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Somos novios. / ChanSoo. por Azul Olivia

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Notas del fanfic:

¡Hola bebés! 

 

Resulta que lo mío son los OneShot. 

 

Así que, pasen y lean, mi primer ChanSoo. 

Dedicado explícitamente al ChanSoo, ya que antes escribí menciones, pero nada serio. 

 

Soy más Kaisoo shipper, pero cuando veo a ese par, me dan ganas. :3  de escribir. :v 

Notas del capitulo:

 

Hola bebés~ 

 

Creo que, es el primer fic que se lo entrego neto al Chansoo, y bueno, me gusta :3 -un poquito-

Míralo. Sentado a mi costado, con el cabello rojo, una sonrisa coqueta y una mirada penetrante. (Qué bueno que es solo una mirada, porque si él quisiera penetrarme, justo ahora, lo haría.... Y no es como si yo me fuera a negar tampoco. Miento, sí me negaría, que se joda.) Con los hombros más anchos, los bíceps y tríceps más marcados, dándole un toque más masculino a su estúpidamente, perfecto ser.

-¿Por qué me miras? ¿Te gusto?- y eso. Eso es lo que más odio de él. Su manera tan nada pudorosa de ser, lo directo y franco, lo rápido. Todo. Todo él es digno de admiración, de respeto, de... excitación, incluso. Demonios. Ese tipo me pone.

Maldito seas. Ojalá mueras virgen.

 

-Que te importa. Los ojos se han hecho para mirar, y te jodes.- le contesto, con veneno inyectado en la lengua. Que, para rematar, le enseño, poniendo cara de disgusto, justo antes de voltear el rosto completamente.

-Valla KyungSoo, cuanto odio destila tu pequeño ser.- me susurra,  Chanyeol, burlándose. Porque eso es para lo único que sirve ese jodido orejón.

-Que te importa.- lo miro con odio, como si él tuviera la culpa de la existencia del pelirrojo.

-Si el alumno Park y el alumno Soo, no quieren estar en mi clase, se pueden ir.- dice el profesor de literatura, y así me guste mucho su curso, me lo paso por los huevos cuando me dice ese tipo de cosas.

 

Oh, mierdero primer día de clases.

 

-Pues me voy. Ya qué.- le digo, levanto mi mochila del suelo, la abro de golpe, meto mi cuaderno de mala gana y un bolígrafo, como si esos pequeños instrumentos de trabajo tuvieran la culpa de mi desgracia.

Trato de evitar hasta el más mínimo contacto visual con el resto de la clase, sobre todo con ese estúpido hijo de puta, guapísimo pelirrojo. De mala gana y casi pateando mi pupitre salgo de la clase, me llega a la punta de la polla la mirada  desaprobatoria del profesor,  no dependo de él, no me importa, nada me importa, algún día todos se pudrirán en el infierno.

Eso espero.

-Demonios Kyungsoo. Valla primer día.- me dice Chanyeol, me giro a verlo y de nuevo sus ojos asombrados y casi desorbitados me saludan. ... Creo que a él sería al único que salvaría del infierno, Yeol es un buen tipo.

-¿Por qué saliste? Podías haberte quedado. No seas idiota.- le digo, reprochándolo, reclamándole, desde el año pasado Yeol se ha puesto de mi lado, en todo y para todo. Debo reconocer que saber eso es grandioso, pero también hostigante.

-Si tú saltas yo salto,  ¿Recuerdas?- me dice, con una sonrisa traviesa.

Me detengo en seco y lo miro con una cara de pocos amigos.

Será hijo de puta.

 

-Vete a la mierda, Yeol.-  Es ahí donde él se ríe efusivamente, aplaudiendo como foca y mirándome con una cara de drogadicto-violador-pederasta-asesino-psicótico-neurótico. Reconozco que esa frase cliché de esa película que vimos juntos la vez pasada, a veces se pega, pero eso no tiene nada que ver. . Su cara es un auténtico poema, algo extraño, con sentimiento y único. .. Pero, sobre todo, raro.

Es imposible no reírme con eso.

-Pero te hice reír, y te jodes.- me dice, sacándose unas pequeñas lágrimas de los ojos, tiene la cara roja y la respiración irregular, me da vergüenza. Camino más deprisa por los pasillos de la escuela, tratando de dejarlo lejos. -Hey, espera. No me dejes solo. Lloraré.- me anuncia. De nuevo me detengo, lo observo a los ojos, y esta vez el me mira con ojos de becerro a punto de morir degollado.

-¿Es en serio?- le pregunto, el asiente con la cabeza y con una media sonrisa. Tratando inútilmente de ocultarla.

-Sí, sé que sonó muy gay, ¿Quieres que te diga algo realmente gay?- me pregunta, se me acerca a mí me toma por los hombros -¿Quieres ser mi novio?- me pregunta.

Lo miro con una cara de horror.

Su sonrisa desaparece, y su animado rostro se trasforma en uno  de atención y concentración, me está mirando fijo a los ojos, espera, ¿Se está acercando? ¡Demonios, sí!

