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Eres mio. por Daydream duet

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Notas del capitulo:

buenas noticias, no he muerto... solo me ahogo en proyectos y practicas escolares, sean pacientes y espero les guste.

 

Adair había llegado temprano a clases, generalmente se demoraba unos minutos comprando algún chuche en la maquina expendedora pero ese día tenía algo mas importante, Joe había permanecido en sus pensamientos mas constante que de costumbre y el hecho de que el chico no se presentara a clases durante una semana alegando una enfermedad que el estaba seguro que no existía solo alimentaba su ansiedad.

Al entrar a clases todos le saludaron y el se tomo su tiempo para conversar con cada grupito que a esa hora se encontraban en el aula, Adair era por decirlo de alguna manera, popular, era mayor, bien parecido, con un carácter un tanto explosivo que solo servía para volverlo mas interesante ante el punto de vista de las chicas que no perdían su oportunidad para intentar insinuarse o llamar su atención, los chicos lo veían con admiración y a Adair nada de eso le molestaba, siempre había sido así, la gente le aceptaba y le quería, así de simple, todo el mundo le aceptaba, le seguía y le perdonaba sus defectos solo por ser él.

Cuando Joe cruzo la puerta algo agitado por su esfuerzo de llegar a tiempo Adair sintió un vuelco en el corazón ante su imagen, agitado por lo que debió ser una corrida, con su característico cabello alborotado, sus ojos almendrados y la piel brillosa debido al casi imperceptible sudor producto de la carrera, como siempre solo espeto un saludo general a todos los presentes y se dirigió a su asiento.

Había algo extraño en él ese día, se notaba alterado, nervioso, gesto que se intensifico cuando Miranda se acercó y se sentó junto a él, los celos revoloteando en el estomago de Adair no se mitigaron, al contrario se incrementaron cuando noto la sonrisa nerviosa y el sonrojo de Joe mientras platicaba con la chica.

Miranda era bonita, ojos obscuros, casi negros, un cabello largo y bien cuidado que caía en graciosas hondas por sus hombros y espalda, una figura delgada pero bien proporcionada además de una niña atenta y agradable, era ilógico que en ese momento le pareciera la mayor de las brujas pero era un sentimiento que no podía evitar.

-Qué te tiene tan absorto?- Cristóbal le distrajo por un momento, estaba tan concentrado dirigiendo todo su odio a Miranda que no notó cuando este se le había acercado. –Wow… eso es nuevo… crees que estén saliendo? Miranda es muy sociable pero Joe nunca había hablado así con nadie.

Era obvio que Cristóbal había seguido la dirección de su mirada y notado lo mismo que él, Cristóbal era un tipo bajito de cabello color caoba y pecoso, alguien con quien regularmente se la llevaba bastante bien pero el comentario que había hecho le despertó unas inmensas ganas de tener un gran balde de agua y poder sumergir su cabeza ahí hasta que a su cerebro no le quedara mas oxigeno para seguir diciendo idioteces.

-No nos importa.- Se giro de manera brusca para dirigir su atención a la pizarra, no podía ahogar a su compañero pero tampoco podía reprimir su mal humor.

Cristóbal atendió al tono glacial y agresivo de Adair retirándose a con otro grupo que charlaba sobre los partidos del día anterior.

Adair pretendía estar desinteresado pero su mirada volaba de vez en cuando en dirección a Adair que ahora sonreía más abiertamente a la chica, apretó los puños por un momento luego tomo bruscamente su mochila y comenzó a revolver hasta encontrar sus cascos, los conecto a su teléfono y estaba por encender la música cuando un comentario del grupo cercano le llego.

-Quien sabe, ayer también parecían íntimos.

-A que te refieres lisa?

-Bueno pues.. recuerdan cuando Kevin chocó con Joe…- El grupo de 5 chicos y chicas asintió. – Pues fue Miranda la primera en correr a ayudar a Joe aunque Kevin se llevo la peor parte,- Las miradas de asombro no fueron solo de los chicos en el grupo sino de Adair que sin pretenderlo se había quedado escuchando.

-Eso no quiere decir nada.

-Pues no me creas si no quieres pero yo misma vi como Miranda aprovechaba para tocarle un poco y luego Joe le revolvía el cabello y le decía algo al oído justo antes de marcharse… y ahora mírenlos.- El pequeño grupo al igual que Adair dirigieron su mirada a la pareja que se encontraba ahora discutiendo sobre algo en la libreta de Miranda.

Las expresiones variaron desde sonrisas picaras hasta la clara molestia en Adair, algo en el pelinegro estaba hirviendo de manera peligrosa y hubiera explotado de no ser porque en ese preciso momento  entre el profesor al aula y mando a callar y sentar a todos.

***

Joe estaba cada vez mas ansioso, Miranda se había pasado todo el día pegada a él, no es que se sintiera acosado, de hecho la chica era muy agradable, demasiado, lo que le resultaba en extremo extraño, parecía que Miranda había mal interpretado su ultimo gesto del día anterior, la muchacha había sido sutil al acercarse en la mañana, no se quejaba terminó explicándole un par de temas que no le habían quedado claros de la semana pasada, pero el hecho de que la morena incluso hubiera convencido a su habitual compañero para cambiar sitios y sentarse en la misma mesa lo hacia sentirse incomodo pero no sabia como expresar ese sentimiento cuando la chica solo se había portado bien con él.

