La mano se Jongin se desliza hacia arriba hasta rodear la cintura de Kyungsoo, claro que lo deseaba, moría por ese chico, no por nada se había ido preparado por si se le daba la oportunidad, aunque le diera vergüenza haber sido descubierto con las manos en la masa como si fuera un niño a punto de hacer una travesura. Pero la verdad era que no tenía ni idea de cuál sería la reacción de Kyungsoo y temía cuál hubiera podido llegar a ser su respuesta ante una proposición más directa y era por eso principalmente que casi había descartado tal idea de su cabeza.
Pero ahora...
Ahora sí que estaba hecho todo un lío.
Por suerte para su aglomerada cabeza y confuso corazón, fue Kyungsoo quien dio el primer paso. Las manos del mayor se sujetaron a la parte delantera de la camisa de Jongin mientras sus labios se unían en un beso cálido y húmedo, un contacto que lograba enviar descargas de adrenalina por todos su cuerpo. Jongin tenía que inclinar su cabeza hacia atrás debido a la posición aventajada en la que estaba Kyungsoo sobre él.
Las manos de Kyungsoo no tardaron en ir desabotonado uno a uno los botones de su camisa hasta dejar su pecho al descubierto.
-Hoy...- susurró Kyungsoo mirándole a los ojos mientras le terminaba de despojar de la camisa dejando que cayera descuidadamente al suelo- he tomado una decisión.
Jongin no habló esperando que el chico continuara, pero al ver que este no pensaba decir nada más, una oleada de creciente curiosidad se adueñó de su pecho. Quiso preguntar de qué decisión estaba hablando el mayor, porque de una u otra forma, él también había tomado una propia, una que lo cambiaría todo y que lo hacía querer disfrutar al máximo de cada instante. Pero sus dudas no pudieron ser formuladas debido a que sus labios estaban de nuevo siendo ocupados por los de Kyungsoo y decidió que las preguntas serían para luego.
La comida y el hambre que sentían, quedaron botadas en el olvido.
Jongin reaccionó cuando las manos de Kyungsoo que acariciaban su pecho, bajaron hasta el botón de tu pantalón. Se había atrasado en el juego, así que le tocó apresurarse a desnudar a Kyungsoo. Sus dedos temblaban ligeramente porque tenía cierto temor de que aquel fantasioso momento se terminara mientras despertaba en su habitación, es que, no se lo podía creer.
Y aun tocando el pecho desnudo de Kyungsoo y comprobando que todo era real, sus esperanzas eran inestables porque recordaba haber tenido ese momento íntimo con el mayor en el parque y nada había pasado, claro, las cosas eran diferentes en ese momento, comenzando por el lugar, pero siempre había la posibilidad de que sus pervertidas fantasías no se hicieran realidad.
-Tenemos un extraño fetiche por hacer cosas impropias en lugares impropios -Kyungsoo dejó escapar una risita en su oreja mientras le susurraba aquellas palabras y Jongin sintió que le estaba leyendo la mente.
Su pantalón estaba desabrochado y en pocos segundos fue despojado de él. Entonces tuvo la certeza de que aquella vez la cosas irían más en serio.
Abrazó el cuerpo de Kyungsoo y con un ágil movimiento le acostó boca arriba sobre la manta y él quedó encima sosteniendose con sus piernas y brazos para no aplastarlo. Sus rostros estaban a la misma altura y aún podía ver los rastros de la sonrisa de Kyungsoo en su rostro tras su último comentario.
-Eres un corrompedor de menores -lo acusa y ambos comparten una sonrisa llena de complicidad.
Pasan unos instantes y Jongin deja salir una duda que le rondaba la mente.
-¿Estás seguro de que quieres hacer esto?
-Si lo preguntas una vez más, quizás me arrepienta.
Jongin supo que aquella era la señal para que hablara menos y actuara más.
No pasó mucho tiempo antes de que ambos sólo contaran con sus respectivas ropas interiores. Una posterior mirada que dieron hacia la parte baja de sus cuerpos, les hizo comprobar que los dos tenían un alto grado de excitación del cual debían encargarse.
-Yo...-Kyungsoo volvió a alzar la mirada y Jongin notó que esta vez el mayor no tenía esa seguridad desbordante en sus ojos ni en su tono de voz- Solo tengo una duda: ¿Sabes cómo hacer esto?
-Aquí el experto eres tú, ¿no?
-Sí... Pero eso es solo con chicas. Con otro chico, no tengo ni idea.