¡Yeol es amigo! ¡Es familia!

¡¿Por qué demonios no puedo moverme?! ¡Maldición!

Cada vez más cerca, siento sus manos temblar con fuerza sobre mis hombros e incluso, creo que yo también estoy temblando.

No puede ser, el gran Do Kyungsoo ha bajado la guardia frente a un maldito insecto, un insecto orejón.

Sus labios están sobre los míos, tiene los ojos cerrados, y por alguna extraña razón, no me incomoda para nada la situación. No estoy enamorado de Yeol, ni un poquito, ni creo que me guste, pero, creo que, haber pasado tanto tiempo con él, me hace esperar cualquier tipo de cosa. ¿Está jugando?

Yeol se separa de mí.

-¿Qué carajos acaba de pasar?- le pregunto, y en mi cabeza  la voz me salía potente y directa, no un pequeño murmullo, apenas audible. 

-Cierra los ojos.- me dice, con esa vos tan ronca que me llama la atención, de pronto sus ojos brillan, y sus manos bajan hasta mi cintura, y por la mierda, no puedo hacer nada.  Simplemente estoy en modo pausa. Y carajo. Puto cuerpo mío, que no reacciona.

-¿Qué?- de nuevo, un susurro.

-Cierra los ojos, mierda.- me dice. Debo reconocer que eso fue gracioso, cierro los ojos, y al instante imágenes mentales me recorren la cabeza, unas donde, molesto tanto a Yeol, que le hago decir una grosería, su primera grosería.  Fue divertido verlo, prometiendo "nunca más" volverla a repetir.

De nuevo, se acerca, puedo sentirlo, su respiración cerca de mi rostro lo evidencia, Yeol es increíblemente más alto que yo, y que yo sea un enano no ayuda, así qué, sé que se está encorvando.

Su nariz toca la mía y siento miles de corrientes eléctricas, espasmos, eso fue raro.

¿Qué carajos está pasando?

Sus labios me tocan de nuevo, los siento fríos, suaves. Los siento.

Pero, fuera de eso, no siento nada, simplemente, un cariño gigantesco, un... Amor, de hermanos.

Yeol mueve sus labios, los entre abre y empuja su mandíbula ligeramente. ¿Debo hacerlo también?

Entre abro los labios también, ahora ya no es un rose, es un beso directo, y, se siente bien...

Uno, dos y tres. Tres veces entreabro los labios, entrecerrándolos con los de él.

Demonios, eso sí se siente bien.

 

Me pega a su cuerpo y sus manos me rodean la espalda.

Mi cuerpo reacciona, de una manera extraña, se apega a él, incluso un poco más, mis manos tocan su mejilla, y es ahí donde lo separo.

Solo un poco, manteniéndome solo a unos centímetros de él.

Si quisiera, podría rozar mi nariz con la suya, si quisiera.

Abro los ojos despacio. Su mirada brillante y su sonrisa traviesa me atropellan a  solos centímetros de mi cara. Valla, Yeol es muy guapo.

-Te ves bonito sonrojado.- me dice, apretando los labios, de esa manera extraña, tan suya, que sólo hace cuando está nervioso.

-Idiota.- le digo, y esquivo los ojos.

Creo que me sonrojo más.

 

-Lindo.- dice, riendo.

-Yeol hijo de puta.- susurro.

El ríe, mostrándome esa sonrisa gigantesca, que hasta unos segundos me parecía horrorosa y ahora... No sé, no sé qué pensar en realidad.

Me topo con la realidad, cuando drásticamente me doy cuenta de que estoy parado en las puntas de los pies.

Sin pensarlo me paro derecho, me alejo de él, empujándolo un poco, él se ríe, sus ojos brillan, su cara brilla, su cuerpo brilla.

 

 

Camino rápido alejándome, debo ir hacia algún otro lugar, lejos de él porque. ¿Cómo mierda me eh besado con mi mejor amigo?

¿Por qué carajos pasó?

 

-Eres lindo.- me dice. En unos segundos ya está cerca de mí de nuevo, ah, malditas piernas largas las suyas.

-Cierra la boca Yeol.- le digo, mi voz ha vuelto, me siento seguro una vez más.

-Somos novios.- me dice.  Una vez más en el día me paro en seco, una vez más lo miro con cara de pocos amigos. Y una vez más, me sonríe. -Somos novios.- me repite, con una sonrisa, creo más gigantesca.

Giro los ojos y volteo, camino hacia la cafetería, una sonrisa se me escapa, sin poder evitarlo, estoy un poco feliz.

-¿Tienes hambre? Hoy invito yo. Mañana lo haces tú. ¿Qué quieres?- me pregunta, cuando apenas hago el ademán de sentarme en la cafetería, suelto un suspiro por los labios antes de sentarme completamente. Maldito Yeol.

-Quiero un zumo de naranja y uno de esos emparedados.- le digo, señalando la vitrina de la cafetería.

-De acuerdo, bonito.- me dice. Mirándome y lanzándome un guiño, me sonrojo de golpe y miro hacia otro lado.

