El grupo de2-B era el salón al que todos los maestros le rehuían, por eso aprovecharon que Sawamura era el nuevo para asignárselo. Aun no había entrado al salón y ya tenía toda una impresión para nada alentadora, el resto de los maestros le dedicaban una mirada de lastima. Haruichi que había sido el maestro nuevo el año anterior se compadeció de su amigo y le dio unos cuantos consejos.
-el grupo no es tan malo, de los que tienes que preocuparte y no dejar que vean... tu miedo son Kuramochi Youichi, Kominato Ryousuke y Miyuki Kazuya, sobretodo de este ultimo
-Miyu... Un momento ¿no estás hablando de tu propio hermano
-este... Si, Ryo-chan esta en ese grupo
-¡demonios Haruchi! ¿en qué lio me he metido?
-no te preocupes Eijun vas a estar bien
-si, para ti es muy fácil, no tendrás que aguantar a ese trío, además ¿a quién en su sano juicio se le ocurrió ponerlos en un solo salón?
-mmm, no lo sé, tal vez creyeron que era preferible que estuvieran en un solo grupo
-y que solo sea un pobre incauto al que atormenten
-hahaha Eijun no seas tan pesimista, siempre has tenido encanto para tratar a las personas. Estos rebeldes no serán la excepción
-espero que no estés equivocado
Se paro delante de la puerta de 2-B, soltó un suspiro para después tomar aire, el murmullo dentro del salón le decía que ya estaban todos dentro. Al entrar el silencio se instalo y sintió las miradas de todos sobre él. No tardo en encontrar a Ryo-chan, lo había visto un par de veces pero era idéntico a su hermano como para no reconocerlo. A su lado estaba un chico de peculiar cabello verde y una mirada retadora. Sin embargo el chico de lentes que estaba al otro lado de Ryo cerca de la ventana, le causo una extraña descarga eléctrica cuando sus ojos se encontraron; tenía una mirada desafiante con un brillo depredador. No tardo en averiguar que se trataba de Miyuki Kazuya
...
Ya había transcurrido una semana y por más bromas que le gastaban Miyuki y compañía a su profesor, este no dejaba de sonreír y mandarlos al pasillo con toda la calma del mundo. Nadie había aguantado tanto y aquello se había convertido en un reto personal para Kazuya
-no sé por qué seguimos insistiendo, si no lo desesperamos con la ultima broma, dudo que no consigamos
-nadie puede ser tan paciente, solo no hemos llegado a su límite.
-Mochi tiene razón y ¿por qué te interesa tanto? Sinceramente esto empieza a aburrirme. No es divertido que no lo saquemos de quicio y terminemos en el pasillo –Ryo se quejaba mientras los tres estaban sentados bajo la sombra de un árbol y acababan de ver a su profesor por el pasillo
-pues aun no termino
Kuramochi y Kominato intercambiaron miradas, suponían que la actitud del profesor en realidad había sacado de quicio a Miyuki y ahora era un asunto de orgullo. O algo así se imaginaban.
Miyuki necesitaba encontrar algún detalle, el que fuera para poder molestar a su profesor, se daba cuenta que a pesar de su apariencia relajada Sawamura-sensei desviaba la mirada siempre que por algún motivo se cruzaban sus miradas, lo cual era frecuente gracias a que Miyuki en su afán de encontrar algo con que molestarlo lo miraba con muchas frecuencias. Para Eijun aquello era algo incomodo porque mientras daba clase podía sentir la mirada del menor, taladrándolo, Sawamura no podía terminar de entender el por qué de tanta atención.
…
Era uno de esos días calurosos que no te explicas, Eijun había salido con traje y corbata como era su costumbre pero la mañana se torno demasiado calurosa obligándolo a quedarse en camisa y arremangar la misma. No soportaría estar al frente del grupo con semejantes capas de ropa.
Como ya era su costumbre, Eijun sintió la mirada de Miyuki clavarse en su espalda en cuanto se volteo al pisaron. No sabía si alegrarse porque ya se estaba acostumbrando a la sensación o preocuparse por exactamente eso. Para su sorpresa cuando regreso su vista a sus alumnos, Kazuya veía por la ventana con una sonrisa que no prometía nada bueno.
Cuando por fin la clase termino y el profesor salió del salón Miyuki sonrió aun mas si era posible, por fin había encontrado algo, un fallo en el maestro. Seguramente nadie lo había notado pero Sawamura-sensei tenía un tatuaje en el brazo izquierdo, una punta negra había alcanzado a salir de debajo de su camisa arremangada. Miyuki se relamió los labios sabiendo que esa era su oportunidad. Se levanto y también abandono el salón.