Jongin sabe la teoría y tan solo espera que no esté muy alejada de la práctica. De alguna forma, quizás sea instinto, sabe que ha llegado el momento de tomar el control de la situación y no dejar que Kyungsoo sea invadido por el miedo o la duda.
-Entonces solo confía en mí...
Mientras dice aquellas palabras, se va acercando para besar de nuevo a Kyungsoo, pero es detenido por una mano en su pecho.
-Solo una cosa más -hace una pausa-.¿Yo soy quien... recibe?
Jongin casi se ríe por la palabra que escoge Kyungsoo para darle forma a su duda, pero no lo hace solo porque ve el miedo reflejado en los ojos del mayor.
-¿No quieres serlo?
-No lo sé... es solo que... es raro... y-o... no sé si pueda...
Jongin le hace callar con un beso fugaz que deja a Kyungsoo un poco más aturdido.
-No pienses en eso, solo déjate llevar y todo estará bien -Jongin le ve asintiendo, pero la expresión de miedo sigue en sus ojos-. Si no te gusta, lo dejamos y ya.
-Ja, como si fuera como prender y apagar una luz -Kyungsoo sabe cómo son aquellas cosas, pero algo en su cabeza le insiste que no se eche para atrás, ya ha tomado el valor de aceptar aquello, retroceder sería un error- Solo, prométeme que no serás un bruto.
Jongin sonríe, ahora él también está nervioso- Prometo que seré cuidadoso -y no solo lo dice por querer calmar a Kyungsoo, si no para convencerse a sí mismo de que así debe ser, no puede joder las cosas ahora.
Kyungsoo traga y asiente. Entonces le abraza por el cuello y un nuevo beso comienza, con muchas más ansias y sentimientos de por medio.
*
No tardan en estar completamente desnudos. Principalmente Kyungsoo comienza a ser muy consciente de su cuerpo expuesto, nunca antes se había sentido de esa forma frente a las chicas con las que había estado, quizás era que sabía que no era él quien tenía el control esta vez o quizás era porque en sus anteriores encuentros sexuales simplemente se iba al grano sin muchos rodeos, pero justo ahora, Jongin se estaba encargando de observarlo, tocarlo, de besarle lugares que nunca antes nadie ni siquiera se había detenido a mirar. Y aunque sus ojos estaban entrecerrados y sus labios entreabiertos debido a los suspiros de placer que dejaba escapar aquí y allá, no dejaban de rondarle por la mente todas aquellas cosas feas de su cuerpo que no le gustaban y que Jongin podría notar, o peor aún, podría detestar también.
-A-h ¡Ah! -gimió. El rumbo de sus pensamientos era interrumpido de vez en cuando por las acciones de Jongin, como en ese instante cuando el chico estaba tomando su miembro con su boca, haciendo que los dedos que sus pies se contrajeran y sus manos buscaran un lugar al cual aferrarse.
Los músculos de su cuerpo se tensaban y relajaban con tanta frecuencia que no pasó mucho tiempo cuando su piel ya estaba húmeda por el sudor que provocaba el esfuerzo. Estaba seguro de que en cualquier momento Jongin le haría terminar con tan solo aquella magnífica felación. Pero no fue así.
Dejó escapar un gemido de frustración cuando su pene fue abandonado, Jongin sonreía por su acción y él hubiera querido amenazarle de muerte, pero la respiración agitada no se lo permitía.
No supo en qué momento ni cómo, Jongin buscó y encontró un potecito que él no reconoció, decidió dejar sus dudas para después, porque justo en ese instante estaba planeando una venganza placentera.
Acarició el cuerpo de Jongin hacia el sur, hasta encontrar su miembro despierto, mientras el menor le besaba desde su hombro hasta su oreja y comenzaba a crear una estimulación en su entrada con su dedo, el cual sentía frío y húmedo. Kyungsoo nunca antes había tocado el pene de otro hombre, pero sí el suyo propio, así que apartando las dudas que se amontonaban en su cabeza, comenzó a tocarle, esperando alguna reacción, que no tardó en manifestarse por medio de suspiros y gemidos que le daban ánimos de seguir y esmerarse en darle placer a Jongin.
-No te detengas -se quejó cuando el menor comenzó a jadear contra su cuello, olvidando lo que estaba haciendo sobre su cuerpo.