Es normal, una reacción así, nos acabamos de besar. ¡Y me gusto!

¡Estoy listo para que el mundo arda!

 

Tiro mi cabeza hacia atrás, desparramándome en el asiento, hoy es un día tan frustrante.

¡Que le den al día de hoy!

 

Primero, el ingreso del nuevo estudiante. Y no es nada menos que Kim Jongin. Pero le podemos decir "Kai" como dijo, cuando se presentó, junto a un "Espero no se interpongan en mis asuntos."

¿Que no nos interpongamos en sus asuntos?

¡Que le den por el culo a Jongin!

¡Se fue todo un año!

¡Todo un año!

¿Y ahora viene pidiendo que no me interponga en sus asuntos? ¿Qué más quiere? ¿Que lo trate de señor y me arrodille cada vez que él pasa?

¡Que se joda!

No voy a caer por él de nuevo, me gustaba su antigua versión, de chico lindo y tímido, y me encanta su nueva versión,  de chico malo. ¡Incluso es pelirrojo! ¿Qué carajos le pasó por la cabeza?

Bueno, ya qué. El puto está en mi salón, este es el primer día de clases, y le veré la cara por el resto del año, y me guste o no, en algún momento voy a interactuar con él.

Con ese hijo de puta.

-Eh vuelto. ¿Me extrañaste?- hablando de hijos...

Yeol trae una fuente, con lo que le pedí y algunas cosas más, que ahora que las veo, también se me antojan, no ha cambiado nada, su manera de ser es la misma, solo que me mira con unos ojos más brillantes que de costumbre.

-Puto Yeol. ¿Por qué lo hiciste?- le pregunto, me mira curioso antes de sentarse frente a mí.

-Porque me gustas. Me gustabas desde antes de Jongin, y me gustas ahora, con ese gran cambio que hiciste. Porque lo hiciste. Desde que se fue Jongin, te volviste más hijo de puta. Ni siquiera trates de negarlo. .. Entendí que te gustaba, y estuve celoso, y ahora que ha vuelto, quiero que te fijes solo en mí. Soy egoísta, lo siento.- sus ojos sinceros me ponen censura.

¿Cómo decirle que se valla a la mierda? ¡Se me acaba de declarar! ¡Ah dicho que le gusto desde hace aproximadamente dos años!

-Yeol, yo...-

-Si me mandas a la mierda, me iré feliz.- me dice, riendo, ¿Cómo no reírme con eso? -Porque me has mandado tú.-

Carajo. ¿Cómo no sonrojarse con eso?

-Idiota.- le digo. El ríe.

 

 

La campana suena, luego de unos minutos en los que nos dedicamos a comer en silencio. No envueltos en un silencio incómodo, porque jamás estuvimos en alguno, así que, sería bastante raro que pase ahora.

Es hora de cambiar de clase, toca la clase de arte, y esa clase es libre, mi favorita.

-Supongo que nos veremos en el primer receso.- me dice, mirando su, ahora, plato vacío.

-Sí, nos veremos luego. Ve a divertirte. Pinta adecuadamente, no olvides ponerte el mameluco esta vez.- le digo, riendo. La última vez, llegó lleno de pintura, y tuvo que estar así el resto del día, aún recuerdo con claridad los días del año pasado.

Los días donde vivía en agonía, porque no sabía nada de la vida de Jongin. Ese bastardo.

-Vale, dibuja algo lindo para mí, ¿Si? Deja de dibujar sacrificios a tu padre, o algún ente del más allá.- nos reímos a la vez, recordando el año pasado, cuando yo dibujé un dibujo satánico, disecándoselo a mi padre, el diablo. .. La profesora se llevó un buen susto.

Que tiempos...

-Lo intentaré, no prometo nada.- digo riendo.

-Bueno, debo llegar pronto, creo que oí algo de pinchar globos de pintura, ¡Suena genial! Nos vemos. Kyung.- se levanta, me sonríe una vez más y se acerca rápidamente a mí, robándome un beso. Dedo reconocer que, de todas las cosas que pensé que alguien me robaría, un beso, es lo último que estaría en mi lista, me quedo perplejo, él guiña un ojo y se va, el taller de arte dos, que está ubicado ligeramente más lejos que el taller de arte uno. (Y con ligero, me refiero a dos pabellones enteros)

Pero bueno, es hora de correr.

 

 

Llego ligeramente retrasado. La profesora me indica que dibuje algo que me halla parecido lo bastante llamativo hoy, que sea digno de exportar a "fotografía"

Lo primero en lo que pienso, es en los labios de Yeol. Así que los dibujo. Olvidándome del resto del mundo, en este momento, sólo existen los labios de Yeol.

 

Dibujar las comisuras de sus labios es como regresar en el tiempo. No me gusta Yeol y estoy muy seguro de eso, pero, el beso... El beso si me gustó. 

 

Casi al finalizar, en donde estoy en el punto de decidir si lo haré a color o así, tocado por el lápiz, me detengo a pensar en cómo va a ser mi relación ahora con Yeol.

