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Bajo la Luna por MikaShier

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Capítulo 24

 

ANTES.  Tres de Agosto

 

─Rin…

 

─Mmh… ─El aludido se dio la vuelta, abrazando con fuerza su almohada y enterrando el rostro en ella.

 

─Rin… Anda, levántate… ─sintió un peso en el hombro antes de ser sacudido con suavidad─. Rin…

 

─Cinco minutos… ─musitó con el ceño fruncido.

 

─Dijiste eso hace media hora… Vamos, arriba…

 

─No es como si no quisiera levantarme ─se quejó, luego su semblante se suavizó. Haru sonrió brevemente, volvía a caer dormido.

 

─Tu vuelo saldrá en algunas horas y los chicos vinieron a despedirte. Levántate ya.

 

─Cambia el vuelo a mañana…

 

─Voy a traer a Nagisa.

 

Rin chistó, escuchando a Haru abandonar la habitación. Una semana atrás, Haru había rentado el departamento y, hacía tan solo tres días, se había llevado sus cosas al lugar. Rin había estado con él durante todas las vacaciones, aprovechando cada momento juntos hasta que su partida hacia Australia se hiciese presente. El día anterior habían llegado los muebles que Haru había comprado con ayuda de Rin -y el dinero de sus padres- y, junto al pelirrojo, se habían dedicado el día entero a acomodar, pues los dos días anteriores a ese se la habían pasado pintando las paredes. Así que Rin, que era más fuerte que Haru -o al menos eso aparentaba-, se dedicó a acomodar todo de forma en que se viera decente. Luego se había dejado caer en un sillón que había hecho que Haru comprase y se había quedado profundamente dormido. Haru le había llevado a su habitación. No era la primera vez que dormían al lado del otro.

 

Escuchó la puerta abrirse lentamente, pero ningún paso se hizo presente. Apretando los ojos, se abrazó más a la almohada.

 

─ ¡Rin-chan! ─Nagisa saltó sobre él, haciendo que el mayor gruñera en respuesta. El rubio restregó el rostro contra el del pelirrojo, una enorme y triste sonrisa en sus labios.

 

─No te me pegues…

 

─ ¡Es tan triste, Rin-chan! Solo dos años con nosotros y ahora vuelves a irte… Enserio te quedas muy poco tiempo a nuestro lado…

 

─Nagisa, no es para tanto ─el ojicarmín intentaba separarse del chico que lo apresaba entre brazos. El menor no se dejó hacer, siguió abrazándolo con fuerza.

 

─Pero es que… Mira que no podemos decir que hemos sido amigos de toda la vida… Haru-chan y Mako-chan son prácticamente gemelos, siempre han estado juntos. Tú, Rei-chan y yo no tenemos ese lazo y…

 

─Hazte a un lado, que acabo de despertar… ─suplicó antes de gritar─ ¡Nanase, ven acá!

 

─Rin-chan, ¿vas a mantener el contacto? La última vez te fuiste cinco años y no nos llamaste nunca. Solo a Sou-chan. Y viniste a pelear con Haru-chan ─el pelirrojo asintió.

 

─Te llamaré, ¿vale? Pero aún no me voy. Mueve tu trasero lejos de mí. Me daré una ducha y después los alcanzo en el restaurante ─Nagisa asintió.

 

─ ¡Bien! Se lo diré a los demás. Ai-chan está llorando, ¿sabes? ─comentó─ ¡Te ganaste todo su amor, Rin-chan! ¡Y ahora le duele perderte!

 

─Sí, sí. Dale un pañuelo o échaselo a Momo, ¿quieres? Ahora, sal de aquí.

 

─ ¡No tardes!

