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Eres mio. por Daydream duet

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Notas del capitulo:

Hola.... queé tal? amm  pues la verdad es que no sé nada de ustedes y no tengo ni idea cómo les esta pareciendo la historia, no pensaba continuarla pero por respeto a Ai-chan que me motiva y a las 15 lecturas constantes por cap, por esas personas sigue esta historia.

Por favor no me odien, estos niños toman vida por su cuenta y si no les gusta lo que deparo para ellos lo cambian a su antojo asi que al final solo termino siendo un medio para que ellos cuenten su propia historia.

Gracias por leer.

Tener a Adair a su lado, no solo como un compañero o amigo sino como novio estaba resultando mas interesante y emocionante de lo que se pudo haber planteado nunca, el pelinegro era sin duda una persona atrayente, alguien que sin importar cuanto puedas o quieras resistirte terminará por agradarte tarde o temprano, Cuando le dijo si a su petición a ser novios Joe había actuado atendiendo a un mero impulso de atracción y agradecimiento, Adair era guapo y con un cuerpo que aunque no fuese atlético era bastante fuerte y bien proporcionado, mas tarde descubriría que es el tipo de cuerpo que se gana con trabajo.

Joe se encontraba absorto contemplando al pelinegro mientras sonreía y platicaba con la chica en el mostrador, desde donde estaba podía notar con perfección los intentos de esta por coquetearle y mas que sentir celos sintió lastima por la pobre muchacha, desde ahí también había aprovechado la buena vista de su novio, estaba ligeramente recargado sobre la barra mientras esperaba a que su pedido le fura entregado, tenia una espalda ancha hombros gruesos y brazos bien formados, las piernas eran largas y gruesas y tenia un trasero bien proporcionado, era probablemente la primera vez que le observaba con tanto detenimiento, las pestañas tupidas y cejas anchas y pobladas que hacían un marco perfecto a sus oscuros ojos, labios gruesos y carnosos y esa sonrisa que seria digna de comercial que en conjunto lograban ese encanto que atraía a muchos.

No tuvo que esperar mucho para tenerlo de regreso a su lado con su almuerzo dentro de la bolsa en una de sus manos, con un gesto Adair le indico que podían marcharse a lo que el castaño asintió poniéndose de pie pero sin poder resistirse a plantarle un ligero beso en los labios extrañando al pelinegro por completo.

-Y eso?

-No te gustó?-  Cuestiono comenzando a avanzar.

-No es eso, es solo que eres tu al que no le gustan las muestras de afecto en publico.

-Solo quise hacerlo.

-Y crees que me lo creo? Vamos dime la verdad.

-Bien, es solo que la chica de la caja seguía viéndote, no pude evitarlo, satisfecho?

-Qué? Estabas celoso, es eso?

-No te emociones, no soy celoso, solo estaba siendo un poco posesivo.

-Eres un demonio.

-Así te enamoraste de mi.

-De hecho no, pero termine conociendo ese lado tuyo e igual me gusto.

Saliendo del establecimiento de comida se dirigieron a un parque donde buscaron una agradable sombra bajo un árbol para disfrutar del almuerzo.

 

***

-Joe!!- Joe se giró al tiempo de recibir el impacto de un cuerpo que se aferró a él.

-Dan? Qué haces aquí? No se supone que tienes hospital o clases o algo así? Además este ni siquiera es tu campus.

-Buenos días amigo también me alegro de verte.

-De acuerdo, de acuerdo.- Sonrió dándose por vencido y correspondiendo el abrazo.

-Buenos días.- Profirió Adair al tiempo que tomaba a su amigo del brazo para separarlo de Joe manteniendo el seño ligeramente fruncido.

-Buenos días.- Contestó solo Joe ya que Dan había llegado junto con él y los saludos hace un buen rato que se los habían dado.

Por un segundo la escena pareció estar en pause hasta que Dan y Adair cruzaron miradas sospechosas comunicándose en silencio. –Bien, qué ocurre?- Cuestionó sin poder contener más su curiosidad.

