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Mi Amor No correspondido....O tal vez, Si? (One-Shot) por Joshua_Heart

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Notas del fanfic:

Todos los personajes de Naruto no me pertenecen a mi. Pertenecen en su totalidad a Masashi Kishimoto.

Notas del capitulo:

Aqui les traigo este one-shot de esta parejita que en lo personal me encanta, aunque no sea muy convencional, pero bueno yo no soy muy normal que digamos jeje y además quería practicar como hacer lemon. espero y les guste! ^_^

-Ahhhhh...- (suspiro)

 

-Otra vez te le estás quedando viendo como un tonto.- gruñó exasperado un peliplateado rodando los ojos por el comportamiento habitual de su amigo.

 

-¡Cállate, Bakashi! No molestes- respondió reaccionando un lindo pelinegro saliendo de su ensoñación. -Es que.. no lo puedo evitar- susurró lo último, apenado por ser descubierto una vez más observando a su amor platónico a cierta distancia.

 

-¿Por qué no solo te le declaras, y listo? No veo la razón por la cual te complicas tanto.- resopló con su acostumbrado aburrido semblante. Ciertamente, su amigo sólo se complicaba la cabeza a su parecer.

 

-¡¿ESTAS LOCO?!- exclamó o mejor dicho gritó, poniéndose en pie, el más bajito llamando la atención a su alrededor. -No puedo hacer eso- se volvió a sentar, bajando el tono de voz sólo para que su compañero de mesa escuchara. -Yo creo que a él le gusta mi primo Sasuke.. Y si es asi, no tengo oportunidad- terminó de agregar cabizbajo y maldiciendo su mala suerte al enamorarse.

 

Porque sí, el pelinegro ya se había enamorado, o más bien, creyó haberse enamorado con anterioridad de la novia actual de su amigo Kakashi. Al principio le dolió enterarse que ambos estaban enamorados, pero al final no pudo más que aceptarlo y desearles suerte al saber que su amor era sincero. Claro, aunque todo cambió cuando lo conoció a él. Él le hizo saber lo que era la diferencia entre gustar y amar. Él, con su amplia y sincera sonrrisa; sus ojos azul cielo tan profundos como el extenso mar. Con su cabello dorado y su piel tostada por el sol; y su actitud positiva y cálida a pesar de la soledad que le consumía desde su niñez. Todo eso solo hizo que el pelinegro descubriera lo que era enamorarse en realidad.

 

-Yo no creo. Tal vez solo sean amigos,. ¿No crees que estás sacando concluciones aceleradas? Nada pierdes con decirle lo que sientes- Kakashi trataba de darle ánimos a su mejor amigo,

 

-¿Y.. y si me rechaza?- preguntó con evidente temor en su voz

 

-¿Y si no lo hace?- rebatió su amigo. -No sé, solo piénsalo- dijo, para luego retomar toda su atención al libro que siempre cargaba consigo.

 

"¿Y si es cierto y me corresponde?", pensó, con una sonrrisa soñadora.

 

El timbre que anunciaba el cambio de clases lo sacó de su ensimismamiento.

 

-Será mejor que entremos a clase. No quiero hacer enojar a Anko-sensei- Kakashi guardó su libro, poniéndose en pie.

 

-¿Ah? Si, ya voy.

 

En el transcurso de las clases, Obito se la pasó totalmente distraido. Sentado en su respectivo lugar, miraba a través de la ventana donde podía observarse al equipo de futbol del colegio que realizaba las prácticas por las tardes. Amaba sentarse en ese lugar, porque ahí podía observar a Naruto Uzumaki: su amor platónico, quién tenía la posición como delantero del equipo.

 

-Naruto-san...- se le escapó el nombre del rubio en un susurro al aire. Aún puede recordar perfectamente la primera vez que se conocieron a principios de año. Inconsientemente una sonrrisa se dibujó en sus labios.

 

=====Flashback=====

 

Venía cierto pelinegro caminando distraidamente, con su vista fija en el itinerario de clases que le habían entregado en rectoría. Ése era su primer dia en ése colegio. Había sido transferido de improvisto. Su padre Madara y él, se habían mudado hace poco a la mansión de la familia Uchiha en Tokio. Y justo ahora se encontraba perdido; no sabía cual era su salón de clases. El hecho que el instituto fuera de cuatro plantas y tres divisiones no le ayudaba a orientarse

 

-¡Kuso! Ya me perdí, y ahora entraré tarde a mi primera clase- refunfuñaba con frustración. -Sasuke, eres un bastardo; no me esperaste- terminó lanzando maldiciones a su "querido" primo por haberse ido al colegio sin esperarlo.

 

Iba tan distraido que no sintió que alguién venía corriendo a paso acelerado por el pasillo hasta que pasó... ambos chocaron. Cayeron al piso estrepitosamente en un golpe sordo. Su frente ahora tenía un chichón del tamaño de una bola de teniz.

 

-¡Auch, maldición! Oye idio...- sus reclamos quedaron ahogados al encontrarse con un chico rubio más alto que él, claramente de un grado superior. Estaba encima de su cuerpo, con el rostro muy próximo al suyo. Gracias a eso pudo encontrarse con los ojos azules más profundos que jamás haya visto, quedándose perdido en ellos al instante.