Es decir, hemos sido amigos por tanto tiempo y justo ahora el quiere malograr eso siendo mi novio.

¿Novio?

Nunca eh tenido novio, ni novia, ni nadie. La única persona que me ha gustado tanto verdaderamente como para llegar a serlo ha sido...

-¿Dibujando labios?- me pregunta, una voz a mis espaldas.

Es ahí dos de noto que no estaba dibujando, sino, acariciando el dibujo.

Demonios.

-¿Qué te importa?- le pregunto. Le digo. Le acuso.

Tratar de una manera desagradable al resto del mundo se ha vuelto una costumbre.

-Vamos Soo, no me trates así.- me dice.

Un baldazo de agua helada me baña al instante, literalmente.

Esa es la voz inconfundible de Jongin.

Miro hacia atrás volteando ligeramente mi cabeza. Demonios. ¿Hace cuánto Jongin está ahí? Justo detrás de mí, y observándome.

-No me llames así.- le digo molesto, el me mira y sonriendo. Le tuerzo la boca y el me lanza un guiño.

-Vamos, Soo, por los viejos tiempos.- me dice, su mano se mueve sobre su lienzo y él está ahí, mirándome.

-No somos amigos, y no quiero que seamos amigos.-  le digo, el me mira y me da una risa sarcástica.

-Yo tampoco quiero que seamos amigos.- me dice. Y me lanza otro giño, pero esta vez su lengua se mueve sobre sus labios.

¿A eso es lo que le llaman ser sexy?

Volteo mi cara hacia mi dibujo. Demonios. Si Jongin era guapo antes de irse, ahora es guapísimo.

Su piel ligeramente más bronceada, más alto, los hombros ligeramente más anchos, su cuerpo se ve más tonificado, su cabello rojo.

Parece un muñequito de pastel, con una combinación extraña de sexy.

 

Miro mi dibujo de manera neutral, casi con la me te en blanco. ¿Por qué estoy dibujando los labios de Yeol? ¿Quiero enseñarle que estaba pensando en él? Eso no tiene sentido.

Le doy un poco más de sombra al dibujo muy rápidamente antes de sacar el papel y enrollarlo. Lo dejo dentro de mi mochila y coloco otra hoja de papel encima.

Si voy a enseñarle mi dibujo debe ser un dibujo que no evidencie mis emociones.

¿Qué es lo segundo más impactante en mi día?

Jongin.

Cuando lo vi entrar al salón con sus aires de grandeza, con su nueva faceta y con su apariencia se chico malo. ¿Por qué cambió? ¿Por qué regresó? ¿Por qué se fue?

 

Pero ni de coña lo voy a dibujar, así que. ¿Qué es lo tercero más impactante de mi día?

Chanyeol.

Mi mano se mueve ágil sobre el papel. Casi de manera artística.

En un parpadear ya tengo un extraño boceto, muchas líneas unidas para todo y para nada.

Así como cuando quieres dibujar un caballo y haces miles de líneas erróneas para elegirlas y quedarte con las que si te acentúan. 

Según entiendo, sobre mi papel tengo a Yeol con una fuente con comida en sus manos.

Yeol es lindo. Su manera tan descuidada de vivir y de confiar en cualquier persona, lo hace lindo.  El año pasado estuvo babeando ligeramente por una  chica que él decía la mujer más hermosa del mundo, creo que le duró medio año su amor, que manera de iniciar su año. No estaba enamorado, porque me dijo que ya estaba enamorado de otra persona, pero esa chica le gustó un poco.  ¿Cómo iba a saber yo, que estaba enamorado de mí?

 

Chanyeol tiene los hombros anchos, y es muy alto, también es orejón y me atrevería a decir que tiene los ojos desorbitados. Tiene una extraña belleza que lo caracteriza, eh oído a miles de chicas diciendo que les parece simpático, agradable e incluso guapo.

No lo sé. Yo solo creo que es lindo.

 

El timbre suena de nuevo. Es muy inusual ver a los alumnos moverse ágilmente para irse al primer receso, es turno de que la profesora  pase por el sitio de cada uno felicitándolos por su trabajo, como siempre.

-Valla, Do, que buen trabajo como siempre, ¿Ese no es Park? Es muy conocido por su manera desenfrenada de expresar su arte.- sonrió para mis adentros. Yeol es muy... Extrovertido...

-Sí, es Park.- le digo. Ella me mira risueña, cogiendo sus manos de una manera delicada.

 -¿Hay algún motivo especial para que lo dibujes?-  me pregunta.

-Quiero hacerlo. Eso es todo.- le digo, encogiéndome de hombros. Ella me mira, su mirada parece la de una madre mirando orgullosa a su hijo.

Quién entiende a esa mujer.

Yeol debe estar apresurándose en este momento. Debo cooperar también.

Lo mismo, saco el papel, lo enrollo, y lo meto a la mochila.

De lejos la profesora me menciona, volteo a verla y de nuevo su mirada extraña, como si estuviera conteniendo tanta felicidad junta.

