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¿Híbrido?... No sería tan malo por Misaki116

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Notas del fanfic:

Historia alterna de: "¿Híbrido?... No está tan mal"

No es necesario leerla primero, es como tu desees.
Solo se desarrolla en el mismo mundo.

 

ADVERTENCIA: Esta historia puede contener violencia gráfica. Pueden ser tanto insignificantes como vulgares, dependiendo de quién lo lea.

Queda en sus manos leerlo.

 

NOMBRE: Do Kyungsoo

SEXO: Masculino

EDAD: 22 años

LUGAR DE NACIMIENTO: Corea del Sur

ACTUAL RESIDENCIA: Corea del Sur

OCUPACIÓN: Exterminio de híbridos

ESTADO CIVIL: Soltero

ESPECIE: Humano

El sonido de una puerta correspondiente a un coche resonó por todo el callejón.

-        No hay nadie – avisó uno de los oficiales – solo esos vagabundos

-        Espero que hoy sea una noche tranquila – fue el último de los uniformados en ingresar al auto

Los motores de los vehículos comenzaron a encenderse uno a uno.

-        ¿Ya podemos salir? – se quejó una de las jóvenes

-        Aún no – advertí

-        Pero ya se están yendo – berrinchó

-        Espera los suficiente, Camila – habló Kyuhyun

-        Aburridos – masculló

-        ¡Shh! – volteé furioso

Las luces azules y rojas conjunto al sonido de varias sirenas dejaron de ser perceptibles por el lugar.

Las calles apenas eran iluminadas por dos postes de luz que aún no estaban averiados.

La cuenta regresiva que hacia mentalmente llegó a cero.

-        Listo – anuncié

Caminé fuera del callejón, comenzando a ser iluminado por los focos naranjas de esa calle de mala muerte.

Alcé mi brazo en el aire, dando una seña.

Pronto los pasos comenzaron a hacerse presentes.

-        ¡Por fin! Comenzaba a impacientarme – Camila se miró las uñas

-        El tercer grupo irá a la calle 43, el cuarto a la 35 – informó Kyuhyun – nosotros podemos abarcar esta

-        Me parece bien

La joven de aproximadamente 23 años apoyó su martillo preferido en su mano, dejando ene l suelo las demás armas, al menos las más pesadas.

El mayor del grupo tomó una palanca de fierro, pasando sus dedos por la superficie.

Finalmente tomé el bate de béisbol algo malgastado, colocándolo en mi hombro.

-        Ya estamos listos – añadió cargando os demás instrumentos complementarios

-        Yo elijo aquel pasaje – la chica dio saltitos señalando el lugar a su espalda

-        Iré hacia aquellas – desapareció el pelinegro

Miré los pies de la estadounidense, observando con detenimiento sus zapatos.

-        No entiendo cómo es que trabajas con tacones

-        Yo no entiendo como lo hacen ustedes sin ellos

Sonrió antes de desaparecer dando unas volteretas como prueba de su resistencia y adaptación al calzado.

Solté un bufido.

Bajé el bate al suelo, comenzando a arrastrarlo a medida que avanzaba,

-        Michi, michi, michi, michi, michi, michi – chasqueé mi lengua

Seguí caminando a lo largo de la calle.

-        Gatito, gatito, gatito – canturreé

Llegué frente a un cubo de basura, un individuo temblaba en un rincón junto a este.

-        Te-en-con-tré – sonreí de oreja a oreja, alzando el bate hasta mi mano

-        Por favor… no – sollozó el híbrido

-        ¿Qué cosa? – ladeé la cabeza

-        No me mate – comenzó a llorar

Alcé una ceja, admirando la escena.

-        Por favor – se tumbó en el suelo, cubriendo su nuca con sus manos.

Suspiré.

-        Bueno, bueno – el adolescente levantó la cabeza aun temblando – tu ganas

El híbrido ­quitó sus manos lentamente, mostrando alivio en su rostro.

-        ­Te prometo que no dolerá

Tomé el bate con ambas manos, impulsándome y golpeando el cráneo del sujeto.

La sangre salió disparada como el agua de un globo que estrellan contra la pared.

Un sonido viscoso resaltó al volver a levantar mi arma.

-        ¿Te dolió?

Un charco de sangre se extendió debajo del cubículo de desperdicios.

-        No escucho un si

Solté una carcajada.

***

-        Listo

Retiré el cuchillo del pecho de la mujer híbrido.

Me alejé del cuerpo inerte, limpiando el aparato afilado con un pañuelo de tela blanco. Observé como este se teñía con el líquido rojo perteneciente a un cuerpo ajeno.

-        Tú no querías el bate

Guardé el arma en su guantera, tomando nuevamente la anterior mencionada, la cual permanecía apoyada en una pared de ladrillos.

-        Veamos…

Miraba por todos lados, no había nadie en el pasaje.
De todos modos, ya habrían notado el comienzo de la masacre.

Giré al final de la calle, doblando la esquina.

Escuché unos sollozos, acompañado de una irregularidad en las sombras.

Sonreí, dirigiéndome hasta ese lugar.

-        ¿Dijiste algo?

Reconocí esa voz.

Me acerqué más, distinguiendo lo que pasaba

Rodé los ojos.

-        Camila, ¿qué haces aquí?