 

-Oye, ¿estás bién 'ttebayo? Discúlpame, es solo que ya voy tarde a clase. Por eso venía corriendo- el chico rubio todavía seguía encima de él.

 

-Q-que bonitos ojos.- habló atontadamente el pelinegro. Oh! ¡¿Había dicho eso en voz alta?! Sus mejillas ardieron al ver en la comprometedora posición en que se encontraban.

 

-Jejeje, ¡ah! pués gracias, dattebayo.- rió zorrunamente. Se levantó y luego le tendió una mano. Obito la aceptó aun medio atolondrado.. -¿Enserio te encuentras bien? ¿No te lastimé?

 

-¿Eh? ¡ah! No. Estoy bién. Gracias, jejeje.- dejó salir una risita nerviosa y se rascó una mejilla, apenado.

 

-Uff, ¡que bién! Oye, ¿eres nuevo cierto? No te había visto por aqui antes... aunque te me haces conocido, dattebayo.- el rubio lo analizó con sincera curiosidad.de pies a cabeza.

 

-¡Si!- Obito sonrió ampliamente. -Hoy es mi primer dia aquí. Justamente estaba buscando mi salón de clases.

 

-Ah, pues te ayudo. En qué grado estás, ttebayo?- inquirió el chico sin nombre, muy animado.

 

-Estoy en el 8° grado, rección-D. Pero, etto... No quisiera que entrara tarde a clases por mi culpa.

 

-Jeje, nada de eso. Entraré a la segunda hora, dattebayo. Ven, te llevo.- lo tomó del brazo para empezar a caminar. -Por cierto, soy Naruto Uzumaki ¿y tú?-

 

-Obito Uchiha. Mucho gusto, Naruto-san- respondió él, con una sonrrisa de oreja a oreja.

 

-¿Uchiha?- detuvo sus pasos bruscamente. -¿Eres familia del teme... Quiero decir de Sasuke?- se corrigió al ver la cara de confución que ponía el menor. Retomaron su caminata por los pasillos. Naruto lo miraba con el entrecejo fruncido, concentrado.

 

-Jajaja ¿teme?- se limpió las lagrimitas por la risa. -Si, soy primo de Sasuke... teme!- sonrió cantarinamente. Ahora le agradaba aún más el mayor.

 

-Jeje. Vaya, eres muy diferente al amargado del teme, Obito-kun. ¡Lo juro! Nunca pensé ver a un Uchiha reir, así, con tanta naturalidad 'ttebajo- el rubio asintió vehemente ante sus palabras. Todos los Uchiha que había conocido, hasta ahora, eran igual o peor de amargados que Sasuke.

 

-Quizá, por eso me consideran la oveja negra del clan Uchiha.- dijo a modo de de broma.

 

-Pués a mi me agradas, dattebayo- le sonrió afable -Me gusta que no seas igual al resto de tu clan. Ser asi de espontaneo, solo te hace único y especial 'ttebayo. Ciertamente el rubio no se medía con sus palabras. El corazón de Obito dió un vuelco de felicidad genuina.

 

-G-g-racias Naruto-san- dijo el menor con ojos iluminados.

 

-Oh, mira este es tu salón Obito-kun. Nos veremos después, ¿si?- se despidió con un guiño y el pulgar arriba.

 

-Hasta luego y muchas gracias Naruto-san-

 

=====Fin Flashback=====

 

Obito largó otro suspiro soñador. -Me enamoré de Naruto-san desde que lo conocí- se dijo recostando su espalda a la silla inclinándose hacia atrás para mirar hacia el techo. -Pero creo que.., él solo me ve como el primito de su mejor amigo... o de su novio- dijo con pesar y semblante triste.

 

-¡OBITOOOOOO!-

 

-¡KYAAAAAAAAAAHHHHHHH!-

 

¡¡Pomm!!

 

-¡Bakashi! ¿Pero qué diablos te pasa, porque me gritas?- gruñó Obito enfadado mientras se sobaba el trasero desde el suelo. Se había caido de golpe con todo y silla. Joder, le dolió.

 

-Tks, baka. He estado hablándote desde hace ratos, pero no me prestabas atención. ¿Qué no ves que las clases ya terminaron? Ni siquiera te diste cuenta por estar pensando en tu "Naruto-san"- cruzó los brazos sobre su pecho, después de darle un golpe en la cabeza,

 

-¡ITE! Yo no sé de que hablas- se quejó sonrrojado con un puchero levantándose del suelo. Odiaba ser tan obvio, a veces. -Ya me voy, adios- pasó de largo del peliplateado, el cual solo negó con la cabeza con resignación.

 

Al ya encontrarse en casa, el pelinegro pudo ver que en la mansión solo estaba Sasuke. Aunque éste se encontraba alistándose, seguramente para salir

 

-Oi, Sasuke ¿donde están todos?- preguntó curioso.

 

-En una cena de negocios.- se limitó a decir mientras tomaba las llaves de la casa para encaminarse a la salida. -Me voy. Dile a padre y a madre que estaré en casa de Gaara estudiando. No me esperen temprano.- y sin voltear, salió cerrando la puerta tras de sí.

