trajeron me sentí muy solo, agobiado por la pesadumbre y esperando encontrar algún ser compasivo.

 

No encontré conmiseración alguna. Sólo pude ver miles de cuerpos tan severamente mutilados como el mío. Me asignaron un número y una categoría..

 

El día de mi deceso coincidió con un día de preparatoria. ¡Cómo me arrepiento de no haber estado con Shin-chan! Pero pensaba que ir y regresar con Shin-chan todo lo días, sólo me haría dependiente. Aún recuerdo cómo logré separarme por un momento de él. <<Shin-chan, a la hora de salida puedes adelantarte si quieres, porque voy a comprar algo en la tienda>>. Cuando sonó la campana de salida, arrojé los libros dentro de mi gaveta. ¡Tal vez era libre como el viento hasta la mañana siguiente! Corrí hacia la puerta, pensando que era mi propio dueño y que estaba al mando de mis propias acciones.

 

¿Cómo sucedió el accidente? Tiene poca importancia.

 

Me puse a caminar por la vereda, cantando y sonriendo como siempre, porque estaba gozando de mi libertad y disfrutando de lo lindo; aunque técnicamente, Shin-chan estaba delante mío porque se negó a dejarme solo.

 

Lo último que recuerdo es que trataba de “perseguir” a Shin-chan porque caminaba algo rápido, y a la vez preguntarle algo importante. Estaba cruzando la pista, y escuché un fragor espantoso, sentí una conmoción horrenda. Pedazos de vidrio y trozos de acero volaron por doquier. Sentí que mi cuerpo se volvía al revés. Pude escuchar que alguien gritaba mi nombre, pero no sabía quién era.

 

De repente, desperté. Todo estaba en silencio. Observé a un oficial de policía erguido sobre mi cuerpo. Pude ver a un médico. Mi cuerpo era un guiñapo bañado en su propia sangre. Mis carnes estaban perforadas de pies a cabeza por fragmentos de vidrio. Lo extraño es que no sentía absolutamente nada. Por favor, no me cubran la cabeza con esa sábana. Yo no puedo estar muerto. Sólo tengo diecisiete años. Esta noche iba a tener un compromiso con Shin-chan. Se supone que tengo una vida maravillosa por delante. No he vivido nada todavía. ¡No puedo estar muerto!

 

Después de cierto tiempo me colocaron en una nevera. Mis padres vinieron a identificarme. ¿Por qué tuve que mirar a mamá, mientras enfrentaba la prueba más dura de su vida? De repente papá “envejeció”. Le dijo al encargado. <<Sí, éste es nuestro hijo>>.

 

El entierro fue bien extraño. Pude observar cómo mis parientes, amigos y allegados se acercaban al ataúd. Sus miradas reflejaban tristeza, pero más la de Shin-chan, la de él reflejaba la tristeza más profunda que yo jamás haya visto. Algunos de mis amigos lloraban desconsoladamente. Al pasar, algunas de las chicas me acariciaban la mano, sollozando. El cual era el “combustible” de la mirada de enojo de Shin-chan.

 

¡Por favor, alguien tenga la caridad de despertarme! Sáquenme de aquí. No soporto ver a Shin-chan padeciendo tanto. Mis abuelos están sobrecogidos por el dolor que a duras penas pueden caminar. Mis padres parecen autómatas. Se mueven como robots, con la mirada extraviada. Nadie puede creer lo que está viviendo. Yo tampoco.

 

¡Por favor, no me pongan bajo tierra! Yo no estoy muerto. ¡Todavía tengo mucha vida que vivir! Quiero reír y comer de nuevo. Quiero bailar y cantar. ¡Por favor, no me entierren! Divino Señor, te prometo que si me das otra oportunidad seré la persona más cuidadosa del mundo, hasta más que Shin-chan. Sólo pido otra oportunidad. Quiero decirle a Shin-chan que lo amo con toda mi alma y corazón, que lo extraño mucho, que lo quiero junto a mí. Por favor, Señor, apenas tengo diecisiete años.”

 

Takao Kazunari

Notas finales:

Espero que esta Viñeta MidoTaka haya sido de su agrado.

Nos volveremos a leer muy pronto. 

¡Gracias!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).