Pensar que su incomodidad se debía en gran medida a no estar acostumbrado a las atenciones de nadie lo llevo a recordar el día que había pasado en casa de Adair, ahora era imposible olvidar su nombre o a él, había sido sin duda un hermoso sueño, la primera persona en preocuparse por él, luego estaba Dan y ahora… bueno ahora Miranda se sumaba a la corta lista que parecía demasiado larga ante sus ojos.

Pensando en el pelinegro no pudo controlar el impulso de buscarlo con la mirada, hasta entonces nunca había advertido realmente el lugar habitual de ninguno de sus compañeros por lo que su búsqueda tardo un poco, cuando encontró el recortado cabello negro una sonrisa afloro en sus labios, se quedo tanto tiempo perdido en la imagen de la espalda de Adair que sin notarlo la clase había llegado al final e incluso el docente había abandonado el aula, esa había sido la ultima clase del día y el apenas tenia una idea de que había tratado, ni siquiera hubiera notado que finalizo de no ser por Miranda quien le había zarandeado delicadamente para sacarlo de su trance, le sonrió a la chica justo antes de negarse a su resiente invitación a salir y luego volvió su mirada en dirección a Adair pero la retiro en seguida al notar como este le miraba con severidad y enojo.

Aquella mirada le había hecho sentir extraño, no era la primera vez que le observaban de esa manera pero si era la primera vez que calaba tanto, algo en su expresión debió delatarlo porque Miranda, que había estado acomodando sus cosas se detuvo para preguntar si se encontraba bien, no sabia como responder aquello, estaba bien pero se sentía una mierda, era algo difícil de explicar por lo que solo se apresuro aventando todas sus cosas dentro de su mochila sin orden alguno, se despidió de la morena y salió del salón de clases con miedo de volver la mirada para encontrarse nuevamente con esos oscuros ojos que le veían con odio.

***

Adair había observado la salida de Joe consternado, algo le gritaba que debía perseguir al chico y obtener las explicaciones que tanto quería y había estado esperando, pero el chiquillo había rehuido a su mirada la única vez que sus ojos se habían encontrado y estaba también ese pequeño e incomodo hecho de cómo se había estado comportando tan meloso con Miranda.

Que se jodiera, él completamente preocupado y Joe se la había pasado filtreando con esa… con esa… esa chica.

Tomo su mochila y salió del salón de clases ignorando completamente al castaño que se encontraba parado en medio del pasillo y pasando junto a él sin siquiera mirarle le dejo atrás.

 

Estaba realmente molesto y se molestaba más por estar molesto esa sensación lo estaba volviendo loco, ni siquiera sabía como había conseguido llegar a su departamento, aventó la mochila al sofá y fue en busca de una cerveza, lo necesitaba, al abrir la nevera la encontró completamente surtida y justo sobre las cervezas una nota de su madre, sonrió al leer el constante recordatorio de su madre sobre alimentarse con algo mas que frituras y refrescos y no olvidar lavarse los dientes… seguía tratándolo como un niño, instantáneamente toda su molestia se había esfumado y ya con la cabeza fría le era mas sencillo pensar con claridad, aunque nada estaba claro cuando se trataba de Joe.

Sacó el teléfono del bolsillo de su pantalón y marcó el numero de Dan, ese imbécil lo escucharía de una buena vez, ya lo había evitado mucho tiempo y esta vez no conseguiría zafarse con alguna excusa tonta, sin mencionar que tenia carnada a prueba de Dan.

***

La insistente vibración de su teléfono llego a ser tan desesperante que termino atendiendo a la llamada…

-Bueno…

-…- Por un momento nada se escucho desde el otro lado, dan tuvo que comprobar en la pantalla quien era la persona inoportuna terminando por encontrarse con el nombre de su mejor amigo.

-Ada?- Dan suspiro y del otro lado de la lineo udo escuchar también un suspiro del pelinegro.

-yo… ammm…. Esto..- Dan sonrio abiertamente, conocía tan bien a Adair que podía imaginárselo tirado en el sofá con una guerra mental en la cabeza

–Qué pasa?- Efectivamente, desparramado sobre el sofá Adair se debatía por cuales serían sus siguientes palabras… preguntar si el castaño estaba molesto o decir abiertamente que le echaba de menos no era siquiera una opción.

-Tengo comida… Mamá lleno la nevera esta mañana.

La comunicación se interrumpió y tras observar la pantalla Adair confirmo que el castaño le había colgado, una risa traviesa se le escapo al estar seguro que Dan se encontraba en ese momento dirigiéndose al departamento, la comida nunca fallaba era el cebo perfecto para pescar la atención del moreno.

 

 20 minutos después la puerta se abría mostrando a Dan enfundado en un elegante y aburrido traje, Adair levanto la ceja interrogativo.

-Tu abuela?