 

-Baah, que aburrido. estaré solo y sin opciones de poder salir.- Con una mueca de disconformidad, subió su cuarto a grandes zancadas para tomar una rápida ducha y cambiárse de ropa a una más cómoda. Al cabo de 15 minutos salió de su recamara ya bañado y cambiado. Llevaba un pantalón corto de color marrón, algo flojo, y una camisa negra con el símbolo Uchiha dibujado en su espalda. Bajó las escaleras, y llegó a la cocina para buscar algo para alimentarse. Sacó carne con vegetales y arroz que había en el firogrífico del almuerzo, y los puso calentar en el horno. Cuando se dirigió a colocar su plato en la mesa escuchó el sonido del timbre de la casa.

 

-¡Ya voy!- exclamó dirgiéndose a la puerta principal. "De seguro Sasuke olvidó algo"pensó, con una sonrrisa divertida. Giró el pomo y abrió la puerta. -Sasuke que fué lo q ... ¿Naruto-san?- dijo abriendo los ojos de par en par. Frente a él estaba su rubio con esa perfecta sonrisa de portada de revista.

 

-Hola, Obito-kun, etto, buscaba a Sasuke, pero por lo que veo no se encuentra, ¿cierto?.

 

-H-hola Naruto-san. No, no está, ahora me encuentro yo solo- aclaró el pelinegro con una sonrrisa amable.

 

-¿No te importaría si te acompaño, y asi lo espero 'ttebayo? Tengo que entregarle un libro que me prestó ayer-

 

-¿Ah? No, claro que no me molesta Naruto-san. Pase- se hizo aun lado, olvidándose del hecho que su primo dijo que llegaría tarde.

 

-Ummm que rico huele, dattebayo- exclamó el mayor al oler el aroma impregnado en la casa.

 

-Tome asiento, onegai. Ahora vuelvo. Etto, ¿me acompañaría a la mesa a comer, Naruto-san?- preguntó él.

 

-¿Enserio 'ttebayo? Claro, me encantaría- respondió muy animado. -Ah y Obito, trátame de tú ¿si? Me haces sentir muy viejo dattebayo- dijo rascando su nuca.

 

-Esta bién Naruto!- respondió devolviéndole una hermosa sonrrisa al rubio y retomando su camino a la cocina.

 

-"¡Que lindo es 'ttebayo!"- se dijo el rubio quedando embobado.

 

Porque si, el rubio también estaba enamorado de Obito desde que lo conoció aquella tarde, solo que no le ha podido externar sus sentimientos al menor.

 

-Deja te ayudo, ¿si?- dijo el rubio al ver a Obito cargando otro plato junto con la bandeja que contenía la cena.

 

-Muchas gracias- respondió con una de esas sonrrisas que encantan al rubio.

 

Asi Obito se dispuso a servir la cena. Naruto no le despegaba la miraba ni un momento, logrando ponerlo nervioso.

 

-Hmmm se ve muy rico ¡Itadakimasu, dattebayo!.

 

-¡Itadakimasu!-

 

Transcurría la cena en un silencio cómodo para los dos, ambos viéndose de reojo pero sin pronunciar palabra.

 

"Vamos Obito, pregúntaselo, no seas cobarde"- se daba ánimos y autoregañaba. Lanzando un suspiro, tomó valor y se decidió a hacer la pregunta que le ha venido carcomiendo el pecho ultimamente. -¿Naruto-san.. tú tienes algo con... Sasuke?- Ya está. Lo preguntó, por fin.

 

-¿Eh? algo como qué 'ttebayo?- preguntó arqueando una ceja.

 

-Etto... ya sabes... ¿so-son novios?- preguntó, Dios! hasta la pregunta sentía que le dolía.

 

-_-...

 

-_-...

 

-_-...

 

-_-...

 

-¡Jajajajajaja!- el rubio se hecho a reir a carcajadas. Lo cual hizo que el menor frunciera el entrecejo en confución y cierta molestia. ¿Qué acaso Naruto se estaba burlando de él?.

 

-¿Qué? ¿Por qué te ríes?- preguntó el pelinegro muy serio.

 

-Jajajaja, lo siento, lo siento 'ttebayo- dijo limpiándose las lágrimas y tratando de contener la risa. -Es que...es que no lo puedo evitar, dattebayo: toda la gente piensa que Sasuke y yo tenemos algo más que una amistad.- terminó de decir poco a poco recobrando la compostura.

 

-¿Y no es asi?- inquirió curioso. tratando de cerciorarse de que Sasuke y SU amor no tuvieran algo más que una amistad.

 

-Por supuesto que no. Sasuke y yo solo somos amigos. Es más, lo veo como si fuera el hermano que nunca tuve.- dijo muy serio el kitsune. Obito, aliviado, soltó el aire que había estado conteniendo.

 

-Ya veo Naruto-san. Pero dime, ¿no tienes novia?- preguntó como quien no quiere la cosa.

 

-No 'ttebayo, no tengo. ¿Y tu Obito-kun?- dijo tratando de no sonar muy ansioso por la respuesta.

 

-No, no tengo, Naruto-san.- replicó con una ancha sonrrisa.