Esta vez está mirando el dibujo de Jongin, admirándolo, como la mayor obra de arte, y, aunque parezca raro, me mira alternadamente, ¿Me está comparando?

 

-Me voy.- digo, levantando mi mochila del suelo, le oigo aplaudir, parece niña chiquita.

 

Salgo del salón y me voy hacia el baño, no creo que Yeol esté aquí, porque debe estar cubierto de pintura.

-Hey, Soo.- la voz de Jongin me interrumpe, acabo de entrar al baño y verlo justo a él no se me hace apetecible.

-¿Qué?- más que contenido de plática, parece queja. Él me mira arqueando las cejas. -¿No dirás nada?- le digo. Frunciendo el ceño. El me mira como si nunca en su vida me hubiera visto. O como si me hubiera maquillado de chica o algo así ¿Está babeando? Qué asco. -Ah. Jodete Jongin. Se me quitaron las ganas de ir al baño.-

Paso justo por su costado golpeando su hombro. Me vale pito lo que piense de mí, se supone que lo odio.

-Sigues siendo un mierdita.- me dice. Camino más rápido, alejándome de la puerta del baño luego de oírlo.

Antes tenía un carácter de mierda. Sí. Y ahora tengo un carácter mucho peor. También. Y no me importa negarlo o mandar a volar a quien se interponga en mi camino. Este es mi último año de media y luego no le voy a volver a ver la cara a ningún  ser que respire en esta institución.

Todos se pueden ir a la mierda.

Excepto Yeol, el me cae bien.

Por cierto. Debo ir a ver a Yeol.

-¿A dónde vas tan deprisa?- me pregunta Jongin. ¿No se había quedado en el baño?

-¿Me estás siguiendo?- le pregunto ofuscado. ¿A qué está jugando? Demonios.

-Sí, quiero conquistar tu muy cerrado corazón. - me contesta.

¿Dónde está su cara para apuñetearla?

 

Camino más de prisa, saliendo hacia el pequeño jardín, todo el mundo sabe que la casita, todo el segundo piso, nos pertenece a Yeol y a mí.  Así que, muy advertidos deben estar todos.

-Jongin. Vete a la mierda. ¿Sí?- le digo, sin mirarlo. A comparación del último año donde lo vi, tengo el cabello ligeramente más largo, y quizás solo quizás los labios más rojos. Pero eso depende de la cantidad de luz.

-Kyungsoo. Mírame.- Jongin toma mi mano contra mi voluntad y me gira.  Para mi desdicha, me giro contra él y mi frente golpea su mentón.

El bastardo tiene una quijada muy dura.

Los dos nos alejamos heridos.

Me sobo la frente, molesto. Lo miro con odio y mi odio de trasforma en admiración.

Como una película cliché, cuando la chica mira al chico y el chico está a contraluz, parece el mismo sol, solo que guapo. Así de idéntico esta él justo ahora.

No puedo negarlo, todo el año que no lo vi, se puso más bueno, desde cualquier lado. Jongin es horrorosamente guapo. Es el tipo de chico que te hace llorar, porque no eres lo suficiente.

Jongin soba su quijada con los ojos cerrados, riendo. ¿Riendo? Me acaba de partir la frente y ¿Se está riendo?

-¿De qué te ríes?- le pregunto. Unas chicas detrás de mí ahogan gritos con las manos, pero el ruido igual llega a mi ms oídos. Las mujeres son muy bulliciosas.

Las veo molesto, están sentadas en una banca, justo al frente de la casita. (que, es una casita pequeña, como una mini cafetería, pero de máquinas y libros, el segundo piso tiene sillones y todo, es mucho más cómodo y sólo accesible para los alumnos de cuarto y quinto de media. Pero claro, el segundo piso, está totalmente restringido.

-De nada Soo. De nada.-

-¿Qué quieres?-

Ahora que lo pienso, desde aquí se puede ver directo el segundo piso, si Yeol estuviera ahí, ya habría sacado la cabeza, o la mitad del cuerpo para saludarme.

Tan Chanyeol.

Creo que aún no llega. Entonces tengo tiempo para subir y decirle que me pudrí esperándolo y luego lo vería deshacerse en disculpas y bueno, también me compraría algo. ... Todo sería genial.

-Ten.- me dice Jongin. Me da un papel enrollado, como uno de los dibujos que yo tengo. Lo recibo y lo miro confundido. -Ábrelo, es para ti.-

Abro el papel y oh, sorpresa mía. ¡Soy yo!

Creo que es en el momento cuando me iré a verlo, pero vaya. Es un dibujo perfecto, creo que me veo igual a como me veo todos los días en el espejo.

Es perfecto.

Es decir tiene todo, fondo, espacio, escena. Es el momento preciso, es... Una fotografía.

Lo miro sorprendido, él está a sólo unos centímetros de mí. ¿Por qué me da esto?

Traté mucho tiempo de olvidarlo.  Traté de dejarlo ir y cuando al fin lo logro, reaparece, más sexy que nunca y con una mirada más espectacular que antes.

Y lo peor es que no puedo quejarme porque nunca fuimos más que amigos. Y el problema fue mío por haber puesto mis ojos en él, la culpa es totalmente mía.