-Día de pinta.- Pronunciaron al unísono mientras lo tomaban cada uno de un brazo y comenzaban a arrastrarlo hacia la salida.

-pero no podemos, falta solo una semana para los finales y tengo que estudiar.

-Calla cerebrito.

Joe intentó resistirse al inicio pero teniendo a cada uno a su lado le era imposible y terminó por ceder, las ultimas 2 semanas había sucedido así, llegaba ese par y hacía y deshacía a su antojo.

Después de la primera visita del castaño a su casa las cosas habían estado extrañas, Dan volvió un par de veces en diferentes horarios, uno de ellos con su padre presente y este parecía estar contento con la idea, no había vuelto a castigarlo ni regañarlo como imaginó, unos días más tarde se enteró del por qué, la empresa de la que Dan era heredero resultaba ser la mayor inversora en la candidatura presidencial de su padre y este parecía estar realmente contento de la amistad entre ellos, eso parecía al menos y mientras se tratara de un Villagrana no le negaría nada.

Esas dos semanas habían transcurrido casi como un sueño para el castaño, por momentos sentía que esa era la vida de un chico normal que siempre había querido, tenia muchas dudas y cuestionamientos pero no quería arruinar aquella etapa de su existencia y prefería disfrutarla lo mas posible, por momentos lograba olvidarse de todo, de quien era su padre, de la enfermedad de su madre, del pasado, de todo y simplemente se divertía y agradecía los buenos momentos guardando el miedo a cuando terminará? En lo mas profundo de sus pensamientos.

 

Habían terminado en un parque de diversiones, para su sorpresa al entrar en el auto del pelinegro se había encontrado con Liz quien también había sido secuestrada de sus clases y de esa forma los 4 cambiaron su mañana de libros y clases por una de juegos y risas.

La montaña rusa, la casa embrujada, hasta el carrusel, recorrieron casi la totalidad de parque antes de caer cansados en una banca cerca de las 3 de la tarde.

-Deberíamos comer algo.- Sugirió Lizet

-pizza?

-por que siempre quieres comer pizza? Cuestiono Joe a su novio.

-Es deliciosa.- respondió el pelinegro encogiéndose de hombros.

-Entonces el próximo hijo presidencial prefiere un restaurant elegante?- Lo molestó Dan consiguiendo una mueca de disgusto a cambio.

-Solo era una pregunta.

-Pizza entonces.- Zanjó la discusión Lizet.

 

***

Después de una comida rápida habían pasado a dejar a Lizet en las oficinas de la institución para la que prestaba servicio social y como era costumbre desde un tiempo atrás en que parecía que el par de amigos confabulaba para que estuviera el menor tiempo posible en su casa terminaron en un parque reposando sin hacer nada para perder el tiempo antes de tener que regresar cada uno  a sus respectivas viviendas.

 

-Y cómo va lo de tu abuela?- Había preguntado Joe a Dan.

En el tiempo que llevaban siendo amigos y sobre todo desde que pasara casi la totalidad de su tiempo junto a ellos Joe había terminado por enterarse sobre los problemas que rodeaban al boxeador, la herencia, su insufrible herencia, el compromiso por conveniencia que mantenía con una tal Gina a la que aun no había tenido la oportunidad de conocer, que Adair aborrecía y Dan defendía no era una mala persona, lo complicado que esto volvía su relación con Lizet y mas que nada el deseo del ojiverde por deshacerse de esos yugos y tomar el control de su vida de una vez por todas.

 

-Estoy un poco estancado en este momento, pero creo que podría decir que va lo mejor que podría estar.

Joe asintió sin saber exactamente que mas decir, se sentía en parte inútil, estaba recibiendo una enorme cantidad de ayuda por parte de ese pequeño grupo, con las sesiones con Lizet poco a poco estaba comenzando a controlar sus impulsos de ansiedad, el tiempo que pasaba con el pelinegro y el cariño que este le brindaban lograban cargarlo poco a poco de seguridad y el esfuerzo que ponía para que estuviera el menor tiempo posible en su casa lograba un efecto refrescante, en ocasiones como aquella lograba olvidarse de todos sus problemas, de quien era hijo, de su madre, de todo y el no poder hacer nada para agradecer tantos buenos gestos le desesperaba.