 

-Oh! Ya veo- El rubio dio un grito de alivio y felicidad en su interior. Luego adquirió una pose pensativa. -Pero, sabes Obito-kun, me gusta alguién y mucho.- dijo mirando fijamente al menor.

 

-¿E-enserio?-

 

-¡Si!- confirmó muy seguro. -Lástima que sea un imposible

 

-¿Imposible, pero, por qué?.

 

-Porque... quién me gusta es menor que mi, y no creo que me corresponda- contestó automaticamente.

 

-Eso es estúpido- profirió el menor sobresaltando al rubio. -Para el amor no hay edad, Naruto-san, y si ella te ama, no le va a importar si eres mayor que ella. Y no sé de qué hablas; solo tienes 18 años.- dictaminó el pelinegro con cierto coraje, pero no en contra de Naruto, eso nunca, sino coraje con la persona que podría rechazar a SU rubio. Cuanto daría porque fuera él, quién el rubio amara...

 

-¿Tú crees, Obito-kun? ¿A ti no te importaría que fuera mayor que tú 'ttebayo?

 

-¿Eh? q-que... y-yo?- preguntó apuntándose a sí mismo con el dedo, desconcertado.

 

-Si! Dattebayo, respóndeme!- se puso en pie para acercarse al pelinegro hasta quedar en frente de él. -Si fueras tu, quién me gustara, ¿te importaría que fuera cuatro años mayor que tú?- preguntó. El corazón del menor golpeteó fuertemente contra su pecho.

 

"¿A-acaso podría ser que Naruto-san sienta lo mismo que yo por el?" se preguntó Obito, dibujando una sonrrisa ilusionada. Se animó a contestar. -Por supuesto que tu edad no me importaría Naruto-san. A mi solo me importaría que tú me amaras- contestó un una sonrrisa tan hermosa que derritió por completo al rubio.

 

"Al diablo con todo" se dijo para luego hacer lo que siempre quiso hacer desde que conoció a Obito.

 

Lo agarró del rostro atrayéndolo hacia el, haciendolo sobresaltar al instante, para luego unir sus labios a los de él, en un beso que sin saberlo ambos deseaban desde que se conocieron.

 

"¿Esto en verdad está pasando?" se dijo con los ojos abiertos hasta el tope.

 

"Se siente mejor de lo que pensé dattebayo; sus labios son muy suaves" pensó embelezado el ojiazul llevando el control del beso al cual casi al instante el menor empezó corresponder haciendo que el mayor sonriera en medio del beso.

 

El beso era suave y lento apenas reconociendo el sabor de los labios del otro. Pero el mayor quería más; quería probar la boca del menor la cual le atraía en demasía como si sus labios fuera hechos de imánes. Tiró suavemente con sus dientes, el labio inferior del Obito, el cual entendiendo lo que el mayor quería, abrió timidamente su boca para darle acceso. Naruto no se hizo esperar: metió su lengua como tentando el terreno quedando extaciado con el sabor contrario. Exploró ávidamente la boca del menor quién gustoso le correspondïa con menor experiencia; El rozar de sus lenguas y compartir la saliba contraria hacía que los dos experimentaran un calor asfixiante, que sin duda les encantaba. Sus bocas encajaban a la perfección. Lastimosamente por culpa del miserable oxígeno se vieron en la nesecidad de separarse. Naruto lamió gustoso el delgado sendero de saliba que quedó en el mentón de Obito. A éste se le coloró el rostro como tomate.

 

-Jeje, te ves tan lindo asi sonrojado, dattebayo.- pronunció suavemente casi sobre los labios del menor mientras acariciaba su rebelde cabellera. El pelinegro quien respiraba entrecortadamente buscando bocanadas de aire para sus pulmones, se sentía volar por las caricias del mayor. Pero tenía una duda y quería externarla ahora que era el momento perfecto.

 

-¿Por qué me besaste Naruto-san?- preguntó algo nervioso por la respuesta. Enterraba sus dedos en su pantalón buscando calmar los nervios.

 

-¿Por qué? Eso es simple de responder dattebayo- hizo una pausa, dándole un beso superficial en los labios. -Te besé, porque simplemente no pude evitar enamorarme de ti desde que te ví, Obito-kun. Desde que te miré a los ojos esa tarde, supe que eras tú a quien buscaba, que eras tú, quien me sacaría de la soledad que aún me consumía por dentro. Ahora dime, Obito-kun, ¿no te parese suficiente esa razón como para que te besara como tanto quize hacer desde hace mucho tiempo, 'ttebayo?- lo miró expectante. Obito se encontraba mudo por su confesión.

 

"¿Acaso dijo que me amaba?" pensó aún incrédulo el menor.

 

-¿Obito?- preguntó el mayor preocupado ante su mutismo. "¡Diablos! creo que me precipité!". Tomó asiento en una silla cercana y sentó al moreno en sus piernas. -Obito escúchame muy bién, ¿si? No quiero que por esta confeción te sientas presionado de ninguna forma 'ttebayo. Sé que no puedo esperar que vengas y de pronto me digas: "yo también te amo, Naruto." Pero enserio me gustaría que empezaramos una rela...