La vergüenza y los pensamientos de duda se fueron alejando de su mente hasta ser sustituidos por el placer que recorría su cuerpo. Kyungsoo se encontró más excitado que todas las veces que había estado con chicas, mientras estaba siendo tocado por Jongin y mientras él iba provocando todos esos jadeos y gemidos en el chico.
Los vellos se le pusieron de punta cuando un dedo penetró su entrada, cerró sus ojos e intentó seguir las indicaciones que Jongin le susurraba al oído, debía relajarse, tenía que disfrutar y dejarse llevar. Su mano dejó de tocar al menor y en cambio se sujetó de su espalda para poder mantenerse cuerdo bajo toda la infinidad de sensaciones que le invadía el cuerpo entero.
Jongin seguía susurrándole palabras bonitas al oído y poco a poco fue consiguiendo relajarse lo suficiente.
Después vinieron dos dedos.
Luego, tres...
Y cuando todo estaba listo, fue el turno de algo más.
Dolía, claro que sí. Pero Jongin se había tomado tanto tiempo para cuidar de él, que Kyungsoo tenía la certeza de que estaría bien.
Ahora, con Jongin completamente en su interior, sus respiraciones eran trabajosas. Se miraban fijamente como queriendo comunicarse por medio de sus ojos ya que era difícil que salieran las palabras. Ya no había miedo.
Una de las manos de Kyungsoo se aferraba al cabello húmedo de la nuca de Jongin mientras que la otra estaba sujeta a la manta bajo su cuerpo y sus piernas se cruzaban en la cadera de menor. Jongin se sujetaba a la misma tela a los lados de su cabeza para no dejar que todo su peso recayera sobre él.
Los gemidos de ambos retumbaron en las paredes del lugar cuando las penetraciones comenzaron. Primero suave, provocando jadeos y quejidos. Luego, a un ritmo más constante y rápido que dejó a Kyungsoo sin aliento ante el descubrimiento de un nuevo nivel de placer que no había imaginado. Y posteriormente vinieron las embestidas fuertes y erráticas donde los gemidos se elevaban muy alto, sus cabellos se adherían a sus pieles debido a la humedad que desprendían y donde Jongin término sujetando una de las piernas de Kyungsoo para mantenerla alzada cuando estas ya no podían sujetarse a su cadera.
Kyungsoo perdió la noción del tiempo y el espacio, solo era consciente de ellos dos y sobre todo de Jongin moviendose dentro de su cuerpo. Escuchaba su nombre escapando de los labios de ajenos y él intentó hacer lo mismo, pero no le salía, solamente podía jadear por un poco de oxígeno y gemir en voz alta el placer que sentía.
Cuando el clímax los alcanzó a ambos (en segundos distintos a cada uno), hubo un instante de enajenación y éxtasis mientras disfrutaban de las corrientes placenteras que viajaban por todos sus cuerpos.
Cuando Jongin volvió en sí y recuperó un poco de aliento, salió del interior de Kyungsoo y se dejó caer a su lado totalmente satisfecho y exhausto.
Ninguno dijo nada mientras miraban el techo y respiraban agitadamente.
Kyungsoo cerró sus ojos un instante antes de sentir unos dedos acariciando su cabello sobre la oreja izquierda. Sonríe, abre sus ojos y ladea su rostro hacia donde estaba Jongin, justo cuando el menor se estaba acercando, haciendo que sus labios se encuentren.
Aquel beso lento, fue el final perfecto para lo que acababan de compartir.
*
Se volvieron a vestir por el frío que estaba haciendo. Kyungsoo fue el único que no se colocó sus pantalones, asegurando que prefería estar cómodo un rato más y que el frío no le afectaba tanto.
Se sentaron a comer lo que Jongin había llevado mientras compartían una plática agradable.
Jongin ya había aceptado que todo aquello era realidad, que de verdad estaba ocurriendo. Mientras da otro mordisco a su comida, se queda observando las muecas que hacía Kyungsoo al quitar los bordes marrones del pan, como si aquello fuera tóxico y él lo odiara. Era lindo verlo de esa forma.
El silencio se extendió por varios minutos y Kyungsoo fue quien lo interrumpió con palabras que Jongin jamás pensó que escucharía.
-Mis padres... ellos... ellos son homofóbicos.
Kyungsoo no alzó la mirada y siguió concentrado en su comida. El pan ya no tenía los bordes marrones que lo caracterizaban, pero él parecía dispuesto a distraerse con cualquier cosa con tal de no mirar la cara de Jongin, para quien esa confesión había sido un golpe directo a la boca de su estómago.