 

-Hace calor.- Pronunció Adair quien hasta ese momento había estado dormido sobre las piernas del ojos almendrados.

-Tienes razón, ya que lo mencionas, por qué no vas por un par de refrescos o agua?- Propuso Dan

-Y por que no vas tú?

-Por que tu fuiste quien dio la idea.

Adair frunció el seño molesto y Dan le regreso la mirada desafiante, cualquiera que no les conociera hubiese creído que en cualquier momento se lanzarían el uno contra el otro pero en lugar de eso ambos mostraron sus manos para decidir con un piedra-papel-tijera. Que termino en empate tres veces consecutivas.

-Esto es un fraude, haces trampa.

-cómo podría?

-Y por que no van ambos.- Propuso Joe para que de una vez terminaran la discusión.

De alguna manera funcionó, ambos se pusieron de pie y pidiéndole que esperara comenzaron a andar en dirección a la tienda mas cercana.

Joe sonrió con suficiencia, cerró los ojos y se recargó mas contra el tronco del árbol bajo el cual habían estado descansando.

Estaba quedándose dormido cuado sintió el peso de un cuerpo recargarse contra el suyo.

-Le has hecho trampa a Dan o me extrañaste demasiado como para alejarte mas de 3 minutos?- Cuestionó apoyando su cabeza en el hombro ajeno.

-Podría decirse que es que te extrañaba, aunque ha pasado mucho mas que 3 minutos.

Joe abrió los ojos y se incorporó de golpe, aquella n era la voz de Adair, sin embargo era inconfundible para él.

-T-tu…- La voz se atoró en su garganta y no le permitió decir nada más mientras veía al otro ponerse de pie.

-Aun te dejo sin aliento, eso es lindo.- el hombre estiró el brazo tomando un mechón de su cabello y jugando con el entre sus dedos.

-Qué haces aquí?- Habría querido que sonara como un reclamo y sin embargo el tinte en su voz salió con verdadera duda.

 -Regrese por ti, no es obvio.- La mano del hombre soltó su cabello y viajo hasta posarse n la mejilla de Joe.

Aquel contacto resultaba tan familiar, tan conocido, tan esperado que su cuerpo reacciono por instinto recargando el rostro hacia él, aquella caricia, aquellas manos, por un momento Joe olvido todo pero cuando sintió el abrazo apegándolo contra la anatomía ajena todo volvió de golpe.

-Qué haces? suélame.- Se revolvió entre sus brazos y empujo al hombre en el pecho para obtener distancia entre ellos.

 

Dan había regresado a medio camino porque había tardado en obviar que el pequeño castaño había sido el único triunfante y cómodo que no caminaría para obtener su bebida, considerándolo injusto Dan había regresado por él para que les acompañara mientras Adair guardaba su lugar en la fila que se había formado para ser atendidos en la fuente de sodas.

Estaba por llamar a gritos a su amigo cuando noto la figura de un hombre sentarse a su lado, se acerco lo suficiente para no ser notado mientras observaba el transcurrir de la escena, al principio había creído que era algún chico intentando ligar pero el presenciar la caricia y luego el abrazo tan familiar entre ellos le hizo saber que aquel no era ningún desconocido para Joe, algo en su interior rugió con rabia, no eran celos pero deseo separarlos y partirle la cara al idiota ese y tal vez gritarle un poco a Joe por dejarse abrazar por otro cuando estaba saliendo con su amigo… Adair, cómo le diría aquello? En verdad Joe era esa clase de hombre? Las dudas invadieron su mente pero desaparecieron casi al instante al notar como su amigo se separaba empujando al extraño y con una expresión molesta.