 

-Yo también te amo Naruto-san. Es más, desde que nos conocimos también me enamoré de ti- le interumpió con una sonrrisa consiliadora al notar su nerviosismo. -Pero nunca pensé que tú también sintieras lo mismo que yo- susurró regodeante de felicidad. -Te amo, te amo, Naruto-san.- se abrazó al cuello del mayor para robarle un beso, que fue correspondido con más devoción y pasión que el anterior, robándole el aliento haciendolo desear...no... más bién nesecitar; nesescitaba más de esa sensaciòn que le hacia sentir el mayor.

 

-Naruto-san onegai- dijo al acabar el beso ocultando su rostro timidamente en el cuello del mayor inspirando la fragancia de cítricos que desprendía. -Hazme tuyo, Naruto-san. Onegai, quiero ser tuyo.- pidió esta vez viendo al mayor que parpadeaba sorprendido.

 

-¿Estas seguro, Obito?- El menor solo asintió escondiéndose en su pecho.

 

-Bién agárrate ¿si?- se levantó con el pelinegro en sus brazos. Éste abrazó sus piernas a la cintura de Su rubio. -¿Obito...?

 

-La tercer recámara, en la segunda planta- se adelantó a decir el menor sumamente nervioso.

 

Pudo sentir como el rubio abría la puerta de su recámara para adentrarse con el en brazos vió como cerraba la puerta con su pie, y regulaba la potencia de las luces en el cuarto para luego colocarlo sobre la cama delicadamente como si fuera una fina pieza de porcelana y subirse encima de el apoyándose con las manos en la cama para no dejar caer todo su peso.

 

-¿Estas seguro amor?- pregunto el mayor en un susurro y acariciándole una mejilla al pelinegro.

 

-Si! onegai quiero ser tuyo- dijo con los ojos cerrados por la suave caricia, muy convencido pero con los nervios de punta, puesto que era su primera vez.

 

-Está bién, pero relájate porfavor- dijo con voz suave para luego besar suavemente al menor en los labios para darle confianza a corresponder, lo cual funcionó ya que el pelinegro entrelazó sus manos en la nuca del rubio acariciando sus cabellos y correspondiendo el beso fervientemente, el beso fué aumentando el ritmo haciéndose más atrevido y apasionado, el mayor fué adéntrándo su lengua en la boca del menor, explorando toda su cabidad extaciándose con tan solo acariciar la lengua del menor exitándose con el dulce sabor de la boca de su niño, el cual se sentïa en los cielos con ese beso, fuè enrredando sus piernas en las caderas del mayor para sentir más el calor que desprendía ese cuerpo más grande y fuerte que el suyo haciendo que suspirara con solo sentir su cuerpo tan cercano a el

 

-Te amo Obito- dijo el mayor para ponerse a atender con total dedicación el niveo cuello del pelinegro causando que este diera un brinco de total satisfacciòn al sentir los besos húmedos y mordidas suaves en esa zona tan sencible.

 

-Ah, Naruto-san, yo también te, ah, t-te a-amo- susurró con la respiración agitada. Su temperatura corporal subía al grado de sentir su ropa sofocante.

 

El rubio al presentir los pensamientos del menor, sin hacerse esperar, fué desaciéndose de la estorbosa camiseta para dedicarse a repartir caricias, con las llemas de sus dedos, en todo el torso y piel descubierta del menor. Su suave piel se erizaba ante su aterciopelado tacto. Fue acariciando ahora con las manos desde su cuello, bajando por su pecho sintiendo la suvidad de esa piel tan blanca y perfecta que lo invitaba a profanarla. Continuó bajando, acariciando las sutilmente marcadas costillas, siguió por el plano abdomen, tomando posecivamente de las caderas afiladas al menor para sentarlo en sus piernas y robarle un beso demandante que le robaba el escaso aliento por causa de la exitación de sentirse completamente dominado por el ser que ama tan fervientemente.

 

-Eres tan hermoso 'ttebayo- dijo el mayor con la voz más grave de lo normal, estremeciendo al menor de pies a cabeza. -Quítame la camisa- ordenó en tono demandante pero aún cálido, haciendo que el menor acatara su orden dejándolo en iguales condiciones. Abrazó al menor haciendo rozar sus pieles ahora calientes por causa de la exitación de conocerse asi, tan intimamente, haciéndolos suspirar a ambos, el mayor continuó con su tarea de estimular a su niño, atacó su fino cuello repartiendo succiones mas profundas profanando completamente esa zona sencible haciendo suspirar al menor, dando pequeñas mordidas hasta levantar sutilmente la piel ,siguió bajando por su clabicula haciendo masajes circulares con su lengua hasta que llegó al pecho niveo que no se hizo esperar para repartir pequeños besos, succiones y mordidas marcando al menor como suyo el cual no tenía la intención de quejarse, al contrario, se sentía completamente extaciado al sentir todas las atenciones del mayor.

Dió un pequeño gritito cuando sintió a Naruto succionar devotamente y morder suavemente sus pezones mientras que con las manos masajeaba y apretaba sus gluteos haciéndolo sentir tan exitado hasta el punto de doler

 

-N-naruto-san onegai- dijo el menor con ojos llorosos y sumamente sonrrojado haciendo que al mayor le diera una punzada de exitación ante la majestuosa vista.