Eijun había decidido subir a la azotea de la escuela. No terminaba de sentirse cómodo en la sala de maestro y Ryo-chan y Kuramochi habían sido particularmente molestos esa mañana. Necesitaba un poco de aire y un cigarro. Si lo tomaba en la azotea y a la hora de su descanso no se metería en problemas. Sin embargo sus problemas se acercaban a él.
Contemplaba el cielo con el cigarro entre los dedos, no escucho la puerta abrirse mucho menos que alguien se acercaba a él.
-con que aquí estaba Sawamura-sensei -Eijun se sobresalto y volteo para encontrarse con Miyuki que sonreía.
-Miyuki-kun ¿Qué haces aquí? Sabes perfectamente que no deberías estar aquí arriba
-y tampoco tener un tatuaje y henos aquí –Eijun frunció el seño, ¡¿cómo demonios lo sabía?! –la verdad no parece el tipo de persona que tenga un tatuaje, también es una sorpresa que fume pero el tatuaje sí que me tomo por sorpresa –Sawamura dejo escapar un poco de aire, de todas las personas él tenia que descubrirlo, aunque si lo pensaba era lógico
-y ¿qué tipo de persona creías que era? –Miyuki se encogió de hombros
-no lo sé, tal vez alguien que en el último instante se acobarda porque sabe que está mal –Eijun levanto una ceja. –claro que esto cambia las cosas
-no veo como, sigo siendo tu maestro.
-sí pero ahora se su secreto
-¿eso crees que es?
-si no lo fuera no lo ocultaría
Eijun no se dio cuenta en qué momento Miyuki había terminado de recorre la distancia que los separaba y ahora se encontraba con su estudiante demasiado cerca y la maya de alambre pegada a su espalda. Sus ojos volvieron a cruzarse y la misma sensación los recorrió a ambos, con una mezcla extra de saber de que eso podía terminar terriblemente mal. Literalmente Miyuki acorralo a su presa, colocando ambas manos sobre la maya a cada lado de la cabeza de Sawamura. Era hasta ese momento que comprendía que era la mirada dorada del profesor lo que lo había cautivado. Sin embargo eso no impedía que tuviera ganas de descolocarlo y verlo con expresión confusa.
Eijun maldijo su estatura, era el adulto y Miyuki era más alto que el. Viéndolo tan de cerca no podía negar que el malcriado fuera atractivo, pero sabia que eso estaba mal, que debía poner un alto. Antes de que pudiera levantar sus manos y alejar al menor, este se movió hacia el frente y beso los labios del profesor. Aquello lo tomo completamente por sorpresa y empujo al otro para llevarse las manos a los labios y sonrojarse
-Miyuki Kazuya ¿qué demonios crees que haces? ¿Sabes en la cantidad de problemas en los que te estás metiendo?
-y ¿usted les va a decir? ¿Qué lo bese? Eso va a ser interesante de explicar –el profesor maldijo mentalmente a aquel escuincle, sabía que tenía razón.
-aun si así fuera no te salvarías de mis castigos –Miyuki levanto una ceja, -¡demonios de esa manera era aun más atractivo!
Pero Miyuki ya había probado los labios de su profesor y deseaba más. No se había separado lo suficiente y pudo volver a acercarse y besar una vez más aquellos suaves labios, lo que no esperaba es que Sawamura correspondiera al beso, permitiendo que se profundizara jugando con sus lenguas, se separaron cuando por fin les hizo falta el aire. Se miraron a los ojos, Eijun sabia a la perfección que ya estaba metido en un enorme problema. Aquello estaba completamente mal, sobre todo cuando las manos de Miyuki bajaron y se posaron sobre sus caderas y se pegaba todo lo posible a su cuerpo, sintiendo como algo había despertado en su entrepierna. Eijun se mordió el labio pero también llevo sus manos al trasero del menor y volvieron a besarse.
Comenzaban a moverse al mismo rito y ligeros gemidos escapaban de ambos, cuando Eijun recordó donde se encontraban y no podía permitir que eso se saliera todavía mas de control. Recuperando todo su autocontrol empujo al menor, que por supuesto no se espera eso. Se miraron por unos segundos.
-Miyuki Kazuya estas castigado –sin más el profesor dejo al menor plantado en su lugar, antes de salir Sawamura Eijun le dedico una mirada y sonrisa traviesa a su estudiante, que lo dejo aun mas descolocado. Pasaron unos segundos para que Kazuya entendiera lo que aquel gesto significaba y también él se sonrió de lado.
-sí, definitivamente guardare su oscuro secreto sensei…