 

Rin se restregó la cara y se levantó, tomando la ropa doblada sobre la cómoda y metiéndose al baño, que estaba al final del pasillo. Escuchaba las voces de sus amigos, sus risas. Definitivamente, los extrañaría. Bostezó perezosamente mientras se sacaba la ropa. Se metió bajo la lluvia artificial, soltando un suspiro de alivio, refrescándose. Las voces se amortiguaron, indicando que ya se habían ido, y pronto el sueño se marchó.

 

Sin embargo, la puerta se abrió lentamente. Rin ignoró aquello, tallando su cabeza con tranquilidad. Abrió un ojo y sonrió de lado, observando a Haru metiéndose a la ducha.

 

─ ¿A qué se debe la intrusión? ─molestó. Haru sonrió, abrazándole la cintura.

 

─Solo quería pasar todo el tiempo posible contigo ─contestó, besándole el hombro─. No es la primera vez que te veo desnudo, ¿sabes? ─Rin se burló.

 

─Lo sé. Pero es la primera vez que te metes a la ducha conmigo. Y que te veo desnudo siendo mi pareja.

 

─Ah, ¿nuestra relación cambia el hecho? ─Rin enrojeció.

 

─Lo magnifica... Es decir… No es como si fuera grandioso, es solo que… Sal de aquí.

 

─Rin… Voy a besarte, ¿vale? Así que date la vuelta.

 

─Solo un beso ─cedió girándose. La situación le daba bochorno y no podía negar que estaba excitándose, más aún sintiendo la húmeda y caliente sinhueso de Haru jugar con la propia. Succionando sus labios, mordisqueándolo.

 

Desnudos.

 

Rin y Haru se tomaban las manos cuando llegaron al restaurante, descubriendo que los chicos ya habían pedido por ellos. Al final, Haru había sido echado del baño, donde un Rin sonrojado terminaba de asearse. Y esa era la razón por la que su virginidad seguía intacta. Porque Rin no era tonto y ya suponía que sería el de abajo. Solo debía verse como Haru lo tumbaba cuando se besaban enserio para darse cuenta.

 

La tarde transcurrió entre risas y charlas, en donde Nitori lloró por la partida de Rin y le hizo prometer llamarlos a él y a Momo de vez en cuando. El pelinaranja aseguró que lo visitarían un día, y que no perderían el contacto. Tales fueron sus palabras de despedida que Rin se encontraba llorando incluso una hora antes de que su vuelo partiese.

 

Pasando dicha hora, ya en el aeropuerto, los abrazos de sus amigos le consolaron y una promesa de volver quedó marcada.

 

─Te amo, Rin ─murmuró Haru en lo que sería su último momento juntos por meses. El pelirrojo sonrió y besó sus labios.

 

─También te amo, Haru. No sabes cuánto.

 

─Te escapaste esta vez ─se quejó, abrazándolo, refiriéndose claramente al momento de la ducha. Rin rió suavemente, más despejó su cabeza para evitar avergonzarse.

 

─Dame tiempo para asumirlo psicológicamente ─Haru asintió, acariciándole el cabello mientras cerraba los ojos con fuerza.

 

─ ¿Cuánto tiempo? Es decir, no estoy desesperado. Solo debo… asumir el tiempo psicológicamente ─Rin sonrió, apretando el cuello de Haru, pegándolo más a sí. Susurró en su oído, haciendo que su cálido aliento estremeciera el cuerpo de Haru.

 

─Navidad. En Navidad estaré listo. Entonces… Ya sabes ─las hebras oscuras del pelinegro cubrieron el sonrojo del menor. Asintió, separándose un poco y juntando sus labios─. Haces como si no fuésemos a volvernos a ver.

 

─Cinco meses es mucho tiempo sin ti...

 

─Vale, guárdate lo cursi y amárrate los pantalones ─se burló, separándose y despeinándole el cabello─. Nos vemos en navidad.

 

─Navidad.

 

─Sí, no eres mi eco ─sonrió de lado y se acomodó la chaqueta mientras tomaba su equipaje de mano─ ¡Nos vemos, chicos!