 

No quisiendo hacer esperar a su niño ni a su dolorosa entrepierna, decidió levantarse de la cama para desvestirse completamente bajo la atenta mirada de un exitado Obito. Se quito su ahora odioso pantalón y lo tiró por cualquier lugar de la habitación al igual que su boxer dejando ver asi a una prominente erección en su completa magnitud que asombró y exitó en sobremanera al ansioso pelinegro.

 

Gateó hasta llegar a su niño cual depredador y le susurro en el oido, -Mira como me tienes de exitado dattebayo, eres completamente delcioso- en un tono tan ronco, que hizo arquear la espalda al menor.

 

Se deslizo desde el pecho repartiendo lamidas hasta llegar al ombligo del menor, en el cual metió la lengua simulando perfectas estocadas que provocaron estremecimientos en el menor. Le desabrochó el short y, de un jalón, se lo bajó junto con el ajustado boxer, tirándolos en algún lugar de la habitación. Apreció con hambre el duro pene del menor, para luego agarrarlo en toda su extención con su derecha dandole un firme apretón .

 

-AAH Naa-Naruto aah .- siseó arqueando la espalda ante el gratificante y exitante estïmulo.

 

Masajeó la erección comenzando una tortuosa masturbación, aumentando gradualmente la velocidad. Su lengua jugaba en todo el torso del menor, bajando más y más, dejando un rastro de saliba, hasta encontrarse con la erección llena de líquido preseminal. El menor solo pudo arquear la espalda al sentir la cálida respiración de su rubio sobre su entrepierna.

 

-¿Naruto-san ¿q-que vas a... AAAAHH- no puedo más que dar un sonoro gemido al sentir una suculenta lamida en la punta de su miembro. El ojiazul sonrió satisfecho.

 

Rodeó con su lengua toda la extención del glande bajando y subiendo desde la base hasta la punta, oyendo la respiración errática del ojinoche. Obito pudo ver sonrreir maléficamente al mayor para luego llevarse de un solo bocado toda la erección a su boca.

 

-¡Aaaaahhh, Naruto-saan!- dió un largo gemido, totalmente abrumado por la nueva y exitante sensación. Inconsientemente abría más las piernas para darle más acceso a su hombría, al mayor. Naruto siguió subiendo y bajando su boca a un ritmo frenético dándole masajes circulares con su lengua y lubricando con saliba el pene; hacía sonidos obsenos y húmedos. Sentía como el pene de Obito crecía y palpitaba dentro de su boca.

 

-¡Aah, ah, N-naruto-san, ah, qué bien se siente! ¡Aaah!- si, el menor se encontraba totalmente fuera de sí; ido por el placer que le estaba haciendo sentir su rubio. Sus piernas temblaban por los espasmos y un rico cosquilleo se apoderó de su pelvis -Narutoo... ya, ya no aguanto ... Me corro, me corro...- sofocando un grito de alivio con su puño, se vino (como nunca), en la boca del rubio. El kitsune tragó golozamente la semilla de su niño.

 

-Lo siento, Naruto-san,- resolló Obito con una ligera capa de sudor en su frente; tenía la cara arrebolada y los ojos entreabiertos y la respiración entrecortada.

 

-Jeje, no importa dattebayo. Es más, a mi me gustó- dijo tomando tiernamente su rostro entre sus manos y dándole un beso. -¿Estás seguro, que quieres continuar 'ttebayo?-

 

-¡Si! quiero sentirme tuyo de esa forma- dijo regalándole una linda sonrrisa a su amado rubio.

 

-Te amo Obito- se limitó a decir el rubio mirándole tiernamente y dándole un beso en los labios. para luego poner en cuatro al menor a la orilla de la cama en un rápido movimiento. -Voy a comerte completito 'ttebayo- le susurro pícaronamente en su oido; al menor le temblaron las piernas por causa de su voz lividinosa. Luego pudo sentir al rubio bajar repartiendo chupetones desde la nuca y espalda hasta llegar a su principal objetivo:

 

Abrió gentilmente las nalgas del menor dejando a la vista la pequeña y rosada entrada del lindo pelinegro. Esté se snbresaltó al percibir las intenciones de su, ¿novio?.

 

-Naruto-san, no! porf... AAAAHHHH- profirió un grito extaciado al sentir la juguetona y húmeda (muy húmeda) lengua del rubio, moviéndose circularmente, y sin ningun pudor, en su entrada. "Diablos, como puede sentirse eso, tan bién"- pensó avergonzado. Sin embargo, levantó sus piernas para sentir con más profundidad esa sensación, Sintió la lengua del rubio adentrarse aún más en él, llenándole de saliba sus paredes internas. Era muy bueno. Dejó caer su rostro de lleno a la almuada y levantó aún más sus blancas nalgas, las cuales estaban rojas, como manzanas al recivir unas cuantas nalgadas por parte del rubio.

 

-Ahh, Naruto-san, motto, onegai, ahh- exclamaba fuera de sí, El rubio, embobado por el espectáculo, metió el primer dedo, el cual no costó que entrarara por la lubricación previa; lo meneaba en círculos buscando ensanchar ese estrecho orificio.