Dan solo asintió antes de correr directo a la nevera y comenzar a abrir todos y cada uno de los topers de comida que su madre había dejado esa mañana, 10 minutos mas tarde el castaño le acompañaba el la sala con un bol de carne entre las piernas.

 

Adair se quedo observando en silencio mientras Dan se dedicaba a devorar la comida…

-Venga, habla de una vez.- Había hablado con la oca llena, trago y continuó. –Échame la bronca o simplemente di que me has extrañado.

-Muérete!- Adair le tiro un cojín que impacto contra sus brazos levantados.

-Venga.- Insistió el castaño.

-Donde has estado?- No estaba molesto pero Adair no pudo evitar que su voz sonara resentida.

-Yo amigo mío he estado en demasiados sitios, solo hoy me he pasado por el centro comercial, el campus, el hospital, un aburrido despacho, la avenida snta…

-Corta el rollo Dan, deja de bromear, sabes a que me refiero.

Dan dejo el bol vacío sobre la mesa de centro y luego señalo a su vestimenta como si esa fuera la explicación mas grande.

-Volviste a pelear con tu abuela?

-con mi madre?- hiso comillas con los dedos al pronunciar la palabra madre. – No, esa mujer nunca discute, las cosas son como ella dice y se acabo, pero no, he estado visitando a un par de bufets de abogados necesito encontrar una forma de librarme de ella y no puedo esperar a concluir mi carrera y casarme.

-Lo siento.- Adair se sentía culpable, había maldecido hasta al cansancio a su amigo en la ultima semana por no estar a su lado y compartir sus penas si podía llamarlas así que no recordó que el castaño tenia ya suficiente con su propio drama personal.

Dan sonrió enternecido, su amigo tenia mil defectos, era cabezota y un poco tonto a veces pero esos momentos en que dejaba ver su lado vulnerable y se mostraba como un niño pequeño le enternecían de sobremanera.

-No te preocupes, además no es lo único que he estado haciendo.- La sonrisa peculiar en el rostro del de ojos ese día café muy claros no auguraba nada bueno. – Encontré a Joe.

-Imbécil lo veo casi todos los días en el edificio sin mencionar que tomo clases 2 veces a la semana con él, digo, te lo recuerdo por si se te olvidaba.

-Hablo de información oculta, pero si decides tratarme como un menso creo que no tengo nada que hacer aquí- Hizo el ademan de ponerse en pie pero fue rápidamente retenido por el pelinegro que ahora estaba más interesado. Bueno, solo porque necesito contarte sobre ella.

-Sobre ella?

-Si… es la chica mas bella que he visto en la vida y es tan…. Yo fui un estúpido, luego me pego, luego se arrepintió y yo así de wou…- Dan a penas tomaba aire para hablar, mientras lo hacia su mente viajaba muy lejos de su cuerpo y Adair no podía mas que preocuparse por la extraña condición que estaba presentando su amigo. – Y es que es tan raro por que si hubiera sido cualquiera lo habría odiado pero en ella me gusta y es la primera vez que la veo, bueno la segunda pero la primera no cuenta porque yo no lo note y es que si vieras sus ojos, son tan… y sus labios, cielos…

Adair espero por que la incongruente narración de Dan continuara pero este simplemente se quedo callado con la vista perdida, su pensamiento en un recuerdo y las yemas de sus dedos tocando descuidadamente sus labios, Adair tuvo que carraspear para regresar al castaño a la realidad. –Oh lo siento, el caso es… de que hablábamos?

-Antes o después de tus incoherencias?

-Ah!! Es que es justo eso, es la mas bonita incoherencia.-

-Mejor dime de una vez que es lo que descubriste de Joe?- Interrumpió el pelinegro antes de que el otro volviera a perderse en sus pensamientos.

-Oh cierto, es lo que te atormenta.. bien pues…

-Pues?

-Antes que nada- La mirada se Dan se volvió inesperadamente seria y estricta. –Dime tu qué sabes de él? Por que tu interés en el chiquillo?

-Por qué?- Esa pregunta lo descolocó, no lo había pensado con detenimiento, el chico era un verdadero misterio, un acertijo, le llamaba la atención. –No lo sé, y no veo por que importe, dime de una vez lo que sabes.

-Lo siento amigo, no puedo decirte nada hasta saber por que te interesa, sería bueno que pensaras de una vez bien en ello.

Dan se levanto del sillón y comenzó a dirigirse a la salida, Adair estaba tan descolocado que no podía ni moverse de su sitio pero antes de que el castaño terminara de marcharse consigui que su voz apareciera deteniendo por un breve monmento al otro.

-Por qué importa? Que sabes de él? Acaso es algo malo? Desde cuando me tienes secretos o condiciones?

-Amigo, solo puedo decirte que la situación es mucho mas complicada de lo que te imaginas, sé que eres torpe y despistado casi siempre y más con lo que a la gente y emociones refiere, pero ya le has visto lo suficiente como para comenzar a atar cabos… quieres saber lo que ocurre? Comienza preguntándote lo que quieres.

Y sin más salió del departamento cerrando la puerta y dejando a un consternado Adair que por primera vez comenzaba a hacerse preguntas existencialistas en su vida.


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