-        Hola, Kyungsoo – saludó animadamente

-        Te hice una pregunta

-        Jugando – sonrió tirando de la larga melena de la chica que permanecía en el suelo

-        Para… - chilló la joven – duele

-        Se supone que esta zona es mía hoy – reclamé

-        Pero ya terminé con la mía – hizo un puchero – fueron tan solo 18

-        ¡Eres un monstruo! – lloró

-        Dije: “silencio” – soltó su cabello, clavando su tacón en la cuenca derecha de su ojo

-        ¡AHHHHH! – se retorció de dolor

-        Te dejaré quedarte…

-        ¡Gracias!

-        Si – alcé el dedo índice – me llevas dos híbridos a casa

-        ¡Oki! – sonrió formando dos medias lunas con sus ojos, a la vez que hacia un saludo militar en son de broma

Camila extrajo parte de su calzado del cráneo de la mujer. Esta aun sollozaba.

Sacó una navaja de su cinturón, clavándola directo en el órgano más importante de la dama.

-        ¡AHHHHHHHHHHHHHHH! – gritó aún más fuerte, intentando moverse entre el charco de sangre que se abría bajo ella

-        Dos híbridos a la orden – saltó alegremente, ocultándose en la oscuridad

Los quejidos de la mujer cesaron.

***

Miré mi reloj de mano, limpiando un poco de sangre del vidrio.

Ya eran las 3:45 de la madrugada.

Caminé buscando a las personas de mi grupo.

Unos gritos resonaron a través de un pequeño callejón.

Troté hasta el lugar.

Kyuhyun mantenía un pie en el pecho de un hombre de avanzada edad, colocando la palanca de hierro en su boca.
Dio un tirón y su mandíbula se rompió entre un estruendoso sonido procedente de sus huesos quebrándose. La sangre salpicó la ropa del chico.

-        Kyuhyun – lo llamé – ya es hora de marcharnos

-        Claro – se limpió el rostro con el dorso de su manga – vamos por Camila

Ambos salimos de ese espacio oscuro, buscando otra señal de gritos, sollozos o lamentos.

6 minutos después la encontramos en una calle abierta, sentada junto a una persona.

-        ¡No lo note! – miró los pantalones del híbrido - ¡Gemelas! – señalo el suyo sonriendo

La mujer a su costado permanecía con los ojos abiertos, muerta.

-        Camila, vámonos – ordenó el mayor

-        Justo cuando íbamos a hablar de su familia – se levantó con un puchero - ¡Nos vemos otro día! – se despidió con la mano

Los 3 ya reunidos caminamos hacia la camioneta que permanecía escondida en la oscuridad, la cual desde siempre había sido manejada por Kyuhyun. No porque tuviese licencia, sino porque era el único que sabía conducir.

Camila se subió a la parte posterior, pues allí había un gran compartimiento vacío.

-        ¡Vámonos! – exclamó infantilmente – ¡Ya quiero ir a jugar a casa!

Abrí la puerta del asiento del copiloto, sentándome en el único asiento restante al costado del alto, este encendió el motor, emprendiendo el camino hacia nuestra guarida.

Miré a través del retrovisor. Un par de híbridos se escabullían entre unos basureros, huyendo de nosotros.

Suspiré.

-        Dos presas menos

***

Era ya la segunda noche de caza.

Solo nos permitíamos salir una semana a trabajar, a diferentes lugares, pues si nos excedíamos podrían atraparnos.

Bufé al recordar esa “regla de oro”.

Di pequeños golpes a mi mano con el marro largo que poseía esa noche.

Busqué con la mirada mi próxima víctima.
Solo contenedores de basura, cajas desgastadas y desperdicios permanecían a la vista.

-        ¡Me aburro! – exclamé

-        En ese caso podrías hacer algo que te guste

Giré sobre mis talones, topándome con un híbrido, el cual me miraba hacia abajo pues era notoriamente más alto que yo.

-        Eso estaba por hacer – sonreí pasando mis dedos por la superficie maciza de mi arma

-        Crees tener el poder sobre las vidas de los demás, ¿no? – agitó la cola de un lado a otro

-        Si, algo así

-        ¿Te das cuenta de lo que haces realmente?

-        Si

Sonreí burlonamente, mirando a los ojos marrones del chico.

-        ¿Cómo te llamas? Me gustaría recordar al primer amorfo que intenta darme una “lección de vida”

-        No puedo decírtelo – negó con la cabeza – solo dime… Kai

-        No entiendo – dije confundido

-        Ese no es mi nombre real – señaló – si te dijera el verdadero serías capaz de encontrarme

-        ¿Qué te hace pensar que saldrás vivo de aquí? – tomé el mango del martillo con fuerza

-        Instinto

Sin siquiera poder procesar la única palabra que pronunció, la suela de su zapato impacto en mi pecho, provocando que saliese despedido hacia atrás.

Mi espalda golpeó contra un basurero y mi marro rebotó en mi nariz, causando que esta sangrara.

El arma cayó al suelo estruendosamente.

Coloqué mis manos en el suelo, recuperando la orientación.

Ya no había nadie.

Limpié el hilo de sangre que salía de mi orificio nasal izquierdo.

-        Bien jugado

Notas finales:

Espero que les haya gustado.

Dejen sus review's con su opinión.

Nos leemos en la actualización!!


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