Observó detenidamente como una discusión comenzaba aflorar entre ellos y movido por la curiosidad y duda se acerco un poco más, pero no lograba escuchar nada, quería saber de lo que hablaban pero avanzar más suponía ser visto y por alguna razón extraña aquello no le pareció buena idea.

Dan soltó el aire que no había notada que estaba conteniendo y apretó los puños cuando noto las manos del hombre apretando los hombros de Joe y zarandeándole bruscamente mientras el de ojos almendra se encogía un poco por el dolor.

 

-Ha dicho que lo sueltes, no escuchaste?- Dan había cerrado la distancia que lo separaba del par y había tomado al extraño por el hombro para obligarlo a soltar a Joe.

-Y tu quien mierda eres, eh?- Cuestionó el hombre zafándose con relativa facilidad del agarre de Dan para volver a enfrentar a Joe. –A caso es tu nuevo novio? Por eso actúas así?

-Olvídalo Samuel.- Samuel, con que así se llama, pensó Dan. – Vete por favor, tu y yo no tenemos nada que hablar.

-Que te crea quien no te conozca Joe, aun me quieres, lo se, lo confirme hace unos segundos, por qué quieres mentir?

-Se acabo Samuel, y si te lo recuerdo no fui yo quien decidió eso, no tienes derecho a volver ahora.

Dan había quedado en un segundo plano tratando de hacerse una idea de la situación a través de las pocas pero significativas palabras, sin embargo se vio obligado a interrumpir nuevamente cuando el tal Samuel quiso acercarse de manera peligrosa a su amigo.

-Hazle caso y vete, el mismo ha dicho que no tiene asuntos que tratar contigo así que no me contendré si no te marchas.- Sentenció Dan, había notado el miedo de Joe cuando el hombre se le acercó, ahora el estaba en medio de ambos midiendo al posible oponente que tenia enfrente y sintiendo el temblor que Joe trataba de ocultar a sus espaldas.

-es por este imbécil? Es por él? Es el estreno que presumes en las fotos? Me has cambiado por él?- Samuel gritaba por encima del hombro de Dan sin apartar la mirada de Joe.

-Deja de decir estupideces quieres? Por qué volviste? Tu fuiste quien se marchó, tu eres quien me dejo, no puedes reclamar nada, tu me cambiaste no yo a ti.- A esas alturas Joe también gritaba y Dan tenia que apañárselas para contener a Samuel, si fuese una pelea el hecho de que el otro fuese mas alto y con mayor peso no le supondría problema, con un par de golpes rápidos sería suficiente, pero el tener solo que mantenerlo a raya sin involucrar sus puños le estaba costando un poco de trabajo.

-las fotos de tus fiestas circulan por toda la red, decía que tenias un novio, nunca creí que fueses tan cínico, pasé años ocultándome por tus estúpidos miedo y ahora resulta que el niño se destapa a lo grande?

-No seas idiota, fue solo una nota para perjudicar la candidatura de mi padre, además no se ve mi rostro en ningún momento, no son más que chismes.

-Oh! Pero claro que son más que chismes, o no es verdad que te gusta que te monten? Eres gay Joe, las tías te la sudan porque prefieres un pene, qué de malo tiene?

-Cállate de una vez, estas llamando la atención.- Casi suplicó, el resto de personas que pasaban por esa sección del parque detenían su andar intrigados por la escena pero lo retomaban casi al instante por miedo o discreción.

-No has cambiado después de todo.-Samuel dejo de forcejear con Dan y le dirigió una mirada despectiva y una sonrisa irónica al de ojos almendra. -volví porque creí que por primera vez te habías puesto bien los pantalones para defender quien eres, creí que si volvía podríamos hacerlo bien esta vez, pero veo que sigues siendo el mismo cobarde de closet que antes.

-No tienes derecho a insultarme, y no soy el mismo, pero si es lo que crees no se porque sigues aquí, desaparece, tienes experiencia en eso, no te costara esfuerzo, desde el inicio lo hiciste ver muy fácil, vete de una vez.- El reproche estaba claramente marcado en su voz y Samuel lo sintió como una bofetada, como era posible que su intento de reconciliación se hubiese torcido tanto al punto de llegar a eso, lo menos que quería era alejarse, se suponía que regresaba a enmendar sus errores no a construir nuevos.