 

Naruto se encotraba ansioso; sentía que no podía más. Su erección dolía, y mucho. El escuchar los sonoros gemidos de su niño solo lo calentaban más... asi que, sin hacerse esperar, lentamente fué metiendo un segundo invasor a la entrada del menor. Sintió que le apretaba un poco, más no oponía resistencia.

 

-¿Te duele, amor?

 

-No, más porfavor- respondió en tono suplicante.

 

Con una sonrrisa lasciva, acató el pedido y se puso a mover con más ímpetu sus dedos para complasencia del menor.

 

-Ahh si ah, ahh ah- Obito solo sabïa que quería más de asombrosa fricción. De pronto sintió el tercer dígito profonándolo; apretó la mandíbula y dió un leve brinco de sorpresa..., sin embargo no se quejó.

 

-¿Te gusta amor, quieres que pare 'ttebayo?- preguntó malicioso.

 

-Aaahhh nooo, ah, onegai, sigue- exclamó entre gemidos.

 

-¡Kuso, ya no aguanto más, Obito! ¡Nesecito entrar ya, dattebayo!- su pene palpitaba dolorosamente. Obito sólo asintió expectante.

 

Con cuidado sacó los dedos de su entrada y levantó al menor entre sus brazos para girarle quedando de frente. Jadeó extasiado con la vista: Obito con ojos llorosos y suplicantes, las mejillas cubiertas de un un rojo exquisito... Tuvo que nesecitar de toda su fuerza de voluntad para no entrar en él de de una solo estocada ahi mismo.

 

No, claro que no. Él no lastimaría a su niño, peor cuando tuvo que esperar mucho tiempo para este momento.

 

Acostó al menor sobre su espalda, le levantó las piernas llevándoselas a sus hombros dejando expuesta su ya dilatada entrada.

 

-Por favor relájate ¿si? No quiero lastimarte, dattebayo- dijo regalándole un beso y una sonrrisa.

 

-Si- el moreno cerró sus ojos e inhaló profundamente.

 

-Aqui voy 'ttebayo- advirtió. Dirigió su mienbro al ano del menor y, con un empujón, se abrió camino en esa estrechez, lentamente.

 

¡Joder! ¿Que si se sentía bién? El rubio podía jurar que se sentía volando por los cielos,Apenas tenía la cabeza de su pene dentro, y un escalofrió recorrió su espina dorsal al sentir esa estrecha y húmeda entrada envolviéndole deliciosamente.

 

-D-duele, ahh- resolló el menor todo rojo por el esfuerzo y con los ojos anegados en lágrimas.

 

-Relájate amor, estás muy tenso. Arg... asi me cuesta más entrar.- cerró un ojo y se mordió el labio, sintiendo como el menor contraía en exeso su esfinter, causándole también a él dolor. -Relájate ¿si? Ya pasará dattebayo. Lo promento.- susurró en su oido dándole besitos por todo su rostro y cuello y masturbando su miembro para distraerlo de la intromición; lo cual funcionó al ya no sentir sus paredes internas contraerse y al poder escuchar esos hermosos gemidos. Asi que, impaciente, prosiguió a entrar firme pero lentamente sin dejar de atender el miembro de su adorado pelinegro. Hasta que pudo estar completamente dentro de el, abrazó más a su niño hacia el, y lanzó un suspiro de alivio.

 

-N-no te muevas todavía o-onegai- dijo entrecortadamente por causa de los sollozos. Aun dolía, pero gracias a su rubio pudo soportarlo sin el dolor que sentía al principio.

 

-Claro que no, dattebayo- miro a Obito tiernamente. -Esperaré hasta que te acostumbres, ¿de acuerdo?- unieron sus labios nuevamente

 

Sin duda alguna amaba a su niño, y odiaba verlo sufrir.

 

Al cabo de cinco minutos de decirle muchos te amo en el oido, llenarlo de besos en todo el cuerpo pudo sentir a Obito menear caderas deliciosamente.

 

-Ahh muévete onegai Naruto-san- gimió el pelinegro embargado por el placer y el dolor. Naruto obedeció; no hizo falta una palabra más, se sintió orgulloso de si mismo por tener tanto autocontrol. Empezó a retroceder saliendo lentamente del menor para volver a entrar sin intenciones de lastimar a su ojinoche; las embestidas comenzaron suaves pero firmes sacándoles múltiples suspiros a ambos. El menor comenzó a gimotear cuando el dolor fue desapareciendo dándole cabida a un placer abrasador. ¡Joder! Eso se sentía mejor que con lo dedos, no esperaba que se sintiera asi de bien, sin duda valió la pena la espera. Ahora solo sabe que quería más.. y asi se lo hizo saber a su rubio.

 

-Motto, motto, Naruto, onegai, más- suplicaba completamente sonrrojado sintiendo todo su cuerpo arder de exitación.

 

-¡Joder, es tan estrecho, dattebayo!. ¡Me encantas!- dijo arremetiendo más fuerte contra su niño, quién convulsionaba por todo el plaser que le hacía sentir su amado. Las embestidas iban en aumento al igual que la temperatura de sus cuerpos ya impregnados de sudor por la total entrega del acto. 