-Es… Perfecto. Te has vuelto muy bueno.- le digo, admitiéndolo, la última vez que vi a Jongin, sólo sabía dibujar personitas de palitos, o bolitas, ni una pizca de talento. Nada.

-Tuve un año entero para practicar, cuando no estaba entrenando, te pensaba mucho, y tanto te pensé que, empecé a dibujarte. Llené mi cuarto con tu rostro. Los primeros dibujos fueron todo un fracaso. Pero los últimos parecían fotos,  y esa idea me gustaba.- me dice, riendo.

La gente nos mira y me llega.

No me ha importado antes, no me importa ahora.

-¿Por qué me lo dices ahora?- le pregunto.

-Mi idea era enamorarte en una semana. Pero no creo que eso pase. Te vi besándote con Chanyeol y entendí que llegué muy tarde. Así que ahora quiero cerrar este capítulo. La próxima semana vendrá mi novio de traslado y, se convertirá en mi mayor prioridad.-

¿Qué?

¿Acaba de admitir que iba a jugar conmigo?

-Te fuiste todo un año, y me dices eso ahora. ¿Estás jugando conmigo?- le digo. El papel entre mis manos sufre mi ira al ser arrugado sin piedad.

Si Jongin, genial tu dibujo, pero estoy enfadado y te jodes.

 

-Mi idea era cerrar un capítulo, te amé por mucho tiempo.-

-No sé si te amé. Pero si me gustabas mucho.- admito. -Nunca había puesto mis ojos en alguien y apareciste tú.- mi mirada se pierde, al recordar momentos. Y valla. No pensé que esto sería así.

-Oh, vamos Soo, ven aquí.- Jongin me abraza y siento fundirme en sus brazos.

Soy así y aunque nunca lo admita, me gusta eso. Las cosas a la fuerza, pero delicadas, las despedidas y las bienvenidas no son mi estilo, pero quizás sí, las reconciliaciones.

Jongin me conoce, o me conocía a como era antes. Pero me conoce, no es como si hubiera cambiado de la noche a la mañana tampoco, fue una transformación que duró exactamente un año.

Un año sin él.

Jongin levanta mi mentón y me obliga a mirarlo, me tiene muy sujeto entre sus brazos que hasta respirar se me vuelve un reto. Pero, se está acercando tanto, que tampoco creo que lo necesito.

Me olvido de respirar cuando sus labios tocan los míos, me olvido de mí, de él, del lugar, incluso olvido de que existo.

He deseado tantas veces en mi corazón esto, eh anhelado infinitas veces esto. ¡Incluso eh soñado con esto! Y ahora...

Jongin suaviza su agarre, mis brazos caen a cada lado de mi cuerpo sin delicadeza, y el sigue teniendo mi mentón entre su mano y sus labios siguen entre los míos pero solo eso.

Presión.

Justo lo mismo que siento en el pecho. 

Jongin tiene novio. Pero me está besando, y yo me estoy dejando besar.

Su novio viene de traslado la próxima semana y Jongin me está besando. Y yo me estoy dejando besar.

¿Por qué no siento corrientes eléctricas? ¿Por qué mi cuerpo no reacciona y me pego a él como chicle? ¿Por qué?  Esto es algo que yo quería ¿No? Llevo deseándolo mucho tiempo. ¿Por qué no lo disfruto?

-Jongin.- yo mismo rompo el beso, pero no sé cómo responder ahora. Mi mano solo atina a devolverle el ahora, papel arrugado, que soy yo.

-Mantenlo tú. Es el último dibujo que haré para ti.- me dice, su sonrisa cortes, su mirada apacible, sus ojos cálidos.

Nada ha cambiado.

No hay sonrojos, ni el corazón latiendo a mil por hora. No importa nada. Ese beso no significó nada más que un punto final, para una historia que jamás inició.

 

 

-Quédatelo tú. Porque yo no lo quiero.- le digo. El me mira, me da una sonrisa triste y recibe el dibujo. Da un paso hacia atrás, para mantener distancia, y en este momento, en lo único que puedo pensar es en Chanyeol.

Le extraño.

-Entonces creo que este es el final, Kyungsoo.- asiento la cabeza, dándole la razón, el extiende su mano. -¿Cómo amigos?- me pregunta. Doy una sonrisa siniestra, golpeando su mano y mirándolo con rivalidad.

-Eso está por verse.- le digo. El ríe, con una sonrisa juguetona y me mira con los ojos alegres.

Y eso es todo.

 

 

Doy un paso hacia atrás y giro con gracia, muchas chicas me quedan mirando, y les levanto la cejas como señal de poca importancia, otras me levantan el dedo medio y creo que quieren insultarme.

Me importa un pito.

Entro a la casita, subo las escaleras a prisa, esperando encontrarla vacía, tengo tantas ganas de reclamarle a Yeol que llegó tarde, y que quiero comida. También quiero ver su cara cuando le enseñe el dibujo. El de la bandeja, por supuesto.