 

_____________________

 

DESPUÉS. Mayo 3

 

El apartamento se veía oscuro, sin vida, a pesar de que afuera el sol comenzaba a calentar las calles. Rin estaba sentado sobre la cama de Haru, recargando la espalda en la pared, con el pelinegro a su lado. Observaba el ventanal, las cortinas moviéndose casi imperceptiblemente por el aire colado, al parecer no habían cerrado bien.

 

Desvió la mirada hacia el rostro tranquilo de Haru, quien dormía profundamente. Acarició sus mejillas con suavidad, quitando cualquier mechón que impidiera su inspección. Acarició también la zona bajo sus ojos. Él había provocado esas ojeras, con su estupidez y cobardía. Con su existencia.

 

Estaba siendo tan egoísta.

 

Y es que... ¿Haru siquiera seguía nadando? Estúpida e irónica vida. Había logrado que lo que quería evitar se hiciese realidad. Lo que planeaba conservar estaba esfumándose. Ahora no solo se oscurecía su vida. La de Haru también.

 

Pero quería seguir siendo egoísta, porque su interior se removía con cada toque que daba a la suave piel de Haru. Su tono tostado estaba... Debía admitirlo, prendiéndolo. Sus labios entreabiertos, su respiración suave, el movimiento de su pecho, cómo mantenía sujeto el camisón de Rin...

 

Guiado por egoísmo y deseo, se acomodó de costado, para poder inclinarse sobre Haru. Le acarició la mejilla y chocó sus narices suavemente para luego rozar sus labios con los propios. Su mano se deslizó hasta el pecho de su amado mientras terminaba por cortar la distancia que les separaba.

 

Atrapó los labios de Haru sin recibir respuesta alguna. Delineó los mismos con la punta de su lengua, saboreó la piel de su amado. Descendió, besándole la comisura de los labios, seguido por la mandíbula, para finalmente hundir el rostro en su cuello, cuidando no despertarlo. Succionó la parte que le unía al hombro, dejando una marca rojiza que se tornaría morada. Haru se quejó entre sueños. Rin le mordió suavemente el lugar que antes había marcado.

 

Entonces la puerta se abrió.

 

El cian en los ojos de Sousuke brilló con diversión, aunque aquella luz se extinguió con facilidad. Rin se separó de Haru inmediatamente, su rostro estaba pálido y el pelinegro no hizo más que quejarse entre sueños.

 

─ ¿Qué haces? ─cuestionó Sousuke. Rin tragó grueso, sí, ¿qué estaba haciendo?

 

“No seas idiota.”

 

─Tú... Tú no puedes entrar a una habitación que no es tuya sin permiso ─susurró. El mayor sonrió de lado.

 

─No es ético tocar a alguien que está dormido, ¿cierto? ─Rin abrió la boca, pero la cerró de inmediato─ Ni tú ni yo lo estamos haciendo bien, ¿verdad?

 

─Yo no... ─observó el cuello de Haru... Lo había marcado, joder. Y el problema era que lo había hecho mientras este dormía. Era un aprovechado─ ¿Querías hablar con Haru?

 

─No. Quiero hablar contigo, ven acá ─Rin negó.

 

─No puedo salir. Despertaría a Haru y... ─Sousuke se acercó y lo levantó por las axilas. Alzar a Rin nunca había sido difícil, aunque antes pesaba menos. Rin no pataleó, pues podría golpear al ojiazul─ Pero... Haru está dormido, no puede dormir sin mí ─se sostuvo de los hombros de Sousuke mientras ponía los pies en el piso. Dioses, que mentira. Y que bochorno.

 

─Ve con él, Rin ─susurró Haru. Sousuke quiso reírse, viendo los tonos subir al rostro del mencionado.

 

─Eh... ¿Estabas despierto? ─lleno de vergüenza se alejó del ojiazul, quien le dio la espalda.

 

─Anda y ve con Sousuke.

 

Rin acompañó al ojician fuera de la habitación, tapándose el rostro. La risa silenciosa de Sousuke estaba enloqueciéndolo. Se sentó en uno de los sofás y suspiró.

 

─Si vas a burlarte, hazlo de una vez ─masculló. Sousuke se sentó en el sofá individual y se dejó caer en el respaldo.

 

─Eso hago ─señaló su cara─ ¿No lo ves? En verdad, Rin... ¿Por qué…? No, no ¿Qué mierda hacías?

 

─Yo solo quería besarlo ─admitió, tallándose la parte trasera del cuello─. Entiendo que él ya no me quiera, que esté conmigo por Sakura y…

 

─ ¿Sakura? ─el pelirrojo asintió, clavando la mirada en su amigo, dándose una palmadita en el vientre de forma inconsciente─ ¿Ya le escogiste el nombre?

 

─ ¿No lo sabías?

 

No, nadie había tocado el tema. Al bebé le decían bebé y punto. Aunque quizá Haru estaba esperando a que Rin se lo dijese, a que dieran un paso y salieran del pozo en el que se habían metido. Que arreglaran las cosas entre ellos. Aunque claro, quizá solo quería ver flores donde no las había.

 

─Vale… Sakura es bonito, me imagino que lo romántico te guió a escogerlo… Volviendo a lo otro… ¿Crees que Haru no te quiere?

 

─No lo culparía, como tampoco te culpo a ti por odiarme. Yo mismo me odiaría después de todo lo que hice ─dejó que el aire saliera por sus labios y se pasó una mano por el cabello─ ¿De qué querías hablar? ─su tono sonó más seco. Desilusionado. Sousuke suspiró.

 

─Lo lamento. Sé que no tienes la culpa de lo de Makoto. Nunca te dije que estaba enamorado de él. Tampoco de que lo hayas buscado a él en lugar de a mí, porque, tras lo que dijiste el otro día, lo entiendo. Aunque no puedo negar que me duele.

 

─ ¿Por qué te dolería? Sousuke, no es para tanto.

 

─ ¿No confías en mí? ─Rin se mostró ligeramente sorprendido, ¿qué le haría creer eso a Sousuke? ¿Qué debía responder? ¡Claro que confiaba en él! Pero algo le decía que no podía decir simplemente eso, que una respuesta concisa no era la mejor opción─ Ya ni siquiera me llamas Sou.

 

─Pensé que te molestaría si lo hacía, llamarte Sou. Es decir, enserio pensé que me odiarías.

 

─Ya te he dicho que daría mi vida por ti.

 

─Pero no quiero que des tu vida por mí. Quiero que consigas la tuya propia ─Sousuke rió, con un tono seco e irritado.

 

─Insinúas que no tengo vida.

 

─No, insinúo que yo no puedo ser tu vida.

 

─Lo malentiendes…

 

─No es así… Sousuke, tú y Gou son iguales. Siempre abandonando todo por mí, velando por mí e intentando que yo sea feliz, aún si eso los hace infelices a ustedes. Aunque ella entiende el límite. Solo hay que recordar que tenías jodido el hombro y tú seguías empeñado en nadar a mi lado, aún si fue más por ti que por mí. No puedes seguir arriesgándolo todo, sacrificando tu bienestar por lo que yo necesite. Ya te dije por qué no te llame, solo te queda, más que entenderlo, aceptarlo. Y claro que confío en ti. Eres mi mejor amigo, siempre estuviste a mi lado, me apoyaste y me protegiste. Pero yo ya…

 

Soy un hombre.

 

“Excepto que no lo eres. No somos un chico. Soy un fenómeno”.

 

Podía tomar sus decisiones. Siempre lo había hecho. Siempre se había esforzado. Lo había dado todo a su futuro. Había apostado por sí mismo. El más rápido. El más apasionado. El mejor.

 

Siempre el mejor.

 

Y todo se había derrumbado tan rápido… Todo se había esfumado con un simple diagnóstico bastante común en las mujeres, pero imposible en un chico. Antes había estado seguro de su sexualidad. De ser hombre. Pero ahora lo dudaba. Había negado ser hermafrodita. Pero lo era, aún si su mente lo negaba. Y eso no tenía por qué ser malo, ¿verdad?

 

“Si hay algo peor que dudar en tu orientación sexual, sería dudar sobre tu sexualidad entera”.

 

Puso una mano sobre su vientre, observando el lugar en donde se encontraba Sakura. Sintiendo sus suaves movimientos. Rin sabía que él o ella lo escuchaba. Ya lo había pateado varias veces cuando se había quejado sobre él. El psicólogo había dicho que sus sentimientos se trasmitirían a esa criatura. Que todo afectaba.

 

Sentimientos positivos, por favor. Que alguien se los diera.

 

Que se detuviera todo y se convirtiera en nada. Que desapareciera el mundo entero, que sus lágrimas se secaran. Que el olvido se lo tragara y él pudiera volver a la felicidad por un instante. Que sus errores no cargaran con el peso que se echaba, que su espalda no cediera ante el esfuerzo. Que pudiese volver el tiempo atrás y sonreír ante la noticia de un embarazo en lugar de encerrarse en el baño y llorar sobre lo patética que era su existencia.

 

Que Sakura fuese feliz, porque él no lo sería.

 

La hipocresía no iba a servir, lo sabía. Y los temas se hilaban a su mente mientras perdía el propósito. ¿Por qué era que le había llamado Sousuke? ¿Por qué era que quería tocar a Haru? ¿Por qué era que había querido odiar a Sakura?

 

Su corazón se aceleró.

 

Se esforzó por dejar su mente en blanco, por enfocar la vista de nuevo en Sousuke, por recuperar el hilo de la conversación. Recordar de qué hablaban. El caos en su cabeza lo volvería loco. Los últimos meses ardían con desesperación, dolían. Quemaban. Quería llorar, pero ninguna lágrima salió. Quizá se había secado, por fin.

 

─Confío en ti, sé que eres capaz de tomar tus propias decisiones, a pesar de que estas no me gusten ─logró rescatar de la realidad. Y con esa simple frase, su mundo regresó a la tierra. Sousuke parecía ocultar su preocupación tras una mirada seria, pero fallaba en el intento. Rin sonrió de lado y asintió.

 

─También confío en ti…

 

─ ¿Puedes decirme algo? Necesito oírlo  ─Rin levantó la mirada, intentando que su mente no divagara más.

 

─Sí… ¿Qué cosa?

 

─ ¿Qué es lo que tú sientes por Makoto?

Notas finales:

 

_____________________

 

¡Jelou! Aquí un capítulo nocturno. No me decidía, quería meter lemon aquí así que me tadé en tomar una decisión. Pero era necesario una charla con Sousuke, para despejarle un poco la carga a nuestro querido pelirrojo. ¡Muchas gracias por sus comentarios! Sí, otra vez bajaron, pero no puedo obligarlos a dejar un review.

 

Hace unos días promocionaron BLA en Free Eternal Nerds, y en uno de los comentarios, una chica dijo que amaba esta historia, que no importaba si actualizaba a las tres de la mañana, ella leía y lloraba. Así que quiero decirle… Muchas gracias! Enserio me armaste el día con eso. No sé quien eres, pero mi más sincero agradecimiento.

 

Bien, éste miércoles llegué a los 100 seguidores y cumplí lo prometido. Saqué un nuevo fanfic, Todos x Rin. Porque amo a Rin y punto. Se llama la Ley de la Atracción. Les invito a leerlo! Muchísimas gracias por todo c:

 

¡Hasta el lunes!

 

P.D. Enserio intento publicar a tiempo, pero a veces en verdad no puedo:s Sorry.


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