 

Narutor levantó a Obito de la cama para arrinconarlo contra la pared en un rápido movimiento. Levantó las caderas del menor, y dejando su entrada dilatada expuesta, posó solo la punta de su pene por todo el trasero y su entrada palpitante. El moreno sentía las piernas temblar; deseaba que el mayor lo tomara ahi mismo.

 

-Naruto, onegai..-

 

-¿Qué pasa amor, ah?- ronroneó sensualmente en el oido del menor haciéndose el desentendido restregando más su erección entre las nalgas del pelinegro. -¿Dime qué quieres, 'ttebayo? le mordió con maestría el lóbulo de la oreja.

 

-T-te quiero dentro de mi ¡Joder!- tenía los ojos llorosos y el rostro como un tomate de rojo; desesperado por sentir más del mayor.

 

-Asi me gusta. dattebayo- sonrió con satisfacción, volviéndo a entrar de una sola estocada dentro del lindo pelinegro. Esta vez tocó de un solo golpe ese punto que lo hace delirar de absoluto placer.

 

-AAAAAAAAHHHHHHHHGG- lanzó un gemido que desgarró un poco su garganta. -Más. Aaah, más, ahí, ahí, onegai, aahh, sii...- su mente y vista estaban nubladas por el placer. El rubio lo abrazó del torso con sus fuertes brazos arremetiendo con todas sus fuerzas. Obito ya ni sentía las piernas. ¡Era el puto paraiso!. Cada arremetida era un nuevo gemido cada vez más alto por parte de él, y un gruñido salvaje por parte de Naruto.

 

El rubio al sentir que estaba punto de correrse agarró el miembro del pelinegro masturbándolo al mismo ritmo de las profundas embestidas, causando que éste se sientiera.al punto de desfallecer... hasta que pasó: se corrió, manchando con su escencia la mano del mayor y parte de la pared. Naruto gimió sin contenerse, ese anillo de carne apretó su pene. No pudo más: descargó toda su semilla en él.

 

-NARUTOO/OBITOO- gritaron el nombre del otro al sentirse en la cúspide de sus orgasmos quedando respirando agitadamente después de semejante entrega de amor. El menor no pudo sostenerse más sobre sus pies al sentir su cuerpo libiano como una pluma, por lo cual Naruto lo llevó en sus brazos a la cama.

 

-¿Obito? ¿Te encuentras bièn? Creo que me pasé dattebayo- se sentía un poco culpable al ver lo agotado que se encontraba su adorado pelinegro.

 

-Jejeje, estoy bién Naruto-san, solo estoy un poco cansado- dijo sonrriente, abrazándolo, como un minino en busca de mimos. Naruto sonrió y se acomodó mejor para poder acostarse ambos y cubrir su desnudez con las sábanas. Acomodó a su niño sobre su pecho. Le daba caricias en el rostro viendo como se adormecía.

 

-Jeje te ves tan lindo dattebayo- dijo mirando tiernamente a Obito cerrar los ojos por causa del sueño. -Aún no puedo creer que estemos asi, juntos... tan derrepente. pero me alegra tanto haber venido hoy 'ttebayo- se dijo para si mismo acariciando los negros cabellos de su niño.

 

-¿Naruto-san?-

 

-Dime 'ttebayo-

 

-¿Que somos ahora?- preguntó el pelinegro aun somnoliento.

 

-Pués novios por supuesto dattebayo- sonrió divertido el rubio al ver a su novio más dormido que despierto. -A menos que tu no quieras ser mi novio, Obito.-

 

-Sii... yo quiero ser el novio de Naruto-san-

 

-Jeje duerme ¿si? 'ttebayo. Lo nesecitas. Aqui estaré cuando despiertes.- le dió un beso la frente.. -Te amo, Obito-

 

-Yo también amo a Naruto-san- dijo finalmente para dejarse llevar por el sueño y dormirse abrazado al rubio.

 

"Siempre estaré contigo, Obito. Eres esa persona que siempre esperé encontrar, y ahora que te encontré, no te dejaré ir por nada del mundo... solo espero que tu familia lo entienda y no quieran matarme lenta y dolorosamente."- se dijo viendo embelezadamente a Obito dormir en sus brazos y sudando frio al pesar en lo último. Ciertamente los Uchiha dan miedo... especialmente Madara, el padre de Obito. -"Mi suegro"- sonrió con cierta gracia; sin embargo el sonido de la puerta principal de la casa lo sacó de sus pensamientos.

 

-¡Obito! Estamos en casa. Espero que te hayas portado bien.

 

Escuchó la voz de su "querido" suegro y demás familia, entrando a la casa. En ese mismo momento sintió que miles de escalnfrios le recorrían por todo el cuerpo, logrando ponerse al instante de una tonalidad azul enfermiza.

 

-Estoy muerto 'ttebayoo- se dijo derramando lagrimones al sentir su muerte acercarse lentamente por la puerta.....

 

 

FIN.

Notas finales:

Muchas gracias por leer nos leemos en la próxima ^_^  ¡Chaoz!


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