Un sonido muy tristón desbarata mis pensamientos, parece una guitarra. Pero no tengo muchas referencias de eso, el que sabe mucho de instrumentos es Yeol, él toca muchos, y lo hace muy bien.

¿Hay alguien más aquí?

Alguien que no aprecia su vida, seguro.

Oh...

Es Yeol.

Lo veo sentado en un puff. Con la guitarra entre sus manos, los ojos perdidos en algún sitio y el rostro neutral.

Ese no es Yeol.

Lo que más me asombra, es que los decibeles de su sinfonía no son compatibles con sus gustos. A Yeol le gusta la música movida y el volumen alto. No esa extraña combinación de notas tristes, débiles, bajas y deprimentes.

-¿Te ocurre algo Yeol?- le pregunto.

El me mira, y me examina por dos segundos que me parecen horrorosamente largos, se toma dos segundos más para detener sus dedos y cerrar los ojos. Y luego dos más, para volver a abrirlos y darme la sonrisa más fingida que alguna vez eh visto.

-Te gané Kyung. Te toca comprar los aperitivos.- me dice. -¿Quieres escuchar lo que compuse?-

-¿Te ocurre algo Yeol?- insisto. Esta vez sentándome justo al lado de él, en otro puff.

El me mira y quiebra la boca ligeramente, deja la guitarra en el suelo y rebusca algo en su mochila, todo a una lentitud asombrosa. Una lentitud indigna de él. Él siempre va por la vida, "corriendo".

-Ven aquí.- me dice. Me acerca a él, ¿Me va a dar otro beso? Cierro los ojos enseguida, y espero el beso.

Pero no llega.

En su reemplazo, siento que toquetea mi frente, para luego dejar algo pegado ahí, algo que me impide tener expresiones.

-¿Qué?- le digo, confundido.

-Tienes un buen golpe en la frente.- me dice. Mirándome a los ojos.

Oh, Yeol. Qué ojos.

La última vez que le vi, unos ojos así, (aunque no tanto, poniéndolo en una escala, lo de esa vez era un cuatro, considerando esto un diez) fue cuando murió su pez dorado. Uno que amaba mucho, eso lo tuvo triste un buen tiempo.

-Estás triste.- le digo, mi tono de voz cambia, pero en este momento no me importa mucho. -No me golpeé tan fuerte.- le anuncio. Esperando que le cause gracia.

Pero, esta vez el no ríe. No me soba la cabeza, ni despeina mis cabellos. Ni siquiera se inmuta.

Nada.

No sé qué le ocurre.

-Lo sé, lo vi. Ese parche ayudará a que se te quite la marca- me dice.

Ohhh... Ya veo.

Caigo en cuenta de lo que pudo haber visto, entiendo y logro identificar el problema pero no veo ninguna solución en este momento.

Jongin me besó, y ni siquiera me gustó.

No hay vuelta atrás, ya está hecho.

-¿Lo viste? ¿Por eso estás así?- le pregunto. El asiente, no sé cómo ayudarlo. -No me gustas, Yeol.- le digo. Apoyo mi cabeza en su hombro y suspiro. -Pero tus besos me gustan... Y los de Jongin, no.-

No le veo la cara, no sé qué pasa por su mente y no sé qué siente justo ahora.

No sé si estoy ayudando o si lo estoy empeorando. No sé a dónde se fue mi carácter de mierda. Y no sé por qué me siento tan culpable.

Yeol es muy importante para mí. Pero por un beso no le voy a jurar amor eterno. No.

-¿Te puedo besar?- me pregunta, su voz ronca suena tímida, sus hombros se sienten duros, tensos.

-¿Por qué lo harías?- le pregunto, girando mi cabeza hacia él, mirándolo.

Su mirada ha cambiado, ya no está triste, ni decaída. Parece esa mirada cuando Yeol descubre algo que le va a gustar de por vida, como cuando memoriza sus partituras de piano y luego me va a mostrar la canción muy orgulloso.

Yeol, se está emocionando.

-Porque quiero borrar sus labios de los tuyos. Eres mi novio, y ya me fuiste infiel.- me dice, una ráfaga de luz le recorre los ojos, una gotita adorna sus pupilas, de nuevo, esos ojos tan raros suyos están anunciando su regreso, Yeol, está dejando de lado los feos sentimientos.

-Entonces, hazlo.- le digo. Cerrando los ojos.

Si el Kyungsoo de la mañana pudiera regresar en el tiempo, seguro vendría y me patearía las bolas justo ahora.

Pero eso me reiría y le sacaría el dedo medio mientras los labios de Yeol acaricien los míos. Mientras su mano se pose en mi cintura y mientras mi cuerpo se apega al suyo. 

Me dejaría golpear por mí mismo si Yeol me estuviera esperando luego para darme un beso.

Me gustan los besos de Yeol.

Siento un hormigueo en las piernas, mi estómago se contrae, seguro por hambre, mis labios inexpertos se entre abren y bueno, el me maneja como quiere de nuevo.