Samuel suspiro derrotado, Joe tenia razón, después de todo el era el mas consiente del daño que había causado.

 

 -No voy a irme.- Dijo ahora con un tono de voz moderado pero con la convicción reflejada en la mirada. –Viene por ti, tienes razón, antes me equivoque, no voy a cometer el mismo error dos veces.

-No lo harás no te preocupes.- la voz de Joe salió cansada.

Samuel encontró aquellas palabras alentadoras pese a que la intención había estado de ser lejos de ser esa, con la esperanza creciendo en su pecho termino empujando a Dan a un lado con una facilidad sorprendente que dejo aturdido al de ojos verdes por unos momentos, sin la intromisión de Dan, Samuel se acercó una vez mas a Joe con la intención de abrazarle.

-Te prometo que esta vez no te defraudare, en todo este tiempo he trabajado y ahora tengo la certeza de poder protegerte, podremos irnos y nadie volverá a molestarnos.- Samuel tenia sus manos apoyadas suavemente sobre los brazos de Joe, donde antes había apretado con fuerza ahora recidía una caricia inmóvil.

-No lo harás porque no habrá ocasión para que lo hagas.- Joe había mantenido la cabeza gacha pero en ese momento la elevo para confrontar la mirada del mayor, los ojos de Joe despedían rencor puro uno que logro esfumar las ilusiones que por un momento crecieron en Samuel.

-Joe?

-Vete, en esta ocasión soy yo quien esta tomando la decisión, no quiero volver a verte.

-No mientas, tu aun me quieres no puedes…

-ahora hay alguien, sabes? Es tarde, te quise sí, pero te encargaste de arruinarlo y ahora puedo darte las gracias por ello.

-un novio, te parezco un juego, acaso me vas a decir que este enclenque es mejor que yo?

Dan frunció el seño ante el adjetivo que le había dirigido, aquello ya era el colmo, ya fuera por Joe o por orgullo pero ahora no se contendría en romperle la cara al desgraciado, estaba por ponerse a la defensiva pero fue interrumpido.

-De hecho el enclenque es solo un amigo, y no es un enclenque, tal vez bajito pero no enclenque.- Adair había desecho el agarre de Samuel sobre Joe, rodeando a este ultimo con el brazo. –El novio soy yo y me parece que ya te he dejado molestar mucho a mi pareja.- Queriendo demostrar su superioridad y a manera de provocación que se le antojaba más que necesaria Adair tomo a Joe por la barbilla para hacerle levantar el rostro al tiempo que unía sus labios en un beso que fue más demandante de lo necesario. –Esfúmate de una buena vez, no tienes más asuntos que tratar con él, espero no tener que volverte a ver o te arrepentirás.

La voz de Adair era tranquila pero era ese tono sereno y la sonrisa conciliadora en sus labios los que más amenazadores resultaban.

Samuel dirigió una ultima mirada a Joe pero este le ignoraba refugiándose en los brazos del pelinegro.

-Esto no acaba aquí, créeme amigo no eres nadie, no te hagas ilusiones, Joe parece un oasis en el mas caliente de los desiertos pero no es mas que un espejismo que muchos queremos perseguir, tu no eres más que otro más, el único que realmente le entiende y a quien quiere soy yo, me equivoque una vez pero no pienso alejarme otra vez, aléjate antes de salir lastimado.

-Gracias por el concejo pero creo que debes guardártelo, ahora eta conmigo, una pena que hayas perdido tu oportunidad.

-No digas que no te lo advertí, puede estar contigo pero no te ama y lo sabes.-

Con esas palabras dio media vuelta y se alejo del trio dejando a dos de los chicos con un profundo deseo de golpear algo y a un tercero completamente confundido.

  

***

 

 

 

 

 


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