Había practicado tanto por entrar a esa universidad, obviamente eso significaba varias horas sacrificadas de sus preciadas prácticas de natación. Pero estaba bien, esto también era parte de sus sueños y podía decir con orgullo que se estaba acercando a su meta poco a poco.
En aquel último verano mientras aún preparaba sus bocetos para la universidad de Artes, intercalaba sus horas entre estos, su familia y Sousuke, su mejor amigo.
Sí, nadar en general, porque su especialidad era el estilo mariposa, lo relajaba y lo apasionaba, pero el dibujo y la pintura también.
Una mañana en la que se encontraba particularmente de mal humor ya que solo había podido dormir dos insuficientes y miserables horas, si es que se podía llamar dormir a dejarse caer en la cama con la ropa de vestir puesta y sin cubrirse ni ponerse cómodo, por estar terminando un trabajo de tipografía que tenía que presentar aquel día. Era hora de Dibujo Artístico, el profesor había anunciado la anterior semana que para esta clase tendrían un modelo.
Ah cierto, el pelirrojo lo había olvidado completamente, ahora que ya estaban instalados frente a todos una mesa con un gran mantel que se extendía en ella y al lado un pequeño cubículo con una espesa cortina negra, solo faltaba el susodicho modelo, mientras el profesor salió a llamarle, las chicas del salón empezaron a cuchichear sobre la apariencia del tipo que dibujarían, al parecer era el deseo general que se tratara de un chico buenísimo, marcado, o tal vez de apariencia delicada que te haga creer que estas dibujando a un auténtico ángel, un buen regalo a la vista nunca estaba mal como un incentivo para dibujar, Rin junto con Kisumi, que estaba sentado al lado de él, solo esperaban que no fuera de los que están pidiendo un descanso cada 15 minutos, claro que más adelante tendrían que enfrentarse a dibujar a un modelo que cambie de pose cada 3 o 4 minutos, pero eran novatos así que no tenían mucha práctica aun, y para rematar, el profesor había demostrado ser muy estricto a la hora de calificar.
-Chicos, atención, les presento a Rei Ryugazaki- el hombre entró seguido de otro joven de cabellos azulinos, ojos violeta, llamativos lentes rojos y un look simple: camiseta blanca y negra, con una mariposa en el centro ¿Por qué el bicho?, fue lo primero que muchos se preguntaron mentalmente, jeans oscuros y zapatillas de color rojo también que le llegaban hasta los delgados tobillos, por lo tanto sobresalían.
-Buenos días a todos, el profesor ya me presentó, solo me queda por decirles que también soy alumno de octavo ciclo de Escultura-muy formal- esta vez seré su modelo.
-Bien, no perdamos el tiempo- Rei se fue directo hacia el pequeño cubículo cubierto, los alumnos alistaron sus materiales de dibujo y después de un rato estaba el peliazul solo con una bata azul, casi del mismo azul que su cabello, la dejo en una esquina y quedo completamente desnudo, montándose en la gran mesa dispuesta frente a las mesas y en el centro del salón. Parecía que ya tenía experiencia en aquello, ya que no se veía tenso por todos los pares de ojos que lo veían de arriba abajo, ni se molestaba en tapar sus genitales. Todos no podían dejar de admirar ese maravilloso cuerpo que tendrían el honor de dibujar, mentalmente muchos se preguntaban si practica básquet, fútbol, atletismo o ciclismo tal vez, para tener esos músculos finos, elegantes pero bien marcados.
El pelirrojo Rin ya sabía la respuesta, el modelito era uno de los suyos, practicaba natación, lo dedujo después de estudiar su cuerpo mentalmente mientras dibujaba rápidamente.
Brillantes cabellos azules, un rostro sereno, serio, al igual que esos expresivos ojos violetas también que se ocultaban tras los lentes, hombros, brazos, delgados, tórax firme y plano con una cintura que muchos estudiantes de dibujo quisieran tener; sino te mantenías en movimiento probablemente el sedentarismo de estar sentado o parado horas dibujando te haría ganar unos kilos de más; manos que reposaban tranquilamente sobre la madera de la mesa, al lado de sus piernas….piernas, piernas, piernas larguísimas, y en proporción al resto de su cuerpo, tobillos delgados y pies reposando en el aire, con los dedos rozando el piso. Sí, le gustaba, tenía bonito cuerpo y era un buen modelo para dibujar, debería dedicarse más a eso, fue lo único que pensó por el momento Rin, antes de volver a perderse en la música de sus auriculares y su mano trazando el papel.
Pasaron las dos horas de clases, todos guardaron sus materiales y se prepararon para salir, era la última clase del día.
-Listo, gracias por hoy Rei, en la Secretaría te darán por tu pago por lo de hoy
-Fue un gusto profesor, me retiro- el joven ya vestido y listo se dirigió a la salida
-Adiós Rinrin!...asegúrate de dormir bien hoy hombre, vaya que lo necesitas…
-Lo sé…- se rascó los ojos, no tenía que verse al espejo para saber que tenía grandes ojeras-nos vemos mañana.