-¿Qué dibujaste hoy, Kyung?- me pregunta, cuando nos separamos despacio. -¿Estuvo bueno el primer día de clases?- me pregunta, riendo, mirando hacia otro lado mientras su mano toca su nuca nerviosamente.

-Te dibujé.- le digo. -Algo de tomar una foto al mejor momento del día y te dibujé trayéndole comida.- le digo, riendo. El me mira y también ríe.

Es imposible no sonrojarme con eso.

-¿Puedo ver?- me pregunta. Asiento con la cabeza y miro mi mochila. Demonios. Los dos papeles son iguales. No sé cuál es cuál. -Oh, son dos dibujos, déjame ver este.- toma uno al azar y ya lo tiene abierto antes de que yo si quiera pueda quejarme. 

Mi corazón deja de latir en ese segundo.

-Oh, es cierto, parece una fotografía. ¿Cuándo me la tomaste? No lo noté.- veo el dibujo y sí. Es la correcta.

El aire regresa a mis pulmones.

-Una foto mental, no seas idiota.- le digo girando los ojos.

-Ahora el otro dibujo.- me dice, riendo, divertido.

-Vete a la mierda.- le digo cogiendo el papel y colocándolo atrás de mí.

-Me iré luego de ver el dibujo.- me dice, tratando de alcanzar mi dibujo y acercando su cuerpo peligrosamente al mío.

Me tiro para atrás, y el casi se recuesta en mi encima, es cómico ver la posición en la que estamos, él está riendo y yo seguramente debo tener la cara sonrojada.

¿Ya eh mencionado que Yeol parece drogado?

Lo bueno es que ese brillo que tiene él y que tanto me gusta ver en sus ojos está de regreso, me sentí realmente mal al no verlo hace un momento. No me gusta ver triste a Yeol.

No lo había notado, pero le doy mucha importancia.

-Kyung, ¿Te sigue gustando Jongin?- me pregunta, con su voz ronca apenas en un susurro.

-No estoy muy seguro, pero creo que no. Quizás lo descubra luego, se avecina una gran montaña de emociones.- le susurro. ¿Nos estamos contando un secreto?

-¿Somos novios?- me pregunto. Me muerdo los labios y miro hacia otro lado, le oigo reír. -Somos novios.- me dice. Lo miro arqueando una ceja, el ríe ampliamente y luego se agacha. Acercándose a mí.

Y me besa.

Y de nuevo, el beso me gusta.

El timbre suena, es hora de regresar a clases y creo que me sentaré junto a Yeol esta vez. No me gusta mucho la química y Yeol tiende a ser muy buen compañero.

Yeol es bueno en todo. Excepto en quedarse en silencio.

-Bueno, ¿Vamos?- le pregunto. El asiente.

-Sí, ve bajando, te compro un refresco, rápido.- me dice.

Asiento con la cabeza, agarro mi mochila y bajo, este sería un buen momento para correr pero como yo hago lo que quiero como quiero y cuando quiero. Me vale madre que me diga algo el profesor "Bigotitos"

Cuando estoy cerca de la banca Yeol se cerca de mí, riendo. Mucho. Demasiado.

Me da un refresco de limón y se lo cambio, porque el de él es de manzana y ese me gusta más.

-¿Estás bien?- le pregunto. El me mira riendo. Mucho. Más de lo normal.

-Sí. Olvidaste tu dibujo.- me dice, y me lo da envuelto. No hay ningún signo de que lo haya abierto.

-¿Lo viste?- le pregunto. Solo por si las dudas.

El me mira con una sonrisa gigantesca, y me toma de la mano para llevarme corriendo.

Demonios, casi derramo el refresco.

Yeol hijo de puta.

Entramos al salón, nos ponemos las batas y los lentes de seguridad, lamentablemente guardo mi refresco y creo que Yeol hace lo mismo, un dibujo está en mi mochila y el otro en la mochila de Yeol. El profesor nos mira con desacuerdo y el resto de la clase nos queman vivos.

Pero bueno, no es como si me importara tampoco.

-Si.- me dice Yeol, sosteniendo un tubo de ensayo.

Lo miro confundido.

-Sí, ¿Qué?- le pregunto,  él me mira riendo.

Me despeina el cabello y me agarra de la nuca. En menos de un segundo me da un beso. Uno súper chiquito, apenas un rose, algo muy rápido. Un... Pico.

-Si vi tu dibujo.- me dice. Y vuelve a su posición.

Como si nada hubiera pasado, y como si ese pequeño sonrojo que tiene en la cara no existiera.

Y como si yo no estuviese sonrojado.

 

 

Creo que me gusta.

Este Yeol que toma sus propias decisiones y hace cosas sin tenerme miedo, este Yeol me gusta.

Y bueno, tiene que empezarme a gustar un poco más porque... Somos novios.

 

 

 

 

Pau – Pau

Notas finales:

¿Qué tal? 

¿Me dan amor o me lo quitan? 

Dejénmelo saber, yo los leo siempre. :3

 

resubí este fic, o algo así.

 

PD> Tengo twitter, búscame como Azul Olivia

 

 

Nos leemos luego!


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