Kuramochi suspiro cansado, ya le había dado toda la vuelta a la plaza y no encontrar nada. No podía creer que después de tanto tiempo siguiera siendo incapaz de encontrar un buen regalo para esa persona. Quería convencerse que su incapacidad para encontrar un regalo era que apenas hacia 6 meses que habían comenzado a vivir juntos.
Youichi era jugador profesional de beisbol, habían tenido un último año de ensueño en Seido y había tenido como resultado varias ofertas de equipos en las ligas mayores. De aquello ya hacían 4 años y obviamente Miyuki también había obtenido todo tipo de ofertas. Desde que estaban en el colegio habían mantenido una relación sentimental, sin embargo habían evitado hacerla pública y no porque se avergonzaran o algo por el estilo simplemente entre menos gente se involucrara era mejor. Ya era bastante con el carácter de ambos, como para que por ejemplo el escandaloso de Sawamura estuviera inmiscuyéndose en sus asuntos.
Después de la graduación su relación paso por diferentes etapas, a veces estaban juntos y otras tantas no. ¿Que si habían salido con otras personas? También lo habían hecho pero inevitablemente terminaban regresando con el otro. No habían jugado nunca para el mismo equipo y eso hacia aun más interesante las cosas, habían descubierto que enfrentarse era aun más divertido. Sin embargo hacia un año y medio a Miyuki le ofrecieron jugar para un equipo en Nagasaki, mientras que Kuramochi había recibido un mejor contrato para seguir en su mismo equipo en Tokio.
En el aeropuerto le había sostenido la mejilla y mientras le susurraba al oído
-ni creas que te vas a deshacer tan fácil de mi, solo será un tiempo. Además siempre tuvimos en claro que no debíamos interferir en el cumplimiento de nuestras carreras.
En esa temporada ambos comprendieron que era completamente ridículo seguir negando lo que era obvio, se necesitaban demasiado como para mantenerse separados. Ya no había más que pensar. Solo una semana después de la transferencia de Miyuki a uno de los equipos más fuertes de Tokio, comenzaron a vivir juntos
Y ahora estaba ahí sentado en una banca del centro comercial, buscando un regalo para el catcher con el que ahora vivía y del cual era su cumpleaños. El primero que pasarían juntos después de dejar Seido. Pero simplemente nada en todo el lugar lo convencía, no estaba ni siquiera muy seguro de qué darle. Era difícil cuando hablabas de Miyuki, era alguien que lo había ganado todo.
Sin muchas esperanzas se metió en una de las librerías, deambulo entre los pasillos y hojeo uno que otro libro pero terminaba dejándolo. Completamente molesto se disponía a abandonarla cuando una imagen llamo su atención, era un libro de paisajes y el lugar que se encontraba en la pagina abierta le resultaba familiar, termino de conectar los puntos cuando leyó una frase que estaba en otro de los libros en la mesa de exhibición "lo pude haber ganado todo pero sin ti... No hubiera tenido sentido"
No estaba seguro de que fuera a funcionar pero quería que en especial ese cumpleaños fuera significativo. Era el primero de su nueva vida juntos. Salió del centro comercial, reviso su reloj y se mordió el labio, no estaba seguro de que llegara a tiempo pero tenía que intentarlo. Manejo rumbo al estadio con la radio encendida para seguir los comentarios del juego. Por lo regular no asistían a sus partidos, casi siempre porque no coincidían en sus horarios y porque de vez en cuando resultaba bastante incomodo al ser rivales, el resto de los familiares no te veían con muy buenos ojos.
Llego al estadio para la baja de la 8° entrada, el marcador estaba a favor de Miyuki y existía un enorme letrero felicitando al catcher por su cumpleaños. No entro al palco, prefirió ver desde las gradas. No tardo mucho el llegar la conclusión del partido con la victoria de Miyuki
-¿por qué no me sorprende? - Kuramochi sonreía de lado mientras esperaba en la salida por Kazuya. Cuando este lo diviso se freno y frunció el seño, no esperaba encontrarlo ahí, según recordaba en la mañana habían quedado de verse en la noche en el departamento. Así que no estaba seguro porque había llegado al estadio. Se le acerco y le dio un pequeño beso en la mejilla. Tenía una sonrisa traviesa.
-dos partidos más y tendrás que vértelas conmigo.
-hyahaha ten cuidado con lo que deseas
-lo tomare en cuenta y ahora ¿qué haces aquí? Pensé que nos veríamos en la casa
-si esa era la idea pero algo se me ocurrió. Vamos
Subieron al auto y condujeron un buen rato. En el trayecto hablaron del juego, de los entrenamientos de Youichi y de los resultados en la liga y como en dos semanas terminarían enfrentándose, con aquel resultado a uno de los dos se le complicaba el camino hacia las finales. Por fin Miyuki se inclino hacia delante para tratar de reconocer a donde se dirigían
-Mochi, ¿se puede saber a dónde vamos?
-ya lo veras, es una sorpresa
Miyuki frunció el seño, pero no insistió, sabía que cuando a Youichi se le metía una idea en la cabeza no la dejaba hasta que la cumplía. Cuando por fin estaciono el auto, Kazuya no pudo evitar sorprenderse, sabía que lugar era ese. Ambos bajaron del carro en silencio y caminaron un buen tramo por el parque hasta llegar a un mirador donde podían apreciar la caída del sol reflejado en el lago que parecía que caía a un precipicio. Miyuki sonrió sinceramente, Kuramochi no dejaba de sorprenderlo. Había elegido justo ese lugar. Por fin Youichi enfrento al otro y con también una sonrisa pronuncio
-Feliz cumpleaños Kazuya -el otro se le acerco y lo besó.
-¿Por qué se te ocurrió venir a este sitio?
-porque aquí fue donde comenzó todo, aquí nos conocimos, aquí prometimos llegar hasta lo más alto y fue también aquí que...
-nos besamos y entendimos que estamos hechos el uno para el otro
-sí, este es tu regalo -ahora fue Youichi quien lo besó con toda la pasión y el sentimiento que contenía en su corazón. Cuando se separaron, Miyuki le puso las manos sobre las mejillas
-perdona si soy algo lento pero ¿qué es mi regalo?
-hyahahaha tonto, este momento, este recuerdo. Me pase todo el día tratando de encontrar el regalo perfecto pero tú ya lo has obtenido todo, así que te doy la única cosa que solo yo puedo darte sin que nadie pueda arrebatártelo
-y ¿qué es?
-un recuerdo, uno que solo sea tuyo y mío. Como todos los que hemos pasado aquí, sin que nadie más los conozca
-hahahaha… Youichi, ¿ya te he dicho que te amo? -el aludido solo se sonrojo -tu fuiste lo que más trabajo me costó conseguir, ¿qué si lo conseguí todo? Hahaha si, tienes razón, lo conseguí todo
Una vez más se acerco a besarlo, Youichi enredo sus manos en el cuello de Kazuya mientras el sol terminaba de ocultarse detrás del lago.
-sí, este es el regalo perfecto - se separo ligeramente y con los labios apenas separados, Youichi le susurró -yo también te amo Kazuya.