Antes de salir a su casa, fue al baño, todo normal hasta que escuchó unos bajos, casi inaudibles…gemidos? ¿Gemidos de adolorido o de placer? ¿Alguien se estaba masturbando en el baño o se había lastimado de alguna forma? Dependiendo de cuál sea debería o no abrir la puerta, antes de cualquier cosa, se agachó y reviso por debajo, vio unas zapatillas rojas, era el modelo.
-Se puso totalmente rojo pues los debiluchos gemidos seguían y ya no sabía qué hacer, se estaba imaginando la primera opción- Bien, si se está pajeando solo cerraré la puerta y me iré- pensó al momento de abrir-
-Ah! No…no puedo…-agachó la cabeza aun con el miembro erecto y húmedo entre las manos-¡LÀRGATE DE AQUÍ!¡LÁRGATE!
-Pe-pero…-se supone que iba a cerrar y dejarlo tranquilo, pero por alguna razón se quedó en shock, antes de que Rei agachara la cabeza pudo ver que estaba totalmente sonrojado y sus ojos violetas, sin lentes, estaban húmedos y brillosos por las lágrimas.
-¡Porqué…no te vas? ¡Maricón!-subió la vista de nuevo, reconocía a ese chico, era uno de esos pares de ojos que lo observaron mientras posaba para su clase, si por alguna mala suerte y coincidencia él era hermano o conocía a uno de los de su clase y les contaba, estaba perdido, no podría con la vergüenza. Suficiente para que se le bajara la erección, cuando terminó de cubrirse nuevamente el menor ya había reaccionado y cerrado la puerta dejándolo solo.
Una vez ya en su casa, cerró la puerta de golpe y se dejó caer en el pequeño sofá del departamento, donde desde que se trasladó a Tokyo por estudios se estaba quedando. En que estaba pensando, al quedarse parado como estatua mientras veía a otro chico masturbarse. No es que se preocupe de que fuera un chico exactamente, antes había salido con otros de su mismo sexo, pero el hecho de que se haya quedado unos segundos embobado por esa cara sonrojada y llorosa, la recordaba muy bien, se veía tan indefenso así con el pene expuesto y duro, y su cabello tan prolijamente peinado ahí tenía algunos mechones rebeldes que le sobresalían por los costados, lo había dibujado desnudo, ahora podría imaginarse esas largas piernas entrelazadas a su cintura, sus brazos pasando por su cuello y esos labios….
Se estaba quedando dormido cuando escuchó el ruido del timbre.
-Modelito!?
-…Modelito?…-se acomodó los lentes, estaba jadeando por correr como loco por querer alcanzarlo, era muy vergonzoso con respecto a esas cosas y no dejaría que se corra el chisme que uno de los primeros en su carrera, se andaba masturbando en el baño como un urgido pervertido- Tú, me viste....-se sonrojó de repente.
-…em sí, pero mira primero pasa y siéntate, que parece que te vas a morir hombre…-le ofreció entrar, no bromeaba cuando dijo lo de su aspecto, realmente estaba muy sudado y jadeando.
-Dudó un momento, pero tenía que recobrar el aliento y hablarle, así que aceptó- Gracias
-Esta desordenado pero siéntate y espera, te traeré un vaso de agua o prefieres Coca-Cola?
-Agua, gracias- se sentó derecho, aprovechando que el menor se había ido a la cocina, sacó el peine que siempre cargaba y empezó a tratar de peinarse un poco, ugh, su cabello también estaba ligeramente sudado.
-Y bien-le pasó el vaso con el líquido- ¿Qué es lo que quieres?
-Lo que viste hoy día, olvídalo, no se lo vas a decir a nadie-soltó lo primero que pensó y quería-…-¿es que acaso no era obvio que no lo contaría a nadie? ¿Qué ganaría él contándole a toda la universidad que había visto a un atractivo desconocido echándose una paja en el baño? Ni siquiera recordaba su nombre, aun así el pobre se veía tan nervioso, se divertiría un rato-jajajaja…bien, me estás pidiendo un favor y supones que lo haré sin recibir nada a cambio…-lo vio con esos rojos intimidantes que sabía que tenía- bien..¿senpai? No sé, no parecías del tipo de persona que tiene fetiches raros como acariciarse en el baño de la universidad…
-¡Y no lo soy! Por si no lo sabes, soy Ryugazaki Rei, uno de los primeros de mi ciclo-se notaba que estaba orgulloso por ello- ¡eso solo fue un descuido! No debes decírselo a nadie…-practicó una de sus típicas miradas serias con el pelirrrojo.
-Listo, el propio modelito le había recordado su nombre- Rei-al diablo con llamarlo senpai-como te dije, no soy de los que hacen favores gratis, y sobre todo uno como este, podría soltárseme la boca-le sonrió socarronamente con esos dientes filudos que tenía, se le acercó- vas a darme algo a cambio.
-Mierda, este quiere dinero, pensó al momento de meter la mano en su mochila para sacar la billetera, se esperaba algo así , pero se sorprendió tremendamente cuando su mandíbula fue tomada por la fuerza y podía sentir los labios del pelirrojo sobre los suyos y una rodilla abriéndose paso entre su piernas
No la pasarían mal, Rin estaba apostando a que a Rei tampoco le desagradaran los hombres, y había logrado encenderlo con esa expresión tan hermosa en el baño sumado a la visión de su cuerpo desnudo.