Los labios de Jongin se separaron dispuesto a decir algo porque sentía que debía hacerlo, pero nada se le ocurría, así que fue Kyungsoo quien volvió a hablar.
-Son buenas personas. A pesar de que muchos puedan decir que mis padres son demasiado estrictos, sobre todo mi papá, la verdad es que son buenas personas.
El ambiente entre ellos cambió. La voz baja de Kyungsoo le hizo pensar a Jongin que el mayor podía romper a llorar en cualquier momento. Contuvo el aliento, pero al ver que nada ocurría y que Kyungsoo volvió a comer, se obligó a sí mismo a hablar.
-¿Eres hijo único?
Kyungsoo esta vez lo miró y Jongin sintió un gran alivio al constatar que sus ojos estaban despejados y su mirada era serena.
-Sí, hay días en los que digo "por desgracia" hay otros en los que utilizo "afortunadamente" -hace una gesto con su hombro y sonríe, una pequeña inclinación hacia arriba de las comisuras de sus labios. Jongin se relaja y vuelve a comer.
-¿Estás asustado?
Kyungsoo lo mira extrañado y Jongin comprende que tiene que explicarse mejor.
-Ya sabes, si se llegan a entrar...-deja la frase incompleta y en cambio hace un gesto con su mano señalándose a sí mismo y luego a Kyungsoo, varias veces.
Kyungsoo no responde de inmediato, se quedó meditando un instante mientras da otro mordisco pequeño a su comida. Jongin no sabe si está haciendo tiempo o si de verdad no está seguro de qué contestar.
-Aunque suene extraño... No, no tengo miedo -hay un breve silencio, pero antes de que Jongin piensa en lo próximo que va a decir, Kyungsoo vuelve a tomar la palabra- Tengo un primo, Jun Myeon , hace años que no sé nada de él. Yo tenía unos diez años y él unos dieciocho cuando toda la familia se enteró que él era gay...- hubo una pausa y Jongin sintió cómo se le erizaban los vellos de los brazos- ...Sus padres lo corrieron de casa, intentó buscar refugio en la mía, pero como imaginarás, no tuvo mejor suerte. Era mi primo favorito, siempre. Siempre -hizo énfasis en la palabra- me llevaba a pasear, a comer helado y hablábamos de muchas cosas, incluso recuerdo una vez que nos sentamos en una parada del bus y empezamos a tontear y a decir cuales chicas eran más lindas -Kyungsoo sonrió ante el recuerdo-. Ahora entiendo por qué sus gustos con las chicas eran tan pésimos.
Ambos rieron tras el último comentario.
-Me dijeron tantas cosas de él, Jongin y yo era solo un niño que terminó creyéndolo todo.
Jongin podía ver la frustración instalándose en la mirada del chico y sintió lástima.
-Era normal que lo hicieras, son tus padres, ¿cómo no ibas a creerles?
Kyungsoo asiente, pero no dice nada al respecto, se termina su comida en un mordisco y luego se deja caer de espalda sobre la manta, suspirando satisfecho por haber comido y por haberle contado aquellos a Jongin.
-Si me descubren, en el mejor de los casos ya sé que me correrán de casa.
La mirada de Kyungsoo está fija en el techo y es consciente del movimiento a su lado que le indica que Jongin se ha acostado también.
-Entonces nunca deben saberlo y todo estará bien.
Kyungsoo ladea su rostro y la poca luz no le deja ver bien el rostro de Jongin a pesar de lo cerca que están. Él no está tan seguro de querer ocultarse toda su vida. No responde nada y en cambio su mirada baja hasta los labios del menor.
-¿Qué? -pregunta Jongin con una sonrisa pícara al notar lo que está viendo Kyungsoo.
-Nada -sonríe el mayor y le mira a los ojos.
-¿Nada?
-Nada.
-¿Seguro?
-Ujum -Kyungsoo asiente sin dejar de sonreír.
-Te vi observándome los labios.
-Jamás he hecho algo así.
Jongin se acerca hasta estar medio cuerpo sobre el mayor, con sus manos a cada lado de su rostro.
-¿No será que quieres un beso? -alza una ceja.
-No, gracias -Kyungsoo ríe y sus ojos se cierran un poco al sentir la frente de Jongin contra la suya.
-Puedo ver que estás dudando...
-¿Jongin?
-¿Qué?
-Bésame.
Y no tardó en sentir los labios del menor atrapando los suyos