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Flashes por WinterNightmare

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Notas del capitulo:

Siento mucho la demora. Nos leemos pronto. :( <3
PD: Capítulo más largo para compensar la espera. (?)

 

La noche había caído sobre los suburbios, y a pesar de que el camino a casa le había sido eterno, finalmente estaba llegando a su destino. Se sentía aterrado y sus piernas casi no le respondían, su corazón palpitaba tan fuerte que le hacía sentir ahogado.

 

El sudor frío le recorría la frente así como también sus manos fuertemente empuñadas. Se sentía derrotado y abatido, volviendo a casa con las manos vacías y la espalda triturada de tensiones y dilemas que aún no lograba comprender.

 

Llegó hasta las escaleras que le llevarían a la puerta de su casa y detuvo su marcha por primera vez en horas. Levantó la mirada y observó aquel humilde lugar. Aquella casa donde Bill le esperaba con una humeante taza de café como solía hacerlo…

 

-Mierda – Susurró, golpeando aquellos fríos peldaños de fierro con sus puños ya entumecidos por la tensión – Bill… lo lamento tanto…

 

-¿Tom? – Hablo una suave voz un par de metros más arriba de él, asomándose una delgada silueta a través de la puerta.

 

El aludido levantó la mirada nubosa por las lágrimas y le observó inmóvil por unos pocos segundos mientras el atardecer caía tras de él. El cielo de un tono anaranjado y su negro cabello que danzaba al ritmo de la brisa.

 

El ex convicto tragó duro y sonrió con la mayor normalidad posible – Hola – Habló, subiendo los escalones restantes hasta llegar a su lado.

 

Bill le sonrió de vuelta, con un suave rubor en sus mejillas – Yo escuché un golpe y-

 

-Sí, lo siento, venía con prisa y tropecé con las malditas escaleras – Fingió una risa y se adelantó a entrar antes de que Bill le cuestionara algo más, o peor, le diera atención a su húmeda mirada.

 

El pelinegro entró tras de él con una extraña sensación en su estómago, pero la ignoró rápidamente. Hoy había sido un día agotador pero colmado en buenas noticias y negocios para él. Había conseguido un alto porcentaje de dinero por la subasta de sus prendas, y eso le dejaba a un solo paso de su nueva vida junto a Tom.

 

-Sabes – Habló el menor mientras caminaba hasta la cama, parándose tras de Tom quien yacía sin camiseta, disponiéndose a tomar una ducha fría en una búsqueda desesperada por tranquilizar su atormentado cerebro – Puede que en tan sólo días… comencemos una nueva vida.

 

El corazón del ex convicto se detuvo de golpe, como si alguna daga hubiese atravesado su pecho -¿Q-que? – Susurró y su cuerpo tembló mientras se volteaba a verle, por alguna razón… y si quizás, tan sólo quizás… Yassmine hubiese dicho algo a Bill… - Bill…

 

El menor frunció el ceño un tanto sorprendido – ¿Estás… bien? Tom, de pronto… luces tan extraño…

 

-Estoy bien – Dijo, acercándose a él y sujetando sus manos. Toda la situación le tenía sin cuidado – Estoy muy cansado, no ha sido un buen día… - Susurró, llevando una de sus manos hasta su rostro, acariciándole con cuidado - ¿Qué ibas a decirme?

 

Bill sonrió y desvió un tanto su rostro para depositar un pequeño beso sobre su mano - Hoy subasté unas cuantas cosas – Tom le miró extrañado, quitando su mano del rostro contrario – En un par de días estaremos muy lejos de aquí… en un nuevo hogar.

 

Tom frunció el ceño con una mezcla de sentimientos dentro de él. No sabía cómo reaccionar ante aquellas palabras. Su cabeza palpitaba fuertemente otra vez, y ya comenzaba a sentirse mareado. Por un lado se sentía molesto de que Bill hubiera hecho algo así, había sacrificado importantes recuerdos y frutos de su ardua carrera profesional y trabajo.

 

Por otro lado, se sentía morir a cada segundo. Bill realmente había hecho todo eso por un futuro junto a él. Por una vida al fin feliz… y él…

 

Su cuerpo temblaba ligeramente mientras sus ojos poco a poco tomaban otra expresión, Bill le miraba preocupado, manteniendo la distancia, realmente no sabía qué esperar de la reacción que Tom estaba teniendo.

 

El mayor caminó hasta el chico de cabellos oscuros y lo atrajo hasta su cuerpo con delicadeza, arrullándole entre sus brazos mientras acariciaba su cabello y una lágrima rebelde caía por su mejilla.

 

-Te amo… jamás olvides… que te adoro con todo mi corazón – Susurró, hundiendo su rostro entre sus lacios cabellos negros.

 

 

+++++

 

 

-Bien, adelante – Invitó el hombre de delantal blanco, ingresando hasta una de las tantas salas de aquella clínica privada.

 

Yassmine se puso de pie y avanzó unos cuantos pasos hasta donde se encontraba el doctor, volteándose  justo antes de entrar a la sala - ¿No… vienes?

 

El ex convicto le brindó una dura mirada, aún sentado sobre las sillas de espera en el pasillo del lugar. Entre sus manos sostenía la orden médica que había solicitado para tomar la ecografía. Obtendría así una verdad única y absoluta, y quizás… sus peores miedos se volverían realidad.

 

Había pasado la noche en vela, temblando y sudando de miedo… miedo de perder a Bill. Un test de embarazo positivo no era una prueba contundente de que aquello era cierto, por lo que había salido temprano de casa a por Yassmine, consiguiéndole una cita casi de emergencia en una clínica, para comprobar que todo aquello fuera cierto… y no un simple capricho de la rubia.

 

-¿Señor Trümper, nos acompaña? – Invitó ahora el hombre de bigote frente a él. Tom sonrió de medio lado, qué ironías de la vida… antes un oficial de policía le llamaba de la misma forma para invitarle a entrar a su celda o llevarle a otro lugar, ahora aquel doctor le entregaba la pala para cavar su propia tumba.

 

Pero estaban en lo correcto, él debía entrar. Sino, jamás estaría seguro de que lo que Yassmine decía era cierto, y a decir verdad, no soportaría otra noche tan tormentosa como la que había tenido.

 

Se puso de pie e ingresó a la sala tras de Yassmine, quien esbozaba una diminuta sonrisa ilusionada.

 

Dentro de la sala había muchas cosas y pantallas con fuertes luces blancas. No recordaba haber estado en una clínica o algo parecido desde aquel incidente con Bill…

 

-Bien – Dijo el hombre luego de un rato - ¿Puedes ver esa pequeña mancha de ahí? – Tom volvió al mundo real casi de golpe, ¿qué era lo que estaba diciendo?

 

-S-sí… - Contestó la mujer, con sus ojos tapados en lágrimas - ¿Tom… puedes verlo?

 

El ex convicto lucía pálido y aterrado, simplemente no entendía que estaba pasando, aquello no podía ser cierto.

 

-Ahí está tu hijo o hija, muchacho, dile hola al bebé – Bromeó, y Yassmine rió suavemente mientras lloraba de emoción.

 

El hombre conectó unas cuántas cosas más a una máquina, y le subió el volumen a una extraña interferencia. Tom frunció el ceño sin siquiera saber qué era lo que estaba ocurriendo, hasta que unas confusas pulsaciones comenzaron a escucharse por toda la sala – Ahí estás, amiguito, sano y-

 

Tom se puso de pie en un solo salto, sintiendo su corazón latir con fuerza junto a los sonidos de aquel nuevo corazón que latía al unísono con el suyo.

 

Se sintió mareado y tuvo que salir de la sala ante la atenta mirada del doctor y de Yassmine que le veía con preocupación y angustia. Cerró la puerta tras de sí, y afirmó su tembloroso cuerpo en alguna pared lejana a la sala, donde aquellos latidos ya no pudieran oírse.

 

Llevó una de sus manos hasta su rostro y presionó sus ojos con fuerza, soltando pequeños quejidos desesperados. Esto no podía estar ocurriéndole… su peor pesadilla estaba haciéndose realidad.

 

-¿Tom? – Llamó una voz masculina. El aludido intentó tranquilizarse y respirar con calma antes de quitar las manos de su rostro y ver quién le hablaba.

 

Tom acomodó su nubosa vista encontrándose con un hombre un tanto más bajo que él que le sonreía con una expresión de preocupación en el rostro – Hey, Carl… - Saludó.

 

-Oye, sí, ¿qué hay, amigo? Hacía mucho que no te veía y… no lo sé… esto es algo loco – Rió, intentando descifrar las expresiones en el rostro y la profunda mirada del ex convicto de pie frente a él.

 

-Sí, mucho tiempo… - Asintió, desviando la mirada hasta el brazo vendado del que solía ser su compañero de trabajo - ¿Qué haces por estos lados?

 

-Bueno – Dijo el chico, elevando su brazo – Ecografías – Respondió, elevándose de hombros – Un accidente en el trabajo.

 

Tom sonrió de medio lado con desgano – Ya veo.

 

Carl asintió, dudoso de continuar con aquella incómoda conversación, pero la expresión en el rostro contrario le traía ciertamente preocupado - ¿Y… tú? – Tom le miró fijamente a los ojos, sin querer comprender realmente lo que le estaban preguntando - ¿Qué te trae por aquí, Tom?

 

El ex convicto desvió su vista hasta la puerta de la sala de donde había huido minutos antes. Bajó su mirada nuevamente hasta el arrugado y húmedo papel que aún sostenía en una de sus manos – Ecografías, amigo…. Ecografías – Contestó, soltando un suspiro ahogado, sosteniendo su mirada sobre el frío suelo de cerámicas.

 

 

+++++

 

 

-Entonces, debes tener todos estos cuidados que te he mencionado, y no tendrás ninguna dificultad o molestia durante tu embarazo – Dijo, escribiendo una lista de cosas sobre un papel, una futura orden médica que la rubia debía traer el próximo mes para volver a hacerse otro control en su embarazo.

 

-Sí doctor, pierda cuidado, le aseguro que mi bebé estará en las mejores manos – Sonrió la chica, intentando despejar su mente de todos los miedos e inseguridades que rondaban por su cabeza.

 

-Recuerda que los primeros meses son los de mayor cuidado, el bebé debe hacerse fuerte… y no lo será si su madre no lo es…

 

La rubia suspiró pesarosamente – Él sólo está nervioso. Le aseguró que la próxima vez que nos veamos todo estará mucho mejor…

 

El hombre asintió y se puso de pie, acompañando a la joven mujer hasta la puerta – Bien, nos vemos dentro de un mes – Se despidió estrechando su mano con la de la rubia, quien se despidió amablemente.

 

Yassmine abandonó la instancia buscando a Tom por los pasillos cercanos, divisándole unos cuántos metros más allá sentado en una de las sillas de espera, aún sosteniendo la orden de ecografía entre sus manos.

 

La rubia avanzó hasta él con una sonrisa en su rostro; sonrisa que Tom no correspondió.

 

-Pensé que te habías ido.

 

-Te pagaré un taxi hasta tu casa – Dijo, poniéndose de pie, mirándola con seriedad.

 

La rubia frunció el ceño – No te preocupes, no me pasará nada si me voy sola. Incluso si es en el auto de un desconocido.

 

Tom sonrió de forma burlesca – Escucha, no tengo un maldito auto, ni siquiera tengo mi motocicleta porque todo está en tu casa – Dijo, a dientes apretados, Yassmine y su ironía le hacía perder la paciencia – Tampoco te subiré a una motocicleta en este estado.

 

La rubia rió burlándose de sus palabras – Tom, no seas dramático, un bebé de dos meses no se golpeará la cabeza con el jodido asiento – Continuó riendo.

 

Tom ablandó su mirada y sus ojos se achinaron levemente, manteniendo firme su inescrutable expresión – Te acompañaré hasta el auto.

 

La rubia bufó por lo bajo y caminó junto al ex convicto hasta las afueras de la clínica. Tom hizo señas a uno de los taxis que ahí esperaban y este se acercó hasta llegar donde ellos, aguardando pacientemente.

 

Yassmine suspiró viendo el auto detenerse junto a ellos y volteó a ver al ex convicto, extendiéndole un sobre – Toma, al menos llévalo contigo.

 

Tom frunció el ceño - ¿Qué es esto?

 

Yassmine  soltó una pequeña risa - ¿Qué no es obvio? La ecografía de hoy, Tom, tu hijo o hija.

 

Algo en su estómago se removió con fuerza ante esas palabras. Tom divagó en aceptar aquello, pues no podía llevarlo a casa. Sabía que debía conversarlo con Bill, y que el tiempo se le estaba agotando poco a poco puesto que él estaba tan ilusionado con una nueva vida junto a él… y debía actuar. Debía decírselo lo antes posible, debía asegurarse que Bill estuviera seguro de querer seguir con él… aún después de todo esto.

 

Pero no se enteraría de esa forma, no por algún accidente o descuido de su parte – Creo que es mejor que tú la conserves.

 

-No te preocupes, tengo otra copia – Dijo la chica, sonriéndole ampliamente – Anda, tómala.

 

Tom suspiró sintiéndose ofuscado – No, no llevaré esa ecografía a casa.

 

-¿Disculpa? – Musitó, acentuando el tono de su voz, comenzando a sonar extrañamente más agresiva. Tom le observó con atención – Ambos estamos en esto, Tom. Este hijo es tanto tuyo como mío, y debes hacerte cargo de tus actos.

 

Tom sonrió de medio lado – Toda mi vida me he hecho cargo de mis actos – Yassmine le observó con el ceño fruncido en una inexplicable expresión – Pero no será de esta forma. Conserva esa ecografía y sube al auto, se está haciendo tarde.

 

La rubia sonrió meneando su cabeza y guardó la ecografía en su bolso de mano – Tom, no es justo que vivas engañado, no es justo para nadie el vivir así – Dijo, mirándole a los ojos desafiantemente.

 

Tom sacó dinero desde sus bolsillos y se lo extendió a la rubia, realmente no tenía ganas de continuar con aquella estúpida conversación – Agradezco tu preocupación por Bill, y te aseguro que será el primero en saber toda la verdad – Tomó una de sus manos y la sujetó mientras con la otra depositaba el dinero sobre ésta – Mientras tanto, agradecería que no te metas en mis asuntos.

 

-Oh, Tom – Susurró la joven, llevando su mano libre hasta una de las mejillas contrarias, acariciándole – Sé que esto es difícil para ti, también lo es para mi… y aunque esto se vea complicado ahora… te aseguró que estaremos bien – Musitó, deslizando las yemas de sus dedos por su rostro.

 

Tom hizo una extraña mueca y su rostro se desfiguró entre una expresión de risa y asombro – Wow – Susurró – No, espera, ¿qué rayos está pasando por tu cabeza? – Dijo, alejando su rostro rápidamente de ella.

 

La rubia bajó ambas manos, sin recibir el dinero siquiera – Yo… Tom, vamos a ser padres…

 

Tom soltó una risa burlesca – Eso no significa que volveremos a estar juntos, Yassmine – Susurró, inclinándose un poco hacia delante, buscando la mirada de la rubia chica – Yo no dejaré a Bill por nada del mundo. Le diré toda la verdad, sí, pero él tendrá que decidir…

 

-¿Y si él no acepta a tu hijo, Tom? – Encaró la joven, sintiendo su sangre arder - ¿Y si él ya no quiere estar contigo?

 

-Oh, por favor – Susurró el ex convicto, aquella situación ya estaba cayendo en lo cómico. ¿Acaso había perdido toda dignidad?

 

La rubia se acercó tanto como pudo a Tom y apuntó su rostro con su dedo índice – Escúchame, Tom, mi hijo no tendrá un padre ga… - El mayor le desafió con la mirada, frunciendo sus labios en una mueca de sonrisa – Un padre como tu – Sentenció entonces.

 

El ex convicto tomó de su antebrazo y lo bajó alejándolo de su rostro, a lo que la rubia chica reaccionó violentamente e intentó liberarse, pero no le fue permitido hacerlo sino hasta que tiró fuertemente hacia atrás y logró zafarse del agarre.

 

La joven rubia le fulminó con la mirada y los ojos llorosos de impotencia, caminando hasta el auto que aguardaba por ella – Y no te preocupes, aún puedo pagar nuestro pasaje a casa – Dijo, subiéndose al taxi, el cual partió alejándose de la escena casi al instante.

 

Tom bajó la guardia al ver el auto perderse calles más abajo y se sintió mareado. Se tambaleó unos cuantos pasos hasta llegar a la parada de autobús donde se mantuvo sentado por un par de minutos hasta lograr volver en sí.

 

Había estado intentando ignorar toda la situación que se le venía por delante. Había intentado no pensar en que más temprano que tarde debería hablar de aquello con el pelinegro y contarle la verdad acerca de todo.

 

Sin darse cuenta, las lágrimas habían comenzado a rodar por sus mejillas otra vez. Todo su cuerpo temblaba y se sentía abrumado, el mundo se le caía a pedazos nuevamente, a pesar de que pusiera toda su vida y esfuerzo en intentar mantenerle en pie.

 

No quería perder a Bill. No quería hacerle daño. Había rogado con todas sus fuerzas que aquella maldita prueba de embarazo estuviera mal, pero no fue así… nuevamente parecía que todo lo que deseara en la vida, sucedería exactamente de la forma contraría a como él lo suplicó…

 

-Sólo te pido… si es que estás realmente allá arriba… - Susurró, al borde de la desesperación, mientras sollozaba por lo bajo en la fría parada de autobús – N-no alejes a Bill de mi vida...

 

 

Notas finales:

Muchas gracias por seguir aquí... espero que les haya gustado